Ayer un buen amigo me decía que el hombre que más
influía en las decisiones del gobernador en turno era su secretario
general, otro conocido terció en la plática y consideró que las
confianzas pudieran estar en el encargado de las finanzas, incluso en su
secretario privado o particular. Yo les dije a ambos, que si algo tenía
muy claro desde hace ya algunos años, era de que la más alta influencia
provenía de su esposa. Los dos soltaron una carcajada.
EL (LA) RIVAL MÁS DÉBIL
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Por* Enrique HERNÁNDEZ QUINTERO*
Si a los políticos (dentro y fuera de MORENA) le dieran la oportunidad de
escoger al adversario más cómodo para la gub...