Quizá pienso que es darle mas cuerda al ego, sin embargo, si hay alguien que conozca a Vianca, soy yo, porque hemos surgido del mismo espíritu. A decir verdad, Vianca apareció primero que yo, ella es la encargada por Blanca, de poner en líneas ese grito en que desde niña se transformó la necesidad de ser escuchada que llevaba adentro. "Que el arte se trae dentro, y la persona solo debe buscar el camino de expresarlo". Eso dije hace unos días, y así lo creo, desde luego. Todos, al rayar cuadernos, intentar pintar, cantando, escribiendo poemas, esculpiendo, estamos buscando sacar algo que definitivamente necesitamos expresar. Y Blanca necesitaba expresar muchas cosas, exorcizar sus demonios personales, borrar sentimientos que dolían, manifestar esperanzas y visiones del mundo, forjados en la mente pero que diferían de lo observado en el entorno. Por eso desde niña surgió la dibujante, de la separación, la distancia y la observación. Un día en la evolución, se le puso nombre, 'firma', Vianca y después otro día, por malentendidos consigo misma, al verse amenazada por ejercer su arte, suspendió la práctica formal. Se archivaron los papeles, los lápices, plumas y pinceles, y volví solo a rayar las márgenes de mis cuadernos, a practicar algún retrato de un sujeto curioso encontrado en alguna reunión y que se iba sorprendido, por haber sido modelo sin saberlo ni esperarlo, a mostrarle a su familia, su retrato. Bueno, pero no he dicho que la música hizo su ingreso un día en que había más energías que cosas que hacer. Me dediqué a estudiar piano, lento el proceso; después violoncelo. Mis maestros, reconocidos y honrados en Acaponeta, la profesora Agapita Jordán, y el profesor Inocente Díaz, nos han dejado ya, al parecer fui de los últimos alumnos del profesor Inocente, pues teníamos programada la participación a dueto en un concierto del 22 de Noviembre, día de Santa Cecilia, mas se suspendió porque mi maestro enfermó, a causa de esa enfermedad, falleció y nunca avanzó ya ese proyecto. La necesidad de expresar, sin embargo, es continua y presiona, por lo tanto, elegí la escritura, que resultó transmitir perfectamente a mi gusto y con fluidez, todo lo que yo quería expresar, y de escribir tras escribir, se llegó el día de buscar espacio para publicar tanto archivo, y SAGA, fue aceptada en El Eco de Nayarit. Casi doce años ya, doce años en los que los dibujos siguieron archivados hasta que este viernes 26, apoyada por el Profesor Ignacio Palomino, y Alberto Parra Grave, Presidente Municipal de Tecuala, se me brindó la oportunidad de exponer mi obra, y dejarla ahí, a ojos de todos, para ser disfrutada, juzgada, interpretada por los demás. Lo artista se lleva en el corazón, crea por crear, por expresar; el reconocimiento que llega, agrada al ego, pero el artista sonríe, el tiene que continuar creando, con todo lo que pueda. Aprender, un día, enseñar, es un ciclo completo, un día aprendí un poco, un día, ¿llegaré a enseñar lo poco que se? Gracias a los maestros en el camino, y a lo apoyos de los amigos también.
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