lunes, 7 de febrero de 2022

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 


Por; José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: 

    Yo estoy plenamente convencido de que en efecto hay una campaña mediática para dejar al presidente López Obrador como palo de gallinero, mismo que lo tiene así de sucio por los muchos yerros que él solito comete -esto deben de reconocerlo propios y extraños-. La idea es desprestigiarlo y dejarlo en mal ante una sociedad que, curiosamente, lo tiene en casi en el 70% de aceptación.

 Carlos Loret de Mola, ya muy desacreditado por los trapitos sucios que le han sacado y lo montajes que organizó y luego le descubrieron; encabeza la lista, llevándose a un Brozo belicoso y valentón entre las patas, elevando el rating de un canal llamado "Latinus", que ahora sabemos tiene fuerte intereses de familiares de aquel tramposo de los maratones y de la grilla nacional que fue Roberto Madrazo. Eso me queda claro.


Historiador Pedro Salmerón
Historiador Pedro Salmerón

Sin embargo, AMLO arroja todos los días --todas las mañanas para ser más exacto-- kilos y kilos de leña que alimentan la fogata de Loret, Brozo y otros, que sin duda están hiper encarbonatados por la lana --nada despreciable por cierto-- que dejaron de ganar vía, dicen las malas lenguas, el renombrado "chayote". 

    Pero, ni modo que nadie diga nada por la férrea, cuando todos vemos la necia defensa presidencial de un tipo como el historiador Pedro Salmerón, acusado de acoso por algunas mujeres, que si bien, nunca lo denunciaron ante un agente de ministerio público, sí tuvo que renunciar al ITAM, por la fuerte presión que se generó y porque él tampoco demostró lo contrario, simplemente hizo de tripas corazón y se fue con su acusaciones, apareciendo en la mente de todos aquello de "el calla otorga". 

    Además, nuestro mandatario, el "cabecita de puro apagado" tiene el feo antecedente de defender, a capa y espada, a un burro en eterna primavera como es Félix "el violín" Salgado Macedonio, quien sí tiene denuncias y se ha salvado de ver la vida tras los barrotes, es porque tiene amplias y poderosas influencias y un amigocho "a todo dar" como es Andrés Manuel.

    A los pocos días, el gobierno panameño, a través de su canciller, rechazó la propuesta mexicana, lo que fue un buscapiés de esos muy tronados en las fiestas decembrinas, en salva sea la parte de AMLO, quien, una vez más --de manera irreflexiva y hasta tonta-- acusó de inquisidores a los panameños, cambiando a Salmerón por...¡Vive Dios!, la mariguanita Jesusa Rodríguez, quien de diplomacia sabe lo que yo de la vida sexual de las paranoplocéfalas perfoliatas.

    En realidad a mí poco me importa la vida de Salmerón, si es culpable, que se le castigue. También me vale maracas, si a la Jesusa la gusta fumarse duro y macizo la cola de satanás y si se verá favorecida por cambiar "la dorada de Acapulco" por "la roja de Panamá". No, esas son nimiedades, lo que su servidor alega es que la manera como AMLO está otorgando puestos aquí y allá, son al más puro estilo de los neoliberales que tanto ataca o del viejo priismo: puestazos a los amigos, a los camaradas o a los que nos "favorecieron" en campañas pasadas. Es curioso observar como Andrés Manuel ofreció embajadas a la ex gobernadora de Sonora, al ex de Sinaloa y hasta al de Campeche, donde --sospechosamente-- ganaron los candidatos de Morena, siendo esos funcionarios de partidos ajenos al de la mal llamada 4T y, por supuesto, al más viejo estilo, pagar los favores de los amigos.

    No conozco a esa señora Jesusa, más que por decires a favor de la mota y ser incondicional del señor López Obrador; pero si estoy seguro que ella no tiene ni el perfil, ni la carrera que se debe tener para representar al país en otra nación. Vuelve AMLO a los tiempos del ayer, donde valía madre la preparación, los estudios y la experiencia, lo que vale es ser amigo o compadre del mero nalga. No me cabe duda, le ha quedado chica la cuarta transformación a su creador.


DE DULCE:

    Creo que ha sido muy buena intención del ayuntamiento de Acaponeta que preside el buen amigo Manuel Salcedo Osuna de implementar una ruta nocturna en la recolección de basura. Ahora, los camiones que recogen los desperdicios pasan por la noches también, levantando cientos de bolsas que antes, de manera totalmente inconsciente e ilegal, los sucios ciudadanos que nunca faltan, arrojaban en las esquinas a sabiendas de que el recolector no pasaría sino hasta la mañana siguiente.


    También sé, que el mayor de los males en este país, es la impunidad. A nadie se castiga y por eso vemos esos tremendos casos de corrupción desvergonzada, una inseguridad desatada, el crecimiento enorme del crimen organizado, así, de esos niveles vamos hasta los que arrojan sus desperdicios por las noches o en horas en los que ya pasó el camión.

    Resultado: ahora pasa el camión por las noches, y la trinche gente asquerosa e incivilizada, continúa sacando la basura, horas o minutos después de que circuló el antiguamente llamado "carretón de la basura", con el mal que eso acarrea: perros, gatos, ratas y cucarachas dejan terribles imágenes en las esquinas; la imagen de la ciudad es detestable y un cochinero espantoso. 

¡No, señores del ayuntamiento! Lo único que están haciendo es acuachar canijos y huevones que no sacan la basura en las mañanas por seguir durmiendo la mona; que ni agradecieron el cambio de horario, y además, ahora pagan más por el consumo extra de combustible para los camiones nocturnos, horas extras en salarios para los trabajadores o, no lo sé, puestos nuevos para esa labor, pero la imagen urbana no mejoró un ápice. La solución es comenzar a multar a los cochinos vecinos de siempre y con que sancionen a dos o tres, les aseguro que se acabó el problema. Ahí está el ejemplo con los motociclistas, igual, muchos de ellos, de irresponsables. Comenzaron a imponer multas y ahora ya casi todos traen casco.

DE MANTECA: 

 Para los que sentimos amor por la lectura, trátese de la que se trate, sentimos una necesidad de tomar el libro y arrebatarle diariamente su contenido a veces a traguitos cortos y a veces de un solo jalón. Sin el afán de parecer petulante, los lectores consuetudinarios en ocasiones, por falta de tiempo, por atender otras necesidades, nos vemos privados de nuestro “pasatiempo” favorito, y lo pongo así entre comillas porque es mucho más que un simple hobby (palabra mamona, si usted me permite el prosaico vocablo).

Pero valorando las cosas, nos damos cuenta que tenemos tiempo para ver el fútbol o las ridículas películas de Rambo, y despreciamos lo más por lo menos. Recuerdo, hace años, una campaña que la biblioteca municipal emprendió, para darle difusión al año mundial de la lectura, lo cual me pareció muy loable. Así que me fui con mis hijos, estaban de a tiro chiquillos, a sacar la credencial para ser usuario de la biblioteca y poder hacer uso a domicilio y hasta por quince días de algunos libros; y de paso fomentar la lectura en mis pipiolos, tan bombardeados por la violencia de “inocentes” caricaturas, lo absurdo y promiscuo de las teleculebras televiscas, el comercialismo exacerbado y el continuo avance de la narcocultura que ya pintaba para más en aquellos días.

Su servidor, y lo menciono de pasada, escogió un magnífico libro, fundamental para el acervo cultural del mexicano y un clásico de la literatura nacional, me refiero a “Al filo del agua” del jalisciense Agustín Yáñez, muy conocido en estas tierras náyaras. Se los recomiendo.



Por otro lado es necesario aclarar que el día de hoy ignoro si existen  programas educacionales en relación a este tema, pero sí alcanzo a observar, que muchos maestros no leen otra cosa que las revistas rosas, los TV Notas o los “comics”  tan socorridos por la cultura popular mexicana, pero tan pobres en contenidos.


En los tiempos en que su servidor era estudiante; al inicio en la primaria, el fomento la lectura según recuerdo era más bien escaso, por no decir nulo: “Corazón diario de un niño” de Amicis o “Platero y yo” de Juan Ramón Jiménez, son dos de los títulos que apenas recuerdo que nos hayan obligado a leer. Después de eso era ingresar a la secundaria donde a bocajarro nos endilgaban “El Mío Cid” o “La Celestina” de Fernando de Rojas o bien “La Ilíada” o la “Odisea”, que sin duda son lecturas obligadas pero que no correspondían al seguimiento que debería haberse logrado en la primaria. Es como si a un infante que apenas ha aprendido a patear un balón, lo meten a la final de un torneo para mayores de 20 años. No se puede exigir al estudiante que pase del cursilón burrito Platero, libro que por cierto a nadie enganchó para seguir leyendo; a la difícil y engorrosa lectura del “Cid” en español antiguo. Sencillamente aventamos los libros y a otra cosa mariposa; así que el fomento de la lectura de plano no se daba. Aunque debo decir que “Corazón diario de un niño” es lo que me hizo leer y hasta la fecha.

En la preparatoria era aún peor, dependía de la ideología del maestro el tipo de lectura obligatoria, y hoy me parece absurdo y completamente ilógico que nos hubieran ensartado como lectura obligada el famoso “Libro Rojo de Mao”. ¡Ufff, ufffff y recontraufffff!

    Pocas son las lecturas apropiadas que recuerde aquellos tiempos de escolapio del nivel medio superior, entre ellas: “Pedro Páramo” y “El Llano en Llamas” de Juan Rulfo, inolvidables y que debieran ser obligatorios de leer; “Los de abajo” de Mariano Azuela; “La muerte tiene permiso” de Edmundo Valadez o “El zoo humano” de Desmond Morris o ese libro también obligado “Canasta de Cuentos Mexicanos” de B. Traven. Lo demás no contribuía a interesar al muchacho en el delicioso mundo de la literatura.

Hoy desgraciadamente, también el valor de la lectura o de la literatura contemporáneos o los clásicos infantiles y juveniles, a ha ido menguando por el mercantilismo que ha llegado también a las editoriales y librerías. Autores que dan “recetitas de vida” o que se anuncian como los más grandes vendedores del mundo, tipo Og  Mandino o los de Cuauhtémoc Sánchez, han tendido una cortina de humo bloqueando a la buena lectura que también hoy se escribe o a la de siempre. Aunque por supuesto, será mejor ese tipo de lecturas que ninguna.

    La literatura mexicana es de las más ricas e interesantes del mundo y vale la pena descubrirla o para el lector no tan profano redescubrirla, por hoy las bibliotecas de su ciudad, en nuestro caso, la municipal de Acaponeta o la de la Casa de la Cultura “Alí Chumacero” que poca gente utiliza, son buenas opciones. 

    Ahora que en la prepa 3 de la UAN, tenemos edificio nuevo con una flamante biblioteca, han estado llegando libros y mobiliario especial, para conformar un círculo de lectores y pronto lo echaremos a andar. Sacar la credencial en la biblioteca municipal  “Benito Juárez” no costaba nada en aquellos tiempos, supongo que hoy tampoco y el personal es muy amable. Saquemos un rato a nuestros hijos del celular, apaguemos la tele y encendamos un buen libro.

miércoles, 2 de febrero de 2022

¡VÁMONOS A HUAJICORI!


 

EL PRESENTE, ES UN BELLO Y NOSTÁLGICO TEXTO ESCRITO POR UN GRAN HOMBRE AL CUAL TUVE EL ENORME GUSTO DE CONOCER Y TRATAR, SOBRE TODO CUANDO BUSCABA DATOS SOBRE EL ACAPONETA DEL AYER, ME REFIERO A DON EDUARDO VIDRIALES ROBLES, DE DULCE MEMORIA.

ESTOS SON SUS RECUERDOS SOBRE LA PEREGRINACIÓN QUE DESDE TIEMPO INMEMORIAL HACEN LOS ACAPONETENSE Y FIELES DE OTRAS LATITUDES, RECORRIENDO LA DISTANCIA DE 18 KILÓMETROS ENTRE EL MUNICIPIO DE ACAPONETA Y EL HUAJICORI. EL RELATO DEBEMOS DE UBICARLO EN UN FRÍO MES DE FEBRERO DE 1930.


Por: EDUARDO VIDRIALES ROBLES

 

PRIMERO DE LAS FINANZAS

Había que ahorrar, desde semanas antes, para contar el día de la función lo menos con diez relucientes pesos de aquellos cantarines hechos con platas del 0720.

Diez pesos en manos de un mozalbete de doce años, era capital suficiente hasta para fundar un banco. Si no se completaban diez pesos, la caminata se emprendía con menos; hasta sin nada... al fin que la virgen, en su día, podía hacer milagros.


LA SALIDA

Calle México, rumbo al norte; ¿A dónde va tanta gente? A visitar a la Virgen de Huajicori en su día. La forma preferida de muchos, será hacer el recorrido a pie. Los peregrinos descalzos, según el amplio anecdotario de mi tío Adolfo Robles, iban en grupo aparte.

Descalzos, pero en camión. La hora de partir a pie era al salir del cine, diez de la noche, si posible era contando con el aval de dos buenos tacos cenados en el puesto de Don Chon, afuera del cine Royal.

El punto de partida ya en grupos grandes, era el “tepocilama”, una roca que está cerca del arrancadero de las carreras de caballos de aquel entonces en Las Mojoneras. Había que adherirse al grupo de alguien que contara con lámpara de mano, de donde pudiera tocarnos algún “chisguete’’ de luz para no tropezar con las piedras del camino.

 

CAMINAMOS ¿CUANTO HEMOS AVANZADO?

Mariquitas, Corral de Piedra, Higuera Gacha (hoy Valle Morelos) se van quedando atrás. Después de pasar por la Estancia, Arroyo de los Laurales y el poblado de Pachecos, se oyen cantar los primeros gallos; pronto empezara a clarear la mañana. ¿Y el frío de febrero? Con el ejercicio de la caminata, se ha quedado en casa.

Al doblar la última curva del camino, después de los Llanos del Canjilón, queda a la vista el motivo de nuestro viaje: el Santuario de la Virgen de Huajicori coronado con cientos de veladoras encendidas.

A poco andar se empiezan a oír las campanas destempladas (las de entonces) llamando a misa primera. Mañanitas a la Virgen y las acostumbradas alabanzas  en su honor: “Buenos días paloma blanca...’’

Cuando termina la misa, se despide aquella feligresía entonando otras alabanzas “¿Quién es esa estrella que a los hombres guía?’’



Mientras esto sucede los danzaste han comenzado a tomar posesión del atrio, y la chira o chirimía lanza al hilo del viento sus melancólicos sonidos. Los danzantes han terminado de colocarse sus arreos que incluyen medias de algodón de color, pues no hay  danzante que baile con las piernas descubiertas, así es la tradición. El resto lo hace con energía, golpeando rítmicamente el piso, a huarache limpio, siempre al compás de su arco y flechas y al son de un destartalado violín. Plumas y listones multicolores engalanan el traje sin faltar su típico sombrero cubierto de pequeños espejos que rematan muy por arriba de la cabeza del danzante.



Y se escucha todavía el cantar de otros penitentes: “Adiós Reina del Cielo...”

 

EL ORO A TUS PIES MADRE MIA.

Mientras, otros peregrinos entran al templo: los gambusinos de la región minera del Tigre, El Limón, El Indio y Providencia, hacían llegar en forma simbólica, los hilos de oro hasta los pies de la Virgen; pequeña  milagrería de oro relacionada con la salud, o en el caso de los mineros, también con la fortuna. Los hilos de oro casi se palpan en la mente del minero.

Las vetas, la humedad de las minas y el olor a pólvora recién tronada, se quedaron allá en el cerro. El minero y su familia están aquí prestados, dando gracias a la que reparte desde arriba, salud y fortuna.

 

LA PLAZA



A estas horas de la mañana ha sido tomada ya por vendedores y paseantes, la plaza que esta frente al santuario; desde los que la buscan un puesto de comida para echarse un taco, hasta la batahola de vendedores que ofrecen desde una “medida” de a virgen, hecha con un pedazo de listón, hasta los vendedores de sarapes norteños, huaraches, zapatos y vestidos multicolores.



¿Y los juegos? No podían faltar ni la lotería, ni el carcamán, ni la ruleta. Conforme sube el sol, hasta el atrio llegan los gritos de la lotería; “El diablo son las mujeres...’’ o el ronco grito de la ruleta: ¡diez y siete colorado! ¡Veinte negro! ¡Casa grande!



Toda aquella abigarrada multitud permanece en la plaza, en tanto que algunos señorones y señoronas de falda almidonada, ven la función apoltronados en el portal de Don Nicanor Osuna, dueño del más próspero abarrote del lugar.

Cuando se acerca la hora del mediodía, la muchedumbre va deslizándose poco a poco hacia las grandes ramadas a un costado de la plaza, donde la cerveza ha sido puesta a helar a buena hora. La comida caliente para vender, espera contenida en grandes cazuelas de barro.

Después: ¡El baile! La banda, mariachis y cien cancioneros cada quien, por su lado, hacen las delicias de los parroquianos.

Y la gente sigue llegando, a pie, en camión o en remuda; el hilo es interminable. Y los penitentes que vienen a pagar “mandas’’ a la Virgen por un favor concedido. Quien cruza el atrio de rodillas, hasta el altar de la Virgen; quien viene de más lejos, también de rodillas; donde no faltan hombres con el torso desnudo con pencas de nopal sobre el pecho y la espalda y hasta con corona de espinas sobre la cabeza. En fin... milagros de la fe que así se agradecen a la Virgen de Huajicori.

¿Y el castillo? ¿Y los toros de fuego? Hay que ver a estos cómo arremeten, ya de noche, sobre la multitud que llena la plaza, sin que falte alguna enagua catrina que vuele por los aires cuando su dueña ha caído queriendo escapar de la furia del toro.

Se penetra en aquel pequeño mundo de la plaza con disposición a ser parte de todo. Jugar al carcamán alumbrado por ‘‘cachimbas’' o la lotería y ruleta donde el alumbrado es más moderno a base de lámparas de gasolina.

La quema del castillo, que dará fin a la función, concentra la atención de todos los que no están entrados en copas o entrados en baile. Don Hilario, el cuetero, sale siempre con aplausos cuando se apagan las últimas luces de su obra: aquel hermoso castillo que por espacio de una hora, nos ha mantenido a todos admirados con sus multicolores resplandores.

 

Y EL CUENTO SE VA ACABANDO.

Era en la ruleta, mientras esperábamos la quema del castillo donde nos hacían ‘’pelo y barba’’ hasta con el ultimo quinto o ‘'nikle’’ que nos quedara en el bolsillo.

El regreso se hacía en camión, por supuesto. Al estar de nuevo en los llanos de Las Mojoneras, la voz doblemente trasnochada de algún pasajero se ha puesto a cantar las avanzadas de Ramón Corona, que llegó a general y que decían:

Llegaron las avanzadas

de Acaponeta a Tepic

gritaba Ramón Corona

¡Cabrones ya estoy aquí!

Poco a poco las calles se volvían a llenar de gente. “Al otro día’’ cada quien su oficio y … hasta el año próximo.