Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE
CHILE: Uno de los grandes males de la política nacional, es sin
duda la simulación; y la transformación de cuarta, ha institucionalizado esta
práctica de “fingir que lo hacen”
como un atributo del poder, al que suman, por cierto, a la mentira totalmente descarada
y muy desvergonzada.
Es una gran preocupación de
todos los mexicanos, la terrible inseguridad y la violencia cruel y despiadada
que padecemos en estos días y que ya lleva decenas de años aportando muertos,
desaparecidos, extorsionados y miles y miles de desplazados. Aquí cerquita está
Huajicori y miren como les va.
Esos males, el gobierno federal lo “combate” con mentiras, voltear la cara del otro lado de la realidad, repartiendo abrazos o simulando acciones que no accionan. Para muestra basta este triste botón: en días pasados, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, cita en Acapulco, resignado puerto de ese muy sufrido estado de Guerrero, a todos los gobernadores de la república. Asistieron 30 para una sesión donde la mandataria de la nación, supuestamente les iba a jalar las orejas con respecto al trabajo y “estrategias” que los virreyes “adoptan” para el gravísimo problema de la delincuencia, la violencia y el crimen organizado.
Amenazó la presidenta con “A”, con exhibir a los gobernadores que no están todos los días al frente de sus consejos o gabinetes de seguridad; aplaudió al virrey de Tabasco, porque, dijo, está siempre al pie del cañón; y agregó: “Es muy distinto cuando un gobernador encabeza los esfuerzos de seguridad -en nuestra visión, desde la atención de las causas y desde la acción que tienen que tener las policías estatales, las fiscalías estatales y los tribunales-, a cuando lo delegan, particularmente en estados que tiene altos índices delictivos”, expresó.
Me parece bien, que se realicen estas reuniones porque ya hablan de alguna —por mínima que sea— estrategia en contra del crimen organizado, que ya gobierna e impone su ley en buena parte del país. Guerrero y Sinaloa, entre otros como Michoacán, Guanajuato y Chiapas, son claro ejemplo de lo anterior. Esas juntas de mandamases estatales, debieran tener más exigencia por parte de doña Claudia, por ejemplo, prácticamente sacar el cinto y cuerear a virreyes tan inútiles o, de plano, cómplices de la maña, como Evelyn Salgado, virreina de Guerrero y el inefable Rubén Rocha Moya, en mala hora sinaloense. Soy de la idea de que la presidenta debió encerrarse en un cuarto con estos gobernantes de pacotilla y gritarles en la cara su inutilidad, omisión, complicidad o hueva para hacer frente a la violencia en sus entidades.
La cuarta mujer más poderosa
del mundo, según la revista Forbes, puede y debe ver la manera de remover de
sus cargos a estos delincuentes encumbrados, lo que sería aplaudido por
millones de connacionales que han sido víctimas de asesinatos, extorsiones,
secuestros y muchos otros males. En lo público y en lo privado, a los de la 4T
no se les cae de la boca el glorioso nombre de “Tata” Lázaro Cárdenas del Río, pero no lo imitan para nada. Él sí
impuso juicio político contra gobernadores buenos para nada.
Pero yo me hago como mi tío Lolo, porque ese es un sueño guajiro y me lo confirma la salida de Chiapas de Rutilio Escandón, el “gober precioso de por allá”, quien dejó el gobierno y a ese territorio en llamas, pues permitió que prácticamente todo el territorio esté ahora en manos del crimen organizado y en general una situación de ingobernabilidad grave, pues en el pueblo chiapaneco privan la extorsión, los secuestros, los asesinatos, el despojo de sus propiedades, el tráfico de personas, de armas y trasiego de droga; amén que “Ruti” tiene acusaciones de corrupción; pero a pesar de todo, al dejar la gubernatura de esa entidad, fue premiado como cónsul de México en Miami, por supuesto, con la aprobación y el voto de los senadores de Morena, que como títeres alzan la mano al rugido de sus amos: Claudia y Andrés Manuel…o mejor dicho, Andrés Manuel y Claudia. ¿Así cuando pues?
DE
DULCE: La hegemonía del otrora partido aplanadora PRI, tuvo una
duración de 71 años, es decir, desde que Plutarco Elías Calles creó el Partido
de la Revolución Mexicana (PNR), en el año de 1929 para enfrentar la crisis
política generada por la muerte violenta de Álvaro Obregón, colocando como
candidato del nuevo “instituto político”,
a Pascual Ortiz Rubio “el nopalito”,
quien compitió por la presidencia contra José Vasconcelos, iniciando, este abuelo
del PRI con el pie izquierdo, ya que se generó el primer gran fraude electoral,
ganando la presidencia misma que ya no soltaron hasta el 2000 cuando arribó a
la silla del águila, el asno con botas Vicente Fox.
Durante esas siete décadas, el
PRI lo fue todo: al igual que hoy, tenía a los tres poderes de la unión
encarnados en una sola persona, el presidente, que llegaba a colocarse la banda
presidencial por el bendito dedazo elector del mandatario saliente en turno;
así como Calles puso al “nopalito”, Cárdenas
dejó a Ávila Camacho y este a Alemán y este a Ruiz Cortines, y este y este…bla
bla bla hasta Zedillo y aquí acabó la línea, en la que por supuesto hubo
muchísimos fraudes electorales, como hoy; y colocaban en el congreso y en las
gubernaturas de los estados a sus amigotes, compadres o alegres cómplices con
la meta sustantiva de enriquecerse todos… es decir, igualito que hoy.
El filósofo alemán Friedrich Hegel afirmaba que los grandes hechos y famosos personajes de la historia universal aparecen en el tiempo, dos veces. Esa misma idea tenía Carlitos Marx, quien sostenía a su vez que cuando la historia se repite, la primera vez es una tragedia, y la segunda, una farsa. En ese sentido, en nuestro México lindo y querido, estamos viviendo una terrible e indignante farsa, pues la historia se repite tal cual. El nuevo Don Plutarco Elías Calles se llama ahora, ese gran farsante que es Andrés Manuel Líopez Hablador, quien ha dejado en su lugar a Claudia Sheinbaum, moderna “nopalito”, que se deja hacer para que su creador reinaugure el “maximato siglo XXI” y AMLO se convierta en el nuevo “jefe máximo de la revolución”, solo que este “de las conciencias”.
¿Cuánto durará la hegemonía de
Morena? Pues a mi juicio otros 70 años como mínimo. Lo que nunca se ha dado es
que el presidente deje a su hijo…Ni López Portillo se atrevió a dejar al
“orgullo de su nepotismo”. Pero el emperador de Pejelandia ya nos ensartó a
Andy en el puesto ideal para pronto acceder a la silla imperial. Eso sí es
nuevo.
Visto así podemos decir que el
PRI, tuvo primero su momento fundacional con Calles, lo mismo que hoy Morena
con López; luego siguió el momento de la institucionalización, donde el PRI —o
el PNR y después Partido de la Revolución Mexicana (PRM)— creció, se acostumbró
a gobernar y a rodearse de servidores al partido, caciques, cosa que se
prolongó, como sucede hoy mismo —para dar paso a un tercer estadio que
llamaremos “de cuestionamiento”—;
hasta que se dio el rompimiento con su corriente democrática dentro del
partido, que terminó con la ruptura ante el revolucionario institucional y la
creación del Frente Democrático Nacional, que habría de dar paso al PRD;
¿recuerdan a Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, etc.?
Hoy, en Morena, comienzan a comerse los lobos entre sí…lo que seguramente dará paso a la creación de tribus. El conde Drácula Adán Augusto López, anda de la greña con Ricky “Rikón” Monreal y se desgarran las naguas acusándose mutuamente de ladrones —acusación que nos “sorprende” a muchos—. Es sin duda el trayecto natural de las cosas…pero esperemos por lo menos 70 años de morenismo.
DE
MANTECA: En verdad que estamos viendo cosas o
escuchando situaciones que rayan en lo increíble, rozando lo patético y son
producto de ese mocudrama que es la mal llamada “cuarta transformación”. Una de estas consecuencias es el lacayismo
y la terrible manera, indigna por supuesto, de los aduladores y lambiscones que
han elevado a la categoría de “caudillo”
y “semideidad”, a su macuspana alteza
serenísima Andrés Manuel López Obrador. El presidente con “E”, de todos los
mexicanos y que gobierna desde Palenque vía control remoto, supo comprar la
voluntad de millones de mexicanos que, en la larguísima hegemonía priista y
posteriormente la “docena trágica”
panista, cuando los gobernantes robaban a manos llenos y ni migajas le dejaban
al pueblo; pero todo cambió con AMLO y la larga cauda morenista, que, al igual
que los anteriores roban que da gusto, con la enorme diferencia que ahora
reparten dinero alegremente a millones de mexicas, que sin pensar en lo que
esto representa a la economía nacional, aplauden a rabiar a los que detentan en
poder en la 4T, y hoy en el segundo piso de la 4T.
Ya me fui por Chiluca, cuando me quiero referir al culto a la personalidad, que lambiscones y lamehuevos como Layda Sansores, Epigmenio Ibarra, Fernández Noroña y Arturo Zaldívar y otras lacras han dado en ser mucho más que simples aduladores hasta caer en la categoría indigna de lacayos del régimen, o mejor dicho, de López Obrador y, dan pie para que salgan otros lisonjeros y adulones, como sucedió en Tultitlán, Estado de México, seguramente con el aval y la complacencia de la gobernadora Delfina Gómez, ya que crearon la colonia “Cuarta Transformación” y se aventaron la puntada —las ocurrencias son legado del reyecito tabasqueño— de poner “preciosos” nombres a las calles: “Guardia Nacional”, “Me canso ganzo” (así con “Z”), “Tren Maya”, “Sembrando vida”, calle “Canasta Básica”; esquina “Salario Mínimo” con “Aeropuerto Tulum”. Imagínese el amable lector tener como domicilio la calle “Acúsalo con tu mamá” No. 41, Colonia “Cuarta Transformación”. ¡Es delirante lo que ocurre en nuestro pobre país! Acuérdense que grandes personajes “padecieron” el culto a la personalidad: Hitler, Stalin, Mao, Fidel Castro, Anastasio Somoza o Pinochet. … ¡Nos leemos hasta la siguiente entrega, amables amigos!
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