Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo.
Hace unos días, subí al Cerro de la Glorieta, que no es otra cosa que aquel afamado "Paseo Oriente" y que hoy es un mirador excepcional que se encuentra en el total abandono. Siempre en estos casos volteamos a ver a la autoridad municipal, que es en parte responsable del deterioro de algunos espacios públicos, sin embargo, no hay que dejar pasar la oportunidad de comentar que también nosotros como ciudadanos, permitimos que sucedan cosas como esta y caigamos en la apatía, dejando que el deterioro crezca y el tiempo transcurra agravando la situación. No hemos hecho de estos lugares, espacios con significados, donde resaltemos su historia, su simbolismo y se conviertan en sitios donde permea la identidad que tanto necesitamos como pueblo.