domingo, 29 de diciembre de 2024

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: ¡Oigan! ¿y se acuerdan de un tal Enrique Peña Nieto, quien entre los años 2012 y 2018, fungió en este remedo de nación como presidente de la república? porque realmente desde 2018, al arranque del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, nada o casi nada se sabe del copetudo personaje, apenas sabemos algo de sus “novias” —muy guapas, por cierto— con las que se pasea alegremente y con toda tranquilidad por España.

López Obrador, en sus interminables y muy repetitivas mañaneras, no tocó a Peña, ni con el pétalo de una rosa. Es paradójico que el presidente, que prometió acabar con la corrupción —bueno, él dice que sí se acabó—, ni un rozón le dio a Don Enrique, aunque al predecesor de este, Felipe Calderón Hinojosa, el presidente Líopez, lo ponía, un día sí y el otro también, como lazo de cochino.

Por más que lo nieguen, Peña y su majestad macuspana, es evidente que hubo un acuerdo entre los dos: el mexiquense, uno de los mandatarios más corruptos en la historia de México, junto con funcionarios de su gabinete y de un puño y dos montones de gobernadores-virreyes, entre ellos, saquearon a la nación de una manera tan descarada, que el pueblo, que nada recibía de sus gobernantes, solo facturas para pagar de estos rateros, votaron en masa —confieso que su servidor entre ellos— por la imagen de “honrado e impoluto” político llamado Andrés Manuel López Obrador, cabeza de la pinchurrienta "esperanza nacional", y que, seis años después mostró una cara y personalidad terribles llenas de corrupción, ambición desmedida de poder, una máquina para fabricar mentiras y onerosas ocurrencias y notoria insensibilidad frente a los temas más graves que afectaban —y aún afectan— al país, así como una patria, ensangrentada hasta la médula.

Peña, a sabiendas que tenía y tiene, una cola larguísima que le podía pisar el tabasqueño, quien seguramente guardaba gordo expediente criminal del mandatario saliente, prefirió transar con el contendiente más fuerte de aquella elección. Líopez, le advirtió que no metiera las manos en la elección del 2018 y le “perdonaría” todos sus “errores”.

De las poquísimas veces en que López, habló de Peña en la matiné en turno, se mostró agradecido y contento, por lo que expresó sin ningún rubor: “Cómo le agradecí a él —Peña Nieto—, que, a diferencia de Fox y Calderón, no se metiera abiertamente para influir en la elección, contra mí”. No México, no la patria, no la democracia, no el bien de la nación, no, solo "yo" supremo héroe y Mesías redentor.


Peña, puede seguir conquistando bellas damas por todo el mundo y gozar los miles de millones que se llevó, presumiendo su impunidad. Queridos amigos lectores, un favorcito, si ven a Peña, me lo saludan, díganle que lo extrañamos, porque estos resultaron peor. Ahora, si lo ven y prefieren regalarle los cinco consabidos trompetazos: TA-TA-TA-TA-TA, recétenle dos de mi parte.

 


DE DULCE: Uno de los que comenzó esta “modita” de destruir el lenguaje, esa maravilla del idioma castellano tan rico, sonoro y culto, fue el asno con botas Vicente Fox, quien, con el burdo pretexto de incluir a todos los mexicanos en sus idiotas discursos, dio por mandar mucho a la chingada —y no precisamente el rancho de López Obrador— las reglas y formas de la lengua española: “mexicanos y mexicanas”, “chiquillos y chiquillas”, “ciudadanos y ciudadanas”, dando de baja —por decreto presidencial, el concepto aquel, en el cual se usaba el género masculino cuando había que hacer una relación que incluía a entes masculinos y femeninos—. 


Hoy, 18 años después de que Foximiliano y la emperatriz Martota, dejaron el poder, las cosas del lenguaje están terribles. Los funcionarios públicos, desde la presidenta “con A”, pasando por secretarios de estado, gobernadores, diputados, senadores, presidentes municipales y legisladores locales, “adornan” sus desafortunadas peroratas, donde en todas —sin fallar— meten el ya típico “los y las”, “nuestros y nuestras”, “mexicanos y mexicanas”, etc. Y es que, ciegos por su ignorancia, piensan que esos usos son correctos y dan por hecho que los incluye a todos, o sea, a ambos géneros, que —es tonto repetirlo, pero igual lo digo— solo existen dos: masculino y femenino.


En ese marco de agresión a la lengua de Cervantes, hay que sumar el llamado lenguaje inclusivo a partir de la visión de la comunidad LGBTTXYZ+, el cual de manera ridícula propone incluir la letra “E” como si fuera un tercer género —que por supuesto no existe—, existiendo así él, ella y “elle” o simplemente agregando la “E” a ciertos sustantivos como “abogade”, para diferenciarlo de abogado —masculino— y abogada —femenino—. Notorio fue el caso de aquel “magistrade”, representante del llamado —ignoro por qué razón o qué es eso— "género no binario", quien acabó con su vida, agarrándose a navajazos con su pareja.  

Quiero hacer la aclaración de que, hacer una crítica a lo que su servidor considera una seria agresión a nuestro rico y maravilloso idioma, no tiene que ver con mi postura ante la preferencia sexual de cualquier persona. Para mí es claro, ya lo puse arriba: en la lengua española ——y en general en cualquier lenguaje— solo existen dos géneros: masculino y femenino. Tengo y ofrezco todo el respeto del mundo, quien aparte de ser un tercer género —que ya vimos no existe— desea ser “maceta” o “estufa”, pero nunca estaré de acuerdo en las flagrantes violaciones a las reglas lingüísticas.

Si bien es cierto que el lenguaje lo hace el pueblo, este va surgiendo de manera natural. Un ejemplo: la palabra “haiga”, es hoy por hoy incorrecto, debe decirse “haya”; pero ya existe tanta gente que utiliza, repito, de manera natural, el horrible “haiga”, que en un futuro —no sé cuántos años, unos 50 o 100—, lo correcto será precisamente “haiga”. Afortunadamente ya no estaré en este mundo canica para verlo. 


Si viajáramos en el “túnel del tiempo” al año, 1519, cuando arribaron los españoles a esta tierra que hoy llamamos México, y platicáramos con Cortés y su gente, nos costaría mucho trabajo hacernos entender, porque en ese lapso entre esa época y la actual, han sucedido cualquier número de cambios en la lengua, pero, que se dieron de manera natural y no “a fortiori” como ocurre hoy, con este lenguaje dizque inclusivo, que lo que menos combate es la discriminación con estas personas de la mencionada comunidad homosexual. 

El idioma español exige total libertad para evolucionar, o, “inclusive” —lean bien esta palabra— adaptarse a las circunstancias, pero nunca, nunca, modificar el lenguaje de manera forzada; eso le pega en toda la maraca a nuestro hermoso idioma, hoy tan agraviado por estas circunstancias o los golpes diarios del idioma inglés, la cercanía inevitable de los Estados Unidos, el diario golpeteo de los medios masivos de comunicación y “las benditas” redes sociales con un sector de la población, a la que vale un rábano y dos pepinos si muere o no el castellano.

En el colmo de la idiotez, por supuesto cuatroteísta, ya están planeando incluir este absurdo dizque lenguaje inclusivo en la Constitución, que no sé si se tornará Constituciono o bien Constitucione. Yo la verdad quisiera ver trabajar, pero en serio, por cosas importantes a los dilectos, dilectas o dilectes diputados, diputadas o diputades, al igual que los senadores, senadoras o senadoros, para dejar de oír tantas, tantos o tantes pendejadas, pendejados o pendejades. ¡Híjole, ya me hice bolas…¿o era bolos? No, no, no, era boles. ¡Chin!

 


DE MANTECA: En verdad que causa risa y en ratos mucha pena lo que sucede en el país. Por una ocurrencia, que nace del deseo de venganza de su alteza serenísima Andrés Manuel López de Santa Anna, —perdón— Líopez Hablador, la nación mexicana, perderá uno de los contrapesos más importantes de la política nacional: el poder judicial y, de paso, aquella máxima constitucional que le daba forma y razón a la patria, que es pacto federal de tres poderes independientes uno de los otros, quedan condensados en una sola persona: el poder ejecutivo + el poder legislativo + el poder judicial = a la vicepresidenta Sheinbaum = AMLO. Una ecuación para llorar.

El próximo mes de junio, se llevará a cabo en el país, una ridícula elección para elegir a ministros de la corte, magistrados y jueces. Ocurrencia que, tanto el ejecutivo como el legislativo —sobre todo este último— lo han tomado muy a la ligera, fast track las aprobaciones y en un muy desaseado proceso que ya raya en lo patético, sobre todo, el uso de una tómbola para elegir a quienes habrán de juzgar a los ciudadanos.

Causa vergüenza oír el pleito que se traen en el INE el gobierno federal, por el costo de esa inane elección, a la que le auguro un abstencionismo histórico que pondrá en la realidad a la fallida transformación de cuarta. Y si no, vea usted amable lector. Ya mostraron a manera de prueba o “calix” las presuntas boletas que habrán de utilizarse para esa jornada electoral: boleta morada que destinarán a la Suprema Corte de Justicia de la Nación; enseguida la verde para el Tribunal de Disciplina Judicial; viene la azul irá a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Una cuarta de color naranja para que el ciudadano vote por las Salas Regionales; luego la rosita misma que determinará al voto por magistrados de circuito, y la sexta y última, de color amarillo para los jueces de distrito. ¿Usted amable lector, sabe bien a bien, que es cada una de esas instancias? En este momento, si es que a la anterior pregunta respondió positivamente ¿conoce el nombre del actual titular o titulares?

Se calcula que, en algunas zonas del país, usted o yo tendremos que elegir entre más de 250 candidatos para renovar una treintena de cargos de diversos ámbitos del Poder Judicial Federal. Fíjese que complicado: cada uno de nosotros tendrá una boleta con 81 candidaturas para ministros, otra con 45 candidaturas para el Tribunal de Disciplina Judicial, dos boletas con un total de 18 candidaturas para las salas del TEPJF, y otras dos con números variables de candidaturas, dependiendo la entidad, pudiendo llegar hasta 120, para renovar los cargos de magistrados de circuito y jueces de distrito. Por congruencia entre lo que pienso y hago, señores de la 4T, no cuenten con mi presencia para avalar esa farsa.… ¡Nos leemos hasta la siguiente entrega, amables amigos, esta por cierto, es la última del 2024! ¡Feliz 2025!

 

 


sábado, 21 de diciembre de 2024

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: Uno de los grandes males de la política nacional, es sin duda la simulación; y la transformación de cuarta, ha institucionalizado esta práctica de “fingir que lo hacen” como un atributo del poder, al que suman, por cierto, a la mentira totalmente descarada y muy desvergonzada.

Es una gran preocupación de todos los mexicanos, la terrible inseguridad y la violencia cruel y despiadada que padecemos en estos días y que ya lleva decenas de años aportando muertos, desaparecidos, extorsionados y miles y miles de desplazados. Aquí cerquita está Huajicori y miren como les va.


Esos males, el gobierno federal lo “combate” con mentiras, voltear la cara del otro lado de la realidad, repartiendo abrazos o simulando acciones que no accionan. Para muestra basta este triste botón: en días pasados, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, cita en Acapulco, resignado puerto de ese muy sufrido estado de Guerrero, a todos los gobernadores de la república. Asistieron 30 para una sesión donde la mandataria de la nación, supuestamente les iba a jalar las orejas con respecto al trabajo y “estrategias” que los virreyes “adoptan” para el gravísimo problema de la delincuencia, la violencia y el crimen organizado.

Amenazó la presidenta con “A”, con exhibir a los gobernadores que no están todos los días al frente de sus consejos o gabinetes de seguridad; aplaudió al virrey de Tabasco, porque, dijo, está siempre al pie del cañón; y agregó: “Es muy distinto cuando un gobernador encabeza los esfuerzos de seguridad -en nuestra visión, desde la atención de las causas y desde la acción que tienen que tener las policías estatales, las fiscalías estatales y los tribunales-, a cuando lo delegan, particularmente en estados que tiene altos índices delictivos”, expresó.


Me parece bien, que se realicen estas reuniones porque ya hablan de alguna —por mínima que sea— estrategia en contra del crimen organizado, que ya gobierna e impone su ley en buena parte del país. Guerrero y Sinaloa, entre otros como Michoacán, Guanajuato y Chiapas, son claro ejemplo de lo anterior. Esas juntas de mandamases estatales, debieran tener más exigencia por parte de doña Claudia, por ejemplo, prácticamente sacar el cinto y cuerear a virreyes tan inútiles o, de plano, cómplices de la maña, como Evelyn Salgado, virreina de Guerrero y el inefable Rubén Rocha Moya, en mala hora sinaloense. Soy de la idea de que la presidenta debió encerrarse en un cuarto con estos gobernantes de pacotilla y gritarles en la cara su inutilidad, omisión, complicidad o hueva para hacer frente a la violencia en sus entidades.

La cuarta mujer más poderosa del mundo, según la revista Forbes, puede y debe ver la manera de remover de sus cargos a estos delincuentes encumbrados, lo que sería aplaudido por millones de connacionales que han sido víctimas de asesinatos, extorsiones, secuestros y muchos otros males. En lo público y en lo privado, a los de la 4T no se les cae de la boca el glorioso nombre de “Tata” Lázaro Cárdenas del Río, pero no lo imitan para nada. Él sí impuso juicio político contra gobernadores buenos para nada.


Pero yo me hago como mi tío Lolo, porque ese es un sueño guajiro y me lo confirma la salida de Chiapas de Rutilio Escandón, el “gober precioso de por allá”, quien dejó el gobierno y a ese territorio en llamas, pues permitió que prácticamente todo el territorio esté ahora en manos del crimen organizado y en general una situación de ingobernabilidad grave, pues en el pueblo chiapaneco privan la extorsión, los secuestros, los asesinatos, el despojo de sus propiedades, el tráfico de personas, de armas y trasiego de droga; amén que “Ruti” tiene acusaciones de corrupción; pero a pesar de todo, al dejar la gubernatura de esa entidad, fue premiado como cónsul de México en Miami, por supuesto, con la aprobación y el voto de los senadores de Morena, que como títeres alzan la mano al rugido de sus amos: Claudia y Andrés Manuel…o mejor dicho, Andrés Manuel y Claudia. ¿Así cuando pues?

 


DE DULCE: La hegemonía del otrora partido aplanadora PRI, tuvo una duración de 71 años, es decir, desde que Plutarco Elías Calles creó el Partido de la Revolución Mexicana (PNR), en el año de 1929 para enfrentar la crisis política generada por la muerte violenta de Álvaro Obregón, colocando como candidato del nuevo “instituto político”, a Pascual Ortiz Rubio “el nopalito”, quien compitió por la presidencia contra José Vasconcelos, iniciando, este abuelo del PRI con el pie izquierdo, ya que se generó el primer gran fraude electoral, ganando la presidencia misma que ya no soltaron hasta el 2000 cuando arribó a la silla del águila, el asno con botas Vicente Fox.


Durante esas siete décadas, el PRI lo fue todo: al igual que hoy, tenía a los tres poderes de la unión encarnados en una sola persona, el presidente, que llegaba a colocarse la banda presidencial por el bendito dedazo elector del mandatario saliente en turno; así como Calles puso al “nopalito”, Cárdenas dejó a Ávila Camacho y este a Alemán y este a Ruiz Cortines, y este y este…bla bla bla hasta Zedillo y aquí acabó la línea, en la que por supuesto hubo muchísimos fraudes electorales, como hoy; y colocaban en el congreso y en las gubernaturas de los estados a sus amigotes, compadres o alegres cómplices con la meta sustantiva de enriquecerse todos… es decir, igualito que hoy.


El filósofo alemán Friedrich Hegel afirmaba que los grandes hechos y famosos personajes de la historia universal aparecen en el tiempo, dos veces. Esa misma idea tenía Carlitos Marx, quien sostenía a su vez que cuando la historia se repite, la primera vez es una tragedia, y la segunda, una farsa. En ese sentido, en nuestro México lindo y querido, estamos viviendo una terrible e indignante farsa, pues la historia se repite tal cual. El nuevo Don Plutarco Elías Calles se llama ahora, ese gran farsante que es Andrés Manuel Líopez Hablador, quien ha dejado en su lugar a Claudia Sheinbaum, moderna “nopalito”, que se deja hacer para que su creador reinaugure el “maximato siglo XXI” y AMLO se convierta en el nuevo “jefe máximo de la revolución”, solo que este “de las conciencias”.

¿Cuánto durará la hegemonía de Morena? Pues a mi juicio otros 70 años como mínimo. Lo que nunca se ha dado es que el presidente deje a su hijo…Ni López Portillo se atrevió a dejar al “orgullo de su nepotismo”. Pero el emperador de Pejelandia ya nos ensartó a Andy en el puesto ideal para pronto acceder a la silla imperial. Eso sí es nuevo.

Visto así podemos decir que el PRI, tuvo primero su momento fundacional con Calles, lo mismo que hoy Morena con López; luego siguió el momento de la institucionalización, donde el PRI —o el PNR y después Partido de la Revolución Mexicana (PRM)— creció, se acostumbró a gobernar y a rodearse de servidores al partido, caciques, cosa que se prolongó, como sucede hoy mismo —para dar paso a un tercer estadio que llamaremos “de cuestionamiento”—; hasta que se dio el rompimiento con su corriente democrática dentro del partido, que terminó con la ruptura ante el revolucionario institucional y la creación del Frente Democrático Nacional, que habría de dar paso al PRD; ¿recuerdan a Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, etc.?



Hoy, en Morena, comienzan a comerse los lobos entre sí…lo que seguramente dará paso a la creación de tribus. El conde Drácula Adán Augusto López, anda de la greña con Ricky “Rikón” Monreal y se desgarran las naguas acusándose mutuamente de ladrones —acusación que nos “sorprende” a muchos—. Es sin duda el trayecto natural de las cosas…pero esperemos por lo menos 70 años de morenismo.

 


DE MANTECA: En verdad que estamos viendo cosas o escuchando situaciones que rayan en lo increíble, rozando lo patético y son producto de ese mocudrama que es la mal llamada “cuarta transformación”. Una de estas consecuencias es el lacayismo y la terrible manera, indigna por supuesto, de los aduladores y lambiscones que han elevado a la categoría de “caudillo” y “semideidad”, a su macuspana alteza serenísima Andrés Manuel López Obrador. El presidente con “E”, de todos los mexicanos y que gobierna desde Palenque vía control remoto, supo comprar la voluntad de millones de mexicanos que, en la larguísima hegemonía priista y posteriormente la “docena trágica” panista, cuando los gobernantes robaban a manos llenos y ni migajas le dejaban al pueblo; pero todo cambió con AMLO y la larga cauda morenista, que, al igual que los anteriores roban que da gusto, con la enorme diferencia que ahora reparten dinero alegremente a millones de mexicas, que sin pensar en lo que esto representa a la economía nacional, aplauden a rabiar a los que detentan en poder en la 4T, y hoy en el segundo piso de la 4T.


Ya me fui por Chiluca, cuando me quiero referir al culto a la personalidad, que lambiscones y lamehuevos como Layda Sansores, Epigmenio Ibarra, Fernández Noroña y Arturo Zaldívar y otras lacras han dado en ser mucho más que simples aduladores hasta caer en la categoría indigna de lacayos del régimen, o mejor dicho, de López Obrador y, dan pie para que salgan otros lisonjeros y adulones, como sucedió en Tultitlán, Estado de México, seguramente con el aval y la complacencia de la gobernadora Delfina Gómez, ya que crearon la colonia “Cuarta Transformación” y se aventaron la puntada —las ocurrencias son legado del reyecito tabasqueño— de poner “preciosos” nombres a las calles: “Guardia Nacional”, “Me canso ganzo” (así con “Z”), “Tren Maya”, “Sembrando vida”, calle “Canasta Básica”; esquina “Salario Mínimo” con “Aeropuerto Tulum”. Imagínese el amable lector tener como domicilio la calle “Acúsalo con tu mamá” No. 41, Colonia “Cuarta Transformación”. ¡Es delirante lo que ocurre en nuestro pobre país! Acuérdense que grandes personajes “padecieron” el culto a la personalidad: Hitler, Stalin, Mao, Fidel Castro, Anastasio Somoza o Pinochet. … ¡Nos leemos hasta la siguiente entrega, amables amigos!

sábado, 14 de diciembre de 2024

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: Abraham Lincoln dijo alguna vez: “Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”, y así estamos con los “gobernantes” de la 4T o de Morena, como guste usted amable lector, quienes, obedientemente han seguido al pie de la letra el legado de simulación, mentiras e insensibilidad que les dejó Andrés Manuel Líopez Hablador, incluyendo a “nuestra” presidenta con “A”, Claudia Sheinbaum, quien no ha podido o de plano no ha querido zafarse al viejito “recluido” en Palenque.


Se han vuelto tan insensibles, que ya los muertos por asesinato que cunden en nuestra pobre nación, es para ellos tan normal, como ver la salida del sol por las mañanas. Precisamente donde la Sheinbaum, convocó a los gobernadores de los estados para tratar el tema de la seguridad, reunión a la que asistieron 30 de los 32 gobernadores, en Acapulco, Guerrero, asesinaron al magistrado Román Pinzón, justamente en el puerto guerrerense, en ese estado donde se dice que “gobierna” otra títere de la transformación de cuarta, la hija del violín Félix Salgado Macedonio, la inútil Evelyn Salgado, y nadie se conmueve, nadie lo ve como algo grave, es un asesinado más en la larguísima relación de hombres y mujeres masacrados en el país. 


Uno más que se suman a los 200 mil que dejó el caudillo macuspano, y que, para él, no eran nadie, no sucedía nada, todo estaba bien. AMLO simuló atender el problema de la inseguridad en el país, en una idiota estrategia de “abrazos, no balazos” y que dejó como resultado que el país esté siendo gobernado por el crimen organizado y los muertitos sigan cayendo como moscas fumigadas, de hecho, en los poquito más de dos meses que lleva Claudia en el poder, ya suma, en su gobierno 2,564 mexicanos asesinados y, como su predecesor, organiza todos los días, muy temprano una reunión con el gabinete de seguridad y, yo creo que solo se dedican a tomar un cafecito y comentar los resultados del fútbol, porque de seguridad nanay, no hay resultados visibles.


Ahí, en Acapulco, la presidenta expresó claramente con respecto a la seguridad en las entidades del país: Las y los gobernadores deben asumir esa responsabilidad. Con todo respeto, ahí donde el gobernador no está presente, se nota. No es suficiente con atender un día a la semana, hay que estar diario”. Eso lo dijo, teniendo a tan solo diez centímetros de distancia a la tal Evelyn Salgado quien dizque gobierna un estado completamente en manos de la delincuencia. Ahí, justo en la capital de ese estado, Chilpancingo, al presidente municipal, con tan solo dos días de haber asumido la presidencia, fue asesinado y decapitado dejando su cabeza, sobre el capacete de su auto. Eso dijo la Sheinbaum, teniendo también, a unos dos o tres metros, a Rocha Moya, virrey de Sinaloa, una entidad completamente perdida.


De pronto, la presidenta da muy leves visos de independizarse y tomar decisiones sin que pasen por el cedazo tabasqueño, pero, esas acciones como la “Operación Enjambre”, al parecer fueron “flor de un día”. No nos queda a los ciudadanos, seguir señalando a los sumisos gobernantes de la 4T sus garrafales errores, sus demagógicas propuestas y desenmascarar tanta mentira y, no convertirnos en lacayos de Morena, como los legisladores de ese partido, todos ellos, una vergüenza nacional.

 


DE DULCE: He vuelto a oír, en estos días del “claudiato” que seguimos odiando a españoles y en particular a Hernán Cortés, que, a lo largo de más de 500 años, ha sufrido cualquier cantidad de ataques y acusaciones. Cortés, como lo pintó y lo describió Diego Rivera: “deforme, jorobado, sifilítico y contrahecho”, es el más maldito de la historia nacional —sobre todo la historia de la transformación de cuarta—. 


Pero, seamos sinceros, ese trinche nacionalismo trasnochado, en realidad es odio a nosotros mismos, los mexicanos no nos queremos, y es que, la historia, bien dicen, la hacen los vencedores. Y los vencedores de hoy son Morena y su caudillo Líopez Hablador, quien, como presidente se las dio de gran historiador y ha querido hacernos creer a todos, que los mexicanos de hoy, somos los mexicas o aztecas de ayer, y que, al llegar los “conquistadores” españoles, nos arrebataron el futuro; lo cual no deja de ser una soberana tontería. Primero, no éramos mexicanos y México no existía… ¡Vamos!, tampoco existía España. Así de fácil, así de complicado. AMLO nos acostumbró —y muchísimos lo creyeron— a que la historia de México, estaba llena de odios, enemigos y conflictos del pasado. En su afán por polarizar y dividir a la nación, se inventó una historia a modo, donde por supuesto, los españoles eran los más malos entre los malditos y los pueblos originarios —como si hubieran sido un solo pueblo— los buenos de la película y además sus víctimas.


La cuarta transformación, sigue empeñada —y así lo ratificó la presidenta Claudia Sheinbaum— en que España, nos pida perdón por algo que sucedió hace más de cinco siglos, haciéndonos creer a los mexicanos de hoy que ellos, los europeos llegados aquí en 1519 comandados por Hernán Cortés, “nos” robaron el oro, “nuestros” dioses, “nuestra” lengua, “nuestra” arquitectura y “nos” esclavizaron. Ellos, Morena y sus aliados, pero sobre todo AMLO, nos quieren hacer creer, que, en aquella época, “éramos” un solo pueblo y cohabitábamos en el mismo tiempo: mexicas, mayas, tlaxcaltecas, toltecas, teotihuacanos, olmecas, popolucas, tzeltales, cholultecas, purépechas, texcocanos, zempoaltecas, y hasta chichimecas. Que, al caer Tenochtitlán, cayó y sigue derrotado México. ¡Vaya sandez! Porque México no existía, ni nosotros los mexicanos.

Ante tanta maldad —y no me refiero a la maldad hispana, sino a la del tabasqueño emperador— no nos queda más que empezar a estudiar y difundir la historia con otra visión; ni siquiera buscar la verdad de la historia, porque esa tampoco existe. Hacemos mal, los mexicanos de hoy —ahora sí mexicanos— en consumir “los otros datos” de Líopez, ya digeridos y tragarnos esos cuentos de la superioridad azteca. Esos pueblos indios que mencioné arriba, en su gran mayoría fueron felices cuando vieron caer a los mexicas, que los tenían sojuzgados.


Hace mal la presidenta Claudia Sheinbaum, en empeñarse en repetir las mismas tonterías de su creador, esa historia de odio y de eterna derrota solo nos hace un daño enorme a los mexicanos. La historia es mucho más que las ocurrencias de un emperador frustrado y lleno de rencor. Ya lo dijo un pensador: “Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia, la verdadera”. Líopez es tan solo una coma, en la magnífica historia nacional. Además, nosotros —ahora sí, nosotros— fuimos los que ganamos. ¿No nos independizamos en 1821?


  DE MANTECA: Cómo el tiempo nos va cambiando las cosas…a veces para bien, otras para mal. Con la llegada de estas fechas de fiestas decembrinas y del año nuevo, arriban también los recuerdos de cuando, siendo adolescente y viviendo en la hoy llamada Ciudad de México, veníamos de visita justamente en este mes de diciembre, a este noble pueblo de Acaponeta, la tierra de los mayores para la familia Sánchez Hidalgo. Y casi casi llegando, corríamos a casa de la estimada Señora Haydeé Sánchez de Chávez a apartar la mesa para el sensacional baile de fin de año del Club Rotario, en el amplio salón de eventos del Hotel Plaza.


En aquellos tiempos de finales de los años 70 y principios de los 80, del ya lejano siglo XX, se organizaban tres bailes en esa fecha: esta del Hotel Plaza, otra en el Astoria Club, y finalmente en el salón de la Nicolás Bravo. Y sin querer ser clasista —qué por supuesto no soy—, así se dividía la sociedad acaponetense de la época, lo cual me recordaba aquella telenovela que producía Telesistema Mexicano —cuando aún no era Televisa— y que se llamaba “El Medio Pelo”, del genial dramaturgo Antonio González Caballero y que dividía a la población en tres grandes grupos sociales: los acomodados, eran el terciopelo; la clase media, que venía ser precisamente “el medio pelo” y la clase económicamente más dañada, que González Caballero, llama “la pelusa”. Entonces, el “terciopelo” iba al Plaza, el “medio pelo” al Astoria, y “la pelusa” al salón de mutualista “Nicolás Bravo”.

Hoy esos bailes, solo son recuerdo como los mismos salones donde todos bailábamos al ritmo que nos traían Nacho Millán o Chava Corona con sus sensacionales orquestas. El hotel Plaza, hoy es una nueva tienda de novedades con el pomposo nombre gringo de “Waldo´s”; el Astoria, abandonado a su suerte, espera su triste destino del colapso. Y el salón de la Nicolás Bravo, también ya vio pasar sus mejores tiempos.

Me gusta la frase de Gustave Flaubert que dice: “Me gusta rodearme de recuerdos, de igual modo que no vendo mis trajes viejos. A veces subo a verlos al desván donde los guardo y recuerdo los tiempos en que aún estaban nuevos y en todas las cosas que hice cuando los llevaba” … ¡Nos leemos hasta la siguiente entrega, amables amigos!

 

 

 


martes, 10 de diciembre de 2024

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA



Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: No soy hombre que crea mucho en las coincidencias, casualidades o al azar, en ese sentido hago mía la frase del poeta inglés John Milton: “…no creo en la casualidad ni en la necesidad…mi voluntad es el destino”. Y si se trata de chiripadas en la grilla totonaca —“pior”— de la 4T, ¡menos! Solo me resta decir que en política las casualidades no existen, simplemente son simulaciones que buscan manipular y tender “cortinas de humo” para ocultar lo verdaderamente importante o darle una maquillada a los yerros y las acciones percudidas de gobierno.

En los últimos días se han dado, varias de esas raras coincidencias en el diario andar de México, por ese surrealista mundo manoseado por Morena y el macuspano invisible de Palenque, Chiapas, quien se encuentra más activo y lleno de poder que nunca. 


Esas casualidades que he notado son las siguientes: donald trump (siempre con minúsculas) truena contra las migraciones y su paso por México, y de repente —¡qué casualidad! — el instituto de migración, endurece sus acciones, retienen a los migrantes del mundo que llegan a tierra azteca, entrando por tierra maya; viola sus derechos humanos, les mienten a los que van en tránsito hacia la frontera norte, trepándolos en camiones o camionetas tipo Van, con el pretexto —mentiroso por supuesto— de “darles un aventoncito” solo para irlos a “tirar” —realmente eso es, tirar— a Yucatán, Acapulco o Michoacán, donde los abandonan a su suerte y los desvían de su camino y sueños.


Se queja nuevamente trump, ahora del fentanilo y misteriosamente la secretaría de seguridad a cargo de Omar García Harfuch, anuncia el decomiso gigantesco de mil 100 kilos de fentanilo —lo cual fue un récord—, lo que equivale a 20 millones de dosis en pastillas, listas para entregar a los cientos de miles de zombis drogos de los Estados Unidos, esos que exigen una gran demanda de enervantes, que por supuesto, los capos de acá están dispuestos a proporcionarla. Por supuesto, ese fentanilo es el que no se produce en México, según gritaba a los cuatro vientos el emperador que tuvimos en el gobierno anterior.


Vuelve a tomar la palabra el “pelos de elote”, ahora amenazando con imponer aranceles a los productos mexicanos que crucen la frontera con los “primos”, y sale como de rayo el canciller Juan Ramón de la Fuente a buscar alternativas en los consulados mexicanos allende el río Bravo. El miedo no anda en burro.

Otro berrinche del hocicón trump, quien se queja de los productos chinos en México y ¡Zas! —otra coincidencia—; el gobierno de la CDMX clausura un enorme negocio lleno de productos chinos, en la plaza de Izazaga.

Pareciera que el gobierno federal o Morenista o de Claudia Sheinbaum o de AMLO —como guste usted— está más atareado en seguir la agenda del loco racista presidente electo de Estados Unidos, que hacer la tarea de casa.

 


DE DULCE: Uno de los grandes “legados” que Andrés Manuel López Obrador dejó a la presidenta —con “A”— Claudia Sheinbaum, es el de soltar terribles y desafortunadas declaraciones al mundo.

AMLO no se tocaba el corazón o conectaba dos neuronas para escupir perlas maravillosas como aquella que amenazaba a los criminales, esos que sin ningún escrúpulo degüellan o decapitan al prójimo, o meten cadáveres en tambos con ácido para deshacerlos, o se enfrentan a balazos con enemigos y amigos no importando si se atraviesa por ahí un niño: “los voy a acusar con sus mamás y sus abuelitas”; y en esa misma idea, lanzó otra que poco a poco se convirtió en “estrategia”: “Yo sigo llamando a todos a portarnos bien, a que sean abrazos, no balazos”. Y qué tal aquella que lo pinta de cuerpo entero: “Dinamarca es mi ejemplo a seguir… como no hay corrupción, pues no hay pobreza”. ¡Ajá!


En 2022, López Obrador anunció una nueva fase con medidas adicionales para ahorrar en el gobierno federal y se atrevió a decir: “Austeridad republicana pasa a ser pobreza franciscana". “Lo que diga mi dedito”, “yo tengo otros datos”, “vivo bien con 200 pesos en la cartera y no uso tarjetas de crédito”, “No mentir, no robar y no traicionar evita coronavirus” y mil linduras como estas que arrojaron sus belfos a lo largo de casi seis años.


Muy desafortunadamente, la actual presidenta Claudia Sheinbaum, optó o recibió la orden de seguir con las demagógicas mañaneras y, lo peor, ha dado la doctora en continuar la perversa costumbrita de soltar barbaridades, que, a pesar de que hicieron pasar a AMLO como un babotas, o más bien, que él creyera que los pobladores de esta pobre nación éramos una manada de burros que todo se traga, así sean soberanas pendejadas.

En los últimos días, la Sheinbaum ya se aventó dos joyitas al aire y ninguna la dejó bien parada. Primero —según ella— trump (siempre con minúsculas) le preguntó que cómo le hacíamos los mexicanos para evitar el consumo de ese veneno fentanilo que tiene en jaque al gobierno y sociedad norteamericana, puesto que se calcula que cada año mata a 100 mil viciosos estadounidenses (ellos ponen los drogadictos y nosotros a los muertos de enfrentamientos). Claudia le contestó que se debía a que las familias mexicanas se cuidaban unas a otras, por eso no había consumo en el territorio nacional. Por supuesto, además de ser una burda mentira, como aquella que expresó su padre putativo Andrés Manuel, que en México no se producía el fentanilo, es una expresión que podría haber sido: “es que le pedimos con fervor a los Reyes Magos, que nos quite los vicios y lo cumplieron”.


La segunda, igual de populista, tratando de exaltar el nacionalismo más arraigado en los corazoncitos tricolores de cada mexicano; resulta que, alguno de esos periodistas de la mañanera, le lanzó la bolita para que la Sheimbaun la bateara, preguntando, qué pasaría si los gringos nos invadieran buscando acabar y aprehender a los narcos de la nación. Ella, la presidenta con “A”, respondió sin ningún rubor: “…no va a haber una invasión, no es un escenario que tengamos en mente…y de todas maneras tenemos nuestro himno nacional…” ¡Ándale pues! ¿A qué se refirió? ¿A aprestad el acero y el bridón? ¿Quizá a “masiosare”, un extraño enemigo? O ¿un soldado en cada hijo te dio? Pensé que todo lo habíamos visto con el reyecito de Macuspana, pero no, sigue la mata dando.

 


DE MANTECA: Tengo la fortuna de conocer medio centenar de ciudades que tienen el nombramiento de “Pueblos Mágicos”. Comunidades que, por sus características de belleza, limpieza, respeto a su arquitectura vernácula o típica, así como otros activos culturales, sociales, naturales, etc. les han permitido a acceder a este calificativo de “Pueblo Mágico”, programa federal que además ofrece recursos económicos a los ayuntamientos galardonados.

El gobierno municipal de Acaponeta, está buscando hacerse de este nombramiento, lo cual es bueno, pero debo hacer alguna consideración que públicamente emitimos en el pasado conversatorio de la Junta Vecinal de Acaponeta A.C. durante el Festival Cultural.

Históricamente son tres los culpables de que la Ciudad de las Gardenias, no se hayan protegido y/o conservado los monumentos históricos o las viejas casonas del delimitado centro histórico de Acaponeta. A saber: primero los propios pobladores. Los acaponetenses, no hemos aprendido que una ciudad que mantiene su centro histórico lo más conservado que se pueda, se pierde la oportunidad, no solo de tener la categoría de “Pueblo Mágico”, sino de atraer visitantes o turistas, mismos que dejan en esas poblaciones, fuerte derrama económica. Los propios comerciantes están ciegos ante esa posibilidad. Conozco pueblos mágicos a donde ríos de personas, llegan en autos, aviones, e incluso autobuses a conocer esas localidades y todos ellos, pernoctan en sus hoteles, comen en sus restaurantes, llevan recuerdos o suvenires o mercancía local que es muy apreciada; ¡vamos! Al menos se toman una coca cola y dejan ese dinero en la tiendita de la esquina. Pero no, las edificaciones antiguas tan bellas y majestuosas, se han ido perdiendo ante la indiferencia de todos, principalmente de los habitantes de esta bella ciudad.

Segundo culpable y al que hay que cargarle “todos los muertitos”: la autoridad municipal en turno, misma que tiene la obligación de otorgar o negar permisos de construcción, afectar el centro histórico o permitir o negar afectaciones en los monumentos históricos. Este mal viene desde siempre, primero porque regularmente hay un desconocimiento total de los directores o encargados de estas oficinas. Antes era la Dirección de Obras Públicas, y hoy creo que el organigrama ha cambiado, y le corresponde a Coplademun —la verdad no lo sé—. Pero al ignorar todo sobre ese tema, los inmuebles que le dan belleza e historia a la ciudad, se siguen perdiendo, porque, además, no existe en la ciudad la cultura de sus pobladores de ir a solicitar un permiso de construcción a la presidencia. Con todo y pena, se debe castigar a los que no hacen caso. A nadie se sanciona o al menos se le llama la atención y eso que algunos de esos edificios están protegidos por una ley federal.


Tercer culpable: el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), encargado de vigilar que todo lo arriba expresado se cumpla, caso contrario se sancione a los infractores. Sin embargo, de un tiempo a la fecha, el INAH sufre terribles carencias económicas y recortes presupuestales, al grado que no recursos ni para los viáticos para las visitas a los municipios. Son como las visitas de los obispos, allá cada mil años se asoman por esta tierra. Hace años, el INAH —muchas veces en coordinación o con la gestión de la Junta Vecinal— daban capacitación a los encargados del ayuntamiento, lo cual era bueno; o bien se daban una vuelta para comprobar cómo se desarrollaban las cosas, hoy ya no. Es una lástima y las consecuencias están a la vista.

Ante ese panorama, la posibilidad de que Acaponeta sea un “Pueblo Mágico”, es lejana…veremos y diremos. ¡Nos saludamos en la próxima entrega amigos!