EL (LA) RIVAL MÁS DÉBIL
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Por* Enrique HERNÁNDEZ QUINTERO*
Si a los políticos (dentro y fuera de MORENA) le dieran la oportunidad de
escoger al adversario más cómodo para la gub...
viernes, 20 de noviembre de 2009
DESFILE DEL 20 DE NOV. EN ACAPONETA
Hoy me fui al desfile a tomar fotos y sin querer queriendo como dice el Chavo del 8, desfilé con los alumnos y docentes de la Unidad Académica Preparatoria No. 3 (FOTO) y créamelo amigo lector, fue enriquecedor y seguramente bueno para mi salud.
A mi mente irremediablemente llegaron los recuerdos de una ya lejana juventud en la que tuvimos que desfilar para algún acto cívico, o hasta festejando la llegada de la primavera, donde las madres y las educadoras nos vestían de flor, mariposa o algo peor y más parecíamos un mercado de piñatas que parvulitos sanos y traviesos. Era sin duda, siendo niño, una emoción participar en un desfile y quizá menos interesante que la navidad, pero igual de emotivo y esperado. Recuerdo como si hubiera sido ayer cuando desfile por las calles de mi colonia en la zona metropolitana de la Ciudad de México, en un triciclo ricamente adornado con globos y papel de china de colores. Ya adolescente, entra uno en la "edad de la choca" como llamaban unas queridas tías a la pubertad y la etapa donde cambia uno de voz y de estado de ánimo. A esa edad, siempre es una pega desfilar y ser visto por los miles de personas que se arriman a las banquetas con sillas o improvisadas jabas que sirven de asiento, para admirar en ratos las evoluciones gimnásticas de algunos o repudiar de plano lo tardado y en ratos enfadoso que es un desfile.
Arrecian los aplausos para los chicos que son aventados en mantas al aire por seis o siete compañeros, que elevan a los más flacos y pequeños hasta por cinco metros de altura ante el regocijo del respetable, que por otro lado se aburre de las mismas rutinas o tablas gimnásticas de algunas escuelas con docentes sin imaginación. Otro gran éxito en los desfiles, acá en Acaponeta, son los jóvenes boxeadores que en improvisado ring formado por sus compañeros se trenzan a porrazos en medio del griterío.
Llaman la atención los pequeñines de los jardines de niños, unos vestidos de manta, huarache y caballo de palo como Zapata, otros barbones y canosos de talco como Carranza, bigotones como Obregón o bien trajeados y encorbatados tal como noveles Madero, en el calor que arrecia conforme avanza la mañana y la columna de la parada cívica y deportiva, todos ellos rodeados de preciosas adelitas. Muy aplaudidos también los miembros de la Tercera Edad, que se avientan el recorrido bailando y bromeando con los espectadores y las autoridades frente al palacio municipal.
Dos grupos que no iban a desfilar, por lo que yo llamo un malentendido entre particulares y la autoridad, finalmente lo hicieron, dieron la agradable sorpresa y gustaron mucho, se trata del gimnasio Batista del amigo Rodolfo "El Rarra" Alduenda (FOTO) --a quien acusaron a anunciar su negocio a lo largo del desfile--; que además de los forzudos de siempre y las bellas que los acompañan, llevaron el mensaje de que el alcohol y el volante no combinan, con un auto chocado arrastrado por una grúa, lleno de conocidos teporochitos de la ciudad bañados en salsa roja simulando sangre, que también muy alegres y faroleados --pachita de Tonaya en mano--, participaron del aniversario 99 de la Revolución Mexicana (FOTO). El otro grupo fue el de los hombres de a caballo, que también luego de varias semanas de dimes y diretes, fueron admitidos en el desfile mismo que cerraron, al cual sin duda dieron lustre, pues hay que reconocer que tenían razón, la Revolución se hizo a ancas de caballo. (FOTO)
Tenis y uniformes nuevos, estudiantes bien peinados, melodías de todo tipo, gente, mucha gente en las calles, olvidándose por un momento de crisis económicas y grillas partidistas.
En fin amigos, vimos mucho color, música, cohetería, risas, guapísimas chicas; enojos y molestias, pues como todos los años, los de adelante no dejan ver a los de atrás, que en ocasiones madrugan para ganar lugar. Los desfiles, no me cabe duda crean identidad. (PEPE MORALES)
Enviado desde mi oficina móvil BlackBerry® de Telcel
A mi mente irremediablemente llegaron los recuerdos de una ya lejana juventud en la que tuvimos que desfilar para algún acto cívico, o hasta festejando la llegada de la primavera, donde las madres y las educadoras nos vestían de flor, mariposa o algo peor y más parecíamos un mercado de piñatas que parvulitos sanos y traviesos. Era sin duda, siendo niño, una emoción participar en un desfile y quizá menos interesante que la navidad, pero igual de emotivo y esperado. Recuerdo como si hubiera sido ayer cuando desfile por las calles de mi colonia en la zona metropolitana de la Ciudad de México, en un triciclo ricamente adornado con globos y papel de china de colores. Ya adolescente, entra uno en la "edad de la choca" como llamaban unas queridas tías a la pubertad y la etapa donde cambia uno de voz y de estado de ánimo. A esa edad, siempre es una pega desfilar y ser visto por los miles de personas que se arriman a las banquetas con sillas o improvisadas jabas que sirven de asiento, para admirar en ratos las evoluciones gimnásticas de algunos o repudiar de plano lo tardado y en ratos enfadoso que es un desfile.
Arrecian los aplausos para los chicos que son aventados en mantas al aire por seis o siete compañeros, que elevan a los más flacos y pequeños hasta por cinco metros de altura ante el regocijo del respetable, que por otro lado se aburre de las mismas rutinas o tablas gimnásticas de algunas escuelas con docentes sin imaginación. Otro gran éxito en los desfiles, acá en Acaponeta, son los jóvenes boxeadores que en improvisado ring formado por sus compañeros se trenzan a porrazos en medio del griterío.
Llaman la atención los pequeñines de los jardines de niños, unos vestidos de manta, huarache y caballo de palo como Zapata, otros barbones y canosos de talco como Carranza, bigotones como Obregón o bien trajeados y encorbatados tal como noveles Madero, en el calor que arrecia conforme avanza la mañana y la columna de la parada cívica y deportiva, todos ellos rodeados de preciosas adelitas. Muy aplaudidos también los miembros de la Tercera Edad, que se avientan el recorrido bailando y bromeando con los espectadores y las autoridades frente al palacio municipal.
Dos grupos que no iban a desfilar, por lo que yo llamo un malentendido entre particulares y la autoridad, finalmente lo hicieron, dieron la agradable sorpresa y gustaron mucho, se trata del gimnasio Batista del amigo Rodolfo "El Rarra" Alduenda (FOTO) --a quien acusaron a anunciar su negocio a lo largo del desfile--; que además de los forzudos de siempre y las bellas que los acompañan, llevaron el mensaje de que el alcohol y el volante no combinan, con un auto chocado arrastrado por una grúa, lleno de conocidos teporochitos de la ciudad bañados en salsa roja simulando sangre, que también muy alegres y faroleados --pachita de Tonaya en mano--, participaron del aniversario 99 de la Revolución Mexicana (FOTO). El otro grupo fue el de los hombres de a caballo, que también luego de varias semanas de dimes y diretes, fueron admitidos en el desfile mismo que cerraron, al cual sin duda dieron lustre, pues hay que reconocer que tenían razón, la Revolución se hizo a ancas de caballo. (FOTO)
Tenis y uniformes nuevos, estudiantes bien peinados, melodías de todo tipo, gente, mucha gente en las calles, olvidándose por un momento de crisis económicas y grillas partidistas.
En fin amigos, vimos mucho color, música, cohetería, risas, guapísimas chicas; enojos y molestias, pues como todos los años, los de adelante no dejan ver a los de atrás, que en ocasiones madrugan para ganar lugar. Los desfiles, no me cabe duda crean identidad. (PEPE MORALES)
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LA ESTACION DE FFCC DE ACAPONETA PODRÍA CONVERTIRSE EN MUSEO
Una muy buena noticia trajo a Acaponeta el antropólogo Raúl Andrés Méndez Lugo, muy amigo de este municipio, en esta fiesta de la cultura que estamos viviendo, pues nos ha informado, en un momento de la conferencia que dictó en la extensión universitaria el día de ayer, que con motivo de las fiestas del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, han solicitado a diversas instancias culturales y gubernamentales, que cuatro estaciones del ferrocarril, hoy abandonadas y prácticamente en ruinas, sean rehabilitadas y convertidas en centros culturales.
Esas cuatro estaciones son: la del vecino municipio de Ruiz, en la zona norte de Nayarit; la de Ahuacatlán, en la parte sur; la estación de Tetitlán, conocida como Valle Verde, igualmente en el municipio de Ahuacatlán y nuestra añeja, bella, amplia, pero muy deteriorada estación del tren en Acaponeta, en la zona norte de la ciudad.
Este edificio que guarda la características físicas y arquitectónicas de la viejas estaciones clásicas de principios de siglo XX, comenzó a ser construido en 1903 y terminaron a finales de 1909, justo a tiempo para recibir a la "punta de fierro" como llamaban al tren, los asombrados habitantes de aquel entonces, ya que este arribó a la ciudad desde el norte, justo el 1º. de enero de 1910, por lo que esta estación también cumplió 100 años de historia, que no han pasado en balde, puesto que el bello inmueble, ya denota el paso de tiempo en sus muros y techos.
Para esta ciudad el edificio de la estación es muy importante, pues a partir de la llegada del ferrocarril, cambió por completo la historia de este pueblo perdido entre la llanura costera del noroeste y la Sierra Madre Occidental, ya que con las máquinas y los vagones de pasajeros y carga, traían no solo gente y mercancías, sino cultura, ya que siendo Mazatlán, por ejemplo, puerto, todo tipo de personas, actitudes y tendencias artísticas y filosóficas, desembarcaban ahí y luego, por las vías férreas se extendieron hacia acá. Con la llegada de este moderno ingenio, de ese entonces, comenzó la etapa de la Atenas de Nayarit.
Un claro ejemplo es el mote de "Ciudad de las Gardenias". La estación se convirtió de golpe y porrazo en un centro de reunión para los ciudadanos, se transformó la estación con sus andenes en un paseo para la gente que se maravillaba con la recalada que a diario hacían los convoyes y las maniobras que ahí se hacían. Alguien tuvo la feliz ocurrencia de subir a los vagones a vender canastitas con matitas de la aromática gardenia, que con el tiempo se volvieron populares entre los pasajeros de tenían la fortuna de pasar por este pueblito.
La idea de convertir a la otrora estación ferrocarrilera en un amplio museo o espacio para las culturas populares, nos llena de alegría a todos, pues lo que hoy son solitarias salas de espera u oficinas, llenas de basura y murciélagos, se pueden convertir en muy poco tiempo en un espacio para la creación y la capacitación artística. Sería el regalo ideal de los festejos del bicentenario y centenario para nuestro municipio y la región, pues sé bien, no me queda duda, que los habitantes del lugar donde el frijol se enreda a la caña, harán crecer, progresar y dar vida al museo o al centro cultural que ahí se instale y dar cabida y protección al patrimonio cultural, tangible e intangible, que por acá tenemos de manera tan rica y profusa. Los que están fallando son los funcionarios municipales, que no dan señales de vida, hasta donde sabemos para los mencionados festejos del bicentenario y centenario. Ojala me equivoque. (PEPE MORALES)
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Esas cuatro estaciones son: la del vecino municipio de Ruiz, en la zona norte de Nayarit; la de Ahuacatlán, en la parte sur; la estación de Tetitlán, conocida como Valle Verde, igualmente en el municipio de Ahuacatlán y nuestra añeja, bella, amplia, pero muy deteriorada estación del tren en Acaponeta, en la zona norte de la ciudad.
Este edificio que guarda la características físicas y arquitectónicas de la viejas estaciones clásicas de principios de siglo XX, comenzó a ser construido en 1903 y terminaron a finales de 1909, justo a tiempo para recibir a la "punta de fierro" como llamaban al tren, los asombrados habitantes de aquel entonces, ya que este arribó a la ciudad desde el norte, justo el 1º. de enero de 1910, por lo que esta estación también cumplió 100 años de historia, que no han pasado en balde, puesto que el bello inmueble, ya denota el paso de tiempo en sus muros y techos.
Para esta ciudad el edificio de la estación es muy importante, pues a partir de la llegada del ferrocarril, cambió por completo la historia de este pueblo perdido entre la llanura costera del noroeste y la Sierra Madre Occidental, ya que con las máquinas y los vagones de pasajeros y carga, traían no solo gente y mercancías, sino cultura, ya que siendo Mazatlán, por ejemplo, puerto, todo tipo de personas, actitudes y tendencias artísticas y filosóficas, desembarcaban ahí y luego, por las vías férreas se extendieron hacia acá. Con la llegada de este moderno ingenio, de ese entonces, comenzó la etapa de la Atenas de Nayarit.
Un claro ejemplo es el mote de "Ciudad de las Gardenias". La estación se convirtió de golpe y porrazo en un centro de reunión para los ciudadanos, se transformó la estación con sus andenes en un paseo para la gente que se maravillaba con la recalada que a diario hacían los convoyes y las maniobras que ahí se hacían. Alguien tuvo la feliz ocurrencia de subir a los vagones a vender canastitas con matitas de la aromática gardenia, que con el tiempo se volvieron populares entre los pasajeros de tenían la fortuna de pasar por este pueblito.
La idea de convertir a la otrora estación ferrocarrilera en un amplio museo o espacio para las culturas populares, nos llena de alegría a todos, pues lo que hoy son solitarias salas de espera u oficinas, llenas de basura y murciélagos, se pueden convertir en muy poco tiempo en un espacio para la creación y la capacitación artística. Sería el regalo ideal de los festejos del bicentenario y centenario para nuestro municipio y la región, pues sé bien, no me queda duda, que los habitantes del lugar donde el frijol se enreda a la caña, harán crecer, progresar y dar vida al museo o al centro cultural que ahí se instale y dar cabida y protección al patrimonio cultural, tangible e intangible, que por acá tenemos de manera tan rica y profusa. Los que están fallando son los funcionarios municipales, que no dan señales de vida, hasta donde sabemos para los mencionados festejos del bicentenario y centenario. Ojala me equivoque. (PEPE MORALES)
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BETSY PECANINS EN ACAPONETA
El "Blues" es uno de los géneros más segregados dentro de la música contemporánea, quizás por sus orígenes, relacionado con los canticos negros de los esclavos traidos de África a los Estados Unidos o por su tendencia trágica en su lírica, es en sí un género de música muy emotiva y, pocas cantantes logran transmitir el sentimiento del "blues".
En nuestro país tenemos al menos dos de los más trascendentes músicos y cantantes que han hecho de este género musical algo más universal, Real de Catorce y Betsy Pecanins, esta última posee una carrera que data desde finales de los años setenta y principios de los ochenta.
Betsy nació en Arizona, sus raíces catalanas y norteamericanas han influido en su actividad artística, pero vivir en México desde 1977 la marco de una manera total, pues ha conocido la música de Lucha Reyes, José Alfredo Jiménez, Agustín Lara y una gran gama de compositores mexicanos y, de ellos ha obtenido parte de su éxito, sin dejar de lado su estilo único de cantar.
Sus primeras grabaciones fueron realizados por Discos Pentagrama "Viendo Tus Ojos" en 1980 y Vent Amb Veus en 1982 los cuales fueron el inicio de una carrera discográfica versátil, la balada y la trova estaban aún en apogeo y, su definición por el Blues se vio en su tercer disco titulado "Canta Blues" realizado por la disquera transnacional WEA, la cual es filial a la Warner Bros.
El éxito de programas que empezaron a transmitir rock en español durante la segunda mitad de la décadas de los 80's dieron a Pecanins un realce significativo a la segunda producción de Wea en 1987, "El Sabor de Mis Palabras", donde estaciones de radio comerciales llegaron a programar temas como "Me caí de mis zapatos", "No estás sola" Cover de Miguel Ríos el cual le dio una importancia particular por el momento que la música alternativa estaba experimentando.
Su tercera grabación con WEA en 1989, no tuvo el mismo impacto, la decadencia que se vivía en el ámbito de la música en español de la época había terminado de sepultar la breve moda del "Rock en Español"; por esas fechas, Betsy colabora en un disco en conjunto con Amparo Ochoa (q.e.p.d.) y Tania Libertad, grabado de manera independiente.
Tuvieron que pasar cinco años para volver a realizar otro disco y este se dio gracias a la colaboración con el Director de Cine Arturo Ripstein el cual usaría la voz de Betsy para interpretar la voz cantada de Lucha Reyes (cantante de Música Vernácula), el CD, es la Banda Sonora de la Película, "La Reina De La Noche" para discos Milán, subsidiaria de BMG Ariola.
La experiencia de interpretar a Lucha Reyes la llevó a otro proyecto de esta misma compañía y a otro basado en la música vernácula, "El Efecto Tequila", el cual fue todo un éxito, la llevo ante un público nuevo y plazas diversas, la maquinaria de los medios de comunicación voltearon a ver otra vez a Betsy.
En 1996 y con el "boom" de la beatlemania suscitada por la famosa "Antología" del cuarteto de Liverpool, Betsy decide reinterpretarlos a modo de blues en su disco "Solo Beatles", posteriormente en 1997 lanza "Recuento" y en 1999 graba "Esta que habita en mi cuerpo", el cual pasó casi inadvertido.
A cuatro años de asueto, Betsy se aventura en grabar un nuevo disco bajo la producción independiente de 400 lunas, este CD pretendió repetir el éxito de "El Efecto Tequila" pero versión sinfónica con el título "Tequila Azul y Batuta".
El éxito dado por "El Efecto Tequila" al fusionar el blues con la música vernácula la orilló a recrear a uno de los compositores más representativos de México, Agustín Lara, donde externo que ella nunca había sido una fanática de la música de Lara, reconocía en él la cualidad lírica que se haya en el Blues, de esa forma surge "Lara" en 2004.
En 2006 presenta un nuevo disco "Blues en el Alma" en el que mezcla un poco de blues con temas que ya había grabado anteriormente en "Nada que perder", con temas populares como "Tonada de la Luna" y "Canción Mixteca", además de grabar un tema a lado de Cecilia Toussaint, lo que le serviría de experiencia para grabar un nuevo proyecto "A Viva Voz" en 2007 el cual fue presentado en el canal 22, donde interpreta temas de Fito Páez y Silvio Rodríguez.
La carrera de Betsy es extensa, su música ha trascendido fronteras como una representante digna del "Blues hecho en México", actualmente promociona su última grabación "Sones", el cual habrá de interpretar en su presentación en la ciudad de Acaponeta, Nayarit este 22 de Noviembre a las 8:00 de la noche en la Casa de la Cultura "Alí Chumacero".
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En nuestro país tenemos al menos dos de los más trascendentes músicos y cantantes que han hecho de este género musical algo más universal, Real de Catorce y Betsy Pecanins, esta última posee una carrera que data desde finales de los años setenta y principios de los ochenta.
Betsy nació en Arizona, sus raíces catalanas y norteamericanas han influido en su actividad artística, pero vivir en México desde 1977 la marco de una manera total, pues ha conocido la música de Lucha Reyes, José Alfredo Jiménez, Agustín Lara y una gran gama de compositores mexicanos y, de ellos ha obtenido parte de su éxito, sin dejar de lado su estilo único de cantar.
Sus primeras grabaciones fueron realizados por Discos Pentagrama "Viendo Tus Ojos" en 1980 y Vent Amb Veus en 1982 los cuales fueron el inicio de una carrera discográfica versátil, la balada y la trova estaban aún en apogeo y, su definición por el Blues se vio en su tercer disco titulado "Canta Blues" realizado por la disquera transnacional WEA, la cual es filial a la Warner Bros.
El éxito de programas que empezaron a transmitir rock en español durante la segunda mitad de la décadas de los 80's dieron a Pecanins un realce significativo a la segunda producción de Wea en 1987, "El Sabor de Mis Palabras", donde estaciones de radio comerciales llegaron a programar temas como "Me caí de mis zapatos", "No estás sola" Cover de Miguel Ríos el cual le dio una importancia particular por el momento que la música alternativa estaba experimentando.
Su tercera grabación con WEA en 1989, no tuvo el mismo impacto, la decadencia que se vivía en el ámbito de la música en español de la época había terminado de sepultar la breve moda del "Rock en Español"; por esas fechas, Betsy colabora en un disco en conjunto con Amparo Ochoa (q.e.p.d.) y Tania Libertad, grabado de manera independiente.
Tuvieron que pasar cinco años para volver a realizar otro disco y este se dio gracias a la colaboración con el Director de Cine Arturo Ripstein el cual usaría la voz de Betsy para interpretar la voz cantada de Lucha Reyes (cantante de Música Vernácula), el CD, es la Banda Sonora de la Película, "La Reina De La Noche" para discos Milán, subsidiaria de BMG Ariola.
La experiencia de interpretar a Lucha Reyes la llevó a otro proyecto de esta misma compañía y a otro basado en la música vernácula, "El Efecto Tequila", el cual fue todo un éxito, la llevo ante un público nuevo y plazas diversas, la maquinaria de los medios de comunicación voltearon a ver otra vez a Betsy.
En 1996 y con el "boom" de la beatlemania suscitada por la famosa "Antología" del cuarteto de Liverpool, Betsy decide reinterpretarlos a modo de blues en su disco "Solo Beatles", posteriormente en 1997 lanza "Recuento" y en 1999 graba "Esta que habita en mi cuerpo", el cual pasó casi inadvertido.
A cuatro años de asueto, Betsy se aventura en grabar un nuevo disco bajo la producción independiente de 400 lunas, este CD pretendió repetir el éxito de "El Efecto Tequila" pero versión sinfónica con el título "Tequila Azul y Batuta".
El éxito dado por "El Efecto Tequila" al fusionar el blues con la música vernácula la orilló a recrear a uno de los compositores más representativos de México, Agustín Lara, donde externo que ella nunca había sido una fanática de la música de Lara, reconocía en él la cualidad lírica que se haya en el Blues, de esa forma surge "Lara" en 2004.
En 2006 presenta un nuevo disco "Blues en el Alma" en el que mezcla un poco de blues con temas que ya había grabado anteriormente en "Nada que perder", con temas populares como "Tonada de la Luna" y "Canción Mixteca", además de grabar un tema a lado de Cecilia Toussaint, lo que le serviría de experiencia para grabar un nuevo proyecto "A Viva Voz" en 2007 el cual fue presentado en el canal 22, donde interpreta temas de Fito Páez y Silvio Rodríguez.
La carrera de Betsy es extensa, su música ha trascendido fronteras como una representante digna del "Blues hecho en México", actualmente promociona su última grabación "Sones", el cual habrá de interpretar en su presentación en la ciudad de Acaponeta, Nayarit este 22 de Noviembre a las 8:00 de la noche en la Casa de la Cultura "Alí Chumacero".
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RADIOGRAFÍA DE RIELES
Por: Dayanna Velarde Rubalcava.
Un silencio arrollador inundaba la colonia El Mirador. Eran las 5:30 de la tarde y el aire estaba frío. Adela abrió la puerta y recibió a tres jóvenes miembros de FM4 con una sonrisa, "parece que hay dos, pásenle". El angosto pasillo que jugaba a ser sala se encogió aún más ante la presencia de tanta gente. Los jóvenes dejaron sus cosas en el sillón, salieron de la casa y se acercaron a los dos muchachos que se encontraban sentados en una barda al otro lado de las vías; tristes por la lejanía de su patria, sólo les quedaba aferrarse a su mochila. Treinta días hace que Jairo y Juan salieron de Honduras. Como la mayoría de los centroamericanos viajaban en grupo y al lomo de "la bestia". Alcanzaron Orizaba donde algunos fueron asaltados, lo que ocasionó que el grupo se atomizara. "No podemos explicar lo que pasó, y menos cómo llegamos hasta aquí", comenta Jairo. Los miembros de FM4 preguntaron sólo para confirmar la respuesta que ya sabían: "¿ya comieron?". Jairo, luego de levantarse, contestó: "no probamos bocado desde ayer, está dura la cosa". Los voluntarios les acercaron frijoles y soya preparada como cochinita, y los invitaron a sentarse al umbral de la casa de Adela. El ambiente se saturó con el humeante olor de los platos que salían de la cocina. Al término de la "cena" a los "exiliados económicos" les esperaban dos botellas de agua, unas empanadas y dos suéteres "pa´l camino". Los jóvenes hondureños habían trabajado en la industria televisiva, fueron camarógrafos y tuvieron la oportunidad de filmar para programas en vivo, reportajes y comerciales. Después del golpe de Estado al gobierno de Manuel Zelaya la situación en su país se volvió aún más difícil hasta el punto de obligarlos a abandonar la chamba y salir en busca del "sueño americano". Luego de un mes de "viaje" se encontraban cansados pero con esperanzas, era la primera vez que salían de su país y "no pararían hasta cruzar la frontera". Los cinco jóvenes platicaban amenamente cuando llegó otro miembro de FM4 apurado y gritó "hay 8 migrantes en la calle de Quetzal, 7 hombres, una mujer y una bebé de año y medio. Hay que calentar y llevarles comida". Eran las 7 de la tarde, faltaba aproximadamente hora y media para que saliera el "sufragio", nombre con el cual se le conoce al ferrocarril que "no para hasta Mexicali". Juan y Jairo terminaron de comer sin prisas, y los otros tres jóvenes entraron a casa de Adela para ayudar al recién llegado. Quedaba poca comida en el refrigerador, suficiente para 2 o 3 personas máximo. Mientras se calentaba prepararon bolsas con camisetas, sudaderas, calcetines y pantalones. La casa se encontraba en revolución: un chavo calentaba comida; otro lavaba trastes; y dos más buscaban ropa en la "bodega". Mientras trabajaban apurados y se preguntaban qué les ofrecerían a los migrantes en Quetzal llegó un miembro más de FM4 con la dotación de comida para esa semana: litros de frijol, litros de arroz y litros de pollo con mole. La comida nueva todavía estaba calientita. "Vámonos a Quetzal, Jairo, Juan, vengan, les damos un aventón a donde sale el tren". Tres de los voluntarios se dirigieron a la calle Quetzal y los otros se quedaron a limpiar el reguero que dejaron en casa de Adela. De trayecto al otro tramo de las vías no hicieron más de ocho minutos. Después de estacionarse los cinco jóvenes bajaron del auto y se acercaron a las vías. "¡Hey, qué bueno que ya están aquí! ¡Llegaron más!" Con esa noticia los recibieron los voluntarios que aguardaban en Quetzal y definitivamente eran más. "Son como veinte o veinticinco, no los he contado aún". Los guisados que esperaban en el coche era para un máximo de doce personas, además había aguas, chocomiles y empanadas. Los migrantes eran alrededor de 25 personas. "Buenas noches, no sabíamos que eran tantos pero si compartimos alcanza para todos". Dijo uno de los voluntarios mientras hacía cuentas en su cabeza para ver cómo repartiría la "cena" para no dejar a nadie con las manos vacías. Al abrir la cajuela del coche una avalancha humana rodeó a los voluntaros, "Si hacen fila por pareja es más fácil repartir" se apresuró a decir uno de los voluntarios. En menos de un minuto la fila estaba hecha y cada recipiente con guisados alimentaba a dos personas. "Los que no alcanzaron frijoles, carnita, arroz o mole acá hay empanadas", la mirada de los jóvenes de FM4 reflejaba frustración, querían darle de cenar a todos pero no tenían la comida suficiente con ellos y ya no alcanzaban a regresar a casa de Adela por más. "No se preocupen muchachos, aquí compartimos y nos hacemos a lo que hay". Después de repartir los guisados, las empanadas, las botellas de agua y los chocomiles, vino la repartición de ropa. A algunos les tocaron calcetines, a otros pantalones y a unos cuantos camisetas o suéteres. "Pues parece que a todos les ha tocado algo" pensaban los voluntarios. Los migrantes se veían contentos y muy agradecidos. El tren no tardaba en salir, la preparación para el viaje era inminente y a los voluntarios no les quedó de otra que observar como guardaban sus cosas y entregarles un folleto con información sobre sus derechos, casas del migrante en el norte del país y teléfonos de consulados centroamericanos. "Es triste verlos partir así" se decían los jóvenes, "el trayecto es largo y ya empieza a hacer mucho frío". Mientras los "exiliados económicos" con experiencia organizaban la subida al tren, dos voluntarios intentaban convencer a los migrantes que viajaban con la niña de un año y medio a que optaran por otro medio de transporte. "¿No sería bueno buscar trabajo aquí en Guadalajara y juntar para el camión?" cuestionó un joven. "Pues ya fui a abastos y no hubo nada, yo creo que lo voy a volver a intentar" contestó el padre de la niña con voz sin muchas esperanzas. Después de charlar un buen rato la pareja parecía convencida de no tomar el tren. El ruido del tren hizo temblar a todos, "hay viene, ¿están listos?" El cruce de la calle Quetzal con las vías se convirtió de pronto en hormiguero en revolución. "Gracias muchachos, ojalá más gente ayudara a los trampas como nosotros". La nostalgia se apoderó del ambiente y uno a uno se acercaron los migrantes a despedirse de los voluntarios. "De veras gracias". Tanto los jóvenes de FM4 como los migrantes sintieron un hueco en el estómago. El tren se acercaba cada vez más a baja velocidad, la tierra vibraba con el ruido de las vías y los apretones de mano de despedida eran fuertes. Jairo y Juan se acercaron a los jóvenes y agradecieron las atenciones prestadas. Ellos habían convivido con más horas con los voluntarios y sentían un vínculo más fuerte. El tren se detuvo repentinamente, los migrantes aprovecharon para subirse de una vez. "Súbanse antes de que arranque, ahora no vamos a tener que correr" gritó uno mientras el guardia de seguridad de las vías se acercaba a la familia migrante. "Les voy a dar chance de que se suban la señora y la niña si se bajan todos" les comentó. Todos bajaron del tren y la señora subió. El tren estaba por avanzar de nuevo, el guardia titubeó unos segundos y gritó "súbanse pues todos, ya qué". Los migrantes aprovecharon la oportunidad y subieron. "Adiós, adiós y gracias. Dios se los pague con mucho". Las voces se perdieron entre el chiflido del tren y los kilómetros que fueron recorriendo. La próxima parada sería en 9 horas en Tepic.
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Un silencio arrollador inundaba la colonia El Mirador. Eran las 5:30 de la tarde y el aire estaba frío. Adela abrió la puerta y recibió a tres jóvenes miembros de FM4 con una sonrisa, "parece que hay dos, pásenle". El angosto pasillo que jugaba a ser sala se encogió aún más ante la presencia de tanta gente. Los jóvenes dejaron sus cosas en el sillón, salieron de la casa y se acercaron a los dos muchachos que se encontraban sentados en una barda al otro lado de las vías; tristes por la lejanía de su patria, sólo les quedaba aferrarse a su mochila. Treinta días hace que Jairo y Juan salieron de Honduras. Como la mayoría de los centroamericanos viajaban en grupo y al lomo de "la bestia". Alcanzaron Orizaba donde algunos fueron asaltados, lo que ocasionó que el grupo se atomizara. "No podemos explicar lo que pasó, y menos cómo llegamos hasta aquí", comenta Jairo. Los miembros de FM4 preguntaron sólo para confirmar la respuesta que ya sabían: "¿ya comieron?". Jairo, luego de levantarse, contestó: "no probamos bocado desde ayer, está dura la cosa". Los voluntarios les acercaron frijoles y soya preparada como cochinita, y los invitaron a sentarse al umbral de la casa de Adela. El ambiente se saturó con el humeante olor de los platos que salían de la cocina. Al término de la "cena" a los "exiliados económicos" les esperaban dos botellas de agua, unas empanadas y dos suéteres "pa´l camino". Los jóvenes hondureños habían trabajado en la industria televisiva, fueron camarógrafos y tuvieron la oportunidad de filmar para programas en vivo, reportajes y comerciales. Después del golpe de Estado al gobierno de Manuel Zelaya la situación en su país se volvió aún más difícil hasta el punto de obligarlos a abandonar la chamba y salir en busca del "sueño americano". Luego de un mes de "viaje" se encontraban cansados pero con esperanzas, era la primera vez que salían de su país y "no pararían hasta cruzar la frontera". Los cinco jóvenes platicaban amenamente cuando llegó otro miembro de FM4 apurado y gritó "hay 8 migrantes en la calle de Quetzal, 7 hombres, una mujer y una bebé de año y medio. Hay que calentar y llevarles comida". Eran las 7 de la tarde, faltaba aproximadamente hora y media para que saliera el "sufragio", nombre con el cual se le conoce al ferrocarril que "no para hasta Mexicali". Juan y Jairo terminaron de comer sin prisas, y los otros tres jóvenes entraron a casa de Adela para ayudar al recién llegado. Quedaba poca comida en el refrigerador, suficiente para 2 o 3 personas máximo. Mientras se calentaba prepararon bolsas con camisetas, sudaderas, calcetines y pantalones. La casa se encontraba en revolución: un chavo calentaba comida; otro lavaba trastes; y dos más buscaban ropa en la "bodega". Mientras trabajaban apurados y se preguntaban qué les ofrecerían a los migrantes en Quetzal llegó un miembro más de FM4 con la dotación de comida para esa semana: litros de frijol, litros de arroz y litros de pollo con mole. La comida nueva todavía estaba calientita. "Vámonos a Quetzal, Jairo, Juan, vengan, les damos un aventón a donde sale el tren". Tres de los voluntarios se dirigieron a la calle Quetzal y los otros se quedaron a limpiar el reguero que dejaron en casa de Adela. De trayecto al otro tramo de las vías no hicieron más de ocho minutos. Después de estacionarse los cinco jóvenes bajaron del auto y se acercaron a las vías. "¡Hey, qué bueno que ya están aquí! ¡Llegaron más!" Con esa noticia los recibieron los voluntarios que aguardaban en Quetzal y definitivamente eran más. "Son como veinte o veinticinco, no los he contado aún". Los guisados que esperaban en el coche era para un máximo de doce personas, además había aguas, chocomiles y empanadas. Los migrantes eran alrededor de 25 personas. "Buenas noches, no sabíamos que eran tantos pero si compartimos alcanza para todos". Dijo uno de los voluntarios mientras hacía cuentas en su cabeza para ver cómo repartiría la "cena" para no dejar a nadie con las manos vacías. Al abrir la cajuela del coche una avalancha humana rodeó a los voluntaros, "Si hacen fila por pareja es más fácil repartir" se apresuró a decir uno de los voluntarios. En menos de un minuto la fila estaba hecha y cada recipiente con guisados alimentaba a dos personas. "Los que no alcanzaron frijoles, carnita, arroz o mole acá hay empanadas", la mirada de los jóvenes de FM4 reflejaba frustración, querían darle de cenar a todos pero no tenían la comida suficiente con ellos y ya no alcanzaban a regresar a casa de Adela por más. "No se preocupen muchachos, aquí compartimos y nos hacemos a lo que hay". Después de repartir los guisados, las empanadas, las botellas de agua y los chocomiles, vino la repartición de ropa. A algunos les tocaron calcetines, a otros pantalones y a unos cuantos camisetas o suéteres. "Pues parece que a todos les ha tocado algo" pensaban los voluntarios. Los migrantes se veían contentos y muy agradecidos. El tren no tardaba en salir, la preparación para el viaje era inminente y a los voluntarios no les quedó de otra que observar como guardaban sus cosas y entregarles un folleto con información sobre sus derechos, casas del migrante en el norte del país y teléfonos de consulados centroamericanos. "Es triste verlos partir así" se decían los jóvenes, "el trayecto es largo y ya empieza a hacer mucho frío". Mientras los "exiliados económicos" con experiencia organizaban la subida al tren, dos voluntarios intentaban convencer a los migrantes que viajaban con la niña de un año y medio a que optaran por otro medio de transporte. "¿No sería bueno buscar trabajo aquí en Guadalajara y juntar para el camión?" cuestionó un joven. "Pues ya fui a abastos y no hubo nada, yo creo que lo voy a volver a intentar" contestó el padre de la niña con voz sin muchas esperanzas. Después de charlar un buen rato la pareja parecía convencida de no tomar el tren. El ruido del tren hizo temblar a todos, "hay viene, ¿están listos?" El cruce de la calle Quetzal con las vías se convirtió de pronto en hormiguero en revolución. "Gracias muchachos, ojalá más gente ayudara a los trampas como nosotros". La nostalgia se apoderó del ambiente y uno a uno se acercaron los migrantes a despedirse de los voluntarios. "De veras gracias". Tanto los jóvenes de FM4 como los migrantes sintieron un hueco en el estómago. El tren se acercaba cada vez más a baja velocidad, la tierra vibraba con el ruido de las vías y los apretones de mano de despedida eran fuertes. Jairo y Juan se acercaron a los jóvenes y agradecieron las atenciones prestadas. Ellos habían convivido con más horas con los voluntarios y sentían un vínculo más fuerte. El tren se detuvo repentinamente, los migrantes aprovecharon para subirse de una vez. "Súbanse antes de que arranque, ahora no vamos a tener que correr" gritó uno mientras el guardia de seguridad de las vías se acercaba a la familia migrante. "Les voy a dar chance de que se suban la señora y la niña si se bajan todos" les comentó. Todos bajaron del tren y la señora subió. El tren estaba por avanzar de nuevo, el guardia titubeó unos segundos y gritó "súbanse pues todos, ya qué". Los migrantes aprovecharon la oportunidad y subieron. "Adiós, adiós y gracias. Dios se los pague con mucho". Las voces se perdieron entre el chiflido del tren y los kilómetros que fueron recorriendo. La próxima parada sería en 9 horas en Tepic.
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ASÍ LO VEO...
La Ruta de Occidente.
Por: Dayanna Velarde Rubalcava
La migración de latinos a Estados Unidos es un fenómeno que ha estado presente desde hace muchos años y ha evolucionado conforme han cambiado las condiciones de vida en todo el continente americano. Actualmente alrededor de 600 000 personas diarias cruzan de forma ilegal la frontera de México y Estados Unidos. Según un estudio de la Universidad de Georgia en 2005 había en este entonces 41.3 millones de latinos en Estados Unidos que tenían un poder adquisitivo de 736 mmd. Para llegar a Estados Unidos y concretar lo que muchos llaman el sueño americano la mayoría de los migrantes pasan por un duro "viaje" al cruzar México. Independientemente de su nacionalidad, todos son blanco de asaltos, malos tratos, extorsiones, abusos físicos, violaciones sexuales, secuestros, entre otros peligros. El hambre, frío, calor y la sed tampoco se hacen esperar. México es un país muy extenso en territorio que "ofrece" a los migrantes distintas rutas para llegar a su destino final, una de estas rutas es la de occidente. La ruta de occidente es la menos transitada y conocida por los migrantes. Este camino se caracteriza por dos cosas principalmente: por ser el camino más largo y por ser también el menos peligroso en cuanto al crimen organizado. El medio de transporte más utilizado en esta ruta es el tren el cual parte por Guadalajara y pasa por Tepic, Acaponeta, Mazatlán, Ciudad Obregón, Hermosillo, entre otras muchas ciudades hasta llegar a Mexicali. Sin perder ningún tren o parar, el viaje puede durar tres días o más. Los migrantes que usan la ruta de occidente casi siempre llegan a Guadalajara en el tren que viene de Irapuato. Algunos utilizan esta ruta porque la conocen, porque se las han recomendado o por decisión; otros lo hacen porque se pierden, toman un tren equivocado o porque cuando se dan cuenta ya están aquí. La ruta recibe tanto a migrantes mexicanos y centroamericanos que van a Estados Unidos, como a migrantes mexicanos que van a trabajar en los campos de Sinaloa, Sonora o que van a visitar a sus parientes que viven en el norte. En Guadalajara, Jalisco existe una organización que asiste a los migrantes, FM4 Paso Libre. Esta organización está formada en su mayoría por estudiantes y egresados de universidades de la Zona Metropolitana de Guadalajara y hacen una gran labor en asistencia humanitaria, documentación de la migración, concientización de la sociedad jalisciense, entre otras actividades. Su labor más grande hasta el momento es la que hace la rama de Acción Humanitaria de FM4, que son los jóvenes que atienden directamente con los migrantes en las vías del tren. El trabajo de Acción Humanitaria consiste en dar comida, agua y medicinas a los migrantes; proporcionarles ropa a los que la necesiten; entregarles un folleto con información de sus derechos, la ruta que están por recorrer y las casas del migrante y otras instituciones que los pueden ayudar; conversar con los migrantes y compartir con ellos experiencias de otros y tips; regalar condones e información de enfermedades sexuales y cuidados para prevenirlas; hacer entrevistas a profundidad y encuestas a los migrantes para hacer estudios del fenómeno, entre otras. Actualmente está en construcción el CAM: Centro de Atención al Migrante en donde se proveerán estos servicios de manera más formal y en unas instalaciones adecuadas. Según datos de FM4 pasan en promedio por Guadalajara de 15 a 20 personas diario de las cuales el 89% son hombres y el 11% son mujeres (La Jornada, 13 de marzo de 2009). La mayoría de estas víctimas han sufrido algún percance en su viaje cometido o por las autoridades nacionales o por miembros del crimen organizado. Al llegar a Guadalajara, algunos migrantes han viajado entre una semana y un mes; esta ciudad es aproximadamente la mitad del camino y muchas veces todavía hay quince días por delante que tendrán que recorrer. Los migrantes que van a Estados Unidos al avanzar hacia el norte de México tienen que decidir si cruzarán por Tijuana, Altar, Nogales, Mexicali, Naco, entre otras ciudades y puntos de cruce. El fenómeno migratorio es poco conocido por los habitantes de las distintas ciudades de la ruta de occidente e ignorado conscientemente casi por completo por las autoridades mexicanas. El hecho de que existan organizaciones como FM4 es de gran ayuda para los "exiliados económicos" que se ven obligados a dejar su lugar de origen para sobrevivir y darle oportunidades a sus familias. A lo largo de esta ruta son pocas las ciudades que proveen de asistencia a los migrantes, en parte por que el número de personas que transita la ruta no es tan grande, en parte por desinterés. Conforme es más conocida esta ruta, parece ser que crecerá la consciencia de la sociedad y la ayuda que se preste.
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Por: Dayanna Velarde Rubalcava
La migración de latinos a Estados Unidos es un fenómeno que ha estado presente desde hace muchos años y ha evolucionado conforme han cambiado las condiciones de vida en todo el continente americano. Actualmente alrededor de 600 000 personas diarias cruzan de forma ilegal la frontera de México y Estados Unidos. Según un estudio de la Universidad de Georgia en 2005 había en este entonces 41.3 millones de latinos en Estados Unidos que tenían un poder adquisitivo de 736 mmd. Para llegar a Estados Unidos y concretar lo que muchos llaman el sueño americano la mayoría de los migrantes pasan por un duro "viaje" al cruzar México. Independientemente de su nacionalidad, todos son blanco de asaltos, malos tratos, extorsiones, abusos físicos, violaciones sexuales, secuestros, entre otros peligros. El hambre, frío, calor y la sed tampoco se hacen esperar. México es un país muy extenso en territorio que "ofrece" a los migrantes distintas rutas para llegar a su destino final, una de estas rutas es la de occidente. La ruta de occidente es la menos transitada y conocida por los migrantes. Este camino se caracteriza por dos cosas principalmente: por ser el camino más largo y por ser también el menos peligroso en cuanto al crimen organizado. El medio de transporte más utilizado en esta ruta es el tren el cual parte por Guadalajara y pasa por Tepic, Acaponeta, Mazatlán, Ciudad Obregón, Hermosillo, entre otras muchas ciudades hasta llegar a Mexicali. Sin perder ningún tren o parar, el viaje puede durar tres días o más. Los migrantes que usan la ruta de occidente casi siempre llegan a Guadalajara en el tren que viene de Irapuato. Algunos utilizan esta ruta porque la conocen, porque se las han recomendado o por decisión; otros lo hacen porque se pierden, toman un tren equivocado o porque cuando se dan cuenta ya están aquí. La ruta recibe tanto a migrantes mexicanos y centroamericanos que van a Estados Unidos, como a migrantes mexicanos que van a trabajar en los campos de Sinaloa, Sonora o que van a visitar a sus parientes que viven en el norte. En Guadalajara, Jalisco existe una organización que asiste a los migrantes, FM4 Paso Libre. Esta organización está formada en su mayoría por estudiantes y egresados de universidades de la Zona Metropolitana de Guadalajara y hacen una gran labor en asistencia humanitaria, documentación de la migración, concientización de la sociedad jalisciense, entre otras actividades. Su labor más grande hasta el momento es la que hace la rama de Acción Humanitaria de FM4, que son los jóvenes que atienden directamente con los migrantes en las vías del tren. El trabajo de Acción Humanitaria consiste en dar comida, agua y medicinas a los migrantes; proporcionarles ropa a los que la necesiten; entregarles un folleto con información de sus derechos, la ruta que están por recorrer y las casas del migrante y otras instituciones que los pueden ayudar; conversar con los migrantes y compartir con ellos experiencias de otros y tips; regalar condones e información de enfermedades sexuales y cuidados para prevenirlas; hacer entrevistas a profundidad y encuestas a los migrantes para hacer estudios del fenómeno, entre otras. Actualmente está en construcción el CAM: Centro de Atención al Migrante en donde se proveerán estos servicios de manera más formal y en unas instalaciones adecuadas. Según datos de FM4 pasan en promedio por Guadalajara de 15 a 20 personas diario de las cuales el 89% son hombres y el 11% son mujeres (La Jornada, 13 de marzo de 2009). La mayoría de estas víctimas han sufrido algún percance en su viaje cometido o por las autoridades nacionales o por miembros del crimen organizado. Al llegar a Guadalajara, algunos migrantes han viajado entre una semana y un mes; esta ciudad es aproximadamente la mitad del camino y muchas veces todavía hay quince días por delante que tendrán que recorrer. Los migrantes que van a Estados Unidos al avanzar hacia el norte de México tienen que decidir si cruzarán por Tijuana, Altar, Nogales, Mexicali, Naco, entre otras ciudades y puntos de cruce. El fenómeno migratorio es poco conocido por los habitantes de las distintas ciudades de la ruta de occidente e ignorado conscientemente casi por completo por las autoridades mexicanas. El hecho de que existan organizaciones como FM4 es de gran ayuda para los "exiliados económicos" que se ven obligados a dejar su lugar de origen para sobrevivir y darle oportunidades a sus familias. A lo largo de esta ruta son pocas las ciudades que proveen de asistencia a los migrantes, en parte por que el número de personas que transita la ruta no es tan grande, en parte por desinterés. Conforme es más conocida esta ruta, parece ser que crecerá la consciencia de la sociedad y la ayuda que se preste.
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