Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE CHILE: De ninguna manera podemos negar el esfuerzo que ha hecho el gobierno municipal de Acaponeta, que preside Manuel Salcedo Osuna, con respecto al problema de la basura. Han operado diversas rutas y horarios para los camiones recolectores, tanto de día como de noche. Reactivaron a los campaneros que en el gobierno anterior por alguna razón los desaparecieron. Nos han dicho que han adquirido camiones recolectores y con gusto vemos que nuevas cuadrillas de barrenderos andan por todas las calles recogiendo desperdicios regados y, muy bueno, por cierto, retirando la tierra-arena que se suelta del adoquinado o que traen las llantas de los vehículos en esta temporada de lluvias. Hemos visto también, que han venido colocando unas canastillas de determinadas esquinas del centro de la ciudad y constantemente se apela a la ciudadanía a respetar esos horarios y disposiciones.
Nuevamente se viene un
cambio en el horario de los camiones recolectores, mismos que comenzarán a
hacer sus recorridos a partir de las seis de la tarde, pidiéndole a los
pobladores de esta ciudad, que se ajusten al nuevo recorrido y que no saquen la
basura en el día.
En este mismo espacio y, en alguna reunión que la Junta Vecinal de Acaponeta A.C. tuvimos con el presidente municipal, recuerdo haberle comentado a Manuel Salcedo, que me parecía un error el recorrido nocturno de los carretones de la basura, porque eso ocasionaba que ahora había basura a todas horas del día. Asimismo, comenté que el problema no era el Ayuntamiento y sus decisiones, tampoco sus acertadas estrategias, sino que —y aquí lo grave— el gran problema de la basura en Acaponeta, es su gente, sí, nosotros los acaponetenses.
La población que no hace caso de lo que mandata el ayuntamiento o sus reglamentos. Es triste decirlo, pero no hay educación alguna al respecto y se nota en las esquinas de toda la ciudad: montones de desperdicios a toda hora del día y de la noche; gente que saca la basura por las noches, amaneciendo regada por toda la calle y fomentando el crecimiento de fauna nociva: perros y gatos callejeros, ratas, cucarachas y otras alimañas: bolsas repletas de desechos colgadas de postes y muros; canastillas y tambos atiborrados de toda clase de inmundicias, que incluye animales muertos y mil cosas más.
Soy testigo fiel también, de
que Manuel Salcedo, tiene el firme objetivo de convertir a Acaponeta en “Pueblo Mágico”, pero con ese tiradero en
las esquinas y en otros espacios como las orillas de las carreteras, las
cercanías del río, o los caminos vecinales, difícilmente esa meta se podrá
cumplir.
En aquella reunión que
menciono, también hice notar la necesidad de implantar en nuestro municipio,
juzgados cívicos que tan bien han venido funcionando en otros municipios,
principalmente en Tepic; no solo para sancionar a los que hacen mal uso y
destino de la basura, sino también a los borrachitos que tan alegremente andan
por la calle o en los automóviles, aventando con singular entusiasmo sus botes
a la vía pública; o bien a los que hacen escándalos nocturnos y no dejan dormir
a los vecinos, o los estrépitos de carros y motos, unos con la música a todo
volumen o y los otros con los escapes abiertos contaminando por ruido a la
población y hasta aquellos, que con apuros usan la vía pública como baño. En
esa ocasión, Salcedo Osuna me informó que ya estaban trabajando en ello y ahora
veo que pretenden hacer de los mencionados juzgados, una realidad. Enhorabuena.
Solo llamándole la atención a la gente, o de plano multando a los reincidentes se podrá evitar los tiraderos que hoy se ven. Un juzgado cívico soluciona esto. Como decían los clásicos: "la letra, con sangre entra"...el ayuntamiento, ni nadie en el mundo está para educar canijos vecinos incivilizados e incultos, ya no son nenes con pilmama para decirles qué hacer con la basura, el que no cumpla, que se le aplique la guillotina, aunque repelen y mienten madres. Con el primero que reciba una multa, los demás se pondrán las pilas. Suena drástico, pero es una penosa realidad.
Por lo pronto, creo que, faltó
promoción a la iniciativa, pues el día jueves que inició esa resolución
municipal, nadie o muy pocos atendieron lo que había qué hacer o quizá ni se
enteraron de la nueva disposición.
Yo sí apoyo al proyecto de
convertir a Acaponeta en un pueblo mágico y en un lugar digno y limpio para
vivir. Dan incluso un número telefónico para denunciar a los cochinones de
siempre y que no se quieren aplicar...Yo lo haré y, en cuanto vea a alguien
haciendo sus porquerías en las esquinas lo voy a denunciar. ¡Abusados!
DE
DULCE: Sí, por supuesto que estoy de acuerdo con una reforma
integral al poder judicial. Nadie en su sano juicio podría pensar que no es
necesaria…sí lo es, y aparte urge, pero no así, como el actual gobierno, casi
casi por órdenes del que se fue, que parece planeado con las patas, y el “beneplácito” de un congreso que solo
alzó la mano por órdenes superiores y que ni siquiera leyeron de qué diablos de
trataba. Entre las muchas cosas irregulares que esto va a traer, es el destino
de cientos —quizá miles— de ministros, magistrados y jueces de ese poder
judicial que se verán seriamente afectados.
Mire usted amable lector que
me sigue; uno, como trabajador entiende que, ya sea trabajando para el sector
público, como el privado que, si no le echas ganas a su chamba, corre el riesgo
de que lo pongan de patitas en la calle. Ya sea por ineficiencia o incapacidad
en el trabajo; por ser un trabajador faltista o borracho; porque eres un ladrón
y te agarraron en la movida, o simplemente porque no cumples los requisitos o
de plano no das el ancho para cumplir las metas y objetivos de una oficina de
gobierno o una empresa privada. Así ha sido siempre y eso debe continuar.
Sin embargo, la mentada reforma, le va quitar el trabajo a esos cientos o miles de trabajadores del poder judicial, por el simple hecho de ser jueces, nada más, afectando gravemente sus derechos humanos. El gobierno les dice —con la mano en la cintura— que sus derechos laborales están a salvo, porque se les va a indemnizar como marca la ley —esa misma ley que ellos hacen y manejan a su antojo, pues por lo visto, el estado de derecho en México, se está perdiendo—.
Sí, solo eso faltaba, que no los indemnizaran; pero eso no es ningún consuelo para ellos. Al parecer, el gobierno no ha entendido lo que es “perder el trabajo”, además, se pierde la antigüedad, se cortan cientos de carreras en el área de la justicia, o pienso en el caso de personas de cierta edad, a la que le va a costar conseguir chamba. Así de insensible el gobierno de la transformación de cuarta.
Es lo mismo que, por alguna
circunstancia, tuvieran que correr a todos los profesores del país, o los
médicos del sector salud, o a los ingenieros o intendentes, solo por hecho de
tener ese oficio, no por su trayectoria, rendimiento, o eficiencia.
BERNARDO BÁTIZ
El consejero de la judicatura,
Maestro Bernardo Bátiz, en entrevista con Ciro Gómez Leyva, hablando sobre este
tema, soltó la lapidaria frase: “…así son
las revoluciones”. No les queda más a estas personas de continuar viviendo
en la incertidumbre, y aceptar ser la generación que pagó el precio por el
capricho de un gobernante que, por venganza y ambición política, le dio en la
maraca a la mismísima Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
que establece en su artículo 49: “El
Supremo Poder de la Federación se divide, para su ejercicio en Legislativo,
Ejecutivo y Judicial. No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola
persona o corporación …” Pero, el ex presidente (espero que en efecto sea
ex) no cumplió con guardar y hacer guardar la carta magna mexicana, y quiso
juntar en su persona, a la mismísima santa trinidad, tres poderes en un solo
hombre. Meditemos en ello.
DE MANTECA: Al momento de escribir estas líneas, se celebra —bueno, en México ya no tanto— la llegada de Cristóforo Colombo, que así se llamaba al que conocemos como Cristóbal Colón. Mucho se puede hablar sobre este señor, que sin duda fue un gran navegante, y, como todo ser humano, un personaje con grandes yerros y enormes logros. Como usted, amable lector, o como su servidor, Don Cristóbal, regaba el tepache, por ejemplo, fue un pésimo administrador y, para regocijo de los que hoy lo quieren arrojar al basurero de la historia, sí fue una figura un tanto cruel y tirana, que incluso esclavizó a los aborígenes de esta tierra.
Él llega a estos territorios que hoy se conocen como América —en realidad debería tener el nombre de Colombia o algo así, en honor a él— en 1492, es decir, en plena edad media europea. Arriba a una isla que hoy se sabe era Guanahani, y a la que Colón bautizó como San Salvador, pues supo que de no haber llegado a ese lugar y en ese preciso momento, la historia de esa exploración que buscaba una ruta más cercana a la India, el destino de todos hubiera sido muy diferente, incluso Colón, ya sufría los inicios de un motín a bordo de sus naves.
Siempre, así nos enseñaron en
la escuela, nos dijeron que el navegante era genovés, pero ya hay muchos
historiadores que dudan eso, pues no hay manuscritos de Colón en italiano, pero
sí muchos en español. Son famosas las cartas a sus hijos, escritas en
castellano. Por cierto, tampoco se sabe a ciencia cierta dónde reposan sus
restos, ya que estos fueron llevados y traídos a diferentes lugares,
perdiéndose parte de sus huesos en esos traslados: República Dominicana, Cuba,
España, etc.
Hoy en México, Colón ha sido
despreciado, satanizado y culpado lo que sucedió hace más de cinco siglos. En
demagógica decisión, su monumento en el paseo de la Reforma, fue retirado y,
los locos que nunca faltan, en nombre de un nacionalismo ramplón y trasnochado,
intentaron varias veces derribar la estatua colombina, sin ponerse a pensar que
esta tierra no era precisamente el paraíso que ellos quieren que veamos en
forma de indígenas felices; no, aquí, como en Europa, prevalecían imperios como
el mexica, que de forma violenta y prepotente exigían tributos a los pueblos
vecinos, así como gente para sacrificar y ofrendar a los dioses. Los mexicas
eran odiados, tanto que sus enemigos prefirieron unirse a Cortés para derrumbar
a sus explotadores aztecas.
Nos guste o no Colón es el
abuelo de todos nosotros, y en 1492 y hasta 1921, cuando cayó Tenochtitlan,
nosotros no existíamos, los aztecas no eran mexicanos, estos nacen de la fusión
de dos pueblos, formándose el mestizaje y fue, aunque los “historiadores oficiales” no lo quieran, el encuentro de dos mundos
de donde salimos —ahora sí— los mexicanos, nosotros. Como dijo muy bien Octavio
Paz: “Con el descubrimiento de América,
el mundo adquirió forma de mundo” …¡Nos saludamos en la próxima
entrega amigos!