domingo, 23 de febrero de 2025

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 



Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: Decía el destacado filósofo José Ortega y Gasset, que el mayor crimen está, no en los que matan, sino en los que no matan, pero dejan matar. Parafraseando al brillante madrileño, diríamos que el crimen mayor no está en los corruptos y delincuentes que nos gobiernan, sino en los que dejan que se corrompan y delincan con toda impunidad. O sea, la famosa e “incorruptible” 4T.


No vamos a decir que los priistas, panistas, perredistas y otras lacras, eran ángeles de honestidad, desde siempre, en este saqueado país, nos vuelven a robar, defraudar, mentir y devorar a tarascadas de escualo el erario nacional, cada seis o tres años. Por eso, muchos de nosotros votamos por Andrés Manuel, quien nos prometió acabar de tajo con la corrupción y llenar las cárceles de indignos y mafiosos. 

Eso nunca sucedió. Nadie en los seis años de su gobierno pisó la prisión acusado de corrupción, ni uno solo, aun así, gritó a los cuatro vientos, que la corrupción había desaparecido de México. Hay que decirle a este pinochesco caballero, que mentir, aparte de ser un acto de corrupción, también es pecado.


Con tristeza, esos que tuvimos la esperanza de un cambio verdadero en la tarea de la honestidad del servicio público, volvimos a caer en la palabrería, igual a aquella de Miguel de la Madrid, quien luego del gobierno voraz de José López Portillo, prometió la “renovación moral de la sociedad”, tan falsa como las propuestas del obradorato. 


Lo que es peor e indignante, no solo es no haber cumplido con acabar con los corruptos; el mayor pecado de Morena, de AMLO y ahora Sheinbaum, es proteger a los delincuentes que no se conforman con mamar de la ubre presupuestal, sino que también le dan de fuertes topes. Los ejemplos no son pocos: el último, Cuauhtémoc Blanco, acusado de violación de su propia hermana, quien parece la librará, como ese otro violín sinvergüenza de Félix Salgado Macedonio, también impune del mismo delito y hasta premiado con la gubernatura de Guerrero para su hija inútil e igual de lacra, la tal Evelyn.


Ya desde que comenzó a sonar la elección del 2024, López Obrador y sus huestes comenzaron a liberar de la cárcel a inmorales como Eukid Castañón Herrera, panista él, el cual había sido sentenciado por peculado cuando trabajó para la contraloría de Puebla, por la nada despreciable cifra de 568 millones de pesos y de la noche a la mañana se convirtió en fuerte operador político de Morena; y es que en ese "partido", todos se redimen con tan solo afiliarse.

Eugenio Hernández, ese gobernador del olvidado estado de Tamaulipas, acusado de narcotráfico, lavado de dinero y otras mañas, hoy es senador de la república por el partido verde. Para no ir más lejos, uno de los mayores corruptos de la historia patria —lo cual ya es mucho decir— fue el copetudo galán de “teleniverla” barata Enrique Peña Nieto, al cual, Líopez no lo tocó ni con el pétalo de una rosa. ¿Aun así, ya no hay corrupción? Chido.


Pero sigue la mata dando… ¿recuerdan la famosa estafa maestra en el peñato? Esa que parecía insuperable, pues la transformación de cuarta, rompió el récord, ya que, en Segalmex, esa entidad gubernamental que pretendía darle de comer al pueblo, AMLO la dejó en manos de uno de los dos destructores de la aún recordada Conasupo, Ignacio Ovalle —el otro fue Raúl Salinas de Gortari, sí, el hermano del otrora “innombrable”—, quien instrumentó una red de malvados que entregaron convenios multimillonarios a “cuerudos” personajes ligados a Morena. Ovalle hizo perdedizos estados financieros y otorgó un puño y dos montones de contratos a empresas fantasmas y otros linduras por la “tímida” cantidad de 15 mil 300 millones de varos, duplicando lo de la estafa maestra. 

La gestión de este canalla al frente de la dependencia fue de 1187 días, lo cual quiere decir, que cada minuto de su “administración” desvió 7 mil 489 pesos. Ante el escándalo, su majestad, el rey de Macuspana, lo defendió diciendo: ¡que unos priistas lo engañaron! En vez de pasar una buena parte de su ladrona existencia tras las rejas, la 4T lo premió con un “huesillo” en la Secretaría de Gobernación. Total impunidad. Hoy la presidenta con “A”, desapareció Segalmex de un plumazo y con él, se fue la billetiza y cualquier posibilidad de encerrar al bribón Ovalle. 

En su último dizque informe de gobierno, AMLO se atrevió a decir haber “cortado de tajo con la corrupción en el poder ejecutivo”. Un poco antes, sin rubor sacó por primera vez el “pañuelito blanco” para afirmar que “ya no hay corrupción arriba”.


La historia de los gobernadores y ex gobernadores de Morena y aliados, es desastrosa y nos muestra la cara real de la “cuarta transformación”: Rutilio Escandón, de Chiapas, dejó el estado en llamas y en manos del crimen organizado. Así y todo, fue premiado con el consulado general de México en Miami. Otro botón: el peor gobernador de Veracruz —y mire usted que con los que han tenido los jarochos, esto es mucho decir— Cuitláhuac García, dejó en ruinas a su entidad y quedó un voluminoso expediente de acusaciones por abusos de poder, detenciones arbitrarias, violaciones a los derechos humanos, uso político de la justicia y persecución a la prensa y opositores. Aun así, la Sheinbaum, lo premió con la dirección general del Centro Nacional de Control del Gas Natural, tema del que no sabe ni papa. Total impunidad. 

Otro jarocho, Miguel Ángel Yunes Márquez, aquel traidor del PAN que votó a favor de la fantasiosa reforma judicial, e “hijo de papi”, acusado de lavado de dinero y otros fuertes delitos de corrupción, fue aceptado como militante de Morena y Fernández Noroña y Adán Augusto, le tendieron alfombra roja y hasta le dieron —como premio, faltaba más—, la presidencia de la Comisión de Hacienda del senado. Lo que recuerda que aquel otro delincuente, hoy prófugo de la justicia chihuahuense, pero amparado por fuero Javier Corral, ex gobernador panista del estado más grande del país y que cuando lo fueron a buscar legalmente para llevárselo a juzgar en tierras tarahumaras, con rapidez de rayo, la fiscalía de la CDMX, llegó a donde lo habían detenido y exigió su liberación, llevándoselo protegido y hasta lo premiaron en el senado —ya morenista por supuesto— con la comisión de justicia, en una burla total al pueblo.


La lista de cínicos y granujas que vergonzosamente protege Morena, y los presidentes Líopez y Sheinbaum, es enorme: el General Salvador Cienfuegos, Manuel Bartlett y su hijo, los propios hermanos e hijitos del Peje (Pío y Martinillo); Carlos Lomelí, aquel superdelegado de Bienestar en Jalisco; la gober Delfina Gómez, también premiada; el priista Omar Fayad, cuyos favores lo llevaron a ser nombrado embajador en Noruega; Alejandro Murat reconocido caco de siete suelas, ahora es senador por Morena; Alfredo del Mazo, exgober del EdoMex, vinculado a varios casos de corrupción, nunca enfrentó investigaciones ni acusaciones del gobierno federal y mil canallas y ruines más, que no nos alcanza este espacio para anotarlos a todos.

Lo más triste y para vergüenza del capo di tutti capi, “el padrino” Líopez Hablador convirtió el asunto de la corrupción ya no solo en un tema económico y de ladrones; se ha trocado en una herramienta política…y solo se me ocurre dar voz al macuspano quien sin empacho dijo: “no somos iguales” y sí, tenía razón…

 

DE DULCE: ¡Híjole, no quedó espacio para el comentario de dulce y el de manteca!

De pronto, a los políticos totonacas, o funcionarios de gobierno de esta demolida nación, la gente y a veces hasta los extraterrestres le sacan sus trapitos al sol. No es improbable que emulando a los romanos que decían: “difama que algo queda”, exista alguien que quiere perjudicar. 

Por supuesto, cuando la crítica es para los servidores públicos afines a la transformación de cuarta, resulta que son decires o “campañitas” de los neoliberales y conservadores, móndrigos traidores a la patria. Digo todo esto, porque a nuestra dilecta presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, “le descubrieron” que a su peinadora y/o maquillista, de nombre Sandra Leticia Arai Chávez, modestamente y de acuerdo a la “austeridad franciscana amloviana”, le dan un supuesto salario de 92,008 pesos mensuales, porque la dama presume de ser maquillista y peinadora con experiencia en televisión y eventos oficiales. Yo le diría a la señora Claudia que, para hacerle la cola de caballo, yo me animo por tan solo la mitad de esa lana. ¿Va?

 

DE MANTECA: Amigos, ya para cerrar esta columneja, les tengo una pregunta que no me deja dormir y hasta he perdido el apetito. Ante todo, esto que vemos del actual gobierno federal, del dispendio gigantesco del erario nacional, la rampante corrupción, la inseguridad, la mentada e incomprensible reforma judicial, la forma como el crimen organizado ha ido apoderándose del país y muchas cosas más, pero en verdad muchas, he llegado a dudar de mis propios ideas y pensamientos. Ante la tremenda avalancha de chairos aplaudiendo las ocurrencias del vejete de Tabasco y de la actual presidenta con “A”, llego a la tremebunda incertidumbre y casi casi tesis, de que… ¿no será que todos esos morenos y chairos están en lo correcto y algunos de nosotros estamos equivocados? No voy a dormir otra vez. … ¡Amigos, solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es, invisible para los ojos, salud para todos!