martes, 8 de marzo de 2011

MUJER ACAPONETENSE ATRIBUYE UN MILAGRO A JUAN PABLO II



Nos llega una carta, que merece todos nuestros respetos y en la cual, una mujer acaponetense atribuye un milagro en su persona, al narrarnos que luego de penosa enfermedad que la tuvo al borde de la muerte, se encomendó a la figura del ex Papa Juan Pablo II, próximo a ser canonizado y de manera sorprendente curó de su mal y hoy se encuentra en perfectas condiciones de salud. Aquí la carta original de la Sra. María Cárdenas, quien prometió a Juan Pablo difundir su milagro:

¡Gracias a tí, mi Santo Papa Juan Pablo II!
Durante los primeros días del mes de enero, estaba muy mal; me sentía cansada, muy agotada y sin fuerza. De pronto me llamó la atención el encabezado de todos los noticieros que decían: "El día 1o. de mayo Juan Pablo II será beatificado". Me incorporé y con toda la fe le dije: ¡Juan Pablo II, mi Santo Papa ayúdame!
Pasaron los días y yo empeoré de mi enfermedad, sentía que la vida se me estaba escapando. De pronto el diagnóstico fatal: "Señora, sus riñones ya no funcionan." Primero sería diálisis y posteriormente un transplante de riñón. Me derrumbé, pensé en mis hijos, mi madre, mi esposo y hermanos. ¡Mi vida colgando de un hilo! ¡Santo Papa!, le dije, ¡tomame de tu mano, no me abandones!
Un doctor nos dio otra opción para evitar la diálisis: requería una cirugía y urgente, ya para ese día. Yo me entregué a los designios de Dios, ya no había nada más que aquí me atara...¡Me sentía tan mal! Solo quería descansar.
El día 31 de enero como a las 9:00 de la noche, ingresé al quirófano y de pronto sentí una gran seguridad...ya no tuve temor. Una fe fuerte me hizo sentir que todo estaba bien y volví a repetir: ¡Mi Santo Papa no me sueltes de tu mano, en tí confío!
El Doctor salió  del qurófano a darles la noticia a mi madre y esposo: "Aquí no hay futuro, solo un milagro, ya no hay porvenir..! Mi madre se derrumbó y mi esposo también...pero el milagro se dio. En el tiempo que duró la cirugía yo sentía mi mano aprisionada, me sentí segura, confiada; Juan Pablo II siempre me tuvo a su lado, tomando mi mano...y espero seguir así por siempre.
Mi vejiga y mis riñones, hoy se encuetran totalmente sanos.

María Cárdenas.
 

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