Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Llegó la primavera y
para los acaponetenses y en general a todos los costeños del norte de Nayarit,
se hace acompañar de un intenso calor que habrá de prolongarse hasta finales de
octubre si bien nos va. No es de exagerar si les digo que hay días en el verano
en que el termómetro registra marcas de 45 a 47 grados centígrados al sol, que
sentimos que nos vamos a derretir como helados fuera del congelador y en plena banqueta. Sin
embargo, salvo la mejor opinión de Ustedes amables lectores, son "mejores" estos
calores que los que se sienten más al norte, como en Sonora o la porción
fronteriza de la Baja California y en general toda la península, donde el
desierto envía una canícula seca, más insoportable que la nuestra, pues
nosotros solo buscamos una sombra y la temperatura baja drásticamente y allá
no, incluso aquí sopla el viento y nos refrescamos; en aquellas latitudes silba el
Dios Eolo y es como si llegara un dragón. Pero como dijera la estupenda
Cristina Pacheco, aquí nos tocó vivir y “ni hablar del peluquín”, como decían
los de antes……..