sábado, 2 de abril de 2011

HALLAZGOS ARQUITECTÓNICOS EN EL CERRO DE COAMILES



EN LA COSTA CENTRAL DE NAYARIT

*** Se trata de un sistema de muros de contención de carácter monumental localizados en las plataformas superiores.

*** La topografía original del cerro fue culturalmente remodelada para emplazar los principales conjuntos arquitectónicos de uso astronómico y ceremonial del sitio.


Recientes trabajos de exploración realizados en la Plataforma 4 del Cerro de Coamiles (municipio de Tuxpan, Nayarit), que constituye la superficie nivelada de mayores dimensiones dentro del conjunto de terrazas escalonadas que integran las plataformas superiores del sitio, revelaron la existencia de cuatro muros de contención paralelos que corresponden a etapas constructivas sucesivas dentro del progresivo proceso de ampliación de esta plataforma hacia el Poniente, cuyo apogeo constructivo tuvo lugar durante el Postclásico Temprano (900-1100 d.C.) y Medio (1100-1350 d.C.).

El arqueólogo Mauricio Garduño Ambriz, adscrito al Centro INAH Nayarit (INAH-CONACULTA) y responsable del proyecto de investigación arqueológica en el sitio desde el 2005, señaló que el asentamiento de Coamiles constituyó uno de los principales núcleos de población de la cultura regional Aztatlán (850/900-1350 d.C.) del septentrión costero mesoamericano, ocupando una posición geo-estratégica privilegiada dentro de la llanura deltaica inundable ubicada entre los ríos San Pedro Mezquital al norte y Grande de Santiago al sur. “Esta posición le confirió a los habitantes de Coamiles acceso directo a tierras cultivables de alto rendimiento y el control de importantes rutas fluviales de comunicación entre la costa y la Sierra Madre Occidental”, señaló el especialista.

El hallazgo tuvo lugar en la Plataforma 4, una extensa plaza de 150 m. de largo por 46 m. de ancho en promedio, localizada a una altura de 72 m. sobre el nivel de la planicie aluvial adyacente y sobre la que fueron desplantadas por lo menos ocho estructuras de forma y tamaño variable, incluyendo altares y un basamento rectangular de casi 100 m. de largo. La exploración permitió liberar un frente de 4 metros de la fachada de cada muro, con lo que fue posible conocer las características propias del sistema constructivo asociado a cada etapa. El arqueólogo destacó la calidad y el estado de conservación del muro de contención de la segunda etapa constructiva, ya que se trata de una fachada compuesta por cuerpos escalonados que en conjunto forman un frente de 2.70 m. de altura y que aparentemente corre a todo lo largo de la plataforma.

“La coordinación y ejecución de estas obras de remodelación -que modificaron el perfil orográfico del Cerro de Coamiles y cuya principal nivelación artificial inclusive aparece representada en la cartografía histórica regional de la segunda mitad del siglo XVIII- seguramente requirió de instituciones políticas centralizadas y de mecanismos internos de control ideológico a cargo de los segmentos sociales de élite de la población Aztatlán”, apuntó Garduño.
Considerando los recientes hallazgos, también se contempla llevar a cabo un programa de prospección por medio de la utilización de un radar de penetración, con la finalidad de determinar la extensión de los muros de contención a todo lo largo de la plataforma.

Según el especialista, Coamiles no solo era un enclave geográfico y cultural en la principal ruta de comunicación e intercambio entre la franja costera noroccidental y los valles intermontanos del altiplano -redistribuyendo productos alóctonos de uso ritual, así como diversos bienes suntuarios y utilitarios- sino que a nivel regional se desempeñó como un espacio ritual sacralizado.

Los sondeos realizados en la denominada Acrópolis Norte (Plataforma 5) permitieron corroborar que la planeación arquitectónica de este importante conjunto monumental se diseñó en función de la observación astronómica de los equinoccios -identificándose inclusive una estela lisa en la cima del cerro que funcionó como marcador solar de uso calendárico-, lo que representa un significativo avance en cuanto a la comprensión de la connotación simbólica de la arquitectura ceremonial de la zona nuclear costera Aztatlán.

En este sentido, Garduño precisó que se trataba de una sociedad estructural y funcionalmente compleja que se desarrolló a lo largo de por lo menos catorce siglos de ocupación continua, con una marcada división social del trabajo, con un poder centralizado y una economía diversificada sustentada en una agricultura de alto rendimiento y en la explotación intensiva de los sistemas estuarinos. La especialización artesanal se manifestó de forma notable en la manufactura local de elaboradas vasijas de uso ritual que fueron decoradas con un complejo repertorio iconográfico codificado, mostrando en algunos casos afinidades estilísticas con cerámica contemporánea de Cholula.

También la metalurgia del cobre y del bronce fue una industria importante para estas poblaciones, sobre todo si consideramos que el uso de artefactos de cobre (anzuelos, agujas, cascabeles, pinzas, aros, cinceles, etc.) se generalizó entre la mayor parte de la población costera Aztatlán desde el Postclásico Temprano, apuntó.

Como lugar de nacimiento periódico del sol durante el solsticio de verano, por su posición insular rodeada de humedales y por su verticalidad, el Cerro de Coamiles seguramente desempeñó un papel rector dentro del ciclo ritual anual, ya que se trataba de un espacio sacralizado dentro de la geografía simbólica regional, de una montaña sagrada o Coatépetl, lugar de origen y renovación espacio-temporal.

En colaboración con personal de la Coordinación Nacional de Restauración del Patrimonio Cultural del INAH y del Instituto de Ecología de la UNAM se tiene contemplado el diseño de un proyecto integral de conservación tanto de los monumentos arqueológicos como de su entorno inmediato, que contemple la habilitación de senderos ecológicos y la apertura de un jardín botánico in situ, a partir de la caracterización de la flora representativa del bosque tropical caducifolio y de la vegetación endémica local.

Por otra parte, Armando Santa Cruz Ruiz señaló que dentro de los proyectos estratégicos del Centro INAH Nayarit a su cargo se tiene proyectado a mediano plazo el diseño e implementación de un Plan de Manejo que permita llevar a cabo un esquema planificado de actividades para lograr la eventual apertura oficial del sitio al público.

(Enviado por el Sr. Noé Sanabia Castellanos.- Junta Vecinal de Coamiles)

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