Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Los colores ya no son lo
que eran antaño, han dejado de ser sinónimos de luz y alegría para convertirse
en bandera política de la que muy pocos escapamos. Como ejemplo pongo algo que
me sucedió hace unos años cuando trabajando como reportero para un periódico
local, me tocó cubrir uno de tantos actos proselitistas, en esa ocasión, de
candidatos panistas a la presidencia municipal de Acaponeta, o algo así.