Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE CHILE: Muchas veces he dicho que los presidentes de la dizque “cuarta transformación”, es decir Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum Pardo —ambos en funciones— no tienen asesores o bien, lo que estos les recomiendan se lo pasan por el arco del triunfo, simple y llanamente, por el enorme poder que han tenido y tienen actualmente, lo que los convierte en seres superiores, soberbios y prepotentes, que no se equivocan y solo su verdad es la correcta, por lo que no ocupan quien les marque un camino. Más o menos, lo que antes eran los Papas, "infalibles".
Por ello, sintiéndose así, no tienen empacho en organizar conferencias de prensa que han llamado “mañaneras” —o como hoy, demagógicamente, la presidenta con “A”, las llama ´conferencia del pueblo´—, donde se van de la lengua, diciendo barrabasada y media, que no siempre los deja bien parados.
Desde hace unos días, Claudia —como hizo su antecesor con Felipe Calderón— ha tomado como su enemigo favorito al también ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, con el cual se ha embarcado en un pleito de verduleras, acusando la primera al “ex” de ser un villano por aquel cuento del Fobaproa, y este tildando a la presidenta como la destructora de la democracia. Por supuesto, la Sheinbaum, no hace caso a sus asesores o estos son simples lamebotas que le aplauden todos sus desproporcionados dichos, y la gente que no olvida, le han sacado que muchos de los que aprobaron el famoso fondo de protección al ahorro —incluyendo a AMLO— hoy están en Morena y maman y dan topes a la ubre presupuestal.
Se cuenta que un famoso filósofo griego, Epiménides de Creta, creó una paradoja filosofal que acabó con la vida de otro notable pensador de la antigüedad, este Filetas de Cos, quien —dice la leyenda— se suicidó atormentado por la “paradoja del mentiroso”, creación de Epiménides, quien siendo cretense decía: “Todos los cretenses son mentirosos”, siendo así que, si Epiménides decía la verdad, era en consecuencia un mentiroso, y si mentía, entonces su afirmación no podía ser verdadera, lo cual fue un verdadero galimatías para el pobre de Filetas, que al no poder resolver esa paradoja autocontradictoria se quitó la vida.
Así, Claudia Sheinbaum en este drama de palabras y acusaciones contra Zedillo, se encuentra de pronto con una paradoja muy clara, que le hará, sino atentar contra su vida, al menos sí, morderse la lengua. Mire el amable lector por qué, y que conste que no voy a defender a Zedillo, que al igual que todos los presidentes del país, al menos desde Plutarco Elías Calles a la fecha se han enriquecido de una manera escandalosa: en 1996, Zedillo llevó a cabo la reforma política que, entre otros muchos, la aprobó el presidente del PRD, a la sazón, Andrés Manuel López Obrador, al igual que todos los partidos y en realidad toda la oposición.
Esta reforma tuvo como consecuencia que, por primera vez en la historia moderna de México, el PRI perdió su mayoría en la cámara de diputados y además perdió, la primera elección que se organizó en lo que entonces era el Distrito Federal en el año de 1997, con Cuauhtémoc Cárdenas quien ganó y desde entonces, el gobierno de la capital del país, ha estado en manos de esa supuesta izquierda, hoy muy conservadora de la 4T. Recuérdese que el IFE, dejó de estar presidido por el Secretario de Gobernación para quedar en manos de un consejo ciudadano nombrado por el congreso, siendo su primer presidente José Woldenberg.
Por
supuesto, en el año 2000 se dio la alternancia del ejecutivo federal, perdiendo
el PRI frente al panista Vicente Fox, saliendo Zedillo frente a las cámaras de
televisión a anunciar el triunfo del botudo asno guanajuatense. Entonces, a
partir de que Cuauhtémoc Cárdenas tomó el poder en la jefatura de gobierno del
D.F., se viene toda la historia del actual movimiento de renovación nacional o
Morena, y —vaya paradoja— hoy la Sheinbaum, producto de todo este drama, llama
a Ernesto Zedillo, un tipo antidemocrático. Por eso le salen respondones.
DE DULCE: Dicen que una gota de agua en el desierto, es algo tremendamente inútil, pero yo agregaría: “peor es nada”. Y es que el panorama nacional en materia de seguridad pública era devastador en el tristísimo y mentiroso sexenio de López Obrador, hoy con Claudia Sheinbaum, el futuro se ve negro, pero ya apareció una lejana luz al final del penoso túnel, y es que luego de que Andrés Manuel, desertó de su obligación constitucional de brindar seguridad a los mexicanos con una —según él— “estrategia” de abrazos no balazos, hizo crecer tanto al crimen organizado, que este se apropió de inmensos territorios en la nación, murieron 200 mil mexicas asesinados, desaparecieron 50 mil ciudadanos y nos metió en una vorágine de miedo que nos apabulla y nos hace temer por nuestra vida, nuestra libertad y nuestro patrimonio.
Esa gota de agua en el desierto criminal de México, es un auténtico refresco a la esperanza de que la presidenta nos regrese la tranquilidad y a los malosos el miedo. Hay claros indicios de que la nueva —ahora sí, estrategia y no jaladas de copete— de Omar García Harfuch, va funcionando y si bien está muy lejos de concluir con esta pesadilla que hoy vivimos, el número de asesinatos diarios en promedio ha bajado de alrededor de casi 90 al día con AMLO, a 66 en el mes de abril ya con Claudia. Esto no es para echar las campanas a vuelo, porque 66 mexicanos asesinados cada día de mil formas a lo largo y ancho de la nación, sigue siendo una terrible tragedia.
Sin embargo, se nota el trabajo de las fuerzas del orden, incluso han destruido cientos de laboratorios donde cocinaban todo tipo de drogas, incluido por supuesto, el fentanilo, cuya existencia siempre negó el Pinocho de Tabasco; y cientos de criminales, todos ellos “cuates” de Andrés, han sido detenidos y sacados de las calles, algunos incluso extraditados a los Estados Unidos. Hay que reconocerlo, hay un cambio sustancial y significativo en materia de seguridad con la presidenta Sheinbaum
DE MANTECA: Hay una definición de cultura que me gusta mucho: “cultura es la producción, distribución y consumo de significados”, en ese sentido, todo aquello que le significa algo a alguien, es cultura; por eso, una lata de coca cola es cultura; el drenaje en la calle también lo es. Aunque nos duela y nos cueste decirlo, todos esos grupos dizque musicales que infectan la inteligencia con el pus de la ignorancia, como los corridos tumbados, el reguetón, el rap y cosas “piores”, son cultura.
Sin embargo, una cosa es cultura y la otra el gusto de cada quien, y en este último caso, hablamos de cuestiones muy subjetivas, porque ya lo dice aquella máxima: “en gustos se rompen géneros”. A su servidor, por supuesto ese tipo de música y sus terribles letras, le parecen un asco, pero otros, lo entienden como lo non plus ultra de la historia de la humanidad, y sí no, vea usted el desmadre que hace un par de semana, un grupo de fanáticos en el palenque de Texcoco hicieron: destrozaron el lugar solo porque sus ídolos de barro hediondo, anunciaron que, por culpa de la autoridad, ya no tocarían más esas aberraciones.
Dada la situación actual del país entero, con una inseguridad aplastante, sí está muy mal, que estos grupos tan malos —musicalmente hablando, con interpretaciones detestables y voces de auténticos zombis— hagan impunemente apología del crimen organizado y sus capos; sin embargo, me queda claro que prohibir este tipo de asco musical no tiene sentido ni coherencia, ya que está definitivamente comprobado, que lo prohibido es una tentación insuperable para la gente: en la prohibición del alcohol entre 1920 y 1933 en los Estados Unidos, fue cuando más licor y vino se vendió en aquel país. Usted amable lector, prohíbale algo a sus hijos, y les llamará la atención sobremanera.
Finalmente, este tipo de decisiones no solucionan, ni un ápice, el problema general. Lo mejor sería, poner más atención y énfasis al proceso educativo de los niños y muchachos, enseñarlos a leer, leer y más lecturas. Eso sí daría buenos resultados. ¡Reciban mis saludos amables amigos, y recuerden que solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es, invisible para los ojos, salud para todos!