El abominable propósito mercantilista que desde décadas atrás se propusieron los grandes conglomerados industriales y económicos del mundo para hacer de nosotros simples cosas que consumimos sin sentido ha llegado a su primer revés. Es más, ese propósito de propiciar el consumismo, esa falsa Mercadotecnia, se ha revertido ahora totalmente en contra de ellos, ocasionándoles enormes pérdidas financieras. Podríamos sentir pena por ello, sin embargo, lejos de preocuparnos por la crisis económica que vivimos y viviremos aún más intensamente en el futuro cercano, meditemos. Y es que, en realidad, esta es una gran oportunidad para que recapacitemos y nos demos cuenta de la domesticación de que hemos sido objeto.
El momento es propicio para razonar respecto a nosotros mismos como entes individuales; particularmente en nuestras conductas egoístas y carentes de sentido, pues, a sabiendas incluso de las enormes desigualdades económicas y sociales que prevalecen,
El momento es propicio para razonar respecto a nosotros mismos como entes individuales; particularmente en nuestras conductas egoístas y carentes de sentido, pues, a sabiendas incluso de las enormes desigualdades económicas y sociales que prevalecen,