lunes, 9 de junio de 2025

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: Me cuesta trabajo creer, que millones no alcanzan a ver el enorme fraude electoral que se llevó a cabo el 1 de junio. Mientras su servidor pensaba que el mayor fraude en alguna elección de la historia moderna de México, fue la que llevó a cabo Plutarco Elías Calles, en 1929, imponiendo a su candidato Don Pascual Ortiz Rubio, frente al legítimo ganador José Vasconcelos o aquel, también mega fraude, donde el dilecto personaje, hoy icono de la 4T, Manuel Bartlett tumbo el sistema para darle el triunfo al "chore" Carlos Salinas de Gortari, ante el triunfo del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Lo que vimos el domingo pasado, no tiene precedente en el pasado priísta: acarreos masivos, tómbolas vergonzosas, acordeones que causan pena y susto de lo que la 4T es capaz de hacer para destruir los contrapesos; nuevas formas fraudulentas para nuevas elecciones inventadas. 


Realmente no eran necesario tanto, con los acordeones bastaba por lo complicado del sufragio, de ahí que al menos un 10% de los votos fueron nulos, número sin precedente en las elecciones normales. Es tan burdo el engaño que, como orquesta sinfónica, todos los que venían en los deshonrosos e indecentes acordeones, ganaron. Esto de las "casualidades es una cosa hermosa".


Por supuesto, la cuarta transformación y la presidenta de palacio nacional, tenían que dar la cara ante el fracaso enorme y súper oneroso del mentado proceso electoral para destruir al poder judicial, la última joya de la corona del presidente tabasqueño y, claro, ofrecer a un pueblo desinformado, el sabido discurso triunfalista marca 4T. "...el resultado "fue inédito, impresionante, maravilloso y democrático", dijo la presidenta de palacio nacional. “Se cumplió con la expectativa” escupió —más que decir— la secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez; y uno se pregunta: ¿en verdad se justifica el altísimo costo de 8 mil millones de pesos que costó la elección esperando una pobre participación del 12%? ¿En verdad Señora Rosa Icela, esa era la expectativa? ¡Qué mediocres! 

El 88% del padrón electoral no salió a votar, esa es la triste realidad de un capricho vengativo y rencoroso del dueño del tercer imperio de México, Don Andrés Manuel López Obrador. Tan mediocre es esta forma demagógica y chapucera de elegir a los juzgadores que, en el futuro, los candidatos que se apunten, estarán más interesados en ver la forma de aparecer en los acordeones que prepararse profesional y académicamente para su responsabilidad. No a la asistencia en las universidades, no a los cursos de capacitación, no a los diplomados, pero sí a buscar padrinos o padrotes y que su nombre venga en los bochornosos acordeones. Y lo que creo que es peor...esta dizque elección fue el ensayo para la próxima elección del 2027 y luego la del 2030...hay que prepararle el terreno a Andy (entre más le duela su apodo, más le voy a decir). 


DE DULCE: Históricamente, los hijos de los presidentes de la república, han causado más mal que bien. Algunos pasaron por el período presidencial de sus padres siendo niños y no tuvieron mayor relevancia. Otros, ya más grandecitos, fueron: “el orgullo de mi nepotismo” como José López Portillo, quien hasta subsecretario de estado convirtió a su “chamaco” José Ramón; o los inefables "plebes" Bribiesca, “chilpayates” de la ambiciosa Marta Sahagún, “la pioresnada” del asno con botas Fox. Los hijos de Miguel de la Madrid, Ernesto Zedillo y Peña Nieto, fueron los típicos juniors que hicieron y deshicieron, con dineros del erario público, ellos agarraban el avión presidencial para su parrandas y francachelas como si de bicicletas se tratara. 

La 4T, o sea AMLO, también tiene a sus “mocosos consentidos”: José Ramón, primogénito, es el vástago del macuspano y que se vio envuelto en el lío de la famosa “casa gris”. Le siguen, Andrés Manuel, y Gonzalo Alfonso López Beltrán y, el peque, Jesús Ernesto López Gutiérrez, aún muy inocente.  Gonzalo, el más chico de los hermanos López Beltrán, quien al parecer no tiene aún, los colmillos y las garras depredadoras de su papi, ni de sus carnales, pero con todo, se dice que, gracias a su intervención, logró acomodar a muchos de sus “compas” en puestos de gobierno. 


La joya de la corona, por supuesto es Andy perdón Andy, se me fue el rollo, ya entendí que no te gusta que te llamen de esa manera. Este personaje es singular y un clarísimo ejemplo de lo que es el actual régimen, --que en nada se parece al PRIAN, no somos iguales rezaba todos los días Don Macuspano-- todo hace parecer que su todopoderoso papá, el presidente de esta nación establecido en Palenque —no confundir con la presidenta de palacio nacional—, lo ha escogido como su delfín para las próximas elecciones a la presidencia de este pobre México nuestro. 


Por ello, el tipo que no le gusta su apodo de Andy, es ahora, secretario de organización de Morena, justo donde están los billetes y las facilidades para ser el candidato morenesco. Superficial, veleidoso, desconfiado, sin chamba conocida pero hábil para el negocio sucio, ególatra y soberbio como su padre, generoso con los amigos a los que hizo millonarios y mañoso para ganar billuyos mal habidos. Este hombre, fue noticia la semana pasada, porque sin ningún reparo, ni rubor, públicamente en entrevista, manifestó su pequeño trauma de que lo llamen Andy y no por su dilecto nombre de Andrés Manuel, que es el mismo que el de papi, según él, el mejor presidente de la historia. Lo acepto Andy, ya no te llamaré así, para mí serás en adelante “El Golfo de México” —a ver si no se enoja trump—.


 DE MANTECA: Si uno busca en internet la respuesta a ¿cuántos presidentes ha tenido México a lo largo de su historia? Hallará usted, amable lector, diferentes cifras, pero todas sobrepasan los 60 personajes, desde el primero que fue Guadalupe Victoria en 1924 hasta el período de la primera mujer en el poder, Claudia Sheinbaum, y por supuesto, faltaría contar el lapso entre 1821, cuando la nación, ahora sí, ya México, se independiza de España, y llega al poder, en forma del primer imperio, con Agustín de Iturbide. 

Su servidor, cuanta 76 gobernantes. Por supuesto, en esta relación se suman las once ocasiones en que Antonio López de Santa Anna fue presidente, o los 30 años de Porfirio Díaz en el poder. Hay mandatarios que solo estuvieron 40 o 45 minutos al frente del poder ejecutivo como Pedro Lascuráin.


Uno de los más débiles presidentes que tuvo México, fue Francisco Ignacio Madero, sin duda un muy buen hombre, quien creyó que todos tenían algo de bondad en sus corazones, lo que lo convirtió en un hombre ingenuo y que fue fácilmente engañado y, peor, traicionado por personajes que no tenían nada de hombres probos, como Victoriano Huerta, ambicioso y rapaz, que consiguió la confianza del presidente Madero, a pesar de que, el hermano de este, Gustavo Madero, le advirtió de la traición del hoy llamado “chacal”. Don Panchito no hizo caso y eso le costó la vida y la de Pino Suárez. 


Es claro que a Madero todo se le complicó, durante la llamada “decena trágica”. Don Panchito no supo cómo gobernar y no tuvo las capacidades para ello. Él era simple y llanamente un hombre bondadoso, afable y humanitario y, creía que todos eran como él; y la verdad, los gobiernos, como los conocemos, no se hacen con buenas personas. Por eso solo duró un año y medio en la presidencia. 


Existe una anécdota muy buena. Madero, escribió el libro “La Sucesión Presidencial de 1910”, en el cual hizo una tremenda crítica al poder absoluto y a la perpetuación de Don Porfirio Díaz en la presidencia, proponiendo, de paso, la creación de un régimen democrático y la creación del Partido Nacional Democrático para contender en las elecciones de 1910 que se avecinaban y que a todas luces sería una nueva reelección del presidente oaxaqueño; este, el dictador invita a Madero a platicar en palacio nacional, luego del intercambio de ideas y conceptos, y ya retirado del lugar Don Francisco, Díaz Mori, exclamó: “¡Ayyy, este Panchito cree que basta la buena voluntad para gobernar este país”. No cabe duda de que manera era un hombre muy ingenuo y no tenía la capacidad para gobernar a México. 


De hecho, aunque le duela a muchos maderistas que hoy lo ven como uno de los grandes paladines de la historia nacional, la revolución de Don Panchito no tumbó a Porfirio Díaz de la silla presidencial, si acaso, apenas la toma de Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez) hizo alguna mella al porfiriato. Él, Díaz se va del país, porque Madero tiene el apoyo del presidente gringo William Howard Taft. 

La pregunta es: ¿por qué Díaz fue visto con malos ojos por los trinches güeros del norte? Simplemente porque Don Porfirio defendió la soberanía nacional, esa que tanto defienden y pregonan los machuchones de la transformación de cuarta: en 1909, ambos mandatarios, Taft y Díaz, se reunieron en El Paso, Texas y Ciudad Juárez, y el primero, le pidió cuatro cosas importantes de Don Porfirio: uno, que le permitiera establecer bases militares en territorio nacional, con la obvia intención de estar cerca de los conflictos centroamericanos. Dos, no construir el tren interoceánico en el Istmo de Tehuantepec, porque este le haría sombra al proyecto del canal de Panamá; tres, dejar de dar asilo al presidente de Nicaragua José Santos Zelaya, que se oponía vehementemente a las pretensiones imperialistas gabachas; y cuatro, que México dejara de comprar armamento a los alemanes y terminará adquiriéndola en Estados Unidos; es decir, Taft, quería que Porfirio Díaz se culiempinara frente a él, pero, la gata le salió respondona y Díaz se negó a todo. En ese momento perdió a los gringos que decidieron apoyar a Madero. 


Pero, no hay que dejar de lado algo delirante: la revolución fue inspirada y guiada por espíritus a los que Madero traía a este mundo porque, según él, era médium… ¡No manche profe! decían mis alumnos. La neta, es que la realidad es muy diferente a lo que nos quiere mostrar la historia oficialista: Madero, tenía cero experiencia en la política, él vivía recluido en su hacienda muy lejos de la realidad nacional; Panchito pertenecía a una de las diez familias más ricas de la nación; a eso hay que sumarle que estuvo más tiempo en Estados Unidos y Europa que en México y, lo peor, hablaba con los espíritus, principalmente con su hermano fallecido Raúl y con otro espíritu que se firmaba como "José". Al final de su trágica existencia, también él mismo, ya que era su propio médium y entablaba comunicación con un tal “BJ”…¿quizá Benito Juárez? Por eso le fue como le fue. ....¡Reciban mis saludos amables amigos, y recuerden que solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es, invisible para los ojos, salud para todos!