domingo, 24 de noviembre de 2024

 


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: Magnífico resultó el conversatorio, que en el marco del XXX Festival Cultural de Nayarit en Acaponeta, realizó la Junta Vecinal Pro Conservación del Patrimonio Histórico-Cultural de Acaponeta A.C., a invitación del coordinador general de esta fiesta anual, Maestro José Inés Guillén Mayorquín, quien viene realizando una estupenda labor al frente de la Dirección de Fomento Cultural y la Casa de la Cultura “Alí Chumacero”.

Esta plática versó sobre los 50 años de vida de esta gran fiesta que nació en 1974, por la idea y promoción de gente tan valiosa como el Prof. Camilo Contreras Cantabrana, el Prof. Rafael Ambríz Toledo, Lic. Juan José de Haro Reyna y ese motor incansable en la promoción del arte y la cultura, que fue el siempre bien recordado Guillermo “Memo” Llanos Delgado; lo que hacen de este festival, el más antiguo de Nayarit, pero que, constantemente sufre de la carencias económicas, por los interminables recortes presupuestales que padecen de manera criminal y de manera periódica, los ayuntamientos acaponetenses en turno.


Detenido análisis hizo la Junta Vecinal, y que quizá, pisando algunos callos, señaló algunas cuestiones que se padecen en el ámbito cultural y, el debate se desató en la Casa de la Cultura, de tal forma que se terminó hablando de grave deterioro que viene sufriendo la ciudad, en el tema de la irreparable pérdida de la arquitectura típica o vernácula de la ciudad de las Gardenias.

Como a los integrantes de la Junta Vecinal de Acaponeta A.C., no nos gusta hacer señalamientos y críticas —aún a pesar de ser respetuosas y constructivas— sin plantear acciones, se hizo una clara propuesta a la autoridad municipal ahí presente: que juntos, sociedad civil, representada o no, por grupos organizados como la nuestra; la autoridad municipal y hasta el diputado local, diseñen, a mediano o largo plazo, la estrategia para insertar en la ley de egresos del municipio, una partida especial, suficiente y coherente, destinada —única y exclusivamente— para la realización del Festival Cultural de Nayarit en Acaponeta, logrando así que, los encargados de la organización de esta fiesta cultural, ícono de Acaponeta, no tengan que padecer la carencia de recursos suficientes.


A la fecha, por fortuna, ha habido festivales con un buen presupuesto, lo que ha permitido que en nuestro pueblecito lleguen personajes del arte como Guadalupe Pineda, Betsy Pecanis, Tania Libertad, Fernando de la Mora, Armando Fuentes Aguirre “Catón”, Sonia Amelio y hasta en tiempos remotos Pilar Pellicer, que tuvo sus momentos de gloria allá en los años 70 u 80. Pero también han existido festivales muy pobres y, en algunos años, ni siquiera se llevaron a cabo.

Las autoridades municipales, presentes en este debate público, se comprometieron llevar la propuesta al presidente municipal Manuel Salcedo, esperando que nos dé una cita para platicar sobre este tema y otros de importancia local. Veremos.

 


 DE DULCE:Homo homini lupus”, decían los romanos: “el hombre es el lobo del hombre”. Se cree que la primera guerra de la que hay constancia de que existió fue la de los pueblos de Sumer y Elam, en la Mesopotamia allá en el lejanísimo año de 2700 a.C. De allá para acá, es decir 4724 años después, el hombre sigue queriendo acabar con su prójimo para arrebatarle lo que no es suyo, para conquistar su territorio, sus riquezas naturales o simplemente por joder al vecino. Sin embargo, para la Enciclopedia Mundial de las Relaciones Internacionales, en los últimos 5,500 años el ser humano ha tratado de borrarse del mapa, a través de 14,513 guerras, con la terrible consecuencia de mil 240 millones de muertos y, tristemente en ese lapso solo se cuentan 292 años de paz. A pesar de eso, hoy, en pleno siglo XXI se registran 56 conflictos alrededor del mundo.


Tan solo en la última guerra mundial —la segunda— fueron eliminados del planeta algo así como 75 millones de seres como usted, amable lector o como yo, y vimos en avance tecnológico que juega a favor del Dios Marte, el de la guerra, con aquel par de bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, que pusieron fin al terrible conflicto mundial, pero que dejaron casi 200 mil decesos y un par de ciudades arrasadas.


Luego de ese terror, que produjo países con cientos de pueblos y ciudades en ruinas; cuando le preguntaron al científico Albert Einstein, cómo sería la tercera guerra mundial, respondió algo turbado, que no sabía, pero que estaba seguro de que la cuarta guerra mundial, sería a pedradas.

Desde que se dispersaron el humo, el polvo y la muerte, en esas dos importantes poblaciones japonesas, pende sobre la cabeza de cada ser humano, la espada de Damocles nuclear y cualquier momento se desataría el infierno y la antesala del fin de la canica azul llamada Tierra, si los políticos deciden —siempre son los que deciden— apretar los botones de lo que será, la última guerra mundial.


En 1962, gringos y soviéticos, se enfrentaron a lo que se llamó la crisis de los misiles en Cuba, cuando los segundos, tuvieron la ocurrencia de montar misiles nucleares en Cubita la bella, a tan solo 166 kilómetros de la Florida estadounidense. Momento que tuvo a la humanidad con el Jesús en la boca, porque todo señalaba que habría un intercambio atómico, que nos hubiera desaparecido a todos. La prudencia triunfó, pero, 62 años después, se nos presenta la crisis de Ucrania y la tensión llega al máximo porque —otra vez los trinches políticos, despreciando al resto de los habitantes del orbe— regresa la amenaza nuclear. Biden, vejete loco, al que se le olvida ponerse los calzones y tampoco recuerda todo lo anterior, de manera irresponsable, autorizó a los ucranianos a aventar misiles de cierto alcance sobre Rusia, donde gobierna otro orate, este de nombre Vladimir Putin. Pronto llegará otro, el chiflado mayor, donald trump (siempre con minúsculas) y tendremos a dos desquiciados con el dedo en el botón rojo. ¡Qué Dios nos coja confesados! Bueno…que nos agarre.

 


 DE MANTECA: Una excelente noticia, que hace muchos años no se producía en el país, y que, de repente, nos devuelve a 130 millones de desesperados mexicanos, un rayito de esperanza —y no confundir esto último como slogan de campaña de YSQ—, muy pequeño y al final del negro túnel, pero rayito al fin.

 Me refiero a dos situaciones muy alentadoras que se dieron en los últimos días de esta semana: primero que, en días recientes, concretamente el jueves pasado, la cámara de diputados aprobó el proyecto de decreto por el que se reforma y adiciona el artículo 21 de la Constitución en materia de Seguridad, para ampliar las competencias de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), que comanda Omar García Harfuch; es decir, esta dependencia será la encargada de dirigir y coordinar la estrategia nacional de Seguridad pública y el Sistema Nacional de Inteligencia, iniciativa que fue aprobada por unanimidad, o sea, contó con el voto de todos, morenos y oposición. Cosa rarísima en estos días. Para enseguida, también pasara por la cámara de senadores con igual éxito.


Casi inmediatamente, apenas el pasado viernes, el propio Omar García Harfuch, anunció un eficiente operativo que llevó el nombre de “Enjambre” mismo que se ejecutó en el Estado de México, y dejó como resultado siete personas detenidas, todos ellos funcionarios de la entidad mexiquense: la presidenta municipal de Amanalco y su director de seguridad pública, el subdirector de Seguridad Ciudadana y Movilidad Segura de Naucalpan; el director operativo de Seguridad y Prevención Ciudadana de Ixtapaluca y el jefe de región de la Dirección de Seguridad de ese mismo municipio. Asimismo, el director de Seguridad Pública y Tránsito de Tejupilco; el prepotente presidente honorífico del DIF de Tonatico y, finalmente, el director de Seguridad Ciudadana de Texcaltitlán, quien, al verse rodeado de la autoridad, se quitó la vida de un balazo. Aún restan de ejecutarse otras siete órdenes de aprehensión.


De repente, Claudia Sheinbaum Pardo, nos regala con efímeros destellos de independencia, que nos brindan esperanza y optimismo, en el borrascoso entorno nacional que se mira gris y sin solución a la vista. Así, es como se combate al crimen organizado, desde la trinchera y llevándose entre las patas a quienes desde el poder hacen complicidades con los malosos. 

Con discursos, frases idiotas y mentiras, la delincuencia seguirá creciendo irremediablemente en este pobre México nuestro tan vapuleado. Estoy convencido, con estas acciones que García Harfuch, consideraba que con López Obrador no hubo estrategia alguna a favor de la paz nacional, esa mamada de “abrazos no balazos”, era tan solo una soberana estupidez y un recurso demagógico ante su notoria complicidad con quienes tienen en jaque al país y dejó en su sexenio “solo” 200 mil asesinados y 50 mil desaparecidos. Ojalá veamos más acciones como esta y tengamos la posibilidad de regresar al México de la tranquilidad y la certidumbre

 ¡Nos saludamos en la próxima entrega amigos!