domingo, 23 de septiembre de 2018

LA FOTO DE UN EX VIRREY




Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Recientemente en su red social de Facebook, el ex Gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval Castañeda publicó una foto que lo pinta de cuerpo entero y no me refiero a la propia imagen de su persona, sino a lo que no se ve.


            Anexo a este escrito viene la foto de marras, un Roberto Sandoval satisfecho, descansado, contento, aparece como si tal cosa al lado de un perro fino, de raza, quizá con pedigrí –faltaba más, faltaba menos--, digno de un exgobernador, de un Virrey que no ha caído en desgracia –a menos que algunos obtusos piensen que 12 años de inhabilitación para un cargo público, sea para el ex tablajero una desgracia-- y ni siquiera siente que algo malo le pueda pasar. Nosotros, los tristes mortales, los sufridos contribuyentes tenemos claro que es este un caso más de supina impunidad.

            Roberto Sandoval Castañeda, dicen algunos que ayer era un gris y mediocre tablajero, cosa en la que difiero y no me refiero a la labor que él hacía, misma que desconozco, pero mediocre lo dudo, ya que desde esas instancias se encumbró hasta llegar a ser el Virrey de Nayarit, y eso tiene un valor. Hoy, “haiga sido como haiga sido”, Sandoval es un potentado que se da el lujo de aparecer en fotos como la que vamos a analizar, misma que no le apena, ni avergüenza exhibir para que “todo México se entere”, sin rubores ni empachos que vive como se merece, tal como la mujer de Javiercito Duarte, la casi buchona Karime Macías. Sin preocupaciones ni desasosiegos.

            Haciendo un breve paréntesis, valdría la pena recordar la historia. Luis XIV daba lecciones a su querido nieto Felipe V para cuando accediera al gobierno de España. La instrucción principal decía, que los reyes eran señores absolutos, nadie sobre ellos y solo sus chicharrones tronaban. Así, el primer Borbón español, ya en el trono allá a principios del siglo XVIII aplicaría al pie de la letra los principios del abuelo, oponiéndose a las reuniones de las Cortes, limitando las funciones de los consejos e introduciendo en sus disposiciones legales frases de marcado cuño de los césares romanos, como la de “así es mi voluntad”.

            Así son y han sido desde siempre los gobernadores de los estados de la República, que hacen de sus feudos, simple y sencillamente lo que les da la gana y los nombres de estos sátrapas ya resulta ocioso enlistarlos, baste decir que tan solo en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto –que no se salva de la quema de la corrupción—22 gobernadores, todos ellos priistas, han sido acusados de desvíos millonarios por la módica cantidad de 258 mil millones de pesos, nada más, sin contar las ratas de otros partidos políticos donde en sus tierritas también hace aire.

            El nuestro, Sandoval Castañeda, no ha querido quedar fuera del “medallero” y es acusado de presunto enriquecimiento ilícito, desvío de recursos –que es el deporte favorito de los Virreyes—y uso indebido de funciones. Entre todo eso se incluyen su orgullo: el rancho “El Ensueño”, que sin empacho presumió un soleado día a los periodistas nayaritas y donde tenía una preciosa silla para sus cabalgatas matutinas, cubierta de oro y con sus iniciales incrustadas en diamante, así como si fuera el mismísimo Sha de Irán Reza Pahlevi. Digno de un nuevo rico. También se le decomisó otro “humilde bohío” llamado “La Cantera” de tan solo 29 mil 552 metros cuadrados, nomás para sembrar una “hortaliza de zanahorias y tomates”. Súmenle el edificio de aquella Fundación Ríe con un valor de 100 millones de pesos, donde tenía su hermoso caballo disecado Dandy, el favorito, solo un paso debajo de “Incitatu” el caballo de Calígula, emperador romano que tuvo el tino de nombrarlo cónsul de Roma. Sigue la cuenta: otra casa incautada en Guadalajara de 3 millones de pesos; se habla de otros ranchos en El Tizape y Villa Hidalgo, así como compra-ventas irregulares de ganado que no lo dejan bien parado ante la Sra. Ética. Más lo que se acumule esta semana como en los pronósticos deportivos.

            Sin contar que se acusa al exgobernador nayarita de fuertes vínculos con el crimen organizado donde la figura principal fue su fiscal de hierro Edgar Veytia, hoy en chirona, entre otros muchos abusos de poder.

            En la foto, Sandoval muestra una franca sonrisa que no sabe uno si es de satisfacción o de burla, porque entre las gracias del gobernador de la gente está la de la previsión y así logró obtener una suspensión definitiva contra una orden de aprehensión en su contra por peculado y enriquecimiento ilícito, por lo que, este virrey del siglo XXI, no puede ser consignado ante las autoridades, según lo mandató el Juez Quinto de Distrito de Amparo en Materia Penal con sede en Guadalajara, Jalisco. Se dice que esta suspensión no impide que las autoridades dizque “responsables” concluyan la debida integración de carpetas de investigación, se puede continuar con ellas y desahogar las debidas diligencias que vayan apareciendo, pero –siempre hay un maldito pero—si esas averiguaciones son como las que absolvieron a Elba Esther Gordillo de todo mal, cuya fortuna y grandes riquezas, quizá se deban a un regalo del Dioses del Olimpo o la herencia de su bendita mamacita, entonces estamos jodidos los que esperamos algún tipo de justicia.

            Es evidente, la foto lo demuestra, que al llamado Sazazá, todo le vale madres y seguramente está destripado de la risa al enterarse que ha sido inhabilitado por doce “larguísimos” años para volver al servicio público. Pecata Minuta, cuando ahora tiene recursos de muy dudosa procedencia por cierto, como para mantener a tres generaciones de sandovales con caballos finos, ranchos y viajes a Ibiza incluidos. Por eso se le ve satisfecho, despreocupado, indiferente y hasta flemático acariciando al can de raza “finolis”.

            Dijo el gaznápiro náyare, en su reciente aparición frente a la prensa que ya no desea regresar a la política ni ostentar ningún tipo de cargo, que por ahora sólo se dedica al campo y al ganado...y sí, para que quiere otra vez sufrir con otro “gobierno de la gente”, donde esos malditos ciudadanos todo critican, todo lo ven mal, hasta les molesta que un Virrey robe poquito como su compadre Layín, otro impune del sistema judicial meshica. 

            Será que en la foto Sandoval el excelentísimo Virrey se nota ufano y complacido, porque piensa que goza de la protección del mismísimo Señor Dios y de la Santísima Virgencita de Guadalupe, los cuales no se le caen de la boca, porque el Santo Varón tepicense no pierde oportunidad de agradecer a Diosito y a la Morenita del Tepeyac, por hacerlo tan feliz, tan afortunado, tan rico y misericordioso, tan amante de los caballos y los perros, como ese de la foto que también goza de la fortuna de un amo pudiente y contento.

            Cuando venía a Acaponeta o a cualquier lugar de la geografía nayarita, Sandoval señalaba al cielo y agradecía a Dios haberlo llevado a ese sitio, no fallaba la mención de las divinidades antes de iniciar sus discursos. No falla en su perfil de Facebook, sobre el mismo tema y a cada rato algo como lo que colocó en la foto del perro –el perro no él, sino el canido a sus pies--: “Buen domingo esperando la hora para escuchar misa y deseo Bendiciones sinceras para todos porque estoy seguro que lo que deseas para el prójimo Dios te lo multiplica y lo manifiesta según su voluntad y su tiempo”. Esa, señores criticones que todo lo ven mal, es la verdadera fe. Si hoy tiene riquezas enormes, propiedades fantásticas y goza de cabal salud en el bolsillo, se lo debe al Señor Jehová. No hay que ser mal pensado. Son tantas sus visitas a la Basílica de Guadalupe, que ya a la entrada le regalan un calendario por ser cliente asiduo, y si se confiesa, se salta siempre el octavo mandamiento que dice: “no robarás ni desearás los bienes ajenos”, por aquello de las retecochinas dudas.

            Vive tan reposado y su cotidianidad es tan plácida, sin nubarrones que le produzcan algún desorden intestinal, que Robertito se da el lujo de retar a madrazos a otro pájaro de cuenta, sátrapa de su misma calaña llamado Enrique Ochoa Reza. Admirador y émulo de su querido…(amigo) El Canelo, piensa que agarrandose a trompadas con el ex líder priista, volverá a caer en la gracia de los nayaritas, gallardos y altivos. Así de jactancioso el sombrerudo.

            De nada valen las amenazas de la comisión de la verdad, ni las pullas de los conciudadanos, ni la ética moral de la iglesia, ni los bienes que evidentemente no salieron de una nube divina, ni siquiera su propia conciencia que pudiera hacer mella en su perfil psicológico, ahí más que sentado, echado junto a su perrazo, se le nota imperturbable e impertérrito, no se le notan ratos de ansiedad, ni trastornos de pánico, o perturbaciones obsesivo-compulsivas, el cara de cacahuate garapiñado no tiene estrés post-traumático ni fobia alguna. En ese su espacio favorito, con el perro hermoso a su vera, no da señales de depresión, trastorno bipolar o cambios devastadores de su estado de ánimo. Quisiéramos verlo psicótico o esquizofrénico, pero ni la paranoia le persigue, sabe el ex Virrey que nada le va a pasar como nada le sucedió a otros Virreyes nayaritas que hoy gozan de cabal salud y disfrutan del producto de “su trabajo”.

            Si acaso el ex Virrey se atora a los madrazos con Ochoa, voy doble a sencillo a favor del ex tablajero… ¿quién se anima?

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