jueves, 27 de julio de 2017

CARTA ABIERTA A LOS DIPUTADOS ELECTOS DE ACAPONETA



Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Estimados Manuel Salcedo e Ivonne Díaz:

Les escribo estas líneas con mi carácter de ciudadano, de uno que ha decidido --puesto que los tiempos y las condiciones, así lo exigen--, ser verdadera, real y positivamente uno que se ajuste a lo que debe ser una persona que contribuye con sus impuestos a construir un México, un Nayarit y un Acaponeta mejor, para mí, mi esposa, mis hijos y ahora nietos, es decir un poblador de este país y de esta región del norte de la entidad, que debe señalar, criticar y denunciar lo que lo que hacen mal, quienes nos gobiernan, o al contrario, aplaudir lo que realizan con éxito en pro de la nación y de quienes la habitan.


Quizá, tengo dos razones principales para tomar esta decisión: la primera, es porque ya basta de ver desfilar por las distintas posiciones políticas a verdaderos sátrapas que han llegado a las sillas presidenciales, a las mullidas curules, a las lujosas oficinas a enriquecerse y a robar del erario, de manera descarada y sin ningún rubor. Estamos, diputados electos de Acaponeta, hasta el copete de la clase política nacional y de un sistema caduco, perverso y que ha fomentado el peor de los males en esta pobre nación: la impunidad, donde todo el mundo puede hacer lo que le dé la gana y a nadie se castiga o solamente se les aplica un “correctivo”, que las más de las veces nos dejan peor de encabronados. Rufianes gigantescos como Humberto Moreira, que salió enormemente millonario e hiperpoderoso, y que fue absuelto por esa que López Obrador llama “la mafia del poder” --y conste que menciono a este último sin querer hacerle publicidad a alguien que lleva décadas en ilegal campaña y tiene también larga cola que le pisen-- y que, bailando un zapateado sobre la indignación general --me refiero a Moreira-- tuvo el descaro despiadado de hacerse candidato una vez más, por un partido “patito” para ser diputado plurinominal en su natal Coahuila, lo cual resulta inaudito e indignante.



La segunda causa es que Acaponeta de ninguna manera, nunca jamás debe repetir llevando a un personaje tan nefasto al congreso local, como ese inútil de Martín González Cosío, tipejo que se pasó tres largos años haciendo tres cosas: nada, recibir pingües quincenas que le llenaron los famélicos bolsillos con los que llegó y, tercero, engordar un enfermizo ego, que lo llevó a considerar que a pesar de su inservible e infecunda “gestión”, podría ser presidente municipal de Acaponeta, su sueño dorado.
Martín González Cosío, es el tipo de “grillo” –porque no se le puede llamar político a una persona así—que solo tiene intereses personales y que les vale un maldito cacahuate lo que el pueblo piense o lo que este pierde al tener un parásito de tal jaez, encajado --que no sentado--, en una comodísima curul.

Dizque diputado Martín González Cosío

Pero ya lo dice el refrán, no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre y los que votaron por él en mala hora tienen la culpa, pero también los que no lo hicimos y durante tres años no le señalamos su falta de interés o infructuosa labor, solo se dedicó a elevar odas y loas a su Dios Sandoval, que fue quien le permitió la oportunidad de pegarse como lapa a la ubre presupuestal. Hay que reconocer que eso es lo único que ha hecho bien en su vida esta lacra: tener de amigote al gobernador. Nada más.

No podemos los ciudadanos permitir que eso vuelva a suceder. Y aunque estoy seguro que no puede haber alguien peor que Martín González, la experiencia me dice que cuando parecer que ya todo lo vi, salta por ahí otra liebre de esas piojosas, echando mi natural sorpresa nuevamente a volar o al bote de la basura.

Congreso de Nayarit

Hoy, Acaponeta tiene esa gran oportunidad de tener dos diputados en el congreso local, que pueden, deben y espero que quieran hacer equipo con el presidente municipal electo José Humberto “Beyto” Arellano Núñez; y con otra ventaja extraordinaria, un diputado en la Cámara Baja de San Lázaro, que es su hermano Efraín.

De entrada yo les pediría Manuel e Ivonne, que desde el momento mismo que pisen el recinto del Congreso Local, se olviden de sus partidos políticos. Que se acuerden en ese instante supremo, que son representantes del PUEBLO, no de Morena, ni del PRI, no; me representan a mí y a los casi 38 mil habitantes del municipio, tanto si votaron por sus institutos políticos o ustedes como si no. Ya quedó atrás la noche del 4 de junio. ¿No lo dijeron Ustedes en campaña? Entonces a cumplir.

Durante décadas, los nayaritas hemos tenido congresos perversos, desinteresados de los problemas comunales, preocupados por los intereses de sus partidos y a quienes han importado un comino ser garantes del bienestar público, más bien se dedicaron a producir bienes a sus familias, a sus compadres, a sus queridas y a sus contlapaches. Recuerdo alguno que cierta vez expresó que los diputados locales solo eran buenos para sacar borrachitos de la cárcel, tal como hacen muchos regidores en la actualidad y le quitó valor a todo lo demás. Es una pena pensar así. Somos los contribuyentes como esos náufragos que no dejan de bracear para avanzar en la mar turbulenta a pesar de que no se ve tierra por ninguna parte. 

Hemos sido los ciudadanos mexicanos completamente apáticos, indolentes y desidiosos en lo que respecta a vigilar el buen gobierno y el trabajo de lo que llamamos autoridad; especialmente en el rubro de las diputaciones locales es muy notorio, lo que les ha permitido, que en muchos, muchísimos casos se sirvan con la cuchara grande y su labor deje mucho qué desear, tan dejados y agachones hemos sido los ciudadanos, que los grillos, se han trepado a la cumbre del Olimpo y se sienten en mismísimo Señor Don Zeus, nos miran y nos tratan con desprecio; y lo peor, siempre nos doran la píldora con el viejo y manoseado cuento de que nosotros somos los dueños de todo, de los recursos, de los billetes, del erario, de los edificios, de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad; que las aguas de mares y ríos son nuestro más rico patrimonio, que los “políticos” (presidente de la República, secretarios de estado, directores de 150 mil direcciones, subdirectores de esas 150 mil direcciones; gobernadores, senadores, diputados federales, presidentes municipales, síndicos, regidores y por supuesto diputados locales, entre otros muchos más) son “nuestros empleados” y podemos exigirles, denunciarlos, correrlos sin mayores trámites; y la realidad es otra, nos roban, nos despojan, se burlan de nosotros, nos minimizan, defraudan y mienten; solo llevan agua para sus muy particulares molinos y ni una gota para el pueblo y, ¿saben qué? Eso debe parar, ya.

Políticos dioses del Olimpo

Esta elección que pasó, preámbulo del 2018 tan importante, nos debe dejar en la mente de todos, que México es otro o debe ser otro, porque ya no es posible tanta desvergüenza y descaro; el crimen organizado se ha cebado en esta rica tierra –y digo rica, porque a pesar de tanto latrocinio y robadera a discreción, no se la han podido acabar--; y por crimen organizado no me refiero a ningún cartel de mafiosos, de chapos, malverdes o caballeros templarios, señores de los cielos, etc., no, no, no, hablo de capos tan peligrosos y rapaces como los fabios beltrones, los peña, los videgaray, los gobernadores virreyes que tan bien conocemos y tenemos cerquita; los salinas, los calderones, los foxes, los veytias, y tantos depredadores de este gran país, y conste que son de todos colores: azules, amarillos, turquesas, tricolores, morenos, güeros, trigueños y prietos. El grito en las redes sociales es el mismo: ¡Todos son iguales, ni a cuál irle!

Ni a cuál irle

Si fuera verdad que nosotros somos sus patrones, hace mucho les hubiéramos dado una patada en salva sea la parte, por “tarugadas” como ganar más, mucho más que el jefe, de quedarse con las ganancias del patrón, de robárselas incluso, de devastar el inmueble y hasta de vender lo que no es suyo. No permitiríamos, como “patrones” que somos, que no lleguen a trabajar a tiempo o simplemente no vayan a la oficina por huevones, y que viajen en aviones de primera clase mientras el dueño del changarro anda en antiguo bocho o el miserable camioncito.


Los “políticos” (el entrecomillado es a propósito porque pienso que el verdadero político está preocupado en hacer el bien, en brindar un servicio claro, honrado y comprometido con la ciudadanía; la política es vocación de servicio, lo demás es simple y llanamente “grilla” de la más vulgar y rupestre, lamentablemente, hoy por hoy, la experiencia nos enseña que un buen político, en la democracia mexicana, es tan impensable como un ladrón honesto), han ocasionado que los gastos sean extremadamente excesivos dentro de los partidos políticos, mientras existen al menos 50 millones de pobres y la cifra de cincuenta millones de depauperados, no es poca, es un chingo y perdón por la palabra; han hecho crecer a niveles intolerables a la corrupción que engorda al cuidado de su mamá la impunidad; “los políticos” son magos a la hora de crear la mala calidad en los bienes y servicios del país, Pemex devastado, el campo como dijera Rulfo, en llamas; CFE con serias anomalías y que no caen en sentir de la gente. Existe gracias a “nuestros gobernantes” un rezago enorme con respecto al resto del mundo y México ha dejado de ser el paradigma de América Latina, la productividad en un país tan extraordinariamente rico es ridícula; no innovamos en nada, la pobreza crece de manera desmedida y la clase media ya los alcanzó; en materia de seguridad, nos enoja que estemos al parejo que Siria, pero es la triste y terrible realidad, al grado que no hay familia donde no exista un caso de muerte violenta, narcotragedias, violencia contra la mujer y otros males; el modelo educativo del país, ni voltear al verlo, salen de las prepas y universidades renombrados burros peinados, muchos de los cuales –hijos de papi o con buen padrino—llegan a ocupar importantes puestos gubernamentales. Recuerden Manuel e Ivonne, lo que dijo alguna vez Churchill, ese sí, gobernante de primera: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”, lo cual esperamos de Ustedes.



Para donde volteen verán miseria, impunidad, corrupción, transas y componendas perversas; trastupijes y  arreglos en “lo oscurito”; obras supermillonarias que duran tres meses y matan gente como ese ya famoso paso express de Cuernavaca; donde le rasquen brota pus y lo peor, ya no hay chapulín colorado que venga a salvarnos, pues hasta la izquierda, esa que veía y luchaba por el sector de la población más vulnerable, hundida y fregada, se ha convertido en una mezcla de aire y nada, sin propuestas, sin compromisos, comprometida con sus antiguos enemigos y hasta haciendo alianzas espurias, hipócritas y farsantes de la derecha y la reacción. Ni más ni menos Juárez y Maximiliano en la misma canasta…dijeran mis alumnos: “¡No manchen!”.


Los ciudadanos nos encontramos indefensos, impotentes y vemos que nada o muy poco funciona, o duras penas camina. Los problemas y las broncas de este México lindo y querido llenarían el estadio azteca en diez minutos: leyes que parece que solo sirve a los poderosos y a los que tienen dinero, para el pueblo son tan solo letra muerta. Una inseguridad galopante que nos tiene a todos no solo con el Jesús en la boca, sino haciendo fila para llevar al pariente o al amigo en el ataúd con “las patas por delante” rumbo al cementerio. Corporaciones de seguridad, que no son pocas, amañadas con el crimen organizado (los dos que existen: el de los narcocapos y el de los políticos traidores). Un sistema acusatorio que mucho han presumido y que a los ojos del pueblo, ni se entiende, ni ha funcionado más que para echar a verdaderos criminales a la calle, sin ningún miramiento. Un presidente de la nación –ni más ni menos-- que buscando la “unidad nacional” solo ha conseguido que todos nos unamos en su contra, señalemos sus desaciertos, descalifiquemos sus reformas que solo han hundido más la credibilidad del pueblo, enflacado sus bolsillos ya de por sí paupérrimos, privilegiando a sus incondicionales y fomentando la frivolidad de su familia que “gaviotea” presuntuosa entre las grandes firmas comerciales de Rodeo Drive. Una diplomacia agachada y “culiempinada” frente a un idiota supino como trump y sus burros asesores. Legisladores federales y locales que aman todo: sus carros kilométricos, sus inútiles y onerosos viajes a expensas del erario, a sus amantes, sus pent-houses en Miami o Beverly Hills, sus ranchos, sus caballos y sus dispendiosa vida, pero no aman, ni siquiera aprecian un poco las leyes que ellos mismos crean y aprueban muchas veces con los ojos llenos de lagañas; esas siempre van al final del trencito de las querencias. La implementación plena del Sistema Nacional Anticorrupción suena en el ánimo ciudadano como canción de Cepillín, pero no como una realidad que deveras acabe o por lo menos minimice el deporte nacional de la transa. Los compromisos políticos públicos son tan solo para las campañas, no para la vida real, es decir, hacer compromisos con los grillos, es un simple “piedra, papel o tijera”. Existen un sinfín de explicaciones que no han hallado respuesta por parte de “la autoridad”, desde aquellas ligas para amarrar billetes, hasta los miles –sí, miles ya, decenas de miles—de desaparecidos en todo el país. Árbitros amañados, comprados y omisos en las elecciones de cualquier tipo, lo cual es preocupante en vísperas de las que ahora llaman “la madre de todas las elecciones”, o sea la del 2018. Es inadmisible que verdaderos héroes como son los buenos periodistas, no me refiero a los chayoteros de siempre, sino a los buenos, a los comprometidos con la sociedad, con la verdad y consigo mismos, a los investigadores de la podredumbre, a los que abren sucias y pestilentes cloacas donde la mano “oficial” es la que más se ve, no es posible, digo, sigan cayendo bajo las balas asesinas y no precisamente las que escupen los armas de los narcos, puesto que la mayoría provienen de las órdenes de los todopoderosos “grillos” que señalan de manera cobarde a sus próximas víctimas. El tema de la ecología es ya preocupante, porque a causa de la corrupción, el desierto avanza diariamente decenas de kilómetros, las aguas se pudren cada día peor y los “grillos” venden las marismas nacionales y las zonas protegidas como si fueran su herencia. En el rubro de salud, es claro ver que muy pocos funcionarios públicos de primer nivel se atienden en el IMSS o en el ISSSTE; muy similar al tema de las escuelas para sus hijos, caso notable el del presidente del PAN, Ayala, que envía a sus pipiolos a estudiar a Estados Unidos y no a las escuelas públicas nacionales ¿sabrán algo que nosotros no?

El verdadero y más peligroso cártel del crimen organizado en México

Ya es gigantesca la lista de ratas puercas y traidoras: Tomás Yarrington, los dos Moreiras, los dos Duartes, Borge, Gerardo Lozoya, Villanueva Madrid, Gerardo Ruiz Esparza, Guillermo Padrés, Andrés Granier, Jesús Reyna, Rodrigo Medina, Eugenio Hernández, Arturo Montiel, Fausto Vallejo, Alfonso Reyes, Ángel Aguirre, Fidel Herrera, Egidio Torre, Carlos Romero Dechamps, Elba Esther Gordillo y mil más en puestos grandes como el de los Secretarios de Estado y oscuros líderes sindicales, que no cantan mal las rancheras o el más humilde regidor del más humilde municipio. La risa descarada de “Javidu” pega con tubo en el ánimo ciudadano.

Aves que cruzaron el pantano y ensuciaron el pantano
Estimados diputados electos, sepan ustedes que no podemos, no queremos y no debemos seguir siendo una sociedad civil aletargada, inmóvil y agachada, debemos para ser dignos de nosotros mismos, indignarnos más, hay que ser menos complaciente y mucho más exigente, señalar con dedo de fuego los yerros y la negligencia para enseguida exigir castigo y meter al bote, sin ningún privilegio o miramiento a quienes así lo merezcan. Un buen ciudadano debe parar de tajo primero, y sacar al aire después, las corruptelas y trastupijes de los poderosos, de los encumbrados, de los privilegiados; el buen ciudadano propone, se informa y deja de lado los chismes; solo así podemos dejar de seguir secuestrados por esta caterva de indignos y despreciables puercos del sistema político actual; estoy dispuesto a pasar a formar parte de esos ciudadanos que tienen voz y deben usarla para ser, ahora sí, el verdadero contrapeso en un país con un grandioso patrimonio devastado por esos tipejos del hoy y del ayer. 

Los acaponetenses, los nayaritas, debemos convertirnos en ciudadanos empoderados, con exijan se cumplan y hagan valer las leyes de transparencia y de los medios de comunicación, con mayores libertades y coherencia. Recuerden que toman la protesta de ley y siempre dicen muy orondos, lirondos y seguros de sí mismo: ¡Qué la nación me lo demande! Y es hora de demandarlos cuando no cumplan con su trabajo, abusen del puesto o hagan menos a los ciudadanos.

Manuel Salcedo, has sido muy impulsivo dentro de tu partido, ese que lleva por siglas el de Morena, pero que en realidad suena como al partido AMLO, donde López Obrador es el Rey. Esfuérzate por aguantar la tentación de poner por encima de los intereses partidistas, los intereses de la ciudadanía, esa que votó por ti y te llevó al triunfo en las urnas. No nos decepciones, haz equipo con el mandatario municipal y lleven a Acaponeta por la ruta del progreso.

Ivonne, te toca la parte que muchos mexicanos despreciamos, las famosas plurinominales, las cuales no son más que simples regalos que se ofrecen –en algunos casos—al mejor postor, o al que tenga un padrino trinchón que sabe mover los hilos donde se debe y puede. Queda ahora en tus manos ser una diputada plurinominal más del montón, mediocre, traidora y acomodaticia, o bien, por el contrario, enarbolar la bandera del pueblo, ese que en estos momentos te siente lejana y separada de sus objetivos, sueños y metas. Acércate a la ciudadanía, pero con las propuestas viables, la sinceridad como norma, en el marco del beneficio colectivo y no con el glamour que da la frivolidad y lo superfluo donde muchos te ubicamos.

Ya para concluir con esta larga perorata, tan solo diré: espero que aprendan rápido que no hay que dejarse extorsionar por su partido, por el gobernador en turno o por el que trae las ideas malévolas de siempre para merced personal. En la tribuna del Congreso de Nayarit –hoy con una imagen detestable-- se pueden perder batallas, pero nunca la dignidad. Hay honor cuando uno pierde, pero no cuando uno se calla. Y si callarse es la decisión de su fracción, de ustedes esperamos, todos, que hagan uso de su voto de conciencia, de su sabiduría y del patriotismo, por encima de lo demás. Que en el próximo período legislativo, hagan amigos y no acaben como el susodicho Martincillo repudiado por todos.

Esperamos los ciudadanos de Acaponeta que los diputados que integrarán la próxima legislatura, o al menos los dos del municipio de las Gardenias, demuestren que no agarraron una parte del botín electoral, sino que asumieron la responsabilidad de hacer valer la inteligencia, la honradez, incluso la oposición y la transparencia del grupo de diputados a favor de sus amigos, familiares y vecinos de ese lugar donde el frijol se enreda a la caña de carrizo.

Acaponeta

Tanto ustedes, como los ciudadanos ahora tenemos la responsabilidad de hacer que nuestro querido Acaponeta brille por encima de los otros 19 municipios, y por qué no, arriba incluso de los 2446 que conforman esta dañada nación.

Con todo respeto.

LIC. JOSÉ RICARDO MORALES Y SÁNCHEZ HIDALGO
CIUDADANO DE ACAPONETA




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