Por: Blanca León MallorquínResulta que me he dado cuenta, desde hace años, serán cerca de 15, de que los comentarios televisivos con respecto al clima, han modificado el punto de vista que las personas tenemos sobre la lluvia, sobre lo malo o bueno de ella, sobre lo temible o disfrutable que es. Recordemos como, en nuestras infancias, era un verdadero placer el bañarse en la lluvia, salir a la calle, deslizarse por banquetas inclinadas llenas de lluvia, meterse a los gruesos chorros de agua que caían de aleros y tuberías de desagüe de los techos, ir a echar barquitos de papel al final de la lluvia, levantar la cara y bebernos las gotas heladas. Refrescarnos y luego volver a casa por el bocadillo que mamá siempre nos hacía. Si, que si le teníamos miedo a los rayos, puede ser, pero no siempre caen rayos, había días para disfrutar, si, leíste bien, DISFRUTAR de la lluvia. Ahora los niños tienen miedo de que se anuncie lluvia, no les hemos enseñado que la lluvia es un placer, y es una fuente de vida, un elemento básico para poder seguir viviendo este mundo. Parece que ahora de la lluvia ya no se disfruta; primero, por el estilo de vida citadino, la lluvia estorba para transitar y lucir bien; todos salpicados, en cualquier lugar estamos "inadecuados", el tráfico se pone pésimo, se nos maltratan los "finos" zapatos, etc. Los noticieros dicen diario, en esta temporada, que hay "mal tiempo", mal tiempo significa que lloverá. Perdón, mal tiempo es que no llueva, y las muertes en las poblaciones con sequía lo avalan...El que llueva es una bendición. Y DEBE de llover. Decían los viejos, deja más el agua que la sequía, por aquello de la inundaciones. Pero ahora, en que no todo son campos agrícolas, si no áreas de habitación que además construyen en lugares inadecuados, como hondonadas y cañadas secas por largos períodos de tiempo, pues cualquier lluvia nos disgusta y además nos inunda. Las personas deben de calcular donde construyen sus casas, ya que a los urbanizadores les importa un comino las características de sus terrenos, entonces el comprador debe tomarse el trabajo de investigar en que clase zona pretende instalarse. Retomemos el contacto con la Naturaleza, para disfrutarla, respetarla y conservarla.
