viernes, 11 de marzo de 2011

CARTA A LOS PRECANDIDATOS



Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Estimados: Bertha, Efraín, Jorge Armando, Nicolás, Octavio, Ricardo, Rodolfo, Rubén Darío, Silvia Margarita y todos aquellos que tengan intenciones de llegar a la presidencia municipal (En estricto orden alfabético).
Amigos, les escribo esta carta porque al tener la oportunidad de expresarme a través de este u otros medios, considero que tengo, un poco la obligación moral de externar mi reflexión --y quisiera que quedara claro que solo es eso-- como ciudadano común y prosaico que soy. Lo hago porque todo parece indicar que alguno de Ustedes será presidente municipal de este pequeño espacio geográfico que se llama Acaponeta.
De ninguna manera voy a hacer peticiones fuera de la realidad, lo sé, porque lo he visto desde la primera fila, que este es un Ayuntamiento pobre, no paupérrimo como alguien quizá quiso hacernos creer, pero si con una escasez de recursos que año tras año se recorta, primero porque no figuramos como actores protagónicos en el concierto económico nacional y segundo porque siempre de alguna manera, el Estado de Nayarit, pasa desapercibido para el gobierno federal, de la misma manera que la zona norte de Nayarit, no les parece lo suficientemente interesante a los gobernantes estatales. No quiero hacer de este el espacio para pedir macroobras como la tan ansiada presa sobre el río Acaponeta, la costosa perforación de pozos para sacar el agua de las profundidades de la tierra y de paso trasladar las galerías filtrantes, hoy enmedio del arroyo del río, a un lugar donde no se vean afectadas por las constantes crecientes. No se trata de perdirles que coloquen en el crucero el Arco del Triunfo de París o en la plaza el Ángel de la Independencia bañada en oro. Ninguna obra les pido desde esta tribuna, es más, no voy a pedir nada que no vayan a prometer Ustedes en campaña tan solo que sean lo que dicen en sus consignas que son.
Me refiero a que en los próximos meses y hasta antes del 6 de julio, Ustedes nos dirán que son la mejor opción, los más preparados, los que más aman a Acaponeta, los más interesados en sacar al municipio del atraso y ponerlo en la senda del progreso, los más honestos y transparentes, los que se apegan indudablemente a la verdad, los más comunitarios, los que están prestos a atender a los sectores más vulnerables de la población, los que tendrán las puertas abiertas del Palacio Municipal, los gestores y hacedores de la historia, los adalides de la cultura y el arte, los inventores de la comunicación con el pueblo y los que darían la vida por esta tierra llena de gente de buena voluntad y ganas de superación.
Como ven no pido obras, ni que me adoquinen mi calle, ni que reconstruyan la plaza o solucionen el problema del servicio de agua. Con lo que Ustedes nos digan que son y se comprometan a serlo en los siguientes tres años después del 17 de septiembre, es más que suficiente para mí y estoy seguro que para muchos acaponetenses más, precisamente porque queremos, sin lugar a dudas a la mejor opción, si bien no el candidato unánime de los 38 mil habitantes del municipio, porque sabemos que las distintas ideologías hacen eso imposible, si alguien que poco a poco nos una y nos involucre en un proyecto que nos contemple a todos; siempre lo he dicho, yo me sentiría satisfecho cuando le oyera decir a algún gobernante que determinada obra, no la hizo el gobierno a cargo, sino que es una obra que hicimos todos, desde el primer edil, hasta el más humilde obrero. 
Sí, queremos al más preparado, y esto no necesariamente significa el que más títulos y logros académicos tenga colgados en la pared de su casa, no, preparado para tratar a la gente de todos los niveles, lo mismo para gestionar obras y recursos con los todopoderosos del gobierno federal, del estatal o de la iniciativa privada, o del mundo; un hombre o mujer que los mire de frente y los obligue al respeto absoluto, pues representan a un conglomerado social, que siente, ríe y come tres veces al día. Al decir preparado, no me refiero al que tiene dos maestrías y un doctorado, si los tiene, que bueno, lo aplaudimos, no queremos incultos en el poder municipal, si no, pues no tiene importancia, ya que lo que se requiere es alguien capacitado para hacer brillar al ciudadano deseoso de participar por Acaponeta, pues algunos expresidentes han demostrado una terrible malversación de recursos humanos, que bien merecerían la horca. Necesitamos en el gobierno a alguien que de verdad ame Acaponeta, aún más que al cajón de la tesorería, alguien que no solo lo diga, que haya dejado constancia de ello, ante los ojos siempre avisores de la ciudadanía que ya no debe dejarse engañar a cambio de una bolsa de despensa. Alguien que de verdad, como hombre o como mujer derechos, que manifieste que el nombre de este lugar donde el frijol se enreda a la caña, le mane por los poros y vibre, dentro y fuera del municipio, al solo nombre de Acaponeta. Queremos, amigos, gente que se la raje con honor y dignidad por nuestro pueblo a orillas de un río que corre triste por la geografía más norteña de Nayarit. Por supuesto deseamos a alguien que nos indique cuál es el camino más directo y realista a la senda del progreso, pero no la del progreso personal que nos hace menospreciarlos al final del trienio, sino aquel del cual nos haga recuperar el orgullo de ser un municipio que por algo fue llamado la Atenas de Nayarit.
Honestos y transparentes nos dice que son y nos quieren vender esa idea, y aquí comenzamos mal, ya nos están vendiendo algo. No la honestidad no se compra en el trayecto de una campaña política, la honestidad es una forma de vida que ha trascendido generaciones, la entiendo como la actitud que de ser violada, no nos dejará ver de frente a nuestros padres. Ya lo dijo un pensador y Ustedes deben hacer suya esa frase: proceder con honestidad en aras de la dignidad del hombre, es el compromiso más trascendente en nuestro corto paso por el mundo. Cuántos ya han pasado por la vieja casona de la calle Morelos, que entraron prácticamente tapándose la desnudez y salieron con ricas joyas, atavíos y mansiones, ante el repudio de la población que los ha marcado para siempre, a ellos y a sus descendientes. Entiendan que es un honor ser amados y una tragedia personal ser odiados por el pueblo, la transparencia no se negocia.
Qué van a atender a los sectores más vulnerables de la población, me parece bien, siempre y cuando expliquen bien y sin rodeos cuál o quiénes son el sector más vulnerable, porque en estos tiempos de violencia, crisis económica, ecología deprimida y falta de valores, todos somos vulnerables. Se necesita que se ocupen de todos nosotros, sin importar su nivel social, religión y, mucho menos, tomando en cuenta su preferencia o ideología política. Esto último es mezquino.
Amigos, los ciudadanos queremos a alguien que cuando se paré en el recinto del cambio de gobierno, nos ofrezca, con su grito de "¡Sí, Protesto!", la plena seguridad de que no nos equivocamos con el voto. A propósito de ello, la palabra "protesta", estimados precandidatos, simplemente porque así es el idioma, tiene entre la gente dos connotaciones. Primeramente hay que decir que esta compuesta de dos vocablos latinos: "pro" que quiere decir "ante" y "testari" que es testigo; en la antigüedad, protestar, desde el punto de vista jurídico era atestiguar la inocencia de alguien, después, protestar se volvió cualquier declaración o manifestación pública.
Por ello, los mexicanos conocemos dos tipos de protestas, la que hace alguien, regularmente de manera pública, agitando brazos, cerrando puños y mentando madres al gobierno de cualquier tipo, lo mismo encabezando una marcha callejera, que publicando un desplegado en los diarios. Pero también está esa otra "protesta", la que hacen los funcionarios públicos al acceder a algún cargo oficial, sí mis amigos, el clásico y vigoroso "¡Sí, Protesto!" con que hemos visto iniciar el largo y a veces sinuoso camino del "servicio al pueblo".
Para muchos, la mayoría de los que protesta de este último modo, lo toman como un trámite que alguna oscura y olvidada constitución ordena. Es simplemente un requisito que hay que salvar pronto para comenzar a hacer historia. Algunos lo toman tan a la ligera, que al momento de gritar la consigna, y más si lo hacen con otros compañeros o beneficiados de la preferencia popular; muy derechitos y con las mejores galas, toman aire y entornando los ojos, escupen un entusiasta "¡Sí, Protestamos!", sin saber que esa grave declaración es unipersonal, nada de ya "protestamos", debe ser ¡Sí, Protesto!, en primera persona, porque es un compromiso del individuo con el pueblo. El "¡Sí, Protesto!", es un contrato social, un me comprometo ante tí ciudadano a hacer y dar lo mejor de mí. "¡Sí, Protesto!", es el Padre Nuestro del pastor civil, debe redimir las almas y es un ruego para perdonar las fallas del presidente saliente y, sin ser desvergonzado, solicitar al verdadero dueño del municipio, un "borrón y cuenta nueva", en la inteligencia que nada será igual o se volverá a repetir. "¡Sí, Protesto!", es como cuando se enfrentan dos hombres muy hombres y deciden entablar debate, no a trompadas ni coscorrones, sino con la mirada fija en el otro, echar el pecho por delante y afrontar lo que se venga, esperando del contrincante, paciencia, honra y comprensión; que si cae al suelo, el otro no lo patee, sino que le ayude a levantarse y luego dirimir las diferencias, por eso hablo de un contrato social, igual al de un matrimonio, en las buenas y en las malas, en la salud y la enfermedad. 
Sin embargo en la realidad esto no sucede así, como ya dije, el  "¡Sí, Protesto!", se convirtió en un mero trámite y nada más, como el que llega a su trabajo a checar tarjeta y se va sin producir nada. Como los recién casados que después de firmar el acta matrimonial, se echan a los brazos de otro u otra que no es su media naranja. De hecho el pueblo ya se burla de esa ceremonia, pues sabe o sabemos, que por más que protesten, no se les olvidará ser bandidos, mentirosos, manipuladores, defraudadores, déspotas, pedantes, soberbios, corruptos y mamones, pero lo peor, el pueblo sabe que si son todo eso, nadie, nadie, nadie, se los demandará, como se dice cuando se completa ese rito. Los bandidos, mentirosos, manipuladores, defraudadores, déspotas, pedantes, soberbios, corruptos y mamones, podrán seguir siéndolo sin que nadie les eche el guante o los meta tras las rejas, ojala señores y señoras que Ustedes no sean así.
Como ven no pido grandes obras, solo que cumplan después, ya gobernando, lo que dijeron ser en campaña. Todos Ustedes son mis amigos y los respeto, independientemente de los partidos políticos y esas cosas de la ideología, que parece ser que ya se murió, les deseo que ganen y generen el clima, las acciones y los espacios suficientes y necesarios para hacer de este, nuestro Acaponeta, un mejor lugar para vivir. Qué así sea. Un abrazo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hay mira de todos no se hace uno, el peor es ricardo marian que ademas de homofobico es alcolico famoso.

la esposa de saulo es una vieja ambiciosa que no tiene idea como se gobierna.

los demas estan igual de quemados, me pregunto que no habra gente sana

gracias por el espacio

Anónimo dijo...

claro que si la hay :la Dra. Margarita,honesta,altruista.comprometida con causas nobles,con valores a toda prueba,ojala la dejen llegar es lo que ACAPONETA necesita .