Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Perdió México 2-0 contra Brasil, nuevamente sucedió, partieron "los verdes" rumbo a Rusia entre la eterna esperanza de los aficionados que, con la duda, por la manera de dirigir a la oncena nacional por parte del director técnico Osorio, pero sí la idea, siempre clavada en el corazoncito tricolor de llegar al quinto partido, casi mítico, porque ya en alguna ocasión lo hicimos. No se pudo, una vez más, la selección nacional quedó en el nivel en que siempre estará, el cuarto juego, quizá, el mejor equipo de la paupérrima Concacaf, con algunas genialidades como el triunfo sobre los alemanes, pero nada más y la esperanza vuelve a renovarse hasta dentro de cuatro años en el mundial de Qatar.
Ojalá, y ahora que triunfó Andrés Manuel López Obrador, en las elecciones del pasado domingo, que no nos suceda lo que al equipo tricolor, que la esperanza no quedé ahí, esperando la llegada del próximo presidente que nos vuelva a emocionar diciendo que ahora sí, esperemos una nueva nación, donde todo sea color de rosa, no haya pobres, cero corrupción, impunidad inexistente y una economía propia del primer mundo. Todavía deben de resonar en las orejotas de burro del ínclito bruto guanajuatense Vicente Fox, aquellos gritos de la ciudadanía en la celebración en el Ángel de la Independencia, que lo conminaban: "¡No nos falles!" y por supuesto falló...hasta la llegada de Calderón, quien tampoco dejó satisfecho a los mexicanos.
Siento, y espero no equivocarme, que la elección de ayer, no solo deja por primera vez en la historia, la elección de un gobierno de izquierda en el país del nopal y la tuna...más importante, desde mi punto de vista, es que la participación masiva y decidida del domingo por parte de unos ciudadanos dispuestos a castigar a los que detentan el poder lleno de privilegios, abusos de autoridad y poder. Quisiera que todos los mexicanos comprendiéramos que los primeros que debemos cambiar, no son los políticos en turno de cualquier puesto y nivel de gobierno, somos nosotros, usted amable lector y yo, quienes debemos de dar un giro sustancial a nuestra forma de actuar y desenvolvernos en los entornos que cada uno tenemos. Primero reconocer cómo somos: huevones en el trabajo, buscando siempre que nos paguen más y trabajar menos, impuntuales por norma. Prestos a tomar lo que el gobierno nos ha acostumbrado a agarrar sin ningún esfuerzo: becas, programas campesinos, apoyos regalados, recursos a fondo perdido, programas sociales de todo tipo y mil cosas más que se dilapidan con nombres demagógicos como Prospera, Oportunidades, Progresa, Solidaridad y cada que llega uno nuevo le cambian el nombre, pero que ni un gramo le han bajado a la pobreza, solo acostumbrar a los mexicanos a estirar la mano y echarse a la hamaca. Somos todos muy críticos de los distintos gobiernos, pero igual que ellos ofrecemos la mordida, no pagamos los impuestos, sacamos la basura de noche, desperdiciamos el agua, nos estacionamos en lugares prohibidos, hacemos trampa cuando podemos y robamos cuando no nos ven, lo mismo los clips de la oficina, que un dentífrico en Soriana. Tomamos lo que nos dan los políticos y no preguntamos de dónde vino el apoyo o sí es legal. Antes de pedirle al nuevo presidente y a su gabinete, a los nuevos gobernadores, senadores, diputados, presidentes municipales, regidores y síndicos, los que vienen y los que ya están en la silla, que cambien, debemos cambiar nosotros, porque si no, seguiremos siendo estafados robados y defraudados porque no tendremos cara para pedirles honestidad y respeto a la nación. Los agachados de siempre.
Así y todo, yo le pediría a AMLO, lo siguiente:
1. Respeto a los perdedores de la contienda del domingo, porque hay que entender --y no solo el candidato, sino todos sus seguidores-- que la campaña, larga, onerosa y tediosa ya concluyó. De alguna manera involucrar a Meade, Anaya, el Bronco y hasta a Margarita, en la construcción del nuevo --y eso de nuevo conmueve-- México.
2. En su discurso triunfal, López Obrador, advirtió a colaboradores, amigos y familiares a no servirse del poder para su beneficio, es decir a no robar y cometer acto de corrupción como hoy es la normalidad, detrás de él, en la imagen de la televisión, sus hijos, que en campaña fueron muy criticados, aplaudían a rabiar y asentían con la cabeza los decires de papá, ojalá así sea, no se olvidan los nepotismos de la rata mayor, el seudo españolete José López Portillo que puso en la nómina a su hijo José Ramón ("el orgullo de su nepotismo") en una subsecretaría de Programación y Presupuesto; a su carnala Margarita, al frente de Radio, Televisión y Cinematografía; a otra hermana, Alicia, la hizo su secretaria particular; a su primo Guillermo, al frente del Deporte; a un cuñado, oficial mayor de la Comisión Federal de Electricidad y a su amante Rosa Luz como Secretaria de Turismo --¡nomás!--. No queremos otros "niños" Bribiesca haciendo de las suyas bajo las faldas de mami o las barbas de papi.
3. Sabemos, los que no fuimos ni actuamos como "chairos" o "pejezombies" --ambos motes muy despectivos-- durante la campaña, que es imposible cambiar al país como aparentemente prometieron todos los candidatos, especialmente Andrés Manuel. Si creo, por ejemplo, que se puede reducir --no acabar-- la corrupción y será un camino largo y sinuoso --los Beatles dixit--, pero si no se intenta, seguiremos igual. Habremos de recordárselo cada cinco minutos y para eso es indispensable poner en marcha algo que no se hace en México y es su principal problema: la impunidad. Aquí a nadie se castiga como se debe. Ya son miles los casos de criminales --desde raterillos de poca monta hasta malandrines de cuello blanco-- que entran y salen de las cárceles --en los pocos, poquísimos casos en que logran entrar a chirona-- alegremente. Son muchos los Robertos Sandovales que andan sueltos disfrutando las mieles de sus hurtos. La hijaeperra esposa de Duarte, ya está protegida en Inglaterra y todos felices. Repito: es largo el camino y lleno de espinas, pero hace falta castigar a ministerio públicos y jueces porque esto ya se pasó de tueste. Dijeran los hijos del pollino güero: "zero telorance", tolerancia cero para el corrupto que viene a ser un traidor a la patria, así de fácil. Mientras siga la manga ancha, esto no se acaba ni yendo a bailar a Huajicori con Maribel Guardia, el 2 de febrero.
4. Durante la campaña se habló mucho que México iba camino a convertirse en otra Venezuela...nada más falso, ni México es ese país, ni nosotros venezolanos, ni el peje es un pendejo como Maduro. Sin embargo, queda claro que el poder enferma a los que lo detentan. No hay uno solo que no se haya mareado, por más culto o inteligente que haya sido. Esta nación meshica, necesita contrapesos, de ahí que me suene una campanita en el cerebro al ver que Morena tendrá la mayoría en el congreso, ya que siempre se ocupan contrapesos, de lo contrario, ya borracho de poder, sí se corre el riesgo de un venezolazo, además de que la izquierda en latinoamérica es penosa con personajes como el propio Maduro, Evo Morales en Bolivia, decepcionante hasta con sus hermanos indios; Dilma Rousef y Lula, ambos de Brasil, la primera destituida y el segundo en la cárcel; Ortega que tanto luchó como sandinista contra la dinastía Somoza en Nicaragua, ahora está igual o peor de maldito; además de los Castro en la bella Cuba y su simulación de un gobierno nuevo y dizque democrático. Ojalá el de Macuspana no caiga en este grupo.
5. Cero engaños y lenguajes incomprensibles para la sociedad. Preferible que nos digan que va a doler y no que venga el chingadazo y nos agarre desprevenidos. Que se le hable al pueblo --así de lento como acostumbra, no importa-- con un lenguaje que esté a su altura y con veracidad, nada de "estamos bien", "la economía está boyante", "estamos en el primer mundo", "no subirá la gasolina ni los impuestos" y al otro día ¡Zas! suben gasolina e impuestos.
6. Andrés Manuel López Obrador, tiene en común algo con los mexicanos: es humano, aunque algunos de sus seguidores y colaboradores le digan que es un dios del Olimpo, el es humano, ni siquiera semidios, humano, de esos que aciertan, pero también riegan el tepache. Debe el tabasqueño hacer oídos sordos al canto de las sirenas. Recuérdese al futbolista Hugo Sánchez, que tanto le dijeron que era el mejor, el más guapo, el más lindo, el non plus ultra de la raza de bronce y hoy es tan solo "Tarugo" Sánchez, el hipermamón y creído personaje que tenemos que soportar por sus ínfulas mitológicas. Nadie aguanta tanto elogio de los lambiscones y lamebotas, que siempre son hordas en pos del mandatario, aleje el presidente electo a esas alimañas que solo quieren un hueso.
7. Pregunte el Presidente a su pueblo qué hacer, por dónde transitar, qué opina, pero no con mamadas de esas de plebiscitos para ver si queda o sigue, eso de entrada nadie lo cree. A través de nuestros representantes, los 628 legisladores que tenemos como senadores y diputados que medran de manera dolorosa --por la enorme cantidad de zánganos-- el presupuesto nacional. Esa parte nos toca a nosotros, tenemos que hacer trabajar a esos depredadores y echarlos a la calle si no funcionan.
8. Es verdad. Las políticas nacionales educativas, han fracasado totalmente, por ello la sociedad sigue en un estado de total "pendejismo" si me permiten la prosaica expresión. Cualquiera nos engaña, lo mismo Jaime Maussán y sus mafufos platillos voladores que el gobernador en turno y sus promesas oníricas; el vidente de la radio que desde las mariguanadas de "Orión" nos viene con curaciones milagrosas, que el diputado federal o el senador que dizque nos representa y nos informa nada, nada y nada. La educación es lo único que impedirá que llegue una gitana y nos vea la cara viéndonos la mano. Hoy a nadie reprueban en la primaria y en la secundaria --ahí comienza la impunidad y el enaltecimiento a la mediocridad--, jóvenes que egresan de la secundaria y llegan a la prepa sin saber leer, o las tablas de multiplicar, o que no tienen idea de quien diablos fue Francisco I. Madero. Muchos de ellos egresarán e irán a la Escuela Normal para ser maestros y "educar" niños. ¡Vive Dios! Un maldito círculo vicioso que no hay por dónde cortarlo. En lo educativo, autoridades y sindicatos se han dedicado, eso sí, con mucho esfuerzo y "vocación" a hacer la más abyecta grilla --que no política--, y eso debe terminar, si queremos ser un país de seres pensantes que todo lo pongan a prueba, que discriminen la información que les llega, solo así dejaremos de ser crédulos donde nos quitan el oro y nos dejan cuentitas de cristal.
9. La pobreza en México es otro punto digno de que el presidente de la República lo vea de otro modo. Los distintos gobiernos se hemos sufrido, han "intentado" erradicar la pobreza, como si de arrancar una verruga de un cachete se tratara. Incluso, aparte de las acciones tontas y discursos demagógicos, los logros "más notables" es ponerle nombres o clasificaciones incompresibles a la pobreza: pobreza extrema, pobreza moderada, pobreza por ingresos, población vulnerable por carencia social, carencia por acceso a la seguridad pública, pobreza por carencia de vivienda, pobre acceso a la alimentación y otras muchas clasificaciones que no han resulto nada, y seguimos --contando cada día más-- aumentando los 53.4 millones de pobres en el país, 9.4 en pobreza extrema, sobre todo los indígenas de la nación que llevan casi 500 años jodidos.
10. Dejar de inflar las nóminas gubernamentales es ya una impostergable acción gubernamental, que no se haga el gobierno federal como los municipales o estatales que alegando que no hay dinero --nunca hay--, despiden trabajadores, pero contratan otros en una acción inexplicable --o muy explicable cuando en esas vacantes ponen a los amigotes, a los ahijados y a las queridas, no importando si los que llegan saben a lo que van o tienen el mínimo perfil--. De hecho es necesaria una reforma política que nos quite mucho más que la mitad de los 500 diputados --muchos de ellos plurinominales, que el pueblo no vota-- y 128 senadores. Ahí sí hay ahorro. Si los mexicanos estamos dispuestos a cambiar, todos debemos de hacer mejor nuestro trabajo, capacitarnos, dejarnos de huevonadas y pegarle duro a lo que nos toca hacer, en consecuencia nadie se asuste si lo corren por inútil u holgazán.
Así pues, si votamos o no por López Obrador, si nos cae o de plano no nos llega, si somos de izquierda o de derecha, si pensamos o no que es la mejor opción para México Lindo y Querido, si le va al América o a las Chivas, si patatí si patatá...todos, usted, yo, aquel que va pasando por enfrente, todos debemos unirnos y conseguir lo que los cuatro candidatos vieron que faltaba en el país. Ni más ni menos, lo demás será más de lo mismo disfrazado de izquierdismo y gobierno liberal. Al tiempo.
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