lunes, 13 de octubre de 2025

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE:  Causa pena, temor y desencanto ver las tristísimas escenas que se generaron en la CDMX en la dizque celebración en memoria de los trágicos acontecimientos del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco.  Como todos los años, pero este en especial, se desataron los infiernos y convirtieron el centro histórico de la otrora ciudad de los palacios en un pandemónium, donde las principales víctimas fueron los heroicos policías de la capital del país enviados ahí, como carne de cañón. 

Primero, que a falta de la autoridad que ponga orden y hagan valer las leyes, los delincuentes comunes, todos ellos encapuchados y vestidos de negro, que en nada tienen que ver con el movimiento estudiantil del 68, hicieron y deshicieron en el centro histórico de la Ciudad de México, y hasta el corazón de la república que es el zócalo capitalino. 


Estos vándalos destruyeron negocios, robaron impunemente joyerías, saquearon comercios, pintarrajearon notables monumentos históricos, golpearon transeúntes y comerciantes y, lo peor, se hartaron de golpear, bañar con todo tipo de inmundicias a hombres y mujeres policías de la ciudad, a los cuales, la autoridad envió con tan solo un escudo que medio los protegió de la andanada de unos salvajes y empoderados trogloditas, que solo asisten a las marchas y manifestaciones a provocar el caos y causar temor ante una ciudadanía inerme y temerosa de su seguridad y de su patrimonio, pero sobre todo impotente y desilusionada de ver como el gobierno de la ciudad y el federal encabezados por las morenistas Clara Brugada y Claudia Sheinbaum, respectivamente, simple y llanamente les dejaron hacer, con la irresponsable y demagógica premisa de que ellos, los de la 4T, no “reprimirán” al pueblo. 



Eso sí, todas esas sandeces las dicen, detrás de altos muros de acero, resguardados hasta el copete con cuerpos de seguridad que los mantendrán ocultos de la turba bestial. Llegaron al grado estos malditos de quemar policías, machetearlos, arrojarles pintura, piedras y otros mil objetos, sin que ellos, los pobres jenízaros, supuestamente enviados a contener la violencia sin defensa alguna, vamos, ni un simple tolete para hacer frente a estos cobardes encapuchados que no son capaces de actuar solos y de frente, sino que necesitan de actuar en bola o en manada par causar el mayor daño posible. 


El resultado:  94 policías y 29 civiles, algunos muy con heridas muy graves e infinidad de comercios saqueados. Los comerciantes consideran que hubo dos tipos de pérdidas, la primera de más de 300 millones de pesos por el cierre de cinco mil establecimientos mercantiles que tuvieron que bajar cortinas previo a la marcha, cosa que ya es muy común. La segunda pérdida fue la sufren más de medio centenar de negocios como joyerías, tiendas de abarrotes, farmacias, entre otras, siendo los joyeros los más afectados puesto que sus pérdidas pueden ser superiores a los 35 millones de pesos. 

Es una tontería eso de no actuar para no reprimir. No se trata de ese concepto que tenemos de represión que nace precisamente a partir del 2 de octubre del 68: de torturar, desaparecer y extorsionar a los detenidos, meterlos a un Lecumberri moderno, no, no, no, simplemente de hacer cumplir las leyes —que por supuesto existen— y parar esos desmanes que afectan con severidad a la ciudadanía y a los comerciantes, que año tras año tienen que afrontar esos quebrantos. Y lo peor…¿hay que esperar que muera un policía para actuar con inteligencia? El día de hoy, aún hay hombres y mujeres internados en hospitales. Claudita y Clarita, no tienen la menor empatía para estos arriesgados y sacrificados trabajadores. ¡Se pasan!

 


 DE DULCE: Siempre me han resultado interesantes los premios Nobel que otorga la Real Academia Sueca de Ciencias (en los casos de medicina, química, física, literatura y economía). El de la paz, el nombramiento corresponde al Comité Noruego del Nobel. De los primeros, me llama la atención el de literatura, pues el resto son muy técnicos y no entiendo mucho de eso. Hubo un tiempo, cuando brillaba la juventud, me dio por leer textos premiados con el Nobel, muchos de ellos, aún los recuerdo como grandes piezas obras de arte. 


El de la paz, no siempre me ha convencido, pues en el listado aparecen hombres muy lejos del concepto de paz, más bien han sido terribles ángeles de la guerra como Henry Kissinger (inexplicable ese nombramiento); los presidentes gringos Theodore Roosevelt, Woodrow Wilson (que tanto daño hizo en México), Jimmy Carter y Barack Obama, que si algo saben estos tipos es de guerra. Asimismo, los “premiados” el Gral. George Marshall (¿es broma?), los guerreros del medio oriente: Anwar Al-Sadat, Menachem Begin, Yasser Arafat, Isaac Rabin y Shimon Peres. Aunque por supuesto, hay nobles personajes e instituciones que bien merecieron esa distinción. 


Cómo sea, este año el galardón de paz fue para la activista y política venezolana María Corina Machado, quien valientemente se ha enfrentado al dictador de cartoncillo Nicolás Maduro, hijo putativo de su alteza gorilísima Hugo Chávez, ambos asesinos y represores del sufrido pueblo venezolano. 

Corina, no es bien vista por la 4T, ya que, por órdenes del diosito de yeso de Palenque, hay que defender a los mandatarios de Venezuela, Cuba, Nicaragua y uno que otro despistado como Evo Morales, todos ellos del mismo jaez que la “izquierda tenochca”. 


Por eso, al preguntarle en la mañanera del pópolo a la “prasadanta con A”, qué opinaba de esa designación, ella soltó esta perla que nada tiene que ver con la pregunta: “Nosotros siempre hemos hablado de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, no solamente por convicción, sino porque así lo establece la constitución…y me quedaría hasta ahí…” ¡Ándale pues! ¿Así p más mezquino? Eso sí, la mandataria mexica con dientes y uñas defiende al ex presidente peruano Pedro Castillo, al cual llama presidente legítimo, aunque en su país, quisieran colgarlo de las patas. ¿Y la autodeterminación de los pueblos dónde quedó pues “prasadanta”?

 


DE MANTECA: Siempre he pensado, que los gobiernos, en cualquiera de los tres niveles, deberían de ser encabezados por personas que actúen más como director de orquesta que como comandante del ejército, es decir, de forma horizontal y no vertical. El director de orquesta delega y da a cada quien su lugar; sabe que sin un buen pianista su sinfónica no lucirá y el nombre de ambos se verá manchado; si, por el contrario, tiene un violín excelente, el grupo triunfará y el primer beneficiado será el propio director. 

Habrá aplausos para el grupo en su conjunto, para el violinista y obviamente para el director. En cambio, el mandato tipo militar, solo tiene una opción, lo que ordene el jefazo, eso se hace y no hay forma de alegar nada o sugerir esto o lo otro. Tomar en cuenta a la ciudadanía, es lo ideal, los gobiernos deberían estar satisfechos de su labor, cuando oyeran que un ciudadano de a pie, dijera en cualquier acción de gobierno: “¡Esta obra la hicimos todos!” 


En ese sentido, el actual ayuntamiento de Acaponeta, debe meditar sobre algunas cosas que eran buenas y había una magnifica y sobre todo, una productiva relación entre un grupo de ciudadanos y la administración municipal. Me explico. Hace unos días, tuve el gusto y el honor de ser invitado a la celebración del 495 aniversario de la fundación de Acaponeta que se llevó a cabo en el teatro de la ciudad. Antes del acto, se desató tremendo aguacero, afortunadamente amainó un rato, lo que permitió que la gente llegara —por cierto, un buen número, a pesar de la inclemencia del tiempo—. 

Luego durante la actividad, se vino el diluvio y, en algunos puntos del teatro, donde se llevó a desarrolló el programa, comenzaron a caer gruesas gotas de agua del techo, mojando el foro y, lo peor, dentro donde se encuentran los aparatos de sonido, cerebros y otros ingenios, por lo que estuvieron a punto de parar las diversas actividades. 

Todo lo anterior, solo para recordar que antes de la llegada de este ayuntamiento que preside Manuel Salcedo Osuna, había un comité o patronato a cargo del teatro, todos ellos ciudadanos muy reconocidos, de probada honestidad y con experiencia en el campo cultural, y, lo mejor, voluntarios, quienes acordaron, con el gobierno en turno, cobrar una tarifa o, vamos a llamarle así: “cuota de recuperación”, que sirvió para mantener el enorme edificio y conservar, ese patrimonio que es de toda la población acaponetense.

Cuando arrancaron, existió la duda de si el pueblo lo iba a aceptar. Pero la cuota comenzó a cobrarse y el patronato explicaba a los usuarios el porqué del cobro. Pronto, todos aceptaron y pagaban con gusto, a sabiendas de que era en beneficio de la comunidad. 

Entre los muchos arreglos que se hicieron, estuvo precisamente el de las goteras. Repararon el techo de láminas, sellando las junturas y evitando lo que vimos hace días, un goteo constante que amenaza con producir más daños. ¿Qué beneficio tuvo el gobierno en turno? Uno muy notorio, el ayuntamiento se quitaba la penosa tarea de negar o dar por buena, la “renta” del local y delegaba la decisión, o le “echaba la bolita” al patronato que, por cierto, nunca tuvo problemas al respecto. El teatro “Juan Francisco Ealy Ortiz” se mantenía limpio, se cambiaron algunas puertas dañadas y compraba elementos de limpieza o artículos para los baños. 

Todo, con el dinero que salió del cobro de la cuota, que hoy no se hace. Me dio lástima ver las goteras, ya algunas butacas dañadas y otros detalles que el patronato solucionaba de inmediato. Pero creo que, en Acaponeta, como en todo el país gobernado por Morena, las cosas deben ser gratis para el pueblo, “porque no somos iguales”. Demagogia pura y dañina. Gracias por seguirme y recuerden amigos que solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos. ¡Salud!


lunes, 6 de octubre de 2025

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA



Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE:  Cumplió ya, Claudia Sheinbaum Pardo, un año al frente de la presidencia de la república y, bien vale la pena, hacer un breve balance de su paso por la más alta silla de mando en la nación: justo la del águila, a la que ni de chiste quiso posar su trasero Emiliano Zapata. 

Primero, me queda la duda —que ella, “la prasadanta con A”, ha generado— si Claudia es la verdadera y única gobernante de México. A un año de que Andrés Manuel López Obrador, se fuera a “La Chingada” —no soy prosaico, así bautizó el diosito de yeso a su rancho— su nombre sigue figurando en primer plano —muchas veces nombrado por la Sheinbaum en sus discursos y mensajes mañaneros—. 

Pareciera que el tlatoani de Palenque, emula a Don Plutarco Elías Calles, quien en verdad movió los hilos tras el poder que en algunos momentos ejercieron Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez, hasta que llegó “Tata” Lázaro y prácticamente en tres patadas lo sacó del país y acabó, de golpe y porrazo con el “maximato”. 


Hoy Claudia Sheinbaum, parece ser uno de aquellos tres mandatarios, que obedece ciega y lealmente lo que decide el “macuspano”. Sin embargo, los que queremos a México y que votamos por una nación maravillosa como lo prometía falsamente AMLO: libre de corrupción, con una economía sana y boyante; segura y con servicios médicos, educativos y culturales de primer mundo; una posición envidiable en el concierto mundial de las naciones y un futuro lleno de luz, solo vemos en la actualidad, a un México al borde del barranco, corrupto hasta las cachas, una economía inflada y tambaleante que no crece; y servicios pésimos a los que si les rascamos tantito brota una hedionda y pustulenta secreción. 

Vemos, esos mexicanos hartos de las mentiras y datos maquillados por la autoridad, que hay leves, pero seguros indicios de intentos de cambio e independencia de la primera mujer en la presidencia. 

De alguna manera, insuficiente, por cierto, pero ha bajado significativamente el número de muertes dolosas. Su “patrón” con la absurda premisa de “los abrazos”, dejó la cifra en 90 asesinatos diarios, hoy anda como el 60, lo cual no es poco. Si bien, Claudia miente mucho, no tiene comparación con Andrés, y en otros rubros ha mejorado también a ojos vista, como en salud, abasto de medicamentos, aún lejos del ideal, y una lucha frontal contra el crimen organizado. Todo ese lío con el irracional e inefable Adán Augusto López, lleva jiribilla, chanfle y rampabolla, lanzada, a mi juicio por la Sheinbaum, cansada ya de tanta bronca y desfiguros del otro tabasqueño, lo que de alguna forma la distanciará un poco o un mucho del tercer emperador de México. 

Andy, en el último mes, ya ni se menciona y hasta a Ricardo Monreal, lo trae en jaque. Ojalá Sheinbaum, comience a gobernar como Sheinbaum y no como Claudia Sheinbaum de López Obrador, ella que le quitó el Domínguez a Doña Josefa.

 


 DE DULCE: En el año 2021, meses después de la Olimpiadas de Japón 2020, el presidente del comité organizador nipón, el Sr. Yoshiro Mori, expresó en alguna de las sesiones del mencionado comité: "Oí a alguien decir que si aumentamos el número de mujeres en la junta tenemos que regular el turno de palabra de algún modo o, si no, no terminaremos nunca", es decir, veladamente dijo que, en las reuniones de este cuerpo colegiado, las mujeres hablaban mucho. 

En esta época donde todo es de cristal, a este pobre caballero, se le vino el mundo encima, ya que lo tildaron de sexista, misógino y cosas peores. Por ese solo hecho —que, a la vista de muchos, su servidor entre ellos— es una simple babosada, Don Yoshiro, que fue colocado en ese puesto por el mismísimo primer ministro japonés, presentó su renuncia al cargo sin dudarlo, y pidió disculpas a las damas del comité. Por supuesto, a mí me habla de que este educado señor, tiene una honradez, señorío y refinamiento a toda prueba, lo que explica, porqué lo colocaron en esa honorable posición; amén de la educación japonesa que es reconocida en todo el mundo. 


Acá, en Mexicalpán de las Tunas, un funcionario público, de primerísimo nivel, actualmente senador de la república y líder de su bancada en la llamada cámara alta —hoy por supuesto, una cámara que se ubica en el sótano—; ex gobernador de una importante entidad del país —¿cuál estado no es importante?—, ex secretario de gobernación —ni más ni menos— y precandidato a la presidencia de México —por si algo faltaba—, y que responde al mal nombre de Adán Augusto López Hernández. 

Él, en estos momentos está acusado de colocar como secretario de seguridad pública durante su gobierno en Tabasco, al líder del grupo criminal “La Barredora”, narco hoy tras las rejas. Este mismo personaje Don Adán, se ve muy envuelto y hundido hasta el pescuezo en el tema del “huachicol fiscal”. Por si fuera poco, también se dice de este “simpático ciudadano”, recibió 79 millones de pesos de empresas privadas —muchas de ellas fantasmas o irregulares beneficiadas durante su gobierno— y que no declaró impuestos y, para acabarla de amolar, se dice que metió a su hijo a hacer su servicio social, pero el nene cobró en ese período 800 mil pesos. 

Cuatro fechorías monumentales y, es claro, que las niega abiertamente y anda,  de “culopronto” organizando conferencias de prensa y entrevistas con machuchones para negar, categóricamente, haber hecho lo que se le acusa, o sea, se pone el huarache antes de espinarse. Dice el draculesco personaje, que es un ángel de dios, blanco como la paloma del espíritu santo, y, lo mejor —para él— “hermano” del ídolo de barro mexica, acomodado en Palenque. 

Lo cierto, es que, en estos momentos este oscuro sujeto de la deplorable grilla nacional, no tiene ni una sola carpeta de investigación abierta en la fiscalía; la “prasadanta con A”, en ratos parece que lo defiende a capa y espada, y Adancito sabe que, aunque se comió la manzana, no será expulsado del paraíso, pues el Jehová de cartón escondido en Palenque, lo protege con su manto sagrado. 

De hecho, sus compañeros senadores de Morena, se apresuraron a mostrar su respaldo y lo volvieron a elegir como su coordinador de bancada, supongo que al grito infame de “¡No estás solo!”. Si el honrado señor Yoshiro Mori, hubiera cometido la barbaridad de tan solo una de las cosas por las que López Hernández, debió renunciar a su cargo, o al menos pedir licencia mientras todo se aclara, se hubiera hecho el harakiri sin duda alguna. Aquí Adán, está como su segundo nombre, Augusto y disfrutando el botín.

 


DE MANTECA: Siempre que hablo o escribo sobre temas de historia, en muchas ocasiones, le he dado la recomendación al que me lee o me escucha, que no debe verse con ojos del siglo XXI o del año 2025, lo que sucedió en el pasado; concretamente al inicio del siglo XIX o 1810, cuando dio inicio esa gesta hoy histórica. Digo eso porque la noche del 15 de septiembre, durante la ceremonia del grito de independencia desde palacio nacional, “la prasadanta con A”, Claudia Sheinbaum Pardo, dio un giro inesperado a la arenga que de modo tradicional se grita desde el balcón principal del antiguo palacio virreinal.

No me queda duda, que sacó un demagógico mensaje feminista, para reconciliarse un poco del mal trato que les dio el diosito de yeso de Palenque. Comenzó la mandataria, con borrarle de golpe y porrazo el apellido Domínguez a Doña Josefa Ortiz, con el pretexto, según expresó: “…las mujeres no somos de nadie. Había esta idea de que pasabas de ser hija de… a esposa de…Yo amo a mi marido, pero no soy de él, yo soy yo y él es él”. Repito, demagogia pura, feminismo trasnochado y mal entendido. 

Ya sabemos que Doña Josefa Ortiz, no era propiedad del corregidor Don Miguel Domínguez; tan no era, que al verse descubierta la conjura y todos peligrar, Don Miguel encerró —para protegerla— en un cuarto a Josefa, pero ella, se las ingenió y con un zapato hizo el suficiente ruido —de alguna manera desobedeciendo a su marido, que en aquellos tiempos de principios del siglo XIX, era algo inusitado— para alertar a alguien y darle la instrucción de que se habían descubierto los planes y era urgente ir a avisar al cura Miguel Hidalgo, hasta Dolores, cosa que sucedió y se vino todo lo que ya sabemos. 

El hecho, de que Doña Josefa, y todas las demás mujeres, se pusieran el “de”, en este caso “de Domínguez”, era una costumbre muy arraigada, que nada tenía que ver con la desigualdad de la mujer —que por supuesto existía, pero insisto, no veamos estos hechos con los ojos prejuiciosos del siglo XXI—; tan arraigada, que muchas mujeres aún la usan. Mi querida e inolvidable abuela materna Doña Enedina, se firmaba así: Enedina Robles viuda de Sánchez Hidalgo; y mi amada madre se identificaba con el nombre de Norma Sánchez Hidalgo de Morales, y nunca se sintió menos que nadie o que fuera propiedad de mi señor padre, quien —en el colmo dirá alguna feminista de esta generación de cristal— le decía, con inmenso cariño “gorda” y ella a él, “viejo”. Y no pasaba nada. 


Hoy a veces llegamos a extremos ridículos como aquellas feministas que pretenden prohibir las películas de Blanca Nieves, porque el príncipe, tuvo la osadía de besar a la bella mujercita, ósculo, por supuesto sin su consentimiento. ¡Vaya pues! Cuánta farsa. Gracias por seguirme y recuerden amigos que solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos. ¡Salud!