lunes, 22 de abril de 2024

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: No me queda duda, de que, cuando nuestros gobernantes nos mienten, nos roban a los ciudadanos, el legítimo e inalienable derecho a la verdad. Y la neta, es que los gobiernos —no importando de qué color sean— nos mienten con todos los dientes, y los de Morena… “pior”; ejemplos claros hay muchos: en la Ciudad de México, en la alcaldía “Benito Juárez”, el agua que llega de las válvulas caseras viene contaminada con lo que parece combustible, al parecer diésel, lo que la convierte en un peligro y un veneno. Miles de quejas, reclamos y toma de calles, hacen que el gobierno de la capital del país, los voltee a ver, y luego de dizque tomar algunas medidas, el jefe de la ciudad Martí Batres, exclama con voz de triunfo ante los medios, que ese grave problema se ha solucionado. Pero la realidad, esa augusta señora que pone a cada uno en su lugar, indica que no, que el agua sigue oliendo a gasolina y los vecinos toman foto de un agua sucia y turbia, imposible para el consumo humano. La falsedad para “solucionar” problemas, que por supuesto nunca se remedian.


Otra perla, el inefable virrey de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, declara frente a los medios, sin ningún rubor y con toda desfachatez, que las 66 personas que hace unas semanas fueron secuestradas en Culiacán, ya se encontraban en sus casas, que los ocho que aún no aparecían, ya están salvos y seguros, y hasta presume que tiene una policía muy fregona —no explica que no los rescataron los cuerpos de seguridad sinaloenses, sino que los secuestradores los liberaron de buenas a primeras—, pero, nuevamente Doña Realidad nos dice que no, los familiares de seis de ellos, alegan que aún siguen privados de su libertad o tal vez algo peor. Debe recordar don Rocha, que una mentira nunca puede deshacerse; ni siquiera la verdad es suficiente.


La realidad, nos dice que, en 65 meses de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, más concretamente del 1 de diciembre de 2018 al 31 de marzo de 2024, han sido asesinadas 183 mil 239 personas, lo que da un promedio diario de 94 crímenes, superando ya la suma de muertes dolosas de los gobiernos de Fox y Calderón juntos, que fue de 180 mil. Y para que no digan que son “politiquerías”, estos son datos oficiales del Secretariado Ejecutivo de Incidencia Delictiva. A pesar de esa masacre espantosa, AMLO y su candidata dicen que México en materia de seguridad está bien y el pueblo vive feliz, feliz, feliz. Eso raya en lo grosero y en la insensibilidad total.


La “científica” Sheinbaum debiera recordar aquella leyenda que dice que en una ocasión se encontraron la verdad y la mentira. Luego de saludarse, la mentira dijo que era un divino día, la verdad vio a su alrededor y le respondió que, en efecto, era una mañana esplendorosa. Llegaron a un bello lago y la mentira expresó: está hermoso el lago, y la verdad le manifestó que era cierto, ese ojo de agua lucía maravilloso. La mentira corrió y se aventó grácilmente al agua y gritó alegre: ¡El agua está riquísima! Con prudencia, la verdad tocó la superficie del lago y comprobó que la temperatura del agua era muy agradable y así lo hizo ver a la mentira. Para nadar sin dificultades, ambas se quitaron la ropa y luego de un rato de diversión, la mentira se puso la ropa de la verdad y esta salió del lago y caminó desnuda por todos lados y todos quedaron horrorizados de la verdad desnuda. Así es cómo, desde entonces, la mayoría de personas prefieren ver la mentira disfrazada de verdad, que la verdad al desnudo.

 


 DE DULCE: No son pocos, en estos aciagos momentos grillescos y de intensa polaca totonaca, que serían capaces de vender su alma al diablo y hasta a su bendita autora de sus días por obtener una regiduría, una sindicatura o bien, “Palabras Mayores” como dijera el siempre bien recordado escritor Luis Spota: una presidencia municipal, una diputación federal y hasta una senaduría, aunque estas dos posiciones se han rebajado mucho a los ojos de un pueblo que se siente engañado, traicionado y saqueado.

Andan por ahí, aquí en la tierra de Alí Chumacero, saltimbanquis de petatiux, a quienes la población ya los conocemos --por sus obras los conoceréis-- y no los deseamos en el poder, que, como changos con y sin mecate, brincan y ruegan por un hueso. Conozco el caso de una persona que siendo de “X” demarcación, pero que no le tocó ser agraciada con el “premio mayor”, por su mala imagen y peor desempeño en los puestos públicos que le han regalado, salta con singular entusiasmo a otra demarcación que no es la suya, pero le vale, “de gollete hasta un puñete” dice la raza, y pide pan, como los maderos de San Juan, a ver si le dan. 

Lo cierto es, que cada chango debería ir a su mecate, y los aspirantes tendrían que ser de la demarcación donde viven y eso porque supuestamente es lo que conocen, la problemática y el sentir de sus habitantes, no piensa igual un acaponetense del centro de la ciudad, que uno de San José de Gracia y menos de San Diego de Alcalá. A esa persona, el partido ya le dio la posibilidad de ser regidora en una demarcación rural. Qué sabe de las broncas y conflictos de esas poblaciones que son varias, y lo peor, cómo es que los habitantes de esa área se dejen y lo permitan.


Son tiempos estos muy raros, peculiares y caprichosos, sin ideología en los candidatos; partidos que solo son el vehículo para llevar al poder, a veces a verdaderos gañanes y conocidos cacos; otrora institutos políticos con objetivos claros y estatutos de altura. Hoy ya no, cualquier mono se acuesta del PAN y amanece, por obra y gracia de Diosito, de Morena o algo “pior”. La historia de esos institutos políticos, más bien quedaron en historieta de cuarta.

 


DE MANTECA: Lo verdaderamente maravilloso de las campañas electorales, es que vemos que nos espera un mundo sensacional y maravilloso, donde todos los mexicanos viviremos como en Shangri-La, en el Edén o la mítica Xanadú.

Primero, a ojos de los aspirantes a cualquier puesto de elección popular, lo mismo que la presidencia de la república o una humilde regiduría, ellos ven que todo estará maravilloso porque lo merecemos. Prometen y más que eso, auguran una nación que será la envidia de Europa y el resto de los países de América, incluyendo los Estados Unidos. Sus propuestas van desde solucionar el gravísimo problema de la carencia de agua, hasta eliminar de un plumazo la inseguridad del país. Todos hablan de hacer producir el campo, mejorar la pesca, plantar miles de millones de árboles; de dar empleo a la totalidad de la población. De tener un sistema de salud, mucho mejor que la que tiene esa mísera nación que es Dinamarca. Educación, ciencia, tecnología, comunicaciones, cultura, fomento al deporte, universidades, trenes, aviones, bicicletas, todo estará bien.

Las reformas a la manoseada y violada constitución, vendrán a ser la panacea deseada. Ahora sí, se acabará la pobreza y las comunidades indígenas verán al fin, la justicia que se les ha negado en más de 500 años. Empleo para todos. Lloverán del cielo billetes y más billetes, que a placer podrán recoger con pala niños, jóvenes, adultos y viejitos; mujeres vulnerables, madres solteras; personas con capacidades diferentes y todos los de la comunidad LGBTTTXYZ+.

Ya la candidata de Morena para la CDMX, ha prometido bajar la edad para recibir el apoyo que hoy solo se da a los mayores de 65 años, lo bajará a los 57. Y hasta el PRI, propone “apoyar” a los jóvenes con 120 mil morlacos, en tres pagos, a los 19, 21 y 25 años de edad. ¡Qué maravilla! ¡El país de los árboles de dinero! ¡Votemos por cualquiera, todos recibiremos algo: por lo menos camisetas, gorras o morrales!