Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Me llegó un correo electrónico con el título de “Agradecimiento”, de alguien muy ingenioso, que hace una relación de los mensajes, cadenas o forwards (FW), por sus siglas en inglés y da las gracias por lo aprendido a lo largo de varios años. Aquí coloco las principales en cursivas y luego agrego mi comentario personal. Dice así:
“Quisiera agradecerle a todas la personas que me han mandado cadenas durante todos estos años:
1: Ya no tomo Coca-Cola desde que descubrí que lo usan para el sarro de los baños.
2: Ya no voy al cine porque tengo miedo de sentarme en una aguja infectada con el virus del SIDA o alguna otra marciana enfermedad.
3: Apesto porque ya no uso desodorante que me puede provocar cáncer.
4: Ya no aparco mi auto en ningún estacionamiento pues tengo miedo que me den una muestra gratis de perfume para luego violarme.
5: Ya no contesto el teléfono pues me pueden pedir burrada y media y después voy a tener un recibo infernal con llamadas a Uganda, Singapur o Tokio.
6: Ya no tomo bebidas en latas por miedo a envenenarme con orín de ratas.
7: Cuando salgo a una disco, ya no miro a nadie pues tengo miedo que me lleve a un hotel para drogarme y luego quitarme un riñón para venderlo en el mercado negro, y me dejen muerto en una hielera.
8: Transferí todos mis ahorros a la cuenta de Amy Bruce, una pobre chiquilla que estuvo enferma más o menos 7000 veces. (Qué raro que esa niña tenga siempre 8 años desde 1995). 9: Mi GSM Nokia gratis nunca llegó, ni las entradas que he ganado para vacaciones pagadas a Disneylandia, ni mi laptop.
10: Inscribí mi nombre entre otros 3000 en una petición y salvé una especie de ardillas en peligro.
11: Supe 287 veces que Msn Hotmail iba a borrar mi cuenta.
12: Acumulé 3800 años de mala suerte (más o menos) y he muerto 107 veces por todas las cadenas que no reenvíe a 8772 personas. No sé cuando terminaré de pagarlos.
13: Debería tener no sé cuántos recibos, pues desde el 1° de agosto el Messenger no es gratis. 14: Estuve enviando ese correo para que presionara f6 o f8 al final de enviarlo y el nombre de la persona que me ama iba a aparecer en letras grandotas y solo logré fregar el teclado.
15: No acepté ni abrí ningún correo en este último mes por temor que me entre un virus infernal que me destruya la memoria cero de mi disco duro (como si eso existiera), y gasté más de $150.000 en limpieza de virus de mi PC
16: Intente 87 veces a que mi icono del Messenger se volviera azul (cosa que nunca paso).
17: Dejé de comer pollo y hamburguesas porque no son más que carne de engendros horripilantes sin ojos ni plumas, cultivados en un laboratorio.
18: Tampoco fui más a McDonald's para no comer hamburguesas hechas con una especie de lombrices mutantes (además de la carne del punto anterior).
19: No compro leche en envases tetrapack, pues no sé cuantas veces ha sido reciclada.
20: Ya no saco dinero de los cajeros porque me pueden poner una pantalla falsa que me hace creer que se tragó la tarjeta y después me vacían la cuenta.
21: No recibí los 10'000,000 de dólares, ni el Ferrari, ni el fin de semana de sexo desenfrenado con Pamela Anderson (las 3 cosas que pedí como deseo después de mandar a 10 personas el Mantra Mágico enviado por el mismísimo Dalai Lama). Pero de lo que sí estoy seguro es que todos mis males son a causa de una cadena que rompí u olvidé seguir y por eso me cayó encima una comezón y una maldición”.
Hasta aquí lo que me llegó en el correo. La verdad es que estas cadenas, nos divierten y distraen de las broncas, aunque muchas veces nos digan, en esos mismos, que somos vaquetones, flojos, corruptos, irresponsables, por decir lo menos, porque estamos distraídos de nuestra labor viendo tanta tarugada. Sin embargo, en las reuniones con los amigos, en la sobremesa con la familia, en los recesos del trabajo, una y otra vez se comentan los mal llamados e-mails que a nuestras cuentas llegan. Es verdad lo que dice el que escribió lo anterior, y no faltan los que en verdad se asustan por las profecías de Nostradamus, de la supuesta muerte de un hijo del presidente de Brasil, que osó, romper una cadena; las mariguanadas de Jaime Maussán, los designios mayas que dan como fecha del fin del mundo en el 2012 –el consejo es que si se acaba el mundo, nos vayamos todos para Acaponeta--. Quién sabe por qué razón hay una tendencia catastrofista que quiere ver este hermoso planeta azul en ruinas, no faltan la llegada de un meteorito destructor, un virus tipo influenza que nos deje calacas o llenos de granos; por cierto que del tema de la influenza llegaron cualquier número de comentarios casi todos en contra del gobierno, del cual ya hemos comentado que nos indica una grave fractura en la confianza que el pueblo siente por sus autoridades.
Con las cadenas, muchas veces nos queda un sentimiento de que, como humanos somos unos monstruos, ya que aparte de los correos, que nos muestran cómo los viejitos y las mujeres gordas se caen de manera muy graciosa –para el que los ve, no para el que besa y suelo y lo chupa el diablo--, arriban a la "bandeja de entrada" muertos en accidentes automovilísticos o en moto; descabezados por el narco, famélicos niños africanos con un buitre de lado listo para el desayuno; ballenas y tortugas asfixiadas por bolsas de plástico; chinos o indios llenando cocas colas en asquerosas condiciones de higiene; radiografías de pulmones de gente al borde de la muerte y que fueron simplemente fumadores pasivos y un sinfín de daños y perjuicios a la salud y en contra de la ecología; las aberraciones de los nazis contra los judíos o de los judíos contra los palestinos; las horribles caras de Elba Esther Gordillo y su alteza gorilísima Hugo Chávez. No faltan los santos que van desde San Juditas Tadeo hasta San Mamerto, pasando por la milagrosísima Virgen de las Agruras y los efectivos San Rompopeo de los Volados y San Currutaco de las Papayas. Ya sueño la imagen de Juan Pablo II, mirando compasivamente a la Madre Teresa de Calculta. Hay muchos que nos muestran extraordinarias fotografías, paisajes increíbles, obras de arte maravillosas y viajes virtuales en tercera dimensión que nos dejan perplejos; la biografía de Obama o la de Barney, el hijo gay de Godzilla.
Les pido a todos mis amigos y a mis enemigos, que eviten mandarme esas cadenas que llevan por música Endless Love, con Diana Ross y Lionel Ritchie, pues ni siquiera los abro; al igual todas las cadenas donde ofrecen recetas de vida, simplemente las odio. Hoy sé, por ejemplo lo que son los “hoaxes”: engaños, por ejemplo, anuncios de falsos virus, es decir, correos electrónicos en los cuales se informa de un virus maligno, que en realidad no es cierto. Son del tipo: "no aceptes un correo con el asunto tal" o "no admitas al contacto cual". Es muy importante no hacer caso de los mensajes en los cuales se pide borrar un archivo (supuesto virus) del ordenador: esto puede ser gravemente dañino.
Total que los famosos FW, cadenas o correos, son divertidos, mortalmente aburridos, didácticos, engañosos, fraudulentos, de alguna manera unen, son atrevidos, pornográficos, dicharacheros, religiosos, mochilones, hasta sucios o muy puros.
Tal vez lo mejor de todo es que, buenos o malos, de calidad o mal elaborados, siempre provocan una sonrisa, forzada o no, como cuando me envían ángeles que hay que enviar a 250 contactos, pero al fin una sonrisa.
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