Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE
CHILE: No soy muy afecto a creer en las coincidencias, y en
política menos ya que soy muy “descreído” totalmente incrédulo de todo y de
todos. Sin embargo, en la maravillosa historia del hombre, hay casualidades
asombrosas y “chiripadas” mayúsculas. Una muy importante fue cuando el
científico Alexander Fleming, trabajando con bacterias en caldos de cultivo,
dejó al lado de una de estas cajitas llamadas de Petri, que contienen un gel
nutritivo para que se reproduzcan y crezcan las bacterias, un pan que estaba
comiendo.
El Sr. Fleming estaba trabajando con colonias de estafilococos, que
son bacterias que causan forúnculos, dolores de garganta y abscesos. Dejó la
chamba inconclusa porque se fue de vacaciones. Por varios días estuvo el pedazo
de pan ahí, hasta que le comenzó a salir el molesto hongo que todos conocemos en los
alimentos que quedan abandonados.
Ese hongo es de la especie Penicillium
notatum. Al regresar el biólogo de
su descanso notó que en la caja de Petri que estaba a un lado del pan, no había
un desarrollo ni crecimiento de la colonia de bacterias, por lo que dedujo que
ese hongo de alguna manera inhibía esa situación. Al paso del tiempo, se
desarrolló la penicilina, producto del hongo, lo que marcó el comienzo
de la era de los antibióticos. Antes de su descubrimiento no existía un
tratamiento eficaz para infecciones como la neumonía, la gonorrea o la fiebre
reumática. Esa sí fue una chiripada marca ACME.
Hay otra historia que me
resultaba increíble. El actor galés Anthony Hopkins, se preparaba para
protagonizar la versión cinematográfica de la novela “La chica de Petrovka”,
del escritor George Feifer. Como jamás había leído el libro, Hopkins salió un
día de su casa de Londres para ir a comprarlo, pero todo resultó inútil. El
libro estaba agotado en todas las librerías. Frustrado, Hopkins decidió
regresar a su casa en metro. Al ir a sentarse, se encontró con que alguien
había dejado un libro sobre su asiento, un ejemplar viejo y lleno de
anotaciones en sus márgenes. Cuando lo tomó y leyó el título se quedó pasmado.
Se trataba de “La chica de Petrovka”.
Tiempo después, durante el rodaje de la
película, Hopkins conoció a George Feifer, el autor de la novela, quien le
contó que dos años antes le había prestado a un amigo su ejemplar, que estaba
plagado de anotaciones, pero que éste lo había perdido en el metro. Cuando
Hopkins le mostró el libro que se había encontrado, ambos quedaron
sorprendidos: se trataba del mismo ejemplar que había perdido Feifer.
Pero creer en las chiripadas
en la grilla electoral no me las trago. Primero me parece fuera de toda lógica
y por supuesto falta de ética que el partido Movimiento Ciudadano de Dante
Delgado, no haya participado en las recientes elecciones del Coahuila y el
Estado de México. Los ciudadanos de a pie, tristes mortales en este drama
grillesco, pagamos religiosamente nuestros impuestos parte de los cuales, en
mala hora, se van a las arcas de los partidos políticos, así sean micropartidos
como este, cuyo objetivo principal es hacerse del poder compitiendo y, si no
compiten, ¿qué sentido tiene entonces su existencia?
Alegan que mejor se
prepararán para las macro elecciones del 2024 y da la casualidad de que Marcelo
Ebrard y Ricardo Monreal, se le andan saliendo del huacal a AMLO, que vendrá a
ser el “gran dedo elector”. Es claro, Dante y su gente no dan paso sin
huarache, esperan la pronta ruptura del presidente y al menos una de esas dos
corcholatas para ofrecerles con bombo, platillos y alfombra roja la candidatura
por MC.
DE
DULCE: Hoy, necio que soy, volví a ver la mañanera de mi viejito
favorito, el presidente Andrés Manuel López Obrador y, la primera pregunta de
los periodistas de palacio fue sobre el sistema de salud y como ha hecho AMLO
durante ya casi cinco años, le echó la culpa de lo mal que está ese aparato sanitario
a los neoliberales y conservadores del pasado. Él y su gobierno no tienen
ninguna culpa del fracaso en el sector salud. En junio de 2019, apenas a medio
año de haber tomado el poder, el tabasqueño dijo lo siguiente en Ecatepec,
Estado de México: “No crean que tiene
mucha ciencia el gobernar…eso de que la política es el arte y la ciencia de
gobernar, no es tan apegado a la realidad. La política tiene más que ver con
sentido común, que es el menos común de los sentidos”. Y remató: “La política tiene que ver con el juicio
práctico”. Y se soltó después con el manido rollo de la transformación del
país y bla bla bla.
Y sí, estoy de acuerdo con el presidente, no tiene ninguna
ciencia gobernar, y como él dirige a la nación y enfrenta los graves temas no resueltos
por su gobierno, entonces en efecto, nada hay más fácil que ser el presidente
de México. Si no, vea usted amable lector que me sigue y diga si me equivoco:
que se ha roto el récord de muertos por asesinato u homicidio doloso, no
importa resolver ese asunto que en campaña prometió el presidente resolver en
seis meses, todo es culpa de los neoliberales y conservadores. Que el sistema
de salud es un asco porque los hospitales no se dan abasto con el número de
usuarios, porque no hay medicamentos, ni quirófanos, y las citas médicas cada
día más espaciadas. Que el INSABI fue un rotundo fracaso. No importa, todo eso
se lo debemos a los neoliberales y conservadores del pasado.
Le muestran al
presidente lo grave que es la corrupción en su administración, son
indefendibles los actos de notoria deshonestidad entre sus secretarios de
gobierno, los gobernadores de Morena que vuelven a ser virreyes, los actos
ilegales y perversos de sus hijos y hermanos, además de lo lacayunos que son
algunos ministros de la SCJN, diputados y senadores, y qué decir de sus corcholatas…
pero el mandatario federal solo dice, desentendiéndose del problema que él
tiene otros datos y la corrupción ya no existe.
Si se habla de lo mal que está
la economía nacional, del maltrato y asesinato a periodistas; que la educación
está en uno de los más bajos niveles que históricamente se recuerden; que no
hay apoyos a deportistas, ni niños enfermos de cáncer o a los científicos, todo
se debe, simple y llanamente a los neoliberales y conservadores. Así es en
efecto, no tiene ciencia gobernar…
DE MANTECA: Se sale de toda lógica, congruencia y por
supuesto ética. El increíble caso de la pasante de derecho, sorprendentemente
enquistada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la pirata profesional
dizque ministra Yasmín Esquivel, raya en la más absoluta ignominia. Este
absurdo y tan corrupto caso de un alto elemento del poder judicial, nos pinta
a los mexicanos de cuerpo entero.
Después de que la ministra corsaria fue
acusada de que plagió su tesis de licenciatura que cursó en la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), y que ella negó de todas las formas
posibles y haciendo circo, maroma y teatro para retrasar la investigación de
una universidad que en ratos de vio pusilánime e incapaz; y luego, para rematar
y coronar este pastel de lodo, también fue acusada de robar su tesis de
doctorado en la Universidad Anáhuac, cosa que por supuesto negó con lo que le
quedaba de fuerza. Ahora sale a la luz, que una jueza de la Ciudad de México
determinó que la ministra filibustera no plagió la mentada tesis, y para que
duela más, a una nación hasta la madre de este tipo de personajes a los que
además hay que pagarles sus elevadísimos salarios, agrega que es esta una
sentencia "inatacable". Por lo que alegre y desvergonzada ministra bucanera
Esquivel Mossa, escribió en su cuenta de Twitter, que era esa la resolución que
prueba en definitivo, que ella es la única autora de la tesis y luego, más
alegre y más desvergonzada aún escribe de manera literal: “En lo personal, con esta determinación, yo doy por concluido el tema y
continúo, sin distracciones, con mi compromiso --de hace más de 38 años en el
servicio público-- y la obligación legal y moral que tengo con la impartición de
la justicia en México, como Ministra de la SCJN”. ¡Ándale pues piratona!
Pero esto no es lo peor del caso, lo terrible es que en este juicio no se avisó
y menos se incluyó a la UNAM, vamos, ni siquiera le notificaron una trinche
palabra, una de las partes afectadas. Y sigue lo inaudito: el boletín judicial publicado el pasado jueves
nos informa, para que se nos hagan nudo el duodeno, el yeyuno y el íleon, que
el expediente se encuentra clasificado ¡como secreto!. ¡Chin! ¿En qué pinche país
vivimos?
Por supuesto no hay manera de creerle a la ministra contrabandista de
tesis, ya que la indefendible dama pirata ojo con parche, ha promovido dos
juicios de amparo y otros dos juicios civiles impidiendo que la UNAM meta las
narices en “sus asuntos”. Yo me pregunto: ¿Si Lady Plagios es inocente y no
robó tesis alguna, para qué tanto drama y miedo a que la Comisión de Ética de la
UNAM investigue y llegue a una determinación final? Decían los clásicos: “el que nada debe nada teme”, pero esta
mujer plagiaria sí teme mucho, porque debe mucho. Y solo para reírnos un rato. Inmediatamente
después de esta determinación de la jueza y la efímera felicidad de la pirata
Morgana, la UNAM, reviró y en un boletín expresó agriándole la fiesta a la
pasante de derecho: “los alcances de esa
sentencia no obligan a la UNAM, ni comprometen sus funciones académicas
sustantivas”. Y más tarde, en su cuenta de twitter, la universidad puso
este colofón que ha sido muy celebrado: “La
UNAM conmemora hoy, 8 de junio, el Día Mundial Contra la Falsificación y la
Piratería.” Y todavía el inexplicable presidente Andrés Manuel López
Obrador la defiende sin ponerse a reparar en lo que hace, provocando que, desde
luego, sus lacayos también aplaudan a la pasante de derecho y le den todo su
apoyo, como la gobernadora de Colima y el tontoroque virrey de Veracruz. ¡Cosas
veredes amigo Sancho que harán fablar las piedras! Espero sus comentarios,
sugerencias los invito a acceder al portal PUERTA
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