jueves, 15 de febrero de 2024

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: Ahora que se suscitó el tema de la probable invasión de la oficina de Telégrafos de México a la Casa de la Cultura “Alí Chumacero”, con la inexplicable complacencia de la autoridad municipal, nos damos cuenta de un gran problema que se ha ido creando en el ayuntamiento, a lo largo de los años: la falta de espacio en la vieja casona de la calle Morelos.



Es indispensable y ya prioritario, diría yo, urgente, que el próximo gobierno, lo encabece quien lo encabece, debe, no darle “una manita de gato” al edificio de la presidencia, sino una verdadera “garra de tigre de Bengala” antes de que ese monumento histórico se venga abajo, y el principal afectado será el propio presidente municipal, cuya oficina queda justo debajo del área más dañada del palacio de gobierno. Por supuesto, es una obra que requiere mucho dinero, pero se puede hacer por etapas en distintos trienios, pero el siguiente tiene que comenzar.



Ignoraba su servidor que el ayuntamiento pagaba la renta de las diferentes dependencias federales como el correo, Telecomm, Segalmex y seguramente otras. Estaba yo convencido de que estaban contemplados esos arrendamientos en el presupuesto del gobierno federal, pero al parecer no, y no me explico por qué tienen los municipios, siempre pobres y jodidos, que erogar fuertes sumas que por supuesto no tienen en sus arcas. 

Ya de por sí, rentan muchos espacios para sus propias oficinas, a saber en esta administración: la del deporte, que en ubica en el antiguo restaurante “Blanquita”; catastro, sobre la calle Hidalgo, precisamente a un costado de donde estaba telégrafos; el Instituto de la Juventud y el de la Mujer, en una casa sobre la calle Morelos; la oficina de Bienestar, por el callejón Puebla frente al auditorio municipal y no sé si hay más, pero no me extrañaría que sí, amén de que no es improbable que también paguen las rentas de las oficinas estatales como la de recaudación de rentas o la dirección de movilidad. Toda una sangría al erario municipal.



Platicando con los compañeros de la Junta Vecinal, acerca del problema de la casa de la cultura, planteábamos varias opciones para proponer al primer edil Manuel Salcedo, pero no le importó el tema y nos mandó a freír espárragos plantándonos en dos ocasiones. Una de esas, es pasar la biblioteca pública “Benito Juárez” a la casa de la cultura, uniéndose a la que ahí existe y lleva el nombre del recordado amigo y escritor Héctor Gamboa Quintero, a la cual darían vida; así quedarían en el lugar que hoy ocupa la biblioteca, dos oficinas amplias y céntricas para las dependencias federales o las propias municipales.


Otra idea, que bien puede tomar el próximo gobernante municipal, es sacar la cárcel del centro y enviarla al mercadito Gardenia, que simple y llanamente no funciona como centro comercial, además de que es un espacio tan amplio que bien puede constituirse en un centro cívico con diversas oficinas burocráticas, aliviando así ese enorme gasto. En el espacio de la cárcel, bien caben cinco o seis oficinas bien diseñadas por un arquitecto, resolviendo de golpe y porrazo esa problemática. Pero —siempre hay un pero—, se fueron por lo más fácil: meter a telégrafos a la casa del pueblo, que es la de la cultura.

 


 DE DULCE: Hay alimentos donde se hace una revoltura de ingredientes que bien vale la pena probar. Muchos de los amables lectores que me siguen saben que soy chilango y a mucha honra, y entre las cosas que allá degustaba, por ejemplo, en las navidades y que no se estila por acá en Acaponeta, Nayarit, son los “romeritos”. Este platillo es un guiso de quelites, con papa, nopales, almendra, nuez, cacahuate, cebolla y ajo; asimismo, se prepara con mole, que ya de por sí está a su vez elaborado con chocolate o cacao, jitomate, ajo, cebolla, almendras, nueces, pasas y especias como el clavo, la pimienta o el perejil, además de cuatro tipos de chiles: ancho, mulato, pasilla y chipotle. Ufff, pero no acabamos, los romeritos también llevan nopalitos, papas cambray y camarón seco, entre otras variedades. Todo un revoltijo.


Así se me figuró la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador para modificar a la ya de por sí muy manoseada Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a la que le han metido más mano y cirugías que al cuerpecito de Ninel Conde. 

Como en los “romeritos”, en el proyecto de “su constitución” —él nunca ha entendido que la carta magna mexicana es de todos los nacidos en esta tierra, y no solo propiedad exclusiva de él— hay de todo, haciendo mención que en ellas reconoce su fracaso presidencial, porque muchas de las 20 reformas propuestas, fueron compromisos de campaña —tengo que decir, para que no me ataquen tan fuerte mis amigos chairis, que algunas de estas propuestas me parecen buenas, otras impensables—: indígenas y pueblos afroamericanos, pensión a adultos mayores y aumento de montos, personas con capacidades diferentes, becas a estudiantes, atención médica gratuita, vivienda, maltrato a animales, hidrocarburos y fracking, escasez de agua, vapeadores, fentanilo y drogas químicas, salarios mínimos, revertir reformas de Zedillo y Calderón, derecho a la educación y al trabajo, jóvenes construyendo el futuro, jornal seguro y permanente a los campesinos, programa sembrando vida, precios de garantía, ferrocarriles de pasajeros, servicio de internet, devolver a la CFE su carácter de empresa pública —¿no lo era ya?—, reducir gastos de campañas y a los partidos políticos, integrar el congreso con 300 diputados 64 senadores; reducir del 40 al 30% la participación en las consultas populares; que jueces y magistrados sean electos por el pópolo, la guardia nacional a la Sedena, que la austeridad republicana sea política de estado, y, su sueño dorado, desaparecer todas, todas, todas las dependencias y organismos autónomos.

Lo primero que me llega a la mente, es el optimismo que se respira en Pejelandia, ya que, si esto hubiera sido propuesto en campaña o en la primera semana de gobierno estaría bien, pero a 231 días de que termine la pesadilla, me hace ver también, que el tipo ninguna intención tiene de retirarse a “La Chingada”, su rancho que así se llama, y que su meta es continuar en el poder por medio de interpósita persona, a la que le entregó el bastón de mando y ahora le quiere entregar la Constitución Política de Pejelandia. 


Lo dicho, una revoltura marca ACME, que por supuesto su monita guiñol Claudia Sheinbaum, aplaudió a rabiar y las hizo ya parte esencial de sus propuestas de campaña. ¡Ajá! Es una verdadera vergüenza tener como dirigentes de la nación a este par.

 


DE MANTECA: Tuve la gran oportunidad de viajar a la hermosísima, colonial y señorial ciudad de Zacatecas, urbe con grandes atractivos turísticos como sus minas, el cerro de la Bufa, pero sobre todo su rica y bellísima arquitectura colonial que es un agasajo a la vista y un placer recorrer sus calles con lucidos adoquines de piedra, limpísimos y decorados, que no levantan tanto polvo como los nuestros asentados en arena. 

La historia de Zacatecas también es amplia, generosa e interesante, desde la época colonial, hasta los hechos revolucionarios con Francisco Villa, Felipe Ángeles y Pánfilo Natera a la cabeza, sin olvidar la batalla del Cerro de la Bufa, de Porfirio Díaz contra Benito Juárez, queriendo aquel —paradójicamente— evitar que el benemérito se reeligiera.


Un viaje sumamente recomendado por la belleza de la ciudad, lo distinto del entorno natural y su historia…pero —siempre hay un pero— la terrible violencia y degradación de la tranquilidad es pavorosa. Transita el mexicano o el turista internacional por carreteras que parecen un volado echado al aire y dejado a la suerte. Un par de veces nos pararon en sendos retenes por elementos, aparentemente, de la guardia nacional; pero en México, eso es igual que jugar a la ruleta rusa, no sabíamos si esos sujetos eran de verdad elementos de ese cuerpo nacional de seguridad, o bien, mafiosos que ahí mismo nos iban a secuestrar o, matar de plano; o, una tercera opción, las dos cosas a la vez, guardias coludidos con los narcos…y eso amigos, es delirante en esta nación gobernada por gente que tiene como estrategia para el combate a la inseguridad, dar abrazos y no balazos al crimen organizado, hacer reuniones de seguridad todas las mañanas para negar en el discurso que estamos mal a lo largo y ancho de toda la geografía nacional. 


Solo como un triste dato, la población de Fresnillo, ahí en Zacatecas, literalmente tomada por los criminales y con decenas de asesinados en este sexenio, es la población más insegura del mundo, y su presidente municipal, de extracción morenista, es Saúl Monreal Ávila, hermano del gobernador de esa entidad David Monreal, a la vez carnal de Ricardo Monreal, también ex gobernador de Zacatecas y elementos principalísimo de la 4T. Ante esto, y habiendo en Fresnillo un municipio sin gobierno, a Saulito lo acaban de premiar con una candidatura al senado de la república para las elecciones de este año. ¿Qué tal?