Por: Héctor Zagal
(Filósofo y escritor mexicano, miembro del Sistema Nacional de Investigadores)
No tengo el gusto de conocerte personalmente. No sé cómo
eres, desconozco tus cualidades, tus aficiones, tus intereses. Entiendo
tu molestia al escuchar las críticas a tu padre, Enrique Peña Nieto. Son
gajes del oficio. Deberás irte acostumbrando a los ataques contra él.
En una democracia, la crítica es un ejercicio fundamental. Tu padre es
una figura pública y, por ende, sus actos serán juzgados con rigor.
“¿Por qué son tan duros con él?”, te preguntarás. Bueno, los
funcionarios públicos ganan mucho dinero. Hay miles de personas
dispuestas a sufrir críticas y cuestionamientos con tal de figurar en la
nómina oficial. El sueldo bien vale esos golpes. ¿No?