Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
En verdad que me dio mucha tristeza pasar por la plaza, la noche del 15 de agosto día de Nuestra Señora de la Asunción, ni más ni menos la patrona del pueblo. Y digo tristeza porque nunca había visto tal soledad y una fiesta (?) tan desangelada como la de ese día. Andaba su servidor por la zona y de casualidad le tocó ver el encendido del "castillo", pues no pensaba yo que a las 9 de la noche iba eso a suceder. Es cierto que amenazaba lluvia y quizá por ello la premura, pero ante tan poca concurrencia, más me pareció que la tradición de la fiesta patronal estaba moribunda y dando sus últimos estertores.