sábado, 30 de septiembre de 2023

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: No cabe duda que un pueblo educado, instruido, culto y que gusta de la lectura, se convierte en pueblo peligroso, porque adquiere una capacidad de razonamiento y de crítica que en nada favorece a ningún gobierno, por eso el nivel educativo nacional es desastroso, desde hace décadas, y las políticas educativas oficiales resultan incomprensibles.

La idea aquella que viene desde el siglo XIX de que la iglesia fue el gran ente educativo de la nación, es un fenomenal mito. A la llegada de Agustín de Iturbide con el ejército Trigarante a la capital del país, el 98% de la población del naciente país independiente era analfabeta, y se entiende porque la iglesia desde siempre ha querido tener comiendo de su mano a un pueblo inculto y crédulo. 


AGUSTÍN DE ITURBIDE Y EL EJÉRCITO TRIGARANTE ENTRANDO A LA CIUDAD DE MÉXICO

Pero muchos años después, 89 años para ser exactos, al inicio de la revolución mexicana el analfabetismo estaba, más o menos, en esa misma línea por arriba del 90%, es decir, los gobiernos del México independiente no lograron reducir significativamente esa mal terrible que es no saber leer ni escribir o, dicho de otro modo, pensar. Aún hoy, a 202 años de la consumación de la independencia, existen en México lindo y querido la horripilante cifra de, aproximadamente 4.5 millones de personas analfabetas. ¡Terrible! Es claro que, a los gobiernos en turno, no importa el color o las siglas, poco o nada les importa la calidad educativa de la gente. Entre menos piense la población, entre menos cuestione, se queje o señale errores u omisiones, mejor, seguirán los mandamases en su zona de confort.



A ellos, los poderosos, los influyentes a los que manejan el dinero, no les importan los mexicanos y menos una educación que forme ciudadanos censores y analíticos; mantener la hegemonía de la clase dominante, pues no les interesa el desarrollo de las capacidades humanas en todos los campos del saber, ya que un pueblo instruido y bien educado sabe elegir a sus gobernantes y señala sus yerros. Saben bien que un pueblo mal educado e ignorante, carente de información, no sabe de dónde viene para poder mirar al futuro y guiar su camino. Por eso, México en la actualidad, con 71.52 puntos sobre 100 posibles ocupa la posición 68 en el mundo, sobre un total de 168 países. En los últimos dos años perdió dos posiciones con respecto a la anterior medición, según importantes investigadores sobre el tema.

 DE DULCE: Dice la escritora acaponetense Abigaíl Villalobos Quintero, que en Acaponeta todos somos parientes o lo vamos a ser. Esto que es una verdad de a kilo, me llega a la mente cuando veo que al Ayuntamiento llegan diariamente decenas de personas, principalmente a solicitar algo, algunas piden unas monedas para comer algo, otras medicina, muchas un viaje de grava o arena; un descuento en el OROMAPAS, un permiso para abrir un comercio, el apoyo para la pintura de la escuela, trabajo de lo que sea, recursos para el campo, el arreglo de un bache en tal calle o el foco de determinada lámpara de paso; un acta de nacimiento de gorra, permisos para construir o destruir, un permiso para vender bebidas embriagantes, entre otras muchas cosas que incluyen hasta que el primer edil interceda ante determinado profesor para que no repruebe a su vástago en la escuela o bien mil problemas legales que tienen todas las formas posibles. 


El presidente municipal en turno, tiene la obligación de atender a estas personas y no necesariamente está obligado a dar el “sí” a todos. Imposible, no se puede. Sin embargo, muchos de los que llegan hasta la casona de la calle Morelos, alegan cercanía con el mandatario municipal, desde ser un vecino de “hace muchos años”, o haberle cambiado los pañales cuando bebé; ser compañero de banca o generación en la escuela o bien pariente lejano en tal o cual grado, porque su tatarabuelita era prima segunda del cuñado del concuño de un tío que ya murió, pero que mucho los quiso.

Ser presidente municipal, debe ser, sin duda alguna, "una pega", marca diablo, sobre todo en municipios como el nuestro, donde nunca hay dinero o recursos suficientes. Por ello, en muchas ocasiones los ediles para quitarse el compromiso de encima dicen sí a lo que debieran decir no, por eso hay tantos depósitos de cerveza, permisos de construcción en el centro histórico, puestos ambulantes en prácticamente todas las esquinas, etc. 

Por supuesto los que salen con una respuesta positiva lo hacen hablando maravillas del gobernante, los que tienen la mala suerte de un “no”, se convierten en sus más acérrimos enemigos y de inmediato le buscan al primer ciudadano, amantes, “detallitos” sobre su preferencia sexual; cercanías con el narco, desavenencias con la propia familia, viejos errores, antiguas rencillas con fulano, venganzas y mil lindezas más que van desde el asesinato, hasta el abandono de hijos y el descuido de la familia. 


Sin duda es injusta la vida para un edil municipal, que en el inter debe resolver toda clase de conflictos, como personal basificado que políticamente es molesto, pleitos en comunidades por “quítame estas pajas”, la gestión de recursos que nunca existen o son muy pocos, proyectos al día, litigios entre el propio gabinete que en ocasiones es una olla de cangrejos impidiendo que alguno salga de la cubeta, celos de grillos voraces y depredadores, compromisos políticos o de partido y hasta por la falta de conitos en el garrafón de agua para beber en determinada oficina. Yo admiro a los presidentes municipales por eso; se necesita estómago para ciertas cosas que ahí se ven y no todos lo tenemos. Algo sí sé, tan seguro como Sócrates que expresó para la historia: “yo solo sé que no he cenado”; nunca voy a postularme para presidente municipal, lo juro por el osito Bimbo.


DE MANTECA:  Como sabemos, muy probablemente en el año 2024 tengamos ya en la presidencia de la república, por primera vez en México una mujer, una dama presidenta. Nunca jamás ha habido una persona del género femenino gobernando al país. Aunque hay que decir, que la historia de México sí registra a una mujer se hacía cargo de la administración de la patria. Esa mujer en cuestión fue María Carlota Amelia Augusta Victoria Clementina Leopoldina de Sajonia-Coburgo-Gotha, es decir la desgraciada Emperatriz Carlota de México, quien gobernaba y lo hacía, según las crónicas, muy bien, cuando su marido, el veleidoso Emperador Maximiliano de Habsburgo, se iba a recorrer el país entero, ya que esta nación le encantó al emperador.


 Él estaba enamorado de México y se retiraba a recorrer el país y dejaba el gobierno encargado a su mujer, la infeliz Carlota. Hay que decir que esta fémina, nacida en Bélgica sí fue educada para gobernar y para administrar un territorio a diferencia de Don Max, cuya educación fue muy diferente a la de su hermano Francisco José, quien seguiría en el trono a la muerte de su padre el emperador de Austria.

El papá de Carlota, el rey Leopoldo I de Bélgica, efectivamente educó a su hija para gobernar un país o un reino. Carlota fue una mujer muy rica, de hecho, un Maximiliano totalmente arruinado se casó con ella, su objeto de su matrimonio fue por interés económico, ya que el austriaco estaba prácticamente en la quiebra. Carlota Amelia era tal vez la mujer más rica del mundo en ese momento y a Maximiliano, le cayó como anillo al dedo. 


El emperador de México, lo que hacía aparte de ir a recorrer el país para conocer sus bellezas naturales, puesto que Don Max, más que político era artista y científico. Viajaba mucho a Cuernavaca, hoy capital del estado de Morelos, precisamente al famoso jardín Borda, donde iba a cazar mariposas y donde se dice, que también tenía un amor secreto en la persona de Concepción Sedano, hija o esposa del jardinero. 


MAXIMILIANO Y SU NOVIA EN EL JARDÍN BORDA

Cuando su media naranja, la emperatriz, tomaba el gobierno todo mejoraba. Se dice que Carlota era una mujer muy exigente con todos los ministros de Maximiliano les exigía trabajo eficiente y resultados. Todos temían tratar con ella. Ojalá que ya sea Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez, la primera mujer electa presidenta, sean como Carlota, que sí gobernó México, la única damita que lo ha hecho y que exijan a los miembros de su gabinete eficiencia, planeación y sobre todo honestidad y poca grilla. ¡Veremos!