martes, 27 de enero de 2015

HALLAZGOS RECIENTES EN LA ZONA NUCLEAR COSTERA AZTATLÁN



En la costa central de Nayarit

* Nuevos datos revelan la presencia de una densa población y de una larga secuencia de ocupación en las tierras bajas aluviales, cuya colonización por parte de grupos agrícolas tuvo lugar hace dos milenios

* Actualmente el Centro INAH Nayarit desarrolla un programa de prospección y sondeo a largo plazo en la costa noroccidental del estado

Como parte de la primera temporada de campo (2014) del proyecto “Registro, protección e  investigación arqueológica en  la planicie  costera  noroccidental  de  Nayarit” fueron localizados un total de 57 sitios arqueológicos de origen prehispánico, ubicados en la fértil llanura deltaica localizada entre los ríos Grande de Santiago y San Pedro Mezquital, la mayor parte de ellos asociados a tierras cultivables de alto rendimiento -donde era posible practicar agricultura intensiva de humedad- y a humedales costeros tropicales de agua dulce y salobre.

 

Lo anterior fue dado a conocer por el Arqlgo. Mauricio Garduño Ambriz, adscrito al Centro INAH Nayarit (INAH/CONACULTA) y responsable académico de dicho proyecto. La prospección sistemática de superficie en las tierras bajas noroccidentales permitió registrar 53 asentamientos de carácter habitacional, dos sitios con petrograbados y una covacha de uso ceremonial en el Cerro de Peñas, cuya orientación y configuración espacial es muy similar a la de la cueva de Tatéi Haramara, el santuario sagrado de los wixaritari (huicholes) contemporáneos, localizado en la costa del Pacífico del municipio de San Blas, arquetipo mítico vinculado con la creación del agua primordial y con la formación de las serpientes celestes que transportan las nubes de lluvia hacia los diversos rumbos de su geografía ritual. Además, en el Cerro El Tesorero fue localizado un extenso yacimiento de calcedonia, materia prima local que fue ampliamente utilizada a lo largo de toda la secuencia de ocupación por las poblaciones costeras Aztatlán del norte de Nayarit y sur de Sinaloa.

 
El especialista señaló que el paisaje en las tierras bajas ha sido severamente transformado en el transcurso de los últimos años -principalmente por la nivelación agrícola, por la introducción de diversas obras de infraestructura (caminos, canales de irrigación, etc.), por el desarrollo de la acuacultura en la zona estuarina y por el intenso saqueo y el vandalismo-, modificando irreversiblemente el trazo original de los asentamientos y por lo tanto la distribución de sus espacios, áreas de actividad y volúmenes constructivos.

 

Garduño apuntó que el saqueo y la recurrente nivelación agrícola mecanizada han provocado una severa remoción de los depósitos arqueológicos en la mayor parte de los sitios registrados, dejando al descubierto materiales representativos de diversas fases de ocupación tanto del Clásico como del Postclásico. Precisó además que la muestra cerámica recolectada en superficie en el transcurso de los trabajos de reconocimiento permitió documentar una larga secuencia de ocupación en la zona, desde el Formativo Terminal (complejo cultural Chinesco, 0-150/200 d.C.) hasta el Postclásico Medio (complejo cultural Aztatlán, 850/900-1350 d.C.).

 


“Nuestras observaciones preliminares de campo en relación al patrón de asentamiento regional sugieren que existió una densa población en las tierras bajas inundables durante el Epiclásico, distribuida alrededor de las principales capitales regionales Aztatlán del periodo Postclásico (Amapa, Coamiles, Las Ánimas y La Laguna) ubicadas en la costa central de Nayarit, lo que  posibilitó la cristalización y expansión económica y comercial de la cultura Aztatlán. De hecho, los complejos procesos de interacción y globalización cultural que caracterizaron a las sociedades del Postclásico Mesoamericano -que inclusive impactaron a los grupos de provincias culturales distantes, como el gran Suroeste Americano y la Gran Nicoya- no podrían ser comprendidos cabalmente sin considerar la activa participación que desempeñaron los grupos Aztatlán asentados en el septentrión costero mesoamericano en los principales procesos sociales, políticos y económicos regionales”, comentó el especialista.



Además, apuntó que en la zona nuclear costera Aztatlán tuvo lugar un notable desarrollo cultural ininterrumpido, de carácter progresivo. “Rasgos culturales que tradicionalmente se consideraban distintivos del complejo cultural Aztatlán del período Postclásico, como los enterramientos secundarios en urnas, aparecen de forma bastante recurrente en contextos funerarios de enterramiento durante el Epiclásico (fases Amapa y Baluarte, 500-800/850 d.C.) tanto en el norte de Nayarit como en el sur de Sinaloa, en sitios como La Presa y Chametla, en la cuenca inferior de los ríos Acaponeta y Baluarte. Por otro lado, importantes diseños de carácter simbólico -como la espiral triangular- que decoraban las vasijas de uso ritual del periodo Clásico fueron incorporados al repertorio iconográfico del Postclásico, apareciendo en las distintivas cenefas decorativas Aztatlán en las que comúnmente se representan tanto la banda celeste como elementos vinculados con el culto solar y el sacrificio ritual”.

 

El arqueólogo precisó que uno de los objetivos prioritarios del proyecto es el de construir mapas de riesgo en relación al eventual impacto que tendría la construcción de obras públicas y/o privadas, con la finalidad de definir estrategias concretas de protección de los monumentos arqueológicos espacialmente georeferenciados, jerarquizando zonas prioritarias de intervención sobre la base de riesgos potenciales de afectación, a corto, mediano y largo plazo.
En este sentido, el director del Centro INAH Nayarit, el Arq. Othón Yaroslav Quiroga García, apuntó que el desarrollo a largo plazo de este importante proyecto de investigación regional permitirá subsanar la actual escasez de información sobre los sitios arqueológicos localizados en las tierras bajas aluviales de uso agrícola y en la zona lagunar y estuarina noroccidental del estado, enriqueciendo significativamente la base de datos oficial existente.