sábado, 22 de marzo de 2025

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 



Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: En verdad que no hay palabras para describir o calificar un lugar tan lamentable como el terrible campo del horror que se descubrió en un rancho de Teuchitlán, Jalisco. Lo que ahí se vio o se ve, no es nada comparado con lo que sufrieron los que tuvieron la espantosa experiencia de caer en las garras del crimen organizado, precisamente en ese lugar de castigo, tortura y muerte. Secuestros, engaños, torturas, leva de hombres y mujeres, esclavitud, entrenamiento perverso para aprender a matar, martirizar e inmolar seres humanos, o bien, para convertirse en “carne de cañón” de los narcos. Fueron, ahora se sabe, cientos de personas las que cayeron en esta horrible red y que perdieron la vida de manera indignante o andan libres, pero con serias afectaciones psicológicas y llenos de miedo. Escuchar las declaraciones de los sobrevivientes de este infierno, nos hace pensar en lo bajo que ha caído el ser humano; que los valores no existen más en la mente de gente muy seguramente drogada o de plano con el coco limpio de ideas, totalmente “lavado”, al grado de cometer acciones casi medievales de lo crueles y brutales.


Alrededor de estos hechos que dejan una mancha indeleble en el buen nombre de México, han surgido infinidad de comentarios, algunos de no creerse como los que hizo ese idiota, porro de la 4T, ejemplar único de ese movimiento a cuya cabeza está Andrés Manuel López Obrador, y que, de manera increíble preside —ni más ni menos— el senado de la república y que lleva por mal nombre el de Gerardo Fernández Noroña, quien, émulo de su ídolo de barro, sin ninguna empatía, enorme soberbia, tremenda ignorancia y porque tiene muy poca madrecita, culpó como siempre a los medios de comunicación y a la tan manoseada derecha, no conforme con su estupidez, escupió al mundo las insensibles palabras: “…sí, hay 200 zapatos ahí, pero ¿Quién dice que estos zapatos son de personas desaparecidas”.



Este tipo de declaraciones, común entre la rupestre y lacayuna clase política nacional, no tiene nada de raro, ya que, a ella, solo le interesa seguir ganando puestos de poder, poniendo en un muy lejano segundo puesto a los intereses del pueblo. Los Fernández Noroñas, abundan en las cámaras de diputados, senadores, gubernaturas de los estados y toda clase de oficinas burocráticas. Hay algo que me preocupa aún más: el hecho de que estos preocupantes hechos, se politicen a nivel pueblo. 

No son pocos los usuarios de las “benditas” redes sociales, quienes “defendiendo” a la presidenta, a Morena o a la mal llamada e inexistente “cuarta transformación”, justifiquen, incluso alegando, que eso lo hicieron el PRI y el PAN en el pasado, como diciendo: “nosotros también tenemos derecho a poner nuestros muertitos y hechos de película de terror”. No señale o comente usted algo amigo lector de ese campo de exterminio —que ya Gertz Manero dijo que no es campo de exterminio, aunque no le puso nombre a lo que él cree que es—, porque lo van a acusar de “priista ardido”, de “facho”, que use usted vitacilina o, bien, que le hace falta vaselina. 

También resultan inanes las acusaciones mutuas o aventarse la papa caliente unos a otros: que si tienen la culpa los priistas, que si no se hizo nada durante el panismo, que si Calderón, que si es exageración de los medios, que si el gobernador Alfaro, que si fue Genaro García Luna, que nadie dijo nada en la matanza de Tlatelolco; que los 43 de Ayotzinapa, que hay desinformación chayotera, que si patatí, que si patatá…


Aquí el asunto está claro, les guste o no a esos defensores de lo indefendible, este campo del terror se debe a la total inacción en materia de seguridad, del deshonroso y criminal acto de abandonar, huir, abjurar, traicionar, desertar, escabullirse de una primaria obligación constitucional: defender la seguridad del pueblo. Andrés Manuel no lo hizo y los resultados están a la vista. La imbécil ocurrencia --que no estrategia-- de los "abrazos y no balazos", sigue dejando decenas de asesinados diariamente en este México ensangrentado, y ellos, los gobernantes se siguen burlando y pitorreando del pueblo sabio y bueno, la prueba es “el tour” en el campo de Teuchitlán, del pasado jueves. No se engañe nadie, de ninguna manera es este caso el Ayotzinapa de Claudia Sheinbaum, todo debe cargarse a la administración (¿?) de AMLO. No les miento la mamacita porque esta es una columna familiar.  



DE DULCE: Otra mancha para un ya muy percudido tigre, que resultó un gatito como Benito Bodoque, el pequeño amigo de Don Gato. El pasado jueves, la sección instructora de la cámara de diputados, integrada por cuatro legisladores, encargados de analizar la acusación que una mujer, Nidia Fabiola, hermana del diputadete Cuauhtémoc Blanco, quien intentó violar a su propia sangre. 

Esta sección instructora, no tenía como función juzgar al ex futbolista, ellos no son fiscales, ni ministerios públicos o jueces, simplemente la tarea era remover, digamos, "un obstáculo" llamado “fuero”, que “protege” —en este caso a los diputados— de ciertas acciones, acusaciones o broncas. O dicho más pomposamente, el fuero es una figura jurídica que se refiere a la imposibilidad de la autoridad competente para detener o someter a un parlamentario —diputados y senadores—, durante el ejercicio de sus funciones, a un proceso penal por la posible comisión de algún delito, salvo en el caso de flagrancia. 

El fuero, nace en 1857, para proteger al poder legislativo del poder ejecutivo, por supuesto en un México convulso y que apenas nacía. Originalmente, el fuero evitaba que los servidores públicos fueran sometidos a presiones políticas, venganzas o persecuciones judiciales arbitrarias, nunca fue, esta figura legal, para acuachar o solapar delincuentes y mucho menos violadores como el tal Cuauhtémoc, al cual, también se le acusa de desvío de recursos y ligas con el crimen organizado siendo “virrey” de Morelos.

La sección instructora, jugó a hacerse tonta todo el tiempo (iba a poner una palabra que comienza con “P” y termina con “ENDEJA”, pero por pudor evité hacerlo), posponiendo una y otra vez un dictamen alegando fallas en la carpeta de la fiscalía morelense, o excusas de todo tipo; lo que pudo resolverse en dos días, tomó semanas. Pero finalmente el jueves, los cuatro integrantes de este comité, dictaminaron que era inadmisible quitarle el fuero al Señor Blanco. Era claro que eso iba a suceder, tres de los cuatro diputados son afectos de la 4T: Hugo Eric Flores Cervantes y Belinda Quiroz, ambos de Morena; Raúl Bolaños Cacho, del partido verde, y el único voto en contra fue el del panista Germán Martínez. 


Salvando los cuatroteístas diputados, momentáneamente, al sinvergüenza tipejo, naco y mamón, quien tendrá que esperar la votación del pleno, la próxima semana, pero ya sabemos que Morena y sus aliados, son feroces al defender a sus criminales elementos: ayer los Yunes, la pirata Yasmín Esquivel, Félix Salgado Macedonio, Rocío Nahle, Javier Corral, Ignacio Ovalle, y otros reconocidos cacos y mafiosos a los que se suma “el Cuau”, quien ahora, impunemente tiene licencia para violar…Pero no son iguales, dicen ellos con los belfos inflamados.

 


ANTONIETA RIVAS MERCADO

 DE MANTECA: Recientemente tuve la gran oportunidad de viajar al bellísimo pueblo mágico de Álamos, Sonora, a un encuentro de cronistas e historiadores, espacio donde presenté mi libro “Ulises Criollo Abatido”, mismo que toca el tema de la campaña de José Vasconcelos Calderón a la presidencia de la república en 1929. Durante la presentación recordé el tremendo momento en que, su amante y mecenas, Antonieta Rivas Mercado, se pegó un tiro en el pecho en el centro mismo de la catedral de Notre Dame en París, con el escándalo mundial que esto ocasionó. 

Mencioné, que la pistola que le quitó la vida a Antonieta, se la había proporcionado el mismo Vasconcelos. Hoy sabemos que esta mujer —hija del arquitecto nayarita Antonio Rivas Mercado, el que diseño innumerables y bellos edificios en varios puntos del país, además del famoso Ángel de la Independencia de la CDMX— sufría fuertes depresiones y, cuando le preguntó a Vasconcelos si él la necesitaba, este con temperamento frío y sin ningún remordimiento, le contestó que nadie necesitaba a nadie, excepto a Dios, eso bastó para que la mujer se quitara la vida.

Durante la presentación del libro, un cronista participante hizo un comentario en verdad interesante. Él dice que esa pistola se la regaló a Vasconcelos, un señor de un pueblo cercano a Mazatlán, llamado Chicuras de la Noria, que supongo yo, sea un natural del lugar llamado Ignacio “Nacho” Lizárraga, al que justamente llamaban “Chicuras”. Se dice que este personaje le colocó las cachas a la mencionada pistola de cuerno de venado, que él mismo cazó; y el Maestro de la Juventud, se la llevó a Francia donde años después, en compañía de Antonieta, ella le confesó se iba a suicidar, lo que preocupó a Vasconcelos y junto con un amigo, decidieron vigilarla y esperar que esa obsesión se le pasara. 

Sin embargo, en un descuido ella se les perdió y la buscaron por todos lados sin éxito. Regresaron al hotel y al buscar entre las cosas de la dama, Vasconcelos descubrió que no estaba la pistola y minutos más tarde, el consulado de México le informó que ella se había matado en Notre Dame. Horas después en el lugar, un comisario francés, le quiso entregar la pistola, pero él la rechazó. Mi amigo el cronista dice que Chicuras, con el tiempo fue diputado federal, moviendo sus influencias, recuperó el arma y que hoy, esta se halla en una bóveda de un banco de Mazatlán, pero ese objeto y otras propiedades están en litigio, no se puede acceder a ella…dijera conocido personaje de Acaponeta: “¿Será?”

¡Reciban mi saludo amables amigos, y recuerden que solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es, invisible para los ojos, salud para todos!

 

 

 


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