DON PEDRO LÓPEZ DÍAZ |
Por: L.D.C. José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DON PEDRO LÓPEZ DÍAZ |
Por: L.D.C. José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE CHILE: Trabajando en mi computadora hace unos días, me puse a escuchar música y entre varias selectas rolitas del ayer, surgió una canción bellísima que se llama “Polvo enamorado” que de manera excelente grabó José José hace ya varios lustros. Es un auténtico poema y al buscar el autor de ese rololón, resulta —y me sorprendió porque no le conocía tal gracia— que fue el Dr. Mauricio González de la Garza, conocido periodista, articulista y escritor, acérrimo crítico del gobierno, al grado que tuvo que salir del país huyendo de la represión gubernamental para refugiarse en Falfurrias, Texas de aquellos oscuros gobiernos, en este caso a causa del aberrante caco de cacos que fue José López Portillo y Pacheco. A González de la Garza, lo leía su servidor en aquel sensacional periódico “Excélsior” de Julio Scherer o bien en la revista Siempre! del periodista José Pagés Llergo. Recuerdo haber leído su libro Diluvio, donde hace un fuerte ataque a Carlos Salinas de Gortari.
DR. MAURICIO GONZÁLEZ DE LA GARZA
Pero el tema de este segmento de la presente columneja, es la música de ayer contra la de hoy. Soy respetuoso de los gustos de cada quien. Entiendo que tanto la música que me agrada y me llena como la que no soporto y repudio, son ambas, cultura. Asimismo, sé que cada generación tiene una especie de pleito con la que le precede y es algo natural. Yo mismo pasé por eso, mi señor padre criticaba abiertamente a los Beatles —que yo tengo en un nicho—, y gustaba mucho de cantantes de su época como el mafioso Frank Sinatra. Tuve un pequeño triunfo cuando el cantante gringo grabó “Somethings” del beatle George Harrison, y no hay ni por donde discutir la calidad de esa enorme rola. No me precio de ser un melómano, pero sí entiendo algo de lo que yo considero buena música, por eso no me puedo tragar las aberrantes dizque melodías que se escuchan hoy día, con letras inanes, en verdad vulgares, prosaicas y majaderas, que sin ningún control las radiodifusoras o estaciones de televisión pasan al aire, no importando si hay niños escuchando tales aberraciones, eso sí, con música pegajosa para que “pegue” y bajo la cobija de la libertad de expresión —¿cuántos pecados se cometen en tu nombre?—.
Otro punto son las voces de muchos de los cantantes de hoy, que en nada se acercan a las de José José, o al lujo de México Marco Antonio Muñiz, Carlos Lico o Víctor Iturbe el Pirulí, Lola Beltrán o Jorge Negrete. Hoy las notas altas, con trabajos enormes las alcanzan “las estrellas” del firmamento musical actual…y ni hablar a gente (¿?) como Bad Bunny, Maluma y esa otra cosa de reciente fama que llaman Peso Pluma… ¡para llorar!
Desafortunadamente los medios de comunicación de hoy, con toda su
tecnología, están provocando un terrible mal gusto principalmente entre la
juventud. Se privilegian las caras bonitas y los cuerpos espectaculares como
los de Ninel Conde o Maribel Guardia que cantan como lo hacen los sapos en las
lagunas de por acá. Comercialmente vende más Valentín Elizalde porque era guapo
—confieso que no era mi tipo— aunque más que cantar, ofendía al oído con sus
desacordados berridos. Prefiero un Pedro Vargas, prieto, feo y panzón, pero con
una voz de calidad. Sé que ofenderé a varios, pero no era esa mi
intención…mientras aquí me quedo con Polvo enamorado que al puro inicio dice
muy poéticamente “Fui un náufrago de mí/
nocturno de dolor/ angustia, polvo y nada…”
DE DULCE: No me gusta ser prosaico y utilizar “malas” palabras (además de que no creo que existan “malas palabras”) cuando escribo, pero, con el permiso del respetable lector, me tomaré la licencia de usar el sonoro y muy ilustrativo adjetivo “pendejo” y lo mencionaré solo once veces, incluyendo ese que ya escribí. Los gobernantes que hoy tenemos la pena de sufrir y que vienen del presidente de la república “pa´bajo”, siguen creyendo, a pesar de todo lo que ha sucedido a lo largo de la historia patria o la crónica moderna; que el pueblo, los mexicanos pues, seguimos siendo los pendejos de toda la vida. Hoy AMLO, por ejemplo, usa el manido eufemismo de “pueblo sabio y bueno” por la dichosa palabreja “pendejo”.
Para muestra estos botones: mientras que en el infeliz estado de Tamaulipas, está a diario bajo fuego, donde un día hay matanzas y al siguiente también, lugar donde si uno saca la cabeza por la ventana se la vuelan, el virrey de esa pobre provincia un tal Américo Villarreal, dice que Tamaulipas es uno de los 10 estados más seguros del país. Nos quiere ver la cara de pendejos. Siguen bastos: el pasado jueves, en su repetitiva mañanera, al ser cuestionado el presidente por los “periodistas” en tal foro sobre la carta que los “Chapitos” enviaron a Milenio y a la periodista Azucena Uresti, el mandatario explicó que en previa reunión del gabinete de seguridad se hizo mención de la carta…dijo AMLO que desconocía su contenido…otra vez, una de tantas, el tabasqueño nos piensa pendejos para creer sus inigualables y cada día más zafados decires…imagine usted amigo lector la mentada reunión: “oiga presidente”, dice uno, “salió una carta de los hijos del Chapo y la enviaron a Milenio”…a lo que contesta el presidente: “¡Ah, ahí déjenla, luego la leo!” Otra vez, nos saben pendejos, esa carta la leyó en el mismo instante que se la mostraron ¿para qué mentir? No somos niños y menos pendejos.
En el tema de la desaparición del INAI, que es el instituto de transparencia, el presidente nos dice que era un cochinero y que mejor es desaparecerlo dizque para ahorrar dinero. Al fin, el pueblo pendejo se traga todo. Lo que no dice el jefe del ejecutivo es que, ante un gobierno decepcionante y caduco como el suyo, tan corrupto e inútil, un organismo como el de transparencia puede causar muchos dolores de cabeza y sacar trapitos sucios al sol. Cuando no era presidente, Andrés Manuel utilizó los datos del INAI para llenar todo un capítulo de uno de sus libros, por las corruptelas de los anteriores gobernantes…pero ahora, dice él, “ya no somos iguales”. ¡Ajá! Hemos de ser pendejos.
Pendejo por cierto, tiene el significado de “pelo púbico”, viene del latín “pectiniculus” y de ahí se derivan también “peine” o “peineta”. Qué el gobierno no nos haga “pelos púbicos” o sea pendejos.
DE MANTECA: Tanto que le gusta la historia a AMLO, la cual muchas veces tergiversa a favor de la 4T, debería fijarse en lo que le sucedió a Francisco I. Madero, otro de sus grandes ídolos. Don Panchito, tenía una popularidad enorme cuando entró a la ciudad de México el histórico 7 de julio de 1911. El pueblo, se le entregó totalmente, pues lo vieron como el gran cambio del paradigma gubernamental. Era para decirlo como hoy se piensa: "la esperanza de México" o, en este caso del 2023: una “tercera transformación”. Cuando Victoriano Huerta, el chacal, borrachín y mariguano, ministro de defensa, dio el famoso cuartelazo que acabó con la vida del presidente Madero, de su vicepresidente Pino Suárez y hasta con su hermano Don Gustavo quien fue cruelmente torturado, ya casi nadie estaba de su lado; el coahuilense había resultado una gran decepción: la prensa estaba en su contra, las clases más bajas lo culpaban de muchos males; los zapatistas estaban tras sus huesos; el propio ejército le dio la espalda y perdió mucho de lo que hoy llamamos "capital político".
Al respecto, un abogado de la época Don Nemesio García
Naranjo, primero maderista y después furibundo opositor expresó con tristeza: "La ebriedad de las multitudes
(cuando Madero entró a México) terminó en
una de las crudas más espantosas de la historia". Por el bien de la
nación, que la historia no se repita...y viendo los niveles de aceptación que
AMLO tiene entre “el pueblo sabio y bueno”, eso no sucederá...pero. Espero sus
comentarios, sugerencias los invito a acceder al portal PUERTA NORTE ACAPONETA https://elblogpuertanorte.blogspot.com/Nemesio García
Naranjo