Acaponeta, Nayarit a 15 de agosto de 2019
POLÍTICA PRESA
SANTA MARTA ACATITLA
CIUDAD DE MÉXICO
PRESENTE
Sra. Robles, le iba a decir "estimada", pero en verdad no siento por usted ninguna estima y sí, en cambio, un absoluto desprecio, ese que nace en el mexicano que ha sido engañado y traicionado, como ha sucedido a lo largo de la historia patria; porque eso ha hecho usted señora, traicionar a la patria y eso antes se pagaba frente a un pelotón de fusilamiento; así que debe agradecer estar solo tras las rejas.
Hasta donde vamos, a casi una semana de su encierro, sabemos que hoy usted y sus cómplices --porque queda claro que no actuó sola-- le birlaron a la nación la módica cantidad de 5 mil 800 millones de pesos --centavos más centavos menos--, los cuales --obviamente-- niega usted poseer o tener algo que ver en esa que llaman "la estafa maestra". Falta lo que se acumule este semana como en los pronósticos deportivos. Esa cifra, difícilmente me cabe en las neuronas, y menos entender lo gigantesco de su ambición y su descabellada desfachatez, la cual es tal que ahora, sin rubor ni empacho se llama usted perseguida o presa política, siendo que, lo que sí es, sin lugar a dudas, una política presa. Pero eso, Señora Robles, al fin y al cabo vale madres, lo que importa aquí es el robo desmesurado que ustedes cometieron. Y conste dije robo, no "desvío de dinero", "peculado", "malversación de fondos públicos" y otros eufemismos que quieren ocultar lo que simple y llanamente es: un vulgar robo, "fífí" o de cuello blanco, pero robo.
Y el que roba es un ratero. Es usted, Sra. Rosario, una ratera exactamente igual que esos cacos que asaltan a los pobres trabajadores que tienen la desgracia de usar un transporte público. Esos tipos, nacos y malditos que todos odiamos, están a su nivel, rateros y nada más. Es más, esos amantes de lo ajeno hasta se esfuerzan más que usted, porque arriesgan el cuero, usted robó osentada en su pomposo escritorio y con el celular de lujo en la mano. De hecho usted compartirá celdas en Santa Martha Acatitla con gente igual de famosa como su persona y que dijéramos son de su misma calaña: Juana Barraza "La Mataviejitas"; Sara Ávila "la reina del sur" (aunque creo que esta ya salió); la dueña y directora del Colegio Rebsamen, que por su culpa murieron decenas de niños por su acción de corrupción, palabra que ahora debe resonar con fuerza en sus oídos Rosario; recordar que por ahí pasó otra política que se dijo perseguida del sistema pero igual de corrupta --como usted comprenderá--, la inclita dizque maestra Elba Esther Gordillo Morales...¡la crema y nata de la zoociedad, pues!
Representa su persona exactamente lo que más aborrecemos los ciudadanos: al político corrupto, chapucero, ambicioso, ególatra, marrullero, mentiroso, falso, que solo lleva agua para su molino y deja las migajas a la sociedad. Fíjese qué paradoja, era usted la funcionaria que tenía que ver por los pobres y las clases más vulnerables de la población, su secretaría era de Desarrollo Social, y optó, sin ningún escrúpulo, llevarse la lana de los mexicanos, no logró en su chamba desarrollar a la sociedad como era su misión, mejor se la jodió, así de plano.
A pesar de ello, a ocho meses del cambio de gobierno, hemos comenzado a ver los primeros resultados en la lucha contra la impunidad, contra la corrupción que la nutre y que nos jode a todos, en todo momento, y en todos nuestros derechos fundamentales como mexicanos: el derecho a la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo de cada individuo de esta rica y maravillosa nación que ustedes, lacras, no se han podido acabar.
Por eso votamos por un cambio al menos 30 millones de mexicanos, pero no nos engañamos, sabemos que todo puede volver a ser igual, solo que de color moreno, porque la clase política es muy dada a la traición, a la puñalada trapera y mucho hablar mientras por debajo de la mesa viene la patada a la espinilla. Fue el momento Rosario, del ¡Ya basta! de tanta corrupción y ratería de una manera vergonzosa y descarada, propiciada por ese bastardo de Peña Nieto, personaje ruin y sinvergüenza, quien supo alentar a sus colaboradores para la depredación del erario nacional de manera descarada; prueba de ello es el otro roedor de nombre Emilio Lozoya Austin, ahora prófugo de la justicia, que el igual que Javi Duarte, usted y demás alimañas pronto caerá.
Es una lástima Rosario Robles en lo que se convirtió usted. No cabe duda que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. La recuerdo en los inicios del PRD, como una luchadora social, una feminista de altura y llena de razones. Trabajadora, pertinaz, porfiada y coherente entre lo que decía y hacía. Yo recuerdo haber visto su llegada a Acaponeta donde radico y fue un recibimiento con cariño y con el gusto de la ciudadanía. Pero todavía no la subían al carro de la ignominia; aún no formaba parte de la banda de cuarenta ladrones de Alí Baba Peña, todavía no se vendía.
No soy de los que le desean el mal al prójimo, pero a usted, a Lozoya, a Peña Nieto, a Videragay, a Osorio Chong, a Roberto Sandoval y a todos esos virreyes-gobernadores predadores y malditos, junto con todos lo que han hecho daño perenne a México, les deseo años y años de cárcel, pero luego la realidad me trae a la cordura y sé, por la experiencia que ustedes los malandros copetudos y adinerados --con lana del pueblo-- se contratan a los más picudos abogados, algunos de ellos igual de nefastos, cola largas y comienzan a buscar pequeños resquicios legaloides, como una pinche coma mal colocada, un arresto ilegal, que no le leyeron sus derechos, que el juez que la detuvo llevaba los calcetines al revés y un sinfín de pendejadas, de hecho ya salió su "esperado legalismo", el juez es pariente de la Padierna, otra lacra de la política nacional hoy encumbrada, como usted lo estuvo y pudo así birlarse tanta lana junto con su marido el roedor René Bejarano, otra cucaracha despreciable de la nefasta grilla mexicana.
Pienso --y tal vez me equivoque-- que al menos el mayor castigo para ustedes --los cacagrandes, los mero nalgas-- es le vergüenza de ser exhibidos frente a sus hijos, que vean la clase de padres que se cargan...pero ni eso me conforta, ahí tiene a los hijos de la rata mayor Carlos Romero Dechamps, cuyos vástagos viven en la opulencia y con toda la desfachatez del mundo.
Me despido Señora Robles, deseándole lo peor y si hay peor, pues qué mejor...que no duerma pensando en el daño gigantesco que le hizo a la nación, esa que con mentiras dijo amar en múltiples ocasiones. Deseo con todo mi ser que sus pomposos abogados hagan el más rotundo de los ridículos y que en Santa Martha, las reclusas la hagan ver su suerte y le cobren cada peso que le rateó a esta pobre patria que no ve la hora de librarse definitivamente de ustedes.
Y el que roba es un ratero. Es usted, Sra. Rosario, una ratera exactamente igual que esos cacos que asaltan a los pobres trabajadores que tienen la desgracia de usar un transporte público. Esos tipos, nacos y malditos que todos odiamos, están a su nivel, rateros y nada más. Es más, esos amantes de lo ajeno hasta se esfuerzan más que usted, porque arriesgan el cuero, usted robó osentada en su pomposo escritorio y con el celular de lujo en la mano. De hecho usted compartirá celdas en Santa Martha Acatitla con gente igual de famosa como su persona y que dijéramos son de su misma calaña: Juana Barraza "La Mataviejitas"; Sara Ávila "la reina del sur" (aunque creo que esta ya salió); la dueña y directora del Colegio Rebsamen, que por su culpa murieron decenas de niños por su acción de corrupción, palabra que ahora debe resonar con fuerza en sus oídos Rosario; recordar que por ahí pasó otra política que se dijo perseguida del sistema pero igual de corrupta --como usted comprenderá--, la inclita dizque maestra Elba Esther Gordillo Morales...¡la crema y nata de la zoociedad, pues!
Representa su persona exactamente lo que más aborrecemos los ciudadanos: al político corrupto, chapucero, ambicioso, ególatra, marrullero, mentiroso, falso, que solo lleva agua para su molino y deja las migajas a la sociedad. Fíjese qué paradoja, era usted la funcionaria que tenía que ver por los pobres y las clases más vulnerables de la población, su secretaría era de Desarrollo Social, y optó, sin ningún escrúpulo, llevarse la lana de los mexicanos, no logró en su chamba desarrollar a la sociedad como era su misión, mejor se la jodió, así de plano.
A pesar de ello, a ocho meses del cambio de gobierno, hemos comenzado a ver los primeros resultados en la lucha contra la impunidad, contra la corrupción que la nutre y que nos jode a todos, en todo momento, y en todos nuestros derechos fundamentales como mexicanos: el derecho a la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo de cada individuo de esta rica y maravillosa nación que ustedes, lacras, no se han podido acabar.
Por eso votamos por un cambio al menos 30 millones de mexicanos, pero no nos engañamos, sabemos que todo puede volver a ser igual, solo que de color moreno, porque la clase política es muy dada a la traición, a la puñalada trapera y mucho hablar mientras por debajo de la mesa viene la patada a la espinilla. Fue el momento Rosario, del ¡Ya basta! de tanta corrupción y ratería de una manera vergonzosa y descarada, propiciada por ese bastardo de Peña Nieto, personaje ruin y sinvergüenza, quien supo alentar a sus colaboradores para la depredación del erario nacional de manera descarada; prueba de ello es el otro roedor de nombre Emilio Lozoya Austin, ahora prófugo de la justicia, que el igual que Javi Duarte, usted y demás alimañas pronto caerá.
Es una lástima Rosario Robles en lo que se convirtió usted. No cabe duda que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. La recuerdo en los inicios del PRD, como una luchadora social, una feminista de altura y llena de razones. Trabajadora, pertinaz, porfiada y coherente entre lo que decía y hacía. Yo recuerdo haber visto su llegada a Acaponeta donde radico y fue un recibimiento con cariño y con el gusto de la ciudadanía. Pero todavía no la subían al carro de la ignominia; aún no formaba parte de la banda de cuarenta ladrones de Alí Baba Peña, todavía no se vendía.
No soy de los que le desean el mal al prójimo, pero a usted, a Lozoya, a Peña Nieto, a Videragay, a Osorio Chong, a Roberto Sandoval y a todos esos virreyes-gobernadores predadores y malditos, junto con todos lo que han hecho daño perenne a México, les deseo años y años de cárcel, pero luego la realidad me trae a la cordura y sé, por la experiencia que ustedes los malandros copetudos y adinerados --con lana del pueblo-- se contratan a los más picudos abogados, algunos de ellos igual de nefastos, cola largas y comienzan a buscar pequeños resquicios legaloides, como una pinche coma mal colocada, un arresto ilegal, que no le leyeron sus derechos, que el juez que la detuvo llevaba los calcetines al revés y un sinfín de pendejadas, de hecho ya salió su "esperado legalismo", el juez es pariente de la Padierna, otra lacra de la política nacional hoy encumbrada, como usted lo estuvo y pudo así birlarse tanta lana junto con su marido el roedor René Bejarano, otra cucaracha despreciable de la nefasta grilla mexicana.
Pienso --y tal vez me equivoque-- que al menos el mayor castigo para ustedes --los cacagrandes, los mero nalgas-- es le vergüenza de ser exhibidos frente a sus hijos, que vean la clase de padres que se cargan...pero ni eso me conforta, ahí tiene a los hijos de la rata mayor Carlos Romero Dechamps, cuyos vástagos viven en la opulencia y con toda la desfachatez del mundo.
Me despido Señora Robles, deseándole lo peor y si hay peor, pues qué mejor...que no duerma pensando en el daño gigantesco que le hizo a la nación, esa que con mentiras dijo amar en múltiples ocasiones. Deseo con todo mi ser que sus pomposos abogados hagan el más rotundo de los ridículos y que en Santa Martha, las reclusas la hagan ver su suerte y le cobren cada peso que le rateó a esta pobre patria que no ve la hora de librarse definitivamente de ustedes.
Sin nada de respeto
JOSÉ RICARDO MORALES Y SÁNCHEZ HIDALGO
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