domingo, 17 de marzo de 2024

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: Debo externar mi gran temor a la que pueda suceder el próximo 3 de junio del presente año, es decir, un día después de la mega elección del domingo 2 de ese mes.

Andrés Manuel López Obrador, nos enseñó a lo largo de sus campañas —permanentes campañas que ha continuado hasta el día de hoy— que no sabe perder. En el 2006, hizo tremendo escándalo y en nuestros oídos aún resuena el grito de “¡Voto por voto, casilla por casilla!” y recordamos la toma de la suntuosa avenida Paseo de la Reforma de la hoy CDMX, que tantos daños ocasionó. 


Si bien es cierto que la diferencia entre él y su aborrecido contendiente Felipe Calderón, fue de apenas 0.56%, no existe evidencia alguna de que se registró un fraude electoral, pero él sigue llorando. Ya para 2012, vuelve a competir y de nueva cuenta a perder el tabasqueño, ahora frente a Peña Nieto, quien, con un margen más amplio, ahora de casi siete puntos porcentuales, y, por supuesto, no aceptando la derrota…eso no lo llora tanto “el peje” porque hizo acuerdos con el copetudo.

Mi preocupación estriba en que AMLO le ha dado de todo a los militares y les ha asignado tareas que nada tienen que ver con los objetivos castrenses como: puertos, aduanas, aeropuertos, trenes, obras faraónicas, encargados del programa de vacunas, el control —o descontrol— de los migrantes, roles empresariales o de contratistas, la farmaciototota y muchas cosas más, por supuesto, todo fuera de los mecanismos existentes de transparencia y rendición de cuentas. Una inacabable danza de billetes.


La primera pregunta es: ¿aceptará López Obrador el resultado de las elecciones si estas le resultan adversas? Es decir, si gana Xóchitl Gálvez —a mi juicio algo bastante improbable, pero posible porque nada está escrito en política— ¿el macuspano mandatario aceptará el resultado de la elección, y en su caso, le colocará la banda presidencial? 

Yo creo que nel pastel, si ahorita se dice todos los días víctimas de algo o de un complot en su contra, menos aceptará la derrota de su monita de guiñol la aburrida y tediosa Sheinbaum. 


Ante el escándalo que se vendría y el capricho de su victimización, el ejército estaría ojo avizor ante cualquier contingencia u orden explícita del comandante supremo de las fuerzas armadas, e incluso, que ellos mismos den un golpe de mano no esperado y tomen el poder por la fuerza, mandando al carajo al propio AMLO, a Xóchitl, a la Sheinbaum y a la democracia. Me da pánico cuando oigo hablar al presidente de golpes técnicos de estado y otras babosadas.


 DE DULCE: Ya en anterior entrega me definí como “ateo político” porque no creo en ningún personaje de la clase política mexica. No creo en la Sheinbaum y no me gusta nada la gente que rodea o está detrás de Xóchitl Gálvez, lo que me hace dudar también de ella, porque es una pobre candidata a la que los tres partidos de la alianza imposible-posible PRI-PAN-PRD han abandonado, tan distraídos que andan por arrebatarse las posiciones en el senado o la cámara baja. Simplemente los tres presidentes de esos “institutos políticos” ya engancharon una senaduría cada uno: el impresentable Alejandro Moreno el tal “Alito” (¿será por ´malito´ o chingaquedito?); el simpático mamón de Marko Cortés, ya también se embuchacó su senaduría y Jesús Zambrano, líder de lo que queda del PeRDeré, lo mismo. Los tres muy patriotas y excesivamente preocupados por la república, nos hacen el favor de integrarse al Senado…por supuesto por la vía plurinominal, "pa´ no jerrar".

Hay otros que, pudiendo estar en la cárcel, son ahora “colaboradores” y/o asesores de la candidata hidalguense. Estos tipos —y no pocas tipas— perdiendo toda dignidad se montan en las olas de la “oportunidad” y son capaces de vender a su sagrada madrecita por un hueso para roer tres o seis años. No soy ingenuo, porque esto se repite en todos los partidos y en cada uno de ellos hay personas de chile, dulce y de manteca.


Por supuesto hay extremos como el de Alfredo del Mazo, quien siendo uno de los personajes principales de aquel afamado grupo Atlacomulco cien por ciento priista, hijo y nieto de gobernadores del EdoMex, hoy coquetea con Morena o el presidente AMLO (lo que es lo mismo), buscando una senaduría o como hicieron otros traidores a la causa de la oposición como Omar Fayad, el ex gobernador de Hidalgo, que prácticamente tiene amarrada la embajada de México en Noruega, o Quirino Ordaz Coppel, ex de Sinaloa y hoy embajador en España. No olvidar a Claudia Pavlovich, ex mandataria de Sonora, al igual que los anteriores también priistas y hoy representa al país como cónsul en Barcelona. Asimismo, Carlos Aysa, gobernador interino de Campeche, que hoy es flamante embajador en República Dominicana; sin dejar de lado al de Quintana Roo, Carlos Joaquín González al que AMLO “por sus servicios a la nación” (o sea él), lo premió con la representación diplomática en Canadá. ¡Qué joyas! Ninguno sabe un carajo de diplomacia, de relaciones internacionales, de protocolos de la política exterior, de nada…pero fueron premiados y ahí están, continúan royendo un sabroso hueso, sin importarles traicionar a sus partidos y “sus principios” si alguna vez los tuvieron.


Esto que vemos hoy es tremendo, me causa indignación ver como Nacho Flores, abandera el pendón de Movimiento Ciudadano en Nayarit, cuando pesaba, hace tiempo, una orden de aprehensión en su contra por operaciones con recursos de procedencia ilícita por un monto de diez millones de varos, para supuestamente invertirla en su campaña del 2021 cuando quería ser gobernador de este pobre estado nayarita. 


Hasta salió huyendo a Jalisco tierra gobernada por su partido y de donde regresa acusado también de celebrar seis contratos de obra pública para ejecutar en el municipio de La Yesca, del cual era presidente municipal, obras que sumaron 8 millones 139 mil pesos, pero que nunca se hicieron. Eso, antes en mi rancho se llamaba robo y los rateros se iban al fresco bote. Hoy, los pillos se amparan y así, con ese “beneficio de ley”, se mete Nachito —otra vez— a competir, ahora por una senaduría, a sabiendas de que hay ingenuos o tontos de pacotilla que se tragan cualquier cuento y le muestran su apoyo a este redomado pillo. Lo única explicación es que busca ganar y tener seis años de fuero para librar estar detrás de unos fríos barrotes de acero, que bien se merece. ¡Pobre cámara alta, nunca había caído tan bajo!


DE MANTECA: Se van definiendo las posiciones de los diferentes actores o aspirantes en Acaponeta y que buscan la presidencia municipal. Faltaba que se decidiera Morena y ya anunció que su candidato sea Manuel Salcedo Osuna, quien busca repetir en la silla de la vieja casona de la calle Morelos, junto con el Verde y el PT. Él competirá contra Guillermo Guzmán Jiménez, quien fuera regidor en este mismo trienio y que ahora abandera las causas de la alianza imposible-posible PRI-PAN-PRD. El “Gallo” Efraín Arellano, busca llegar por tercera vez a la silla edilicia, ahora por los partidos “Levántate para Nayarit” y Panal. Paco Cantabrana Musick, buscará llegar por el fosfo fosfo partido Movimiento Ciudadano. 


Ignoro si alguno más ya está anotado en esta privilegiada lista, pero igual da, lo que nosotros ciudadanos de a pie queremos es que gane el que más ame a Acaponeta; el que más se preocupe por el bienestar y progreso de este punto de la geografía nacional y, por supuesto, de sus pobladores. Administrar un municipio como el acaponetense, no es fácil, primero por el pobre presupuesto que llega casi como limosna. Hay que decirlo como es, aunque nos duela: Acaponeta no aporta nada al estado de Nayarit y esta entidad nada ofrece a la federación, de ahí que en materia presupuestal estemos en la lona. 

Pero, no habiendo recursos debe haber imaginación, compromiso y amor por el pueblo y su historia. Yo no voy a desear que gane “el mejor”, ese remoquete no existe; quizá es más propio decir, que triunfe el que lleve el buen nombre de Acaponeta en la sangre y permanentemente en su cabeza. ¡Sale pues!