sábado, 22 de diciembre de 2012

LOCALIZAN SISTEMA PREHISPÁNICO DE MUROS DE CONTENCIÓN



Demuestran el desarrollo arquitectónico que alcanzó la cultura Aztatlán, en la costa central de Nayarit

*** Cuatro grandes paredes que corren paralelas y datan de 900 a 1100 d.C., fueron halladas en el sitio arqueológico Cerro de Coamiles
*** Este sistema constructivo demuestra el desarrollo arquitectónico que alcanzó la cultura aztatlán en la franja costera de esa entidad.


En el sitio arqueológico Cerro de Coamiles, cercano a Tuxpan, Nayarit, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) descubrieron un sistema prehispánico de grandes muros de contención, una obra monumental que demuestra el desarrollo arquitectónico que alcanzó la cultura aztatlán en la franja costera de esa entidad, entre 900 y 1350 d.C.

El arqueólogo Mauricio Garduño Ambriz, del Centro INAH-Nayarit, dio a conocer que el hallazgo se registró en las recientes exploraciones de la Plataforma 4, una plaza de 150 m de largo por 46 m de ancho, ubicada a 72 m de altura sobre el nivel de la planicie aluvial.

Durante la investigación, dijo, se determinó la presencia de cuatro muros que corren paralelos, de los cuales se desenterraron 4 m de la fachada, lo que permitió conocer las características del sistema constructivo y temporalidad; “se trata de obras de ampliación de la
plataforma realizadas durante los periodos Posclásico Temprano (900-1100 d.C.) y Medio (1100-1350 d.C.)”.

Mauricio Garduño, responsable del proyecto de investigación en el sitio de Cerro de Coamiles, destacó que de este sistema de muros sobresale uno por su calidad y estado de conservación, “se trata de una fachada compuesta por cuerpos escalonados que en conjunto forman un frente de 2.70 metros de altura, y corresponde a los años 900 a 1100 de nuestra era.
“La coordinación y construcción de este sistema de muros de contención permitió modificar la topografía original del Cerro de Coamiles, de esa manera se acondicionaron las plataformas
superiores donde se hallan los principales templos, entre ellos un observatorio astronómico y altares”, expresó el arqueólogo.

El reciente hallazgo del sistema de muros, destacó Mauricio Garduño, confirma que Cerro de Coamiles fue habitado por una sociedad estructural y funcionalmente compleja, que se desarrolló a lo largo de catorce siglos, de 100 a.C. a 1350 d.C., con una marcada división del trabajo, un poder centralizado y una economía diversificada sustentada en una agricultura de alto rendimiento, así como en la explotación intensiva de peces y moluscos en las marismas (terrenos inundables de aguas salobres).

La cultura aztatlán surgió durante los primeros siglos de nuestra era, en la región costera noroccidental de lo que hoy es el estado de Nayarit; tuvo un desarrollo y progresivo crecimiento demográfico y territorial durante el periodo Clásico (200-900 d.C.), y sostuvo contactos comerciales con grupos del altiplano y el suroeste de lo que hoy es EU. Hacia los periodos posclásicos Temprano y Medio (800/900-1350 d.C.) alcanzó su mayor amplitud geográfica y homogeneidad cultural dentro de la secuencia arqueológica del occidente de México.
Al ubicarse en una llanura limitada por los ríos San Pedro Mezquital y Grande de Santiago, “los habitantes de Coamiles tuvieron acceso directo a tierras cultivables de alto rendimiento y el control de importantes rutas fluviales de comunicación entre la costa y la Sierra Madre Occidental”, señaló Garduño.
Luego de adelantar que con el objetivo de determinar la extensión total de los muros de contención a lo largo de la plataforma, se contempla llevar a cabo una prospección con la utilización de un radar de penetración, el arqueólogo abundó que durante las exploraciones
también se hicieron sondeos en la denominada Acrópolis Norte, que permitieron corroborar que la planeación arquitectónica de este conjunto monumental se diseñó en función de la observación astronómica de los equinoccios.
“Incluso se identificó una estela lisa en la cima del cerro que funcionó como marcador solar de uso calendárico”, añadió.
El investigador del Centro INAH-Nayarit refirió que de 2005 a la fecha, el proyecto de investigación en Cerro de Coamiles ha realizado extensos reconocimientos de superficie, de tal manera que se ha determinado que debió abarcar una superficie de 1.5 kilómetros cuadrados.

El arqueólogo Garduño destacó que los antiguos pobladores de este sitio alcanzaron una alta especialización artesanal, que se manifestó en la manufactura local de vasijas de uso ritual que fueron decoradas con una variada iconografía, que en algunos casos presenta afinidades
estilísticas con cerámica contemporánea de Cholula, Puebla.
También, agregó, la metalurgia del bronce y del cobre fue una industria importante para estas poblaciones; el uso de artefactos de este último metal en anzuelos, agujas, cascabeles, pinzas,
aros o cinceles, se generalizó entre la mayor parte de la población costera aztatlán desde 900 d.C.

Mauricio Garduño precisó que las exploraciones en el sitio se han concentrado en los sectores suroeste y noreste, donde se han identificado basamentos y montículos, zonas niveladas y terrazas; además, fue descubierto un nuevo conjunto de petrograbados, que se
suman a los 150 diseños reportados en los años 80 por una misión encabezada por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, de París, Francia.

Finalmente, el arqueólogo comentó que en colaboración con la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH y del Instituto de Ecología de la UNAM, se contempla el diseño de un proyecto integral de preservación tanto de los monumentos
arqueológicos de Cerro de Coamiles, así como de su entorno inmediato, mediante la habilitación de senderos ecológicos y la creación de un jardín botánico

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