sábado, 28 de febrero de 2009

ATROPELLADO EN ACAPONETA ESPERÓ PACIENTE SU RESCATE

Acaponeta Nayarit (Sab.28 de feb.)
Al filo de las 14:00 hrs fue atropellado un joven de aproximadamente 20 años, el aparatoso accidente ocurrió en la esquina que forman las calles Hidalgo y Queretaro de esta ciudad, aparentemente la imprucencia del mismo atropellado quien pilotaba una bicicleta y la impericia del automovilista se conjugaron para que ocurriera este lamentable accidente del cual sacó la peor parte el joven bicicletero,quien alparecer se abrió tremenda herida en la cabeza de la cual sangraba profusamente, de inmediato los testigos de los acontecimientos llamaron a la cruz roja, la cual nunca se presentó, al parecer por no tener disponibles las ambulancias por falta de mantenimiento y gasolina, afortunadamente, despues de 30 minutos de esperar el auxilio, llegaron los elementos de protección civil a bordo de una de las patrullas de seguridad publica, misma que fue utilizada como ambulancia de traslado a falta de mejor vehiculo.
Esperamos que sirva este lamentable acontecimiento, que afortunadamente no paso a mayores, como la oportunidad de que los ciudadanos de Acaponeta nos demos a la tarea de organizarnos como sociedad y realizar acciones que nos lleven a hacernos de buenos servicios publicos, ya sea mediante la acción civil, cooperando y realizando trabajo comunitario para mejorar las condiciones de la cruz roja local o solicitanndo a las autoridades municipales su intervención a fin de que con acciones y no con promesas se haga algo en favor de mejorar los servicios de atención y protección civil dotandoles, sino de una ambulancia, al menos con el equipo apropiado para atender al ciudadano que es victima de este tipo de fatalidades. Sin el animo de denostar a nadie, tambien sería conveniente que la buena labor que esta haciendo transito del estado regulando la circulación de los motociclistas, la llevaran tambien al ámbito de los conductores de bicicletas, los cuales deberian de contar tambien con placas y permisos de circulación, como en un tiempo fue requisito, ya que hoy en día salen bicicletas en sentido contrario y por donde menos las esperas.

PERSONAJES DE ACAPONETA

DON MARGARO GUERRA ¡AGUA DE CEBADA!
cuarta entrega
Dicen los que saben, que Don Margaro Guerra tenía el Sindrome de Münchhausen, padecimiento que se le diagnostica a aquellos que mienten para llamar la atención, pero más que nada, en Acaponeta creemos que Margarito realmente vivió cada una de las historias que contaba. Cuando alguien le decia a Margarito que fulano o sutano andaban diciendo que lo que él contaba eran puras mentiras, Don MArgaro siempre les contestaba: ¿Cómo quieres que sepan, si ellos no han vivido lo que yo? Don Margaro Guerra nunca se amedrentaba por la crítica, y siempre tenia una nueva historía que contar, como aquella de La Jabalina y el Venado, una de sus más conocidas "margarencias":
LA JABALINA Y EL VENADO
Iba por un camino del monte sin rumbo fijo, con la inteención de hacer leña, llevaba mi hacha y mi caguayana. De pronto, de entre unos matorrales, salió una puerca jabalí, la que se me hecho encima y con el hacha me defendí. Le dí un hachazo en la pura frente. Tan fuerte le dí que no pude sacarle el hacha de la frente, le quedó bien clavada en la cabeza y así se fue. No pude encontrarla por más que la busqué. Andando en suu busqueda, ví un venado muy grande, bonito y con mi caguayana corté una rama verde de un árbol y le hice punta. Me acerqué lo más que pude al venado y lo ensarté con esa lanza. Pero como el venado era muy grande, corrió así ensartado. Lo busqué tambien y nunca lo pude encontrar. Me regresé a mi casa sin nada.
Al tiempo, volví por aquellos lugares y ví nuevamente a la jabalina, aquella que le dí con el hacha en la cabeza. todavía traía ensartada el hacha, pero además iban detras de ella varias crias y todas ellas llevaban un hacha chiquita en la cabeza. Me dió miedo de que se me hechara encima, corrí y me subí a un guayabo que por cierto estaba lleno de fruta que comencé a comer, pero luego sentí que el árbol se movía, por lo que me fijé hacia abajo y con sorpresa voy viendo que era el venado que había lanceado con aquella rama verde que era de guayabo y retoñó en un costado del venado. ¡Agua de Cebada! ...continuará.