viernes, 27 de agosto de 2021

CELEBRÓ LA PREPA 3 SU SEXAGÉSIMO ANIVERSARIO CON UN CONVERSATORIO VIRTUAL


 

Debido a la pandemia, que tantísimos planes ha frustrado, la Unidad Académica Preparatoria No. 3 "Lic. Benito Juárez" de Acaponeta, celebró el sexagésimo aniversario de su fundación, con un ameno e interesante conversatorio en el que participaron personas que ayudaron a la consolidación de un proyecto educativo que hoy cumple seis décadas de dar cabida en sus aulas a jóvenes de la región norte de Nayarit y sur de Sinaloa.




Conducido por el Lic. José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo, el acto, que tuvo una hora y cuarto de duración, donde se vertieron hechos históricos, fotografías antiguas, recuerdos y anécdotas de aquellos primeros días labor educativa en el año de 1961.



Abrió el Director del plantel Lic. Jean Marcel Gameros Jáuregui con la bienvenida y una pequeña reseña sobre los primeros días de la hoy, Unidad Académica Preparatoria No. 3 de la Universidad Autónoma de Nayarit.



Enseguida el ilustre historiador Pedro Luna Jiménez, mostró el contexto educativo que privaba en Nayarit en esos años y aún antes; la existencia y trascendencia del Instituto del Estado que creó el intelectual nayarita Luis Castillo Ledón, y que derivó en el Instituto de Ciencias y Letras de Nayarit, el cual acogió a las seis escuelas preparatorias que se formaron antes de la UAN, como son la Prepa 1 de Tepic en 1947; la 2 de Santiago Ixcuintla en 1958; las prepas 3 y 4 de Acaponeta y Tecuala, ambas de 1961; la escuela 5 de Tuxpan fundada en 1963 y la seis de Ixtlán del Río en 1965. Mencionando en varias ocasiones al fundador de la UAN, Dr. Julián Gascón Mercado.



El mismo Lic. Morales, mostró una serie de fotografías de los primeros estudiantes fundadores de la Prepa que comenzó, gracias al impulso de notables ciudadanos de la época como Héctor Gamboa Quintero, Elías Chan Flores, Pepe Alcántar, Dr. Rodolfo Castillo Sánchez, Aurelio Soto Soto o el Dr. José Luis Chan Flores. Dio a conocer los nombres de los 25 primeros alumnos que tuvo la escuela, así como de los directores desde 1961 a la fecha.



Luego de su presentación, el conductor del conversatorio, dio la palabra a testigos relevantes de la historia del plantel, entre ellos al cronista municipal Don Néstor Chávez Gradilla, maestro fundador, quien narró algunas simpáticas anécdotas de la época; también la Dra. Esther Castillo Ahumada, hizo un recuerdo de su padre el Dr. Rodolfo Castillo, uno de los motores principales del proyecto preparatoriano. También tuvieron entusiasta participación dos directores de la sexagenaria escuela del nivel medio superior: el Dr. Rodolfo García Pardo y el Lic. Rolando Casillas Díaz.






Entre los asistentes se pudo contar al Rector de la Universidad, Maestro Jorge Ignacio Peña González; el secretario general del Sindicato del Personal Académico de la UAN, Maestro Francisco Haro Beas, así como el representante del Sindicato de Empleados y Trabajadores de la UAN, Sr. Guadalupe Javier Ulloa Ríos, la representación estudiantil en la persona de la vicepresidenta de FEUAN, la ex estudiante de este plantel acaponetense, Yicell Joselyn López Padilla. Asimismo se contó con la presencia del Secretario de Educación Media Superior de la UAN, M.D. Oscar Alejandro Castañeda Pineda, la Directora de la Unidad Académica del Norte, Maestra Rosa Ruth Parra García, y directores de otras preparatorias, maestros y ex alumnos.



Finalmente el Rector de la UAN Jorge Ignacio Peña González dio por clausurada la sesión e hizo el compromiso de que esa celebración deberá realizarse de forma presencial luego de que la pandemia lo permita y regresará al plantel la próxima semana a hacer entrega del nuevo edificio que está por concluir su construcción.





jueves, 26 de agosto de 2021

EJEMPLAR COLABORACIÓN INTERINSTITUCIONAL EN FAVOR DE LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO EN NAYARIT

Foto 1. Vista aérea general de la construcción del Canal Lateral 27+680 del Canal Centenario

 Vista aérea general de la construcción del Canal Lateral 27+680 del Canal Centenario

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*** El Centro INAH Nayarit, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA/Dirección Local Nayarit) trabajan en estrecha colaboración

 

*** Los trabajos de registro, protección e investigación por parte del Centro INAH Nayarit se llevan a cabo con motivo de la construcción del proyecto hidroagrícola “Canal Centenario”

  

Con el objetivo de ampliar significativamente la superficie cultivable de riego para elevar la productividad agroalimentaria del estado de Nayarit, el gobierno federal, a través de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA/Dirección Local Nayarit) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) tienen a su cargo la construcción del “Canal Centenario” en la costa central de Nayarit, obra de infraestructura hidroagrícola que aprovechará las aguas del río Grande de Santiago, en una región donde en la actualidad la mayor parte de los cultivos se producen bajo el régimen de temporal y de humedad residual.

 

Cartel informativo de la zona de riego del Canal Lateral 27+680, actualmente en construcción


Esta obra conllevará la construcción de un canal principal de 45 km. de longitud (Tramos “B” y “C”), con un derecho de vía de 60 m., así como de una compleja red de 320 km. de canales secundarios de distribución -canales laterales, sublaterales, ramales y subramales- y de numerosas obras colaterales (sifones, alcantarillas, drenajes, puentes, patios de maniobra, etc.). Se estima que la superficie agrícola beneficiada será de 43,105 has., destinadas actualmente a la agricultura de temporal, que se integrarán a seis nuevas zonas de riego: Rosamorada, Bejuco, Margen izquierda del río San Pedro, Margen derecha del río San Pedro, El Tambor y Yago.

 

Sitio arqueológico “Cerro de Coamiles”, donde fue modificado el trazo original de uno de los canales proyectados por la CONAGUA


El “Canal Centenario” -actualmente el más importante proyecto de construcción de infraestructura hidroagrícola a nivel nacional- se ubica en la zona nuclear de desarrollo de la cultura regional Aztatlán del Pacífico noroccidental mesoamericano, una región caracterizada por la presencia de fértiles y profundos aluviones intercalados con numerosos humedales costeros de agua dulce y salobre, donde según las fuentes documentales del Siglo XVI se practicaba agricultura intensiva de humedad.

 

Vista general del sitio arqueológico de “Las Animas”, donde se modificó y reubicó el trazo original del Tramo “C” del Canal Centenario


Por la magnitud de la obra, desde finales del 2014 y durante el 2015 el Centro INAH Nayarit inició un programa permanente de prospección arqueológica de superficie a lo largo del eje de trazo y dentro del derecho de vía del Tramo “B” del Canal Centenario, bajo la supervisión del Arqlgo. Mauricio Garduño Ambriz (Centro INAH Nayarit), que incluyó la revisión de todos los bancos de material que habían sido seleccionados, con el objetivo de localizar y registrar monumentos arqueológicos susceptibles de destrucción por la eventual construcción de este transecto.


 Vista general de la excavación extensiva realizada en el sitio “Las Parejas” (km. 21+500) del Tramo “B” del Canal Centenario


Estos trabajos permitieron localizar y registrar un total de 29 nuevos sitios arqueológicos de origen prehispánico ubicados en zonas colindantes al proyecto de construcción del “Canal Centenario”, pero que no se verían afectados directamente por dichas obras. “De gran relevancia para la arqueología regional ha resultado el hecho de registrar nuevos asentamientos, ubicados entre la planicie aluvial y el piedemonte bajo de la Sierra Madre Occidental, una zona topográfica de transición caracterizada por la presencia de lomeríos rocosos intercalados con valles costeros, en la que los asentamientos se encuentran mejor conservados en relación a los sitos localizados en las tierras bajas de uso agrícola, que durante años han sido niveladas extensivamente, provocando la destrucción de la mayor parte de los volúmenes arquitectónicos remanentes y modificando el trazo original de los asentamientos”, precisó el arqueólogo.

 


Vista general del promontorio rocoso sobre el que se encontraba el sitio “San Lorenzo” (km. 27+300), a un lado del Tramo “B”


A partir de la prospección sistemática a lo largo del Tramo “B” fue posible localizar y registrar dos sitios arqueológicos inéditos dentro de la zona de afectación primaria, “Las Parejas” (km. 21+500) y “San Lorenzo” (km. 27+300), que ya habían sido parcialmente afectados por obras de desmonte y despalme inicial. Posteriormente, en el transcurso del 2016, ambos sitios fueron intervenidos con la anuencia del Consejo de Arqueología del INAH, bajo la modalidad de rescate arqueológico, con lo que fue posible obtener información relevante sobre el sistema constructivo de ambos asentamientos, sobre la temporalidad de su ocupación, sobre su filiación cultural y también sobre los patrones culturales de inhumación que practicaron sus habitantes.

 

Urna funeraria localizada in situ en uno de los montículos explorados en el sitio “San Lorenzo” (km. 27+300)


Los trabajos de reconocimiento sistemático de superficie efectuados desde el 2020, con el apoyo logístico tanto de la CONAGUA/Dirección Local Nayarit como de la SEDENA, permitieron verificar que dos importantes trazos proyectados, uno a la altura del km. 32+100 del Tramo “C” y otro en la ampliación del Canal Lateral 27+680 (del km. 23+600 al 24+460) afectarían física y visualmente dos de los más importantes asentamientos arqueológicos del complejo cultural Aztatlán (850/900-1350 d.C.), “Las Animas” y el “Cerro de Coamiles”, respectivamente.

 

Registro fotográfico del proceso de embalaje de la urna funeraria localizada


Después de integrar el dictamen técnico correspondiente y producto de una larga y fructífera gestión -en la que participaron el Arq. Othón Quiroga García, director del Centro INAH Nayarit, el General Brigadier, Diplomado del Estado Mayor, Ing. Constructor Iván Hernández Uribe (SEDENA) y el Ing. Carlos Alberto Hernández Solís, director local de la CONAGUA en Nayarit-, el trazo original de los canales proyectados fue modificado, reubicándolo a más de 300 m. del núcleo ceremonial de ambos asentamientos. Cabe señalar que dentro del programa estratégico a largo plazo del Centro INAH Nayarit se tiene contemplada la eventual apertura oficial al público de ambos sitios, considerando su notable planificación arquitectónica, su ubicación y el buen estado de conservación de sus monumentos.

 

Exploración de una urna funeraria localizada durante los trabajos de rescate en el sitio “Las Parejas” (km. 21+500)


Tomando en consideración el enorme potencial arqueológico de esta microrregión y como parte de los estudios arqueológicos de factibilidad necesarios para determinar la viabilidad de la construcción de la extensa red de canales en apego al proyecto original presentado por la CONAGUA, es probable que a mediano plazo el Centro INAH Nayarit diseñe y ejecute un proyecto arqueológico de salvamento, en beneficio de la protección e investigación del patrimonio arqueológico estatal, comentó el Arqlgo. Garduño.


martes, 9 de febrero de 2021

JULIO LÓPEZ ESCOBEDO, ARTÍFICE DE LA PIEDRA

 

El Sr. Julio López Escobedo en su taller de lapidaria, ubicado en la ciudad de Tepic


ENTREVISTA REALIZADA POR: 

 

Arqlgo. Mauricio Garduño Ambriz

Sección de Arqueología/Centro INAH Nayarit

 

 Hace más de mil años, en las fértiles tierras bajas aluviales de la costa noroccidental de Nayarit -la zona nuclear donde se desarrolló la cultura regional Aztatlán-, la población prehispánica se especializó en la producción de numerosos objetos suntuarios, de uso ritual, funerario y hasta utilitario, que fueron manufacturados utilizando rocas argilíticas (arcillosas) producto de alteración hidrotermal, del grupo de la caolinita. 

Los principales yacimientos de este mineral no metálico en el estado de Nayarit se localizan hacia el oriente de la población actual de Yago, en el sistema de lomeríos que topográficamente marcan la transición entre la planicie aluvial y el piedemonte de la sierra. A la caolinita se le considera una roca blanda, es decir, con un índice relativamente bajo de dureza -de 2 a 2.5 en la escala de Mohs- y una textura terrosa suave, lo que le confiere propiedades físicas adecuadas para su transformación en objetos útiles por medio de la aplicación de técnicas combinadas de percusión y desgaste por abrasión.

 

Bloques de caolinita obtenidos de los yacimientos ubicados hacia el oriente de la población de Yago

Evidencias del procesamiento local por parte de las poblaciones costeras Aztatlán para transformar y procesar esta materia prima han sido encontradas principalmente en el sitio arqueológico de Amapa, en depósitos culturales ubicados cronológicamente en el Postclásico Temprano y Medio (900-1350 d.C.), donde ha sido posible documentar la existencia de talleres artesanales especializados donde se llevaba a cabo la manufactura de diversos objetos, destacando una gran variedad de cuentas y pendientes, vasos trípodes sencillos o decorados con efigies antropomorfas o zoomorfas, así como malacates lisos o adornados con elaborados diseños de carácter simbólico.

 


La información arqueológica disponible actualmente nos sugiere que estos objetos eran producidos no solamente para el consumo de la población local, sino que eran importantes objetos de comercio, integrándose a las complejas redes de intercambio comercial que establecieron las poblaciones Aztatlán a lo largo de toda la costa del Pacífico noroccidental. Desafortunadamente, los profundos cambios económicos, políticos y sociales que conllevó la empresa de conquista y colonización de estas provincias durante la segunda mitad del siglo XVI por parte de las huestes hispánicas y sus aliados provocaron la abrupta e irreversible disgregación de las poblaciones costeras Aztatlán.

 

Herramientas de trabajo -mangos de asta de venado y buriles de obsidiana- utilizados en la manufactura de diversos objetos

De esta manera, tanto sus formas de organización y cooperación comunitaria como sus principales actividades económicas -incluyendo el trabajo artesanal especializado relacionado con la industria lapidaria y con la metalurgia del cobre y del bronce- cayeron progresivamente en desuso, dando lugar a la adopción de nuevas tecnologías y al consumo gradual de herramientas manufacturadas con nuevos materiales, como el hierro.

 


Más de once siglos después, el Sr. Julio López Escobedo, es el único artesano que en la actualidad sigue trabajando rocas como la caolinita aplicando técnicas tradicionales de trabajo basadas en el desgaste, el pulido y el bruñido, tratando de replicar las técnicas lapidarias prehispánicas.

 Su abuelo paterno fue Don Rafael López Villareal, originario de la población de Puga (Francisco I. Madero). Fue maestro de artes y oficios dentro del Plan Huicot, pintor y paisajista. Posteriormente obtuvo un permiso para el beneficio conjunto de una mina de oro localizada en el ejido de Acaponetilla, perteneciente al municipio de Santiago Ixcuintla. Su conocimiento acerca de las propiedades físicas de numerosas rocas y minerales locales le permitió iniciar el trabajo artesanal de la piedra, actividad que desempeño como pasatiempo, manufacturando objetos sencillos de carácter ornamental.

 Posteriormente su hijo, el Sr. Rafael López Rivera, quien en su juventud trabajó también en la minería y como ferrocarrilero, laminero y posteriormente como artesano y escultor, aprendió de su padre las técnicas básicas para el trabajo artesanal de la piedra. Su trabajo como lapidario se inició en la década de los años 70 del siglo XX, actividad que desempeñó como pasatiempo dentro del ámbito familiar. Cabe señalar que hasta ese momento el Sr. Rafael nunca enfocó su producción a la venta, es decir, nunca produjo para abastecer el mercado externo. Prácticamente todos los objetos que manufacturaba eran de carácter ornamental, principalmente joyería (cuentas, pendientes y dijes), así como pequeñas figuras humanas, aunque ocasionalmente producía también ceniceros profusamente decorados, con figuras de animales.

 Este cúmulo de conocimientos técnicos fue heredado por el Sr. Julio César López Escobedo, oriundo de la ciudad de Tepic y nieto del Sr. López Villareal, quien actualmente representa la tercera generación de artesanos especializados en la manufactura de objetos ornamentales de piedra, utilizando diversas rocas argilíticas de color blanco del grupo del Caolín, disponibles en los alrededores de la población de Yago.

 Julio comenzó a trabajar la piedra a la temprana edad de 12 años, como un simple pasatiempo, aunque por su propia seguridad e inexperiencia su padre le prohibió la utilización de ceguetas, brocas, barrenos metálicos y esmeriles. Ya posteriormente, cuando alcanzó su mayoría de edad, a Julio se le permitió utilizar estas herramientas, con lo que inició la manufactura de objetos diversos, principalmente de carácter ornamental (objetos de uso personal como cuentas, pendientes y dijes), así como esculturas zoomorfas de pequeño formato (iguanas, ranas, tortugas y cánidos). Como en el caso de sus antecesores, la mayor parte de la producción artesanal de Julio no se elaboró con fines comerciales sino para abastecer el autoconsumo familiar.

 


Según fue posible documentar durante las excavaciones arqueológicas pioneras que fueron llevadas a cabo en 1959 por la Universidad de California/Los Angeles (UCLA) en el asentamiento prehispánico de Amapa, dentro de las herramientas de trabajo vinculadas con el trabajo artesanal de objetos de madera y piedra que fueron localizadas en contextos arqueológicos se encontraban láminas delgadas, buriles y perforadores puntiformes manufacturados en rocas como la obsidiana, la calcedonia o la cuarcita, que muy probablemente eran utilizadas para cumplir funciones de corte por desgaste, tanto lineal como rotatorio, utilizando herramientas similares a los tradicionales taladros de arco.

 Retomando estos valiosos conocimientos técnicos, recientemente Julio ha incorporado a su instrumental de trabajo herramientas de obsidiana y de calcedonia, con la intención de replicar las técnicas lapidarias de trabajo que fueron utilizadas por la población prehispánica asentada en la zona nuclear costera Aztatlán. En la manufactura de sus piezas combina diversas técnicas de trabajo, que incluyen la percusión, el desgaste por abrasión -utilizando morteros fijos y piedras con propiedades abrasivas, como la arenisca- y finalmente el pulido y el bruñido, para darles el acabado final a los objetos.

 

Lamentablemente, los conocimientos técnicos acumulados a lo largo de tres generaciones de artesanos lapidarios se encuentran en riesgo de desaparecer. Según nos lo comentó el propio Sr. Julio -quien como ciudadano y como presidente actual de la Junta Vecinal-Pro Conservación del Patrimonio Cultural de Yago siempre se ha preocupado por fortalecer la cultura e identidad regional-, en las condiciones actuales el trabajo artesanal de la piedra con fines comerciales (lucrativos) no representa una actividad económicamente redituable para la población local, por lo que sería indispensable explorar fuentes de financiamiento que fomenten la capacitación técnica y la creación de talleres familiares especializados, aprovechando las materias primas locales disponibles en los alrededores de Yago.

 

Además, eventualmente sería necesario contar con el apoyo gubernamental, estatal y municipal, para lograr una comercialización exitosa de la producción generada en estos talleres, posicionando sus productos en puntos de venta ubicados en los principales destinos turísticos del estado, lo que redundaría en la creación de nuevos empleos y en el mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes de Yago.