lunes, 21 de marzo de 2011

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA


 Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Llegó la primavera y para los acaponetenses y en general a todos los costeños del norte de Nayarit, se hace acompañar de un intenso calor que habrá de prolongarse hasta finales de octubre si bien nos va. No es de exagerar si les digo que hay días en el verano en que el termómetro registra marcas de 45 a 47 grados centígrados al sol, que sentimos que nos vamos a derretir como helados fuera del congelador y en plena banqueta. Sin embargo, salvo la mejor opinión de Ustedes amables lectores, son "mejores" estos calores que los que se sienten más al norte, como en Sonora o la porción fronteriza de la Baja California y en general toda la península, donde el desierto envía una canícula seca, más insoportable que la nuestra, pues nosotros solo buscamos una sombra y la temperatura baja drásticamente y allá no, incluso aquí sopla el viento y nos refrescamos; en aquellas latitudes silba el Dios Eolo y es como si llegara un dragón. Pero como dijera la estupenda Cristina Pacheco, aquí nos tocó vivir y “ni hablar del peluquín”, como decían los de antes……..