viernes, 27 de agosto de 2021
CELEBRÓ LA PREPA 3 SU SEXAGÉSIMO ANIVERSARIO CON UN CONVERSATORIO VIRTUAL
jueves, 26 de agosto de 2021
EJEMPLAR COLABORACIÓN INTERINSTITUCIONAL EN FAVOR DE LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO EN NAYARIT
Vista aérea general de la construcción del Canal Lateral 27+680 del Canal Centenario
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*** El Centro INAH Nayarit, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA/Dirección Local Nayarit) trabajan en estrecha colaboración
*** Los trabajos de registro,
protección e investigación por parte del Centro INAH Nayarit se llevan a cabo
con motivo de la construcción del proyecto hidroagrícola “Canal Centenario”
Con el objetivo de ampliar
significativamente la superficie cultivable de riego para elevar la
productividad agroalimentaria del estado de Nayarit, el gobierno federal, a
través de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA/Dirección Local Nayarit) y de
la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) tienen a su cargo la construcción
del “Canal Centenario” en la costa central de Nayarit, obra de infraestructura
hidroagrícola que aprovechará las aguas del río Grande de Santiago, en una
región donde en la actualidad la mayor parte de los cultivos se producen bajo
el régimen de temporal y de humedad residual.
Cartel informativo de la zona de riego del
Canal Lateral 27+680, actualmente en construcción
Esta obra conllevará la construcción
de un canal principal de 45 km. de longitud (Tramos “B” y “C”), con un derecho
de vía de 60 m., así como de una compleja red de 320 km. de canales secundarios
de distribución -canales laterales, sublaterales, ramales y subramales- y de
numerosas obras colaterales (sifones, alcantarillas, drenajes, puentes, patios
de maniobra, etc.). Se estima que la superficie agrícola beneficiada será de
43,105 has., destinadas actualmente a la agricultura de temporal, que se
integrarán a seis nuevas zonas de riego: Rosamorada, Bejuco, Margen izquierda
del río San Pedro, Margen derecha del río San Pedro, El Tambor y Yago.
Sitio arqueológico “Cerro de Coamiles”, donde
fue modificado el trazo original de uno de los canales proyectados por la
CONAGUA
El “Canal Centenario” -actualmente el más importante proyecto de construcción de infraestructura hidroagrícola a nivel nacional- se ubica en la zona nuclear de desarrollo de la cultura regional Aztatlán del Pacífico noroccidental mesoamericano, una región caracterizada por la presencia de fértiles y profundos aluviones intercalados con numerosos humedales costeros de agua dulce y salobre, donde según las fuentes documentales del Siglo XVI se practicaba agricultura intensiva de humedad.
Vista general del sitio arqueológico de “Las Animas”,
donde se modificó y reubicó el trazo original del Tramo “C” del Canal
Centenario
Por la magnitud de la obra, desde finales del 2014 y durante el 2015 el Centro INAH Nayarit inició un programa permanente de prospección arqueológica de superficie a lo largo del eje de trazo y dentro del derecho de vía del Tramo “B” del Canal Centenario, bajo la supervisión del Arqlgo. Mauricio Garduño Ambriz (Centro INAH Nayarit), que incluyó la revisión de todos los bancos de material que habían sido seleccionados, con el objetivo de localizar y registrar monumentos arqueológicos susceptibles de destrucción por la eventual construcción de este transecto.
Vista general de la excavación extensiva realizada en el sitio “Las Parejas” (km. 21+500) del Tramo “B” del Canal Centenario
Estos trabajos permitieron localizar
y registrar un total de 29 nuevos sitios arqueológicos de origen prehispánico
ubicados en zonas colindantes al proyecto de construcción del “Canal
Centenario”, pero que no se verían afectados directamente por dichas obras. “De
gran relevancia para la arqueología regional ha resultado el hecho de registrar
nuevos asentamientos, ubicados entre la planicie aluvial y el piedemonte bajo
de la Sierra Madre Occidental, una zona topográfica de transición caracterizada
por la presencia de lomeríos rocosos intercalados con valles costeros, en la
que los asentamientos se encuentran mejor conservados en relación a los sitos
localizados en las tierras bajas de uso agrícola, que durante años han sido
niveladas extensivamente, provocando la destrucción de la mayor parte de los
volúmenes arquitectónicos remanentes y modificando el trazo original de los
asentamientos”, precisó el arqueólogo.
Vista general del promontorio rocoso sobre el que se
encontraba el sitio “San Lorenzo” (km. 27+300), a un lado del Tramo “B”
A partir de la prospección
sistemática a lo largo del Tramo “B” fue posible localizar y registrar dos
sitios arqueológicos inéditos dentro de la zona de afectación primaria, “Las
Parejas” (km. 21+500) y “San Lorenzo” (km. 27+300), que ya habían sido
parcialmente afectados por obras de desmonte y despalme inicial.
Posteriormente, en el transcurso del 2016, ambos sitios fueron intervenidos con
la anuencia del Consejo de Arqueología del INAH, bajo la modalidad de rescate
arqueológico, con lo que fue posible obtener información relevante sobre el
sistema constructivo de ambos asentamientos, sobre la temporalidad de su
ocupación, sobre su filiación cultural y también sobre los patrones culturales
de inhumación que practicaron sus habitantes.
Urna funeraria localizada in situ en uno de los montículos explorados en el sitio “San
Lorenzo” (km. 27+300)
Los trabajos de reconocimiento
sistemático de superficie efectuados desde el 2020, con el apoyo logístico
tanto de la CONAGUA/Dirección Local Nayarit como de la SEDENA, permitieron
verificar que dos importantes trazos proyectados, uno a la altura del km.
32+100 del Tramo “C” y otro en la ampliación del Canal Lateral 27+680 (del km.
23+600 al 24+460) afectarían física y visualmente dos de los más importantes
asentamientos arqueológicos del complejo cultural Aztatlán (850/900-1350 d.C.),
“Las Animas” y el “Cerro de Coamiles”, respectivamente.
Registro fotográfico del proceso de embalaje de la urna
funeraria localizada
Después de integrar el dictamen
técnico correspondiente y producto de una larga y fructífera gestión -en la que
participaron el Arq. Othón Quiroga García, director del Centro INAH Nayarit, el
General Brigadier, Diplomado del Estado Mayor, Ing. Constructor Iván Hernández
Uribe (SEDENA) y el Ing. Carlos Alberto Hernández Solís, director local de la
CONAGUA en Nayarit-, el trazo original de los canales proyectados fue
modificado, reubicándolo a más de 300 m. del núcleo ceremonial de ambos
asentamientos. Cabe señalar que dentro del programa estratégico a largo plazo
del Centro INAH Nayarit se tiene contemplada la eventual apertura oficial al
público de ambos sitios, considerando su notable planificación arquitectónica,
su ubicación y el buen estado de conservación de sus monumentos.
Exploración de una urna funeraria localizada durante
los trabajos de rescate en el sitio “Las Parejas” (km. 21+500)
Tomando en consideración el enorme
potencial arqueológico de esta microrregión y como parte de los estudios
arqueológicos de factibilidad necesarios para determinar la viabilidad de la
construcción de la extensa red de canales en apego al proyecto original
presentado por la CONAGUA, es probable que a mediano plazo el Centro INAH
Nayarit diseñe y ejecute un proyecto arqueológico de salvamento, en beneficio
de la protección e investigación del patrimonio arqueológico estatal, comentó
el Arqlgo. Garduño.
martes, 9 de febrero de 2021
JULIO LÓPEZ ESCOBEDO, ARTÍFICE DE LA PIEDRA
ENTREVISTA REALIZADA POR:
Arqlgo. Mauricio
Garduño Ambriz
Sección de
Arqueología/Centro INAH Nayarit
Los principales yacimientos de este mineral no
metálico en el estado de Nayarit se localizan hacia el oriente de la población
actual de Yago, en el sistema de lomeríos que topográficamente marcan la
transición entre la planicie aluvial y el piedemonte de la sierra. A la
caolinita se le considera una roca blanda, es decir, con un índice
relativamente bajo de dureza -de 2 a 2.5 en la escala de Mohs- y una textura
terrosa suave, lo que le confiere propiedades físicas adecuadas para su
transformación en objetos útiles por medio de la aplicación de técnicas
combinadas de percusión y desgaste por abrasión.
Evidencias del procesamiento local
por parte de las poblaciones costeras Aztatlán para transformar y procesar esta
materia prima han sido encontradas principalmente en el sitio arqueológico de
Amapa, en depósitos culturales ubicados cronológicamente en el Postclásico
Temprano y Medio (900-1350 d.C.), donde ha sido posible documentar la
existencia de talleres artesanales especializados donde se llevaba a cabo la
manufactura de diversos objetos, destacando una gran variedad de cuentas y
pendientes, vasos trípodes sencillos o decorados con efigies antropomorfas o
zoomorfas, así como malacates lisos o adornados con elaborados diseños de
carácter simbólico.
La información arqueológica
disponible actualmente nos sugiere que estos objetos eran producidos no
solamente para el consumo de la población local, sino que eran importantes
objetos de comercio, integrándose a las complejas redes de intercambio
comercial que establecieron las poblaciones Aztatlán a lo largo de toda la
costa del Pacífico noroccidental. Desafortunadamente, los profundos cambios
económicos, políticos y sociales que conllevó la empresa de conquista y colonización
de estas provincias durante la segunda mitad del siglo XVI por parte de las
huestes hispánicas y sus aliados provocaron la abrupta e irreversible
disgregación de las poblaciones costeras Aztatlán.
De esta manera, tanto sus formas de
organización y cooperación comunitaria como sus principales actividades
económicas -incluyendo el trabajo artesanal especializado relacionado con la
industria lapidaria y con la metalurgia del cobre y del bronce- cayeron
progresivamente en desuso, dando lugar a la adopción de nuevas tecnologías y al
consumo gradual de herramientas manufacturadas con nuevos materiales, como el
hierro.
Más de once siglos después, el Sr.
Julio López Escobedo, es el único artesano que en la actualidad sigue
trabajando rocas como la caolinita aplicando técnicas tradicionales de trabajo
basadas en el desgaste, el pulido y el bruñido, tratando de replicar las técnicas
lapidarias prehispánicas.
Según fue posible documentar durante
las excavaciones arqueológicas pioneras que fueron llevadas a cabo en 1959 por
la Universidad de California/Los Angeles (UCLA) en el asentamiento prehispánico
de Amapa, dentro de las herramientas de trabajo vinculadas con el trabajo
artesanal de objetos de madera y piedra que fueron localizadas en contextos
arqueológicos se encontraban láminas delgadas, buriles y perforadores
puntiformes manufacturados en rocas como la obsidiana, la calcedonia o la
cuarcita, que muy probablemente eran utilizadas para cumplir funciones de corte
por desgaste, tanto lineal como rotatorio, utilizando herramientas similares a
los tradicionales taladros de arco.
Lamentablemente, los conocimientos
técnicos acumulados a lo largo de tres generaciones de artesanos lapidarios se
encuentran en riesgo de desaparecer. Según nos lo comentó el propio Sr. Julio -quien
como ciudadano y como presidente actual de la Junta Vecinal-Pro Conservación del Patrimonio Cultural de Yago
siempre se ha preocupado por fortalecer la cultura e identidad regional-, en
las condiciones actuales el trabajo artesanal de la piedra con fines
comerciales (lucrativos) no representa una actividad económicamente redituable
para la población local, por lo que sería indispensable explorar fuentes de
financiamiento que fomenten la capacitación técnica y la creación de talleres
familiares especializados, aprovechando las materias primas locales disponibles
en los alrededores de Yago.
Además, eventualmente sería
necesario contar con el apoyo gubernamental, estatal y municipal, para lograr
una comercialización exitosa de la producción generada en estos talleres,
posicionando sus productos en puntos de venta ubicados en los principales
destinos turísticos del estado, lo que redundaría en la creación de nuevos
empleos y en el mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes de
Yago.