martes, 7 de mayo de 2013

IN MEMORIAM



Por: Juan Fregoso:
Me enteré de la muerte de mi amigo un día después de su fallecimiento, por esta razón no pude asistir a su velorio. Mi conciencia estaba intranquila, esa voz interior me reclamaba, me torturaba por no haber asistido ni siquiera a su sepelio. Siempre he creído que no hay peor juez que nuestra propia conciencia, y ésta me flagelaba implacablemente, Manuel había sido uno de mis mejores amigos, por eso me dolía el no haber podido estar presente en esos momentos en que debía patentizarle mi solidaridad a su familia.