Refieren las viejas crónicas del mundo, que en el año de 1859, se produjo la más potente tormenta solar registrada en el planeta, por lo que se observaron intensas auroras boreales que incluso alcanzaron, de manera inusitada, las latitudes del caribe.
Esto fue con mayor intensidad entre el primero y día 2 de septiembre de ese año y en Acaponeta, el meteoro no fue la excepción, ni pasó desapercibido pues los habitantes del siglo XIX en este municipio lograron ver un espectáculo sensacional y que fue la comidilla por muchos meses.
Los cronistas de la época refieren que el avistamiento en Nayarit se registró entre las once y las doce de la noche del día primero de septiembre y explicaron que: "...una cortina de luz en el cielo con diversos repliegues amarillos, verdes, violáceos y rojos...para convertirse luego en una luz rojiza que iluminaba todo el firmamento..."
Por supuesto, este fenómeno ocasionó el fallo de los sistemas del incipiente telégrafo.
Debió haber sido sin duda una observación maravillosa que alguna vez se volverá a repetir y ojala tengamos la oportunidad de verla, aunque los expertos alegan que la magnitud de estas tormentas solares se da solo cada 500 años.
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