CASA FENELÓN, POR LA CALLE LERDO EN TEPIC. |
Por: L.D.C. José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
(CUARTA PARTE)
III. CONTEXTO ESTATAL
Para poder situar la fundación de la Escuela Preparatoria de Acaponeta, es necesario hacer un brevísimo esbozo histórico del proceso educativo institucional y oficial en Nayarit, comenzando con los decretos 418, que fue la Ley Constitutiva de la Escuela Preparatoria del Estado de Nayarit, promulgado el 26 de agosto de 1925; y el decreto 419 en el cual el Congreso local aprobó la Ley Constitutiva de la Escuela de Jurisprudencia de Nayarit, promulgadas ambas por el Gobernador Ricardo Velarde el 27 de agosto de ese mismo y lejano año de 1925.
Decretos que dieron origen a dos importantes centros educativos: la Normal Mixta de Jurisprudencia, y la Preparatoria, pero esta última no prosperó por falta de recursos y la carencia de apoyos, por lo que fue hasta 1927, cuando el Gobernador provisional del Estado Francisco Ramírez Romano refunda ese centro de enseñanza con el decreto 631, y un plan de estudios dirigido a bachilleres que tenían como mira hacer una carrera en ingeniería, abogacía, medicina, odontología y farmacia; este plan constaba de 5 años de estudio, comprendiendo los tres primeros a la educación primaria superior, también llamada “escuela intermediaria”.
Todo lo anterior dio pie a un importante y trascendental hecho que habría de fincar los cimientos de lo que en el futuro se convertiría en la Universidad de Nayarit, ya que tres años después, el 5 de septiembre 1930 el Gobernador del Estado, escritor, historiador e intelectual nayarita Luís Castillo Ledón, expide la Ley de Fundación del Instituto del Estado y del Consejo Superior de Educación, institución que habría de integrar en su seno a la escuela secundaria, la preparatoria, la escuela Normal y la Escuela Popular de Artes y Oficios, esto traía como gran beneficio la entrega a los estudiantes de títulos de bachiller, profesor normalista –ni más ni menos—y Prácticos en Comercio, además de diplomas para los cursillistas en Bellas Artes y Oficios.
Existe un acta que se redactó el 16 de septiembre de ese mismo año, donde se da cuenta del acto de instalación del afamado Instituto del Estado y a la letra dice:
“En la ciudad de Tepic, a las diecisiete horas del día dieciséis de septiembre del año de mil novecientos treinta, reunidos en el local destinado al efecto los CC. Luís Castillo Ledón, Gobernador Constitucional del Estado; Diputado Agustín de la Peña, representante del H. Poder Legislativo; licenciado Luís Garibi Harper, representante del H. Poder Judicial; Diputado J. Jesús Valdez, representante del H. Consejo Municipal; Licenciado Agustín Yáñez, Director de Educación Pública en el Estado; Profesor Heriberto Parra, Secretario de la Dirección de Educación; Francisco Díaz del Pino, nombrado Secretario del Instituto del Estado; José Cornejo Franco, Rubén Mora Gálvez y Emmanuel Palacios, representantes de la Universidad de Guadalajara y un buen número de personas invitadas, se procedió a instalar el Instituto del Estado de Nayarit, creado por Ley del cinco de septiembre del mismo año.
Los asistentes visitaron las dependencias del edificio. Instalados finalmente en el salón de actos, después de una alocución del C. Diputado Agustín de la Peña, el Gobernador declaró inaugurado el Instituto del Estado de Nayarit, nombrando Rector y Secretario de la nueva institución a los CC. Lic. Agustín Yáñez y Francisco Diez del Pino, respectivamente. Para constancia se levantó y firmó la presente acta, Luís Castillo Ledón. Rubrica J. Núñez C. Rubrica Enrique Castillo Ledón, Rubrica. Modesto C. Careaga. Rubrica. H. Parra, Rubrica. Agustín de la Peña. Rubrica”.
AGUSTÍN YÁÑEZ |
Los cursos de estos importantes centros educativos comenzaron el 22 de septiembre de ese mismo año con la asistencia de tan solo cinco alumnos, pero para el primero de diciembre en su informe, Castillo Ledón reporta ya 52 estudiantes inscritos que de manera regular ya venía tomando las clases que se ofrecieron en un edificio que se ubicaba en la esquina de Morelos y Morelia en la ciudad capital de Tepic, inmueble que había pertenecido a los Misioneros Claretianos, mismo que fue cedido para esos fines educativos por la Secretaría de Hacienda y donde se pudieron montar seis aulas, una sala de conferencias, biblioteca, un salón de estudio y dibujo, un gran patio de juegos, patio de cultivos y por supuesto las oficinas de la Rectoría y de la Secretaría.
Doce días más tarde después de emitido ese decreto, el reconocido escritor, político e intelectual Agustín Yáñez, empieza a trabajar como Rector del Instituto del Estado, tal como se le comienza a conocer al mencionado organismo que años después, justamente en 1962, habría de convertirse en el reconocido Instituto de Ciencias y Letras, que sentaría las bases para la fundación de la Universidad, hoy Autónoma de Nayarit. Hay que mencionar que el autor de “Al filo del agua” fue Secretario de Educación Pública de Nayarit entre 1930 y 1931 y años después, en el Gobierno del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, Secretario de Educación Pública.
Es importante referir que la Ley de fundación del Instituto incluía también la del Consejo Superior de Educación que en el decreto 815 del 14 de septiembre de 1930 decía:
“Luís Castillo Ledón, Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Nayarit a sus habitantes sabed:
Que en uso de las facultades extraordinarias de que me hallo investido por el decreto 815 he tenido a bien expedir la siguiente:
Ley de fundación del Instituto del Estado y del Consejo Superior de Educación.
Art. 1º. Se funda el Instituto del Estado de Nayarit declarándose su organización de necesidad pública.
Art. 2º. El Instituto del Estado se formará con estas escuelas: Secundaria y Preparatoria, Normal, Popular de Bellas Artes, Comercial, y Popular de Artes y Oficios. Funcionará asimismo, dependiente del Instituto, Departamento de extensión cultural.
El Consejo Superior de Educación estaba integrado por un representante del Gobernador, que en este caso era el Director General de Educación Pública, dos representantes del Instituto; dos de la enseñanza primaria; uno de la Comisión de Educación del Congreso del Estado; uno más del Ayuntamiento de Tepic, otro que representaba a la Sociedad de Alumnos del Instituto y tres personas de reconocida cultura, voluntad educativa y compromiso con la ciudadanía que además tuvieran por lo menos cinco años radicando en la entidad.
Como dato curioso los estudiantes inscritos pagaban la cantidad enorme de cinco pesos al año, fondos que eran destinados a la extensión cultural del Instituto.
Hay que hacer notar, solo para comparar, que en ese período, el peso se situaba en el rango de 1.80 a 2.12 por dólar. Algunos especialistas que gustan de hacer este tipo de cálculos y que toman en consideración a la inflación durante ciertos períodos, así como la circunstancia de que en 1992 el peso perdió tres ceros, indican que por cada peso de ese año de 1930 hoy tendríamos que aportar 498.76 pesos, entonces cinco pesos era en realidad una cantidad considerable. En el texto se agrega:
“Se faculta al Rector para condonar parcial o totalmente el pago de la matrícula en casos de pobreza debidamente comprobada. Cada alumno deberá tener en la ciudad de Tepic, una persona responsable de su conducta con quien pueda entenderse y a quien dar y pedir informes la Dirección del Plantel.”
También este decreto, da cuenta de las asignaturas a impartir: Español, Matemáticas, Geografía General de México y de Nayarit, Ciencias Biológicas, Anatomía, Fisiología, Botánica, Zoología, Física y Química, haciendo la aclaración de que 216 horas de estas últimas se dedicarán a trabajos de laboratorio. Además Francés, Inglés, Civismo, Derecho Usual y Economía Política, Historia Universal, Historia Patria, Lógica, Psicología, Moral, Raíces Griegas y Latinas, Literatura, Retórica, Estética e Histórico, Crítica del Español, Perfeccionamiento Gramatical, Sociología, un oficio, deportes, orfeón, dibujo, caligrafía, círculos de ampliación de estudios, academias de perfeccionamiento.
Como ya se mencionó líneas arriba, en el Artículo 20 de esta normatividad, decía:
“El Gobierno del Estado extenderá los siguientes títulos: de Bachiller a aquellos alumnos que habiendo terminado sus estudios secundarios y preparatorios presenten examen especial, de Profesores Normalistas y de Prácticos en Comercio. El Instituto previa demostración de aprovechamiento extenderá diplomas a favor de quienes sigan cursos de Bellas Artes y de Artes y Oficios. El Gobierno procurará distinguir y favorecer a las personas que obtengan tales títulos y diplomas”.
Para finalizar este punto, solo habremos de hacer mención de las personalidades que estuvieron presentes en la inauguración del Instituto que se llevó a cabo el 16 de septiembre de 1930: por supuesto el Gobernador del Estado Don Luís Castillo Ledón, el diputado Agustín de la Peña, representando al Congreso de Nayarit; el Lic. Luís Garibi Harper, del Poder Judicial, el diputado J. Jesús Valdéz, representando al H. Consejo Municipal; claro, el Lic. Agustín Yáñez, Director de Educación Pública del Estado y Rector del Instituto. También el Prof. Heriberto Parra, Secretario de la Dirección de Educación; Francisco Díaz del Pino, Secretario del Instituto del Estado; José Cornejo Franco, Rubén Mora Gálvez y Emmanuel Palacios, los tres representantes y testigos de la Universidad de Guadalajara, con quienes además se hizo un convenio para que esta destacada institución de educación superior, recibiera alumnos nayaritas, ya que el Estado carecía de una Universidad.
Destacar el hecho de que el lema del Instituto fue “Nayarit para el Universo”, muy parecido al actual lema de la Universidad Autónoma de Nayarit: “Por lo Nuestro a lo Universal”.
Vale la pena incluir en este documento el discurso que el Gobernador Luís Castillo Ledón presentó ante el pleno de la IV Legislatura del Congreso nayarita, durante su primer y único informe de gobierno, celebrado el primero de diciembre de 1930.
“Este año pudo realizarse una obra de singular importancia para Nayarit: la fundación del Instituto del Estado. No nos hemos propuesto hacer de él una fábrica de profesionistas, ni siquiera hemos pensado en la fundación de una escuela profesional que no sea la de maestros y la de artes e industrias, sino que el Instituto completará la educación primaria con una superior que preste a los jóvenes una sólida cultura de bachillerato terminal de la escuela preparatoria; simultáneamente con el aprendizaje de las ciencias y de las bellas artes, hemos exigido a cada alumno el aprendizaje de una oficio útil para que del Instituto salga un técnico experto y con una cultura amplia y moderna: nada menos lo que necesita el Estado y la Republica; no se fomenta la ambición por un título, se encauza la voluntad hacia el logro de unidades útiles a la patria en el terreno del trabajo; el Instituto no es puente para pasar a escuelas de Jurisprudencia y Medicina, es ante todo un centro de cultura desinteresada y de estudios vocacionales, lo que quiere decir, que si en el transcurso de cuatro años, supuesta la dirección anti-profesional, descuellan alumnos decididos a seguir una carrera, el Instituto verá con gusto y ayudará el paso de esos jóvenes a alguna buena universidad mexicana.
El Instituto se fundó con fecha cinco de septiembre, día en que se promulgó la Ley de su Creación, y aunque esperando la venida de los señores Ministros de Educación y de Industria, no ha sido inaugurado oficial y solemnemente todavía. Los cursos principiaron el veintidós de septiembre con asistencia de cinco alumnos que aumentaron en los días subsecuentes hasta alcanzar a la fecha una inscripción de cincuenta y dos alumnos numerarios y nueve espectadores. El Instituto comprende este año tres escuelas: la preparatoria, la normal y la comercial. El edificio, cedido por la Secretaría de Hacienda y acondicionado por nosotros, ha satisfecho las exigencias de las tres facultades, prestando a profesores y alumnos toda clase de comodidad. Se cuenta con seis grandes aulas, sala de conferencias y discusiones libres amueblada por el Partido Nacional Revolucionario, salón de biblioteca y estudio, saloncito de estudio y dibujo, gran patio de juego, patio de cultivos, oficinas de la Rectoría y de la Secretaría, etc.
La primera obra a realizar era la creación de la conciencia de clase del estudiante que como tal no había existido en Tepic. Con este objeto se fundó la Sociedad de Alumnos del Instituto que funciona normalmente y se ha sistematizado un intercambio amistoso, diario, entre superiores y alumnos. Los resultados han sido evidentes: pudieron notarse el diez de octubre, día del estudiante, en la visita por extremo comprensiva y cordial que los alumnos del Instituto hicieron a los de la Escuela Normal Regional de Jalisco. Con la creación semanaria de cargos entre los mismos alumnos se fomenta el concepto de responsabilidad individual de los educandos, cosa, esta última; a la que se da positiva importancia llevando la historia de cada alumno con el auxilio de fichas médicas, pedagógicas y de observación cotidiana. Además, dentro del Instituto ha sido creado un Departamento de Extensión Cultural con fines divulgadores que ha organizado siete conferencias, instaló un aparato de radio e inicia un intercambio con los colegios y centros de cultura superior en el país a fin de que nuestra fisonomía espiritual, si propia, no tenga un provincianismo cerrado y estéril, sino que conquiste el don de universalidad, esencial elemento de la cultura auténtica”.
Un hecho importante se suscitó en el año de 1936, cuando el Gobernador Juventino Espinosa Sánchez, designa como Rector del Instituto al Lic. José Luís Herrera, ya que durante su gestión se crearon tres planteles: la Escuela de Enfermería, con internado para hijos de campesinos; la Escuela de Peritos Agrícolas o Guardias Forestales, con internado en el ejido Los Fresnos; y la Escuela Prevocacional, Industrial y Comercial, de enseñanzas especiales para señoritas que incluía en el plan de estudios materias como cultora de belleza, industria del vestido, bordado a máquina, cocina y repostería, tejidos de aguja y gancho, confección de flores artificiales, telegrafía, comercio, taquimecanografía, auxiliares de contador y contadores privados, por mencionar algunos. Estos centros educativos serían la semilla de lo que en el futuro se convirtió en una realidad: la educación superior universitaria.
Durante el gobierno del C. José Limón Guzmán y siendo Rector del Instituto del Estado el Prof. Maximino Hernández Escanio, en 1952 reabre la Facultad de Derecho que por falta de estudiantes se había visto obligada a cerrar sus aulas; como dato curioso hay que anotar que, alrededor de diez años después, esta misma persona habría de autorizar, como Secretario de Educación del Gobierno del Estado, la creación de nuestra Escuela Preparatoria en Acaponeta.
Con ese antecedente, un nuevo decreto, el 3805 del Gobernador José Limón Guzmán, hace crecer y madurar al Instituto del Estado incorporando la Escuela de Jurisprudencia en el año de 1955.
FRANCISCO GARCÍA MONTERO |
Ese mismo año, el primero de octubre asume la Rectoría del ICLN el Lic. Roberto Salazar Valdivia, que en poco tiempo fundó la Escuela Comercial Bancaria, que viene a ser el antecedente directo de la actual Escuela de Comercio. Un dato relevante es que este Rector adquiere la hermosa Casa Fenelón ubicada en la calle Lerdo del centro de Tepic.
Como un humilde homenaje valdría la pena recordar a los Rectores del Instituto del Estado y del Instituto de Ciencias y Letras de Nayarit: (1930) Agustín Yáñez, (1931) Alfonso de Alva, (1931-1932) Ramón Munguía Nava, (1932-1933) José Angulo Araico, (1933-1933) Gonzalo Mota, (1933-1933) José Joaquín Herrera, (1934-1937) Daniel Saucedo y Andrade, (1938-1946) José Luís Herrera, (1946) Roberto Villalobos Sandoval, (1952-1957) Maximino Hernández Escanio, (1958-1962) Francisco Villegas Loera, (1962-1964) Roberto Salazar Valdivia, (1964-1967) el acaponetense Pedro López Díaz, (1967-1969) y el Dr. Ignacio Cuesta Barrios, quien es considerado como el primer Rector de la Universidad.
(CONTINUARÁ...)