Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE
CHILE: Recientemente estuve en hermosa y siempre cambiante Ciudad
de México, donde me llevé la desagradable sorpresa de encontrar una ciudad
sucia y contaminada visualmente, a causa de la propaganda política que,
literalmente, cubre y afea a todo la otrora Gran Tenochtitlan.
Son miles y miles de pendones,
lonas y carteles pegados en prácticamente todo: postes, puentes peatonales,
casas, comercios, edificios, muros y, en fin, todo espacio en lo que entre un
clavo, es bueno para ensuciar la ex hermosa macrourbe. Mensajes en muros y
paredes hay por cientos. Anuncios espectaculares, impresos y electrónicos se
suman a esa exagerada promoción política. En muchos puntos cuelgan solo jirones
de letreros plásticos y de lona, ya sea por vandalismo de los contrarios o por
la acción del medio ambiente. El caso es que la metrópoli, esta visualmente
contaminada por millones de elementos que, después del dos de junio, se irán
directamente a la basura, a continuar contaminando, ahora la tierra, porque
casi todo es plástico. Dicho de otro modo, se arrojarán a los muladares
citadinos, cientos de miles de millones de pesos.
La danza
Con tal solo con los gastos de los tres aspirantes presidenciales la Sheinbaum, la Gálvez y el Máynez, se pueden construir 123 escuelas perfectamente equipadas; montar 416 quirófanos como los de Dinamarca, o bien, adquirir 4105 tractores. ¡Viva México Cabrones!
DE DULCE: Con
decepción veo que entre los muchos pendientes que va a dejar López Obrador,
ahora que se vaya a “La Chingada”,
que es como se llama su rancho en Palenque, está el tema de la energía. Ya casi
no hay petróleo y el poco que queda no puede ser extraído con eficiencia,
comenzando porque Pemex —esa empresa que nos dicen que es tuya y mía amable
lector— está financieramente quebrada y endeudada hasta el copete, y lo peor,
es que la estrategia para rescatar la paraestatal es negar que está en quiebra.
AMLO desde el inicio de su administración —desastrosa, por cierto—, optó por la
energía sucia que tiene que ver con el carbón, el petróleo y las gasolinas,
despreciando lo demás como la energía eólica, la solar, la hidroeléctrica, entre
otras y encaprichándose en construir la refinería de Dos Bocas, que sigue sin
refinar un solo litro del combustible.
Es verdad, Petróleos Mexicanos, lo recibe López Obrador como la empresa petrolera más endeudada del mundo, y ese descalabro debe facturarse a los anteriores gobiernos, priistas y panistas, pero hay que decir asimismo que llegó a manos de la presuntuosa “Cuarta Transformación” con la obligación de reforzar lo poco que le quedaba a Pemex en la exploración y extracción de petróleo, olvidarse de lo improductivo y dejar los otros negocios a los privados. Pero no, como en muchos temas, Pemex lo maneja un solo hombre y sus decisiones son ley: Andrés Manuel López Obrador, resultado: Petróleos Mexicanos dejará de exportar 436,000 barriles diarios de petróleo para tratar de echar a andar la refinería de Dos Bocas, Tabasco, por lo que “la empresa de todos los mexicanos”, perderá 33 millones de dólares en exportaciones que implicarán una merma mensual de 1,000 millones de dólares, para echar a andar el capricho presidencial de tener una refinería en su estado natal.
Los recientes apagones de
energía eléctrica en buena parte del país, nos indica que este sector también
está en caída libre. Otra vez, por una decisión unilateral, la Comisión Federal
de Electricidad no invirtió en sus procesos e infraestructura, sacando el falso
tema de la privatización del patrimonio nacional, la soberanía y asuntos que,
en este siglo XXI, ya no tienen validez en ningún lugar del mundo.
El aumento de calor, que ha llegado a niveles inusuales en la nación —acabo de estar en la CDMX y la temperatura era de 34 grados Celsius, lo cual nos muestra el daño que sigue causando el cambio climático—provoca un mayor consumo de energía, pero la CFE, no tiene, hoy por hoy, márgenes adecuados de reserva y el sistema funciona a partir de los límites se seguridad, por lo que se han comenzado a registrar apagones en diversos puntos del territorio mexicano, eso incluyó a Acaponeta.
LAGO DE PÁTZCUARO COMPLETAMENTE SECO
Un tercer recurso que está en
el límite es el agua. Sequía en toda la geografía nacional. Las presas en sus
límites más bajos y los grandes lagos y lagunas como Chapala, Pátzcuaro,
Cuitzeo y otros, están en estado de extinción. Nos debe llamar la atención que
hasta existe ya, un guachicoleo de agua, ejemplo claro de que las próximas
guerras, no serán por petróleo, sino por el agua y México no contempla planes
de reserva del vital líquido. Graves temas que deberán ser atendidos ya con el
sello de urgente por la próxima presidenta de México.
DE MANTECA: En la edición pasada, comenté el caso del brazo y mano de Álvaro Obregón que perdió de una granada lanzada por las fuerzas villistas y prometí a contarles una anécdota del encuentro de dos mancos: el llamado manco de Celaya, Gral. Álvaro Obregón y el manco gallego, Ramón del Valle-Inclán, poeta de “rostro español y quevedesco, de negra guedeja y luenga barba” como él mismo se definía. A diferencia del mexicano, el también novelista y dramaturgo, perdió la extremidad, en un burdo y vulgar pleito de cantina, a pesar de que gustaba inventar historias por la falta del brazo izquierdo, como cuando narró lo siguiente durante su estancia en un palacio de Galicia, donde su sirviente le comunicó apesadumbrado que se habían agotado todos los ingredientes disponibles para cocinar un estofado.
Después de estudiar una situación tan delicada, le
pidió que trajera un cuchillo carnicero de la cocina. Así, remangó su camisa,
estiró el brazo y exclamó: «¡Corta un buen trozo de esto!». «En esta casa nunca
va a faltar la comida», aducía muy serio y algunos se tragaban ese cuento. La
neta es que todo sucedió en un cafetucho llamado “Café de la Montaña”, por la calle de Alcalá, donde sostenía fuerte
debate con otro poeta, este Manuel Bueno, que más bien le salió malo a Ramón,
quien bilioso por lo que le decía su contraparte, alzó la voz, se insultaron y
hasta llegaron a las manos, siendo así que Manuel, quien usaba bastón, acertó
fuerte bastonazo en el brazo izquierdo de Ramón, con tan mala suerte, que el
golpe dio directo al gemelo de su camisa, hundiéndose en su piel, provocando
seria herida, que a los días se infectó, luego se gangrenó por lo que fue
necesario amputar el miembro.
LA MANO DEL GRAL. OBREGÓN QUE SE EXHIBÍA EN SU MONUMENTO
Años después, el poeta autor
de “El Esperpento”, visitó México,
siendo presidente Obregón. Se conocieron y fincaron una gran amistad, quizá por
sufrir ambos la misma pena. Iban a espectáculos, teatros, corridas de toros,
etc. y cuando algo les gustaba de más, Valle-Inclán le preguntaba a Obregón: “¿aplaudimos
General?” y Don Álvaro contestaba: “¡Aplaudimos!”, chocando ambos sus manos
sanas. ¡No veremos en la próxima queridos amigos!