Ambulantaje, "enemigo número uno" del comercio organizado
Por Juan Fregoso.
Dicen algunos comerciantes del "Mercado Gral. Ramón Corona" que en el período presidencial del desaparecido Porfirio Vázquez Cossío, se mandó construir el "Mercado Las Gardenias", en el barrio conocido como "Las Mojoneras", esta medida se implementó por el entonces presidente municipal para erradicar el ambulantaje que en ese tiempo amenazaba con invadir las calles de la ciudad, tal y como sucedió finalmente, pues la edificación del citado centro comercial no sirvió de nada y los vendedores continuaron apostándose en el banquetón del mercado principal hasta la fecha. Algunos comerciantes del "Mercado Corona", como don Gumersindo Sandoval, manifiestan que el ambulantaje es el enemigo número uno del comercio organizado, puesto que significan una competencia desleal ya que la mayoría de estos vendedores no pagan impuestos, aportan solamente una cuota simbólica, en contraste con ellos que pagan diversos impuestos, tanto a la autoridad municipal como a las estatales, aseguró. Otros más comentaron que a raíz del comercio informal sus ventas han caído casi en un 90 por ciento; porque la gente ya no compra en el interior del mercado sino que sus compras las realizan en el exterior donde se vende toda clase de mercancía, desde alimentos, enseres domésticos, ropa, calzado, entre otras cosas más. Mientras que en las banquetas de las principales calles abundan los vendedores de loza, mariscos, frutas, flores, discos piratas, en una palabra se vende de todo. Los vendedores informales para vender sus productos utilizan carretas y otros armazones metálicas que abarcan desde los tres a los diez metros, lo que imposibilita el paso de la gente, orillándola a bajarse a la calle con el riesgo de ser atropellados por algún cafre del volante. Por ello, muchos comerciantes legalmente establecidos exigen a las autoridades la reubicación de estos puestos que tanto afectan a la población de diferentes formas, como es el caso de aquellos que expenden frutas y mariscos que ni se preocupan por limpiar el espacio que utilizan, dejando un cochinero que despide fétidos olores que atentan contra la salud de los acaponetenses. Dice don Gume, como muchos otros locatarios, que es necesario que la autoridad municipal debe buscar una solución inmediata a este problema que paulatinamente se ha ido incrementando, es preciso acomodar a los ambulantes en otros puntos de la ciudad para que la zona céntrica quede despejada y luzca una imagen pulcra, pero sobre todo higiénica, en fin algo tiene que hacerse para acabar con el fenómeno del ambulantaje que tiene invadida a la ciudad.
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