jueves, 18 de agosto de 2022

RESCATE ARQUEOLÓGICO REVELA ANCESTRAL CULTO AL AGUA EN LA COSTA CENTRAL DE NAYARIT



 

Arqlgo. Mauricio Garduño Ambriz

Sección de Arqueología/Centro INAH Nayarit



Con motivo de la construcción del Canal Centenario en la costa central de Nayarit, obra monumental de infraestructura hidroagrícola a cargo de la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA) y de la CONAGUA/Dirección Local Nayarit, recientemente el Centro INAH Nayarit llevó a cabo un programa emergente de rescate arqueológico en el sitio “La Terraza”, ubicado en una parcela colindante al derecho de vía del Tramo “C” del Canal Centenario.

 



Este asentamiento de origen prehispánico se localiza a una distancia de 640 m. de la margen derecha del río San Pedro, sobre una terraza fluvial que topográficamente se encuentra por encima de la cota máxima de inundación de dicho río.



 Además, se ubica en una posición geoestratégica importante, con acceso directo a uno de los principales ejes fluviales de comunicación entre las tierras bajas inundables de la costa y la Sierra Madre Occidental. Las evidencias arqueológicas (montículos, alineamientos de piedra que delimitan unidades habitacionales, muros de contención estructural y concentraciones de artefactos) se distribuyen linealmente a lo largo del frente de dicha terraza, justo en el límite entre su superficie plana superior y su talud frontal, cubriendo una extensión aproximada de 1.3 has.

 


Las excavaciones controladas tuvieron lugar en el Montículo 1, la principal estructura arquitectónica del sitio y la mejor conservada. Este promontorio artificial es de volumetría convexa y de base rectangular, con su eje longitudinal orientado de Norte a Sur, con un largo de 20 m., un ancho promedio de 12 m. y con una altura actual de 0.53 m. sobre el nivel de la plaza circundante. Su fachada se encontraba orientada hacia el Sur, justo hacia el cauce del río San Pedro. Los sondeos arqueológicos permitieron corroborar que se trataba de una estructura arquitectónica construida con rocas y tierra limo-arcillosa compactada.

 


Además, el registro de su estratigrafía interna permitió identificar dos etapas de ocupación en el sitio, la primera perteneciente al periodo Epiclásico y la más tardía relacionada con la cultura regional Aztatlán del periodo Postclásico, registrándose una ocupación continua por parte de la población local de alrededor de ocho siglos, entre el año 500 y el 1350 d.C. 



Durante los trabajos de sondeo efectuados al interior del recinto que estuvo emplazado en la parte superior del montículo fue posible explorar y recuperar, en su contexto cultural original, cinco vasijas de barro -tres ollas, un plato y un tecomate-, recipientes que fueron colocados como ofrenda dentro del relleno constructivo del Montículo 1, por debajo de los pisos. Destaca el hallazgo de una urna funeraria in situ, que fue sellada con un plato colocado en posición invertida, a manera de tapa. Cabe precisar que esta vasija contenía los restos de una cremación o incineración, práctica cultural que se generalizó entre la población asentada en las tierras bajas aluviales del norte de Nayarit y el sur de Sinaloa durante el periodo Epiclásico, entre el año 600 y el 900 d.C.


Aunque nos fue posible documentar que el Montículo 1 fue remodelado en su etapa de ocupación más tardía, aumentando su tamaño y volumen constructivo, es importante precisar que su orientación general se conservó a través del tiempo. Los datos recuperados en campo sugieren que esta estructura funcionó como un templo vinculado con actividades rituales relacionadas con el culto al agua. A este respecto cabe precisar que tanto su fachada como la rampa frontal escalonada que daba acceso al recinto superior se encontraban orientadas directamente hacia el río San Pedro, por lo que este templo seguramente funcionó como un importante punto de visita dentro del circuito procesional regional, vinculado con el ciclo ritual anual relacionado con las deidades del agua.

 




A este respecto es importante recordar que dentro de esta microrregión geográfica y cultural actualmente tiene lugar la celebración, por parte de los grupos originarios del Gran Nayar (coras, huicholes, tepehuanos del sur y mexicaneros)-, de la Muuchatena o la fiesta de los San Juanitos, que el 24 de junio congrega en torno al río San Pedro a numerosos habitantes de las poblaciones autóctonas y mestizas circundantes.

 


Dentro del ciclo ritual anual de estas comunidades esta festividad está vinculada con las deidades que propician la llegada de las lluvias, es decir, con el solsticio de verano. Al igual que el asentamiento prehispánico de “La Terraza”, el sitio sagrado de la Muuchatena se ubica justo a orillas del río San Pedro Mezquital, donde una de las principales ofrendas depositadas en el altar central de este recinto son los copos de algodón, que representan las nubes pluvíferas que propiciarán buenas lluvias y la obtención de buenas cosechas.

 


Con este cúmulo de datos confirmamos que el culto al agua en esta región entre las comunidades originarias del Gran Nayar constituye una de las manifestaciones contemporáneas de la continuidad cultural y plena vigencia de la compleja tradición religiosa mesoamericana, por lo que la conservación integral de estos sitios sagrados y de su entorno natural debería de ser considerada como una prioridad dentro de las políticas y líneas de acción de carácter institucional, a nivel estatal y federal.

 


 

 

 


domingo, 3 de julio de 2022

¿QUIÉN ES EL PUEBLO SABIO Y BUENO?

 


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo



martes, 10 de mayo de 2022

PORQUÉ NO, EL PERDÓN DE ESPAÑA



Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Cuando su servidor estaba en cuarto o quinto de primaria (tiempos prehistóricos), una maestra, que por cierto no era la que nos daba historia sino la de inglés, nos ofrecía constantemente su sentir y no tenía rubor al poner a los españoles como palo de gallinero. La mujer, con mucho sentimiento de odio y poco raciocinio, de "malditos gachupines" no bajaba a los hispanos. Nos decía, siempre muy exhaltada que ellos, los europeos "nos habían" quitado la libertad, que se llevaron "nuestro" oro y plata; que destruyeron "nuestras" ciudades y pueblos; y en el colmo del paroxismo antihispano, casi nos gritaba que los odiados "gachupines" "nos arrebataron" la lengua y la religión.

Niños de diez u once años, todo eso nos tragábamos e inconsciente e inocentemente odiábamos a los "gachupines" que "nos habían" causado tanto daño. Más o menos este es el pensamiento que asalta la razón de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, quien, se coloca la toga de historiador y ofrece al "pueblo sabio y bueno" (como a nosotros niños de cuarto año), su muy personal interpretación de la historia nacional. No esperaba yo de la cuarta transformación, que se manipulara la historia como hicieron los priista y panistas en su momento.



Al terminar la primaria, allá en la zona conurbada del entonces Distrito Federal, nunca más volví a ver a mi maestra. Es una lástima que ni siquiera recuerdo su nombre. Pero hoy le diría que estaba equivocada porque aquellos conceptos de "nos habían quitado", "nos robaron", "destruyeron nuestros...", "perdimos la religión y la lengua", no se ajustan a la realidad...simple y llanamente porque "no éramos". No existíamos los mexicanos como hoy nos concebimos.



Si bien es cierto que los españoles causaron graves daños a los pobladores de estas tierras porque en efecto, los saquearon, les robaron su patrimonio y tranquilidad, les violaron a sus mujeres, destruyeron sus pueblos con su arquitectura, templos, adoratorios, teocallis, viviendas; les arrebataron sus tierras; les cambiaron su religión, lengua y hasta su nombre. Y quizá lo peor, trajeron enfermedades exóticas en estas tierras que causaron significativa mortandad. Los hispanos se llevaron al nuevo mundo: oro, plata, joyas, jade, animales, alimentos y condimentos maravillosos y muchas otras grandes riquezas; a cambio dejaron esclavitud, dolor y mucho odio que permaneció oculto por 300 largos años. Pero todo eso y mucho más, no nos lo quitaron a "nosotros", porque no éramos mexicanos todavía.



Hoy, 500 años después, a los habitantes de estas tierras que llamamos México, les corre por sus venas sangre europea y sangre indígena, somos (ahora sí, "somos") el producto de la mezcla de esos dos pueblos. Mestizos, mitad blancos, mitad cobrizos; dijera aquel escritor: "Aquí todos somos café con leche, unos con más café, otros con más leche, pero los ingredientes son siempre los mismos: Europa, América, Africa". Cosa que, por ejemplo, no sucedió en Estados Unidos a donde llegaron los ingleses y no se mezclaron con las comunidades indias de esos extensos territorios; ahí no hubo mestizaje, solo genocidio.


Mi maestra por supuesto, no adoraba a Huitzilopochtli, ni hablaba náhuatl o maya. Nada le quitaron. Ella y AMLO tienen la peregrina idea de que los aztecas, más correctamente mexicas, ya éramos "nosotros". Y no, ellos eran tan solo uno de muchos pueblos originarios que poblaban no solo Mesoamérica, sino todo el continente que hoy lleva el nombre de Américo Vespucio. Además hay que decirlo con fue: los mexicas eran odiados por los pueblos vecinos, los cuales eran obligados a pagar fuertes tributos y aportar seres humanos para los sacrificios rituales. La prueba es que los tlaxcaltecas no dudaron en unirse a los peninsulares en contra de Tenochtitlan, la cual cayó en 1521 iniciando una nueva etapa en la crónica de aquellos desdichados pueblos.



Es maniquea la idea de que los españoles eran todo lo malo y los indígenas todo lo bueno. Lo que no contemplan mi profesora y mi presidente, es que al mismo tiempo iba creciendo el mestizaje del cual hoy provenimos todos, conformando, ahora sí, al mexicano.

La idea de pedirle al actual rey de España que nos pida perdón, es tan ridícula como solicitarle a Tlaxcala que cada mes en una ceremonia especial, también nos pidan absolución y clemencia al haber "traicionado a la patria" por aliarse a los hispanos. ¿Verdad que no?



Me opongo a este inane afán de reescribir la historia con los ojos, perspectivas y valores del siglo XXI. Este revisionismo que tira de sus pedestales las estatuas de Colón, es tan absurdo como el revisionismo nazi que pretende hacer creer al mundo que no existió el holocausto judío durante la segunda guerra mundial. Las acciones  fútiles e insustanciales de cambiar el nombres de las calles de personajes hispanos como "Puente de Alvarado" para "rebautizarla" como "México-Tenochtitlan" es un acto de la más grotesta y mezquina demagogia.

Recuerden mi maestra y mi "cabecita de puro apagado", que en esa época estaban en plena edad media. Que no se rebajen a tal nivel. 

lunes, 9 de mayo de 2022

RESCATE ARQUEOLÓGICO REVELA NUEVOS DATOS SOBRE LA OCUPACIÓN PREHISPÁNICA EN LA ZONA NUCLEAR COSTERA AZTATLÁN

 


Arqlgo. Mauricio Garduño Ambriz

Sección de Arqueología/Centro INAH Nayarit

 Recientes trabajos de rescate arqueológico llevados a cabo por arqueólogos adscritos al Centro INAH Nayarit en la costa central de Nayarit permitieron recabar datos significativos sobre la ocupación prehispánica y la sucesión cultural que tuvo lugar en las fértiles tierras localizadas entre los ríos San Pedro y Grande de Santiago, en esa dilatada llanura deltaica inundable a la que hemos denominado La Mesopotamia del Occidente de México, donde cíclicamente las inundaciones estivales fertilizaban de manera natural los finos y profundos suelos aluviales aledaños a los principales cauces fluviales, potenciando su alta productividad.

 


Según las fuentes documentales tempranas de la primera mitad del siglo XVI, en las que es posible conocer el testimonio de los soldados conquistadores que participaron en la empresa de conquista de los señoríos prehispánicos ubicados en la franja costera noroccidental de Nayarit, precisamente en estas zonas bajas ribereñas era posible practicar agricultura intensiva de humedad, obteniéndose en algunos casos hasta tres cosechas de maíz al año, según los datos recabados por Anguiano (1992) para la provincia o señorío de Sentispac.

 


Los trabajos de excavación arqueológica tuvieron lugar en el marco de la construcción de la red secundaria de distribución del Tramo “B” del Canal Centenario en la costa central de Nayarit, obra monumental de infraestructura hidroagrícola a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA/Dirección Local Nayarit), concretamente a lo largo del eje de trazo proyectado y dentro del derecho de vía del Canal Lateral 27+680 en el ejido de Coamiles, en la zona conocida localmente como “Las Tinajas”, donde a pesar de la recurrente nivelación agrícola todavía es posible observar al menos dos importantes conjuntos arquitectónicos orientados astronómicamente, con montículos de hasta 8 m. de altura.

 


El mapeo y croquización de estos conjuntos arquitectónicos, así como la recolección de los materiales arqueológicos diagnósticos asociados a cada estructura, permitió corroborar que se trataba arquitectura ceremonial planificada cuya construcción tuvo lugar durante el periodo Postclásico, es decir, durante el momento de apogeo y máxima expansión territorial de la cultura regional Aztatlán (850/900-1350 d.C.), que se desarrolló sobre bases sociales, económicas y demográficas propias desde hace aproximadamente dos milenios, según hemos podido corroborar a partir de diversos sondeos estratigráficos realizados desde 1998 en las cuencas inferiores de los ríos Acaponeta, San Pedro y Grande de Santiago.

 


Además de mostrar todas estas construcciones un patrón de orientación compartido, las observaciones que llevamos a cabo en el complejo arquitectónico “Las Tinajas” en el amanecer del 21 de marzo -fecha astronómica del inicio del equinoccio en el hemisferio Norte- permitieron corroborar que al menos uno de estos conjuntos arquitectónicos se planificó y orientó astronómicamente, con la finalidad de registrar la aparición del disco solar por el horizonte oriental, trazando una línea visual de poniente a oriente desde la cima del montículo principal de este conjunto. Es decir, el paso cenital del sol sobre “Las Tinajas” tiene lugar precisamente en el equinoccio de primavera. Esta orientación equinoccial corrobora la importancia que el culto solar desempeñó entre las poblaciones de la zona nuclear costera Aztatlán durante el periodo Postclásico, en el diseño y construcción de sus principales emplazamientos de uso ceremonial.

 


En este sentido, debemos recordar que dentro del ciclo ceremonial anual el equinoccio de primavera marcaba para estas poblaciones el inicio de los principales ritos de transición o renovación, es decir, de aquellas actividades rituales que tenían lugar entre el periodo crítico de transición entre la temporada de secas y la de lluvias, precisamente entre el equinoccio de primavera y el solsticio de verano, ceremonias que tenían como objetivo propiciar la llegada de las nubes pluvíferas del oriente, elemento esencial para garantizar la obtención de buenas cosechas.

 


Por otro lado, los sondeos controlados realizados a lo largo del eje de trazo del canal lateral proyectado permitieron confirmar la existencia de depósitos arqueológicos bien estratificados, es decir, de una sucesión ininterrumpida de capas de suelo de origen cultural, ordenadas cronológicamente. De esta manera, fue posible identificar diversos artefactos -principalmente fragmentos de vasijas cerámicas, de figurillas y de desechos de obsidiana- representativos de por lo menos cinco fases de ocupación dentro de la historia prehispánica regional, cubriendo un rango temporal de por lo menos trece siglos, desde el inicio de nuestra era hasta mediados del siglo XIV.

 A este respecto es importante mencionar que por primera vez dentro de la historia de las excavaciones arqueológicas de carácter científico efectuadas en el asentamiento prehispánico de Coamiles fue explorado un nivel cultural de ocupación perteneciente al complejo cultural Chinesco del periodo Formativo Terminal (100 a.C.-250 d.C.), que representa la colonización más antigua por parte de grupos agrícolas de carácter plenamente sedentario registrada a la fecha en las tierras bajas noroccidentales de Nayarit. Además, directamente sobre esta capa los sondeos revelaron la existencia de numerosos fragmentos de vasijas (ollas, tecomates, cazuelas y cuencos) y de figurillas representativos de la fase cultural Gavilán (250-500 d.C.) del Clásico Temprano, identificándose indicios materiales, a nivel estilístico, que evidencian la existencia de una etapa transicional entre ambos complejos culturales.

 


Sin embargo, es importante aclarar que la mayor parte de los depósitos culturales explorados durante el programa emergente de rescate arqueológico en “Las Tinajas” se ubican cronológicamente en la fase cultural Amapa (500-800/850 d.C.), cuando tuvo lugar en la costa noroccidental un notable incremento demográfico y una marcada jerarquización social, que coincide con la ampliación de las redes locales de intercambio entre las poblaciones de la zona nuclear costera Aztatlán y asentamientos ubicados en la sierra, las mesetas interiores y las cuencas lacustres de Nayarit y Jalisco.

 Prácticamente todos los depósitos explorados corresponden a contextos de carácter habitacional, es decir, se derivaron a partir de actividades domésticas de preparación, consumo y desecho de alimentos, recuperándose numerosos fragmentos de vasijas utilitarias asociados a carbón y ceniza, así como a huesos de origen animal (segmentos óseos de venado, espinas de pescado, huesos de tortuga y probablemente de guajolote), con huellas de exposición al fuego. La identificación taxonómica precisa de estos residuos orgánicos permitirá reconstruir, al menos parcialmente, la paleodieta y los hábitos de consumo de estas poblaciones.

 Asociados al complejo arquitectónico “Las Tinajas”, que fue construido y estuvo en funcionamiento a lo largo de la ocupación Aztatlán (850/900-1350 d.C.) del periodo Postclásico en el sitio, fueron recuperados en superficie un cascabel globular de cobre, un pendiente circular con perforación transversal y una placa tabular de piedra verde -probablemente manufacturada en jadeíta procedente del valle del río Motagua, Guatemala-, materiales que eventualmente serán analizados en el Instituto de Física de la UNAM, con la finalidad de determinar su composición elemental y su origen geológico.

 El conjunto artefactual recuperado en campo será restaurado, investigado, catalogado y registrado de manera oficial en las instalaciones del Centro INAH Nayarit. Con la información generada a partir de las investigaciones de campo y de gabinete eventualmente será posible enriquecer los guiones científicos y museográficos tanto del Museo Regional de Nayarit como del Museo Comunitario de Coamiles, en beneficio de la identidad y la cultura regional.

 Finalmente mencionaremos que la ejemplar colaboración institucional entre la SEDENA, la CONAGUA y el Centro INAH Nayarit con motivo de la construcción del Canal Centenario en la costa central de Nayarit ha permitido a la fecha modificar y reubicar el trazo original de cuatro importantes canales de irrigación, en beneficio de la conservación y protección del patrimonio arqueológico estatal.

 



lunes, 7 de febrero de 2022

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA

 


Por; José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

DE CHILE: 

    Yo estoy plenamente convencido de que en efecto hay una campaña mediática para dejar al presidente López Obrador como palo de gallinero, mismo que lo tiene así de sucio por los muchos yerros que él solito comete -esto deben de reconocerlo propios y extraños-. La idea es desprestigiarlo y dejarlo en mal ante una sociedad que, curiosamente, lo tiene en casi en el 70% de aceptación.

 Carlos Loret de Mola, ya muy desacreditado por los trapitos sucios que le han sacado y lo montajes que organizó y luego le descubrieron; encabeza la lista, llevándose a un Brozo belicoso y valentón entre las patas, elevando el rating de un canal llamado "Latinus", que ahora sabemos tiene fuerte intereses de familiares de aquel tramposo de los maratones y de la grilla nacional que fue Roberto Madrazo. Eso me queda claro.


Historiador Pedro Salmerón
Historiador Pedro Salmerón

Sin embargo, AMLO arroja todos los días --todas las mañanas para ser más exacto-- kilos y kilos de leña que alimentan la fogata de Loret, Brozo y otros, que sin duda están hiper encarbonatados por la lana --nada despreciable por cierto-- que dejaron de ganar vía, dicen las malas lenguas, el renombrado "chayote". 

    Pero, ni modo que nadie diga nada por la férrea, cuando todos vemos la necia defensa presidencial de un tipo como el historiador Pedro Salmerón, acusado de acoso por algunas mujeres, que si bien, nunca lo denunciaron ante un agente de ministerio público, sí tuvo que renunciar al ITAM, por la fuerte presión que se generó y porque él tampoco demostró lo contrario, simplemente hizo de tripas corazón y se fue con su acusaciones, apareciendo en la mente de todos aquello de "el calla otorga". 

    Además, nuestro mandatario, el "cabecita de puro apagado" tiene el feo antecedente de defender, a capa y espada, a un burro en eterna primavera como es Félix "el violín" Salgado Macedonio, quien sí tiene denuncias y se ha salvado de ver la vida tras los barrotes, es porque tiene amplias y poderosas influencias y un amigocho "a todo dar" como es Andrés Manuel.

    A los pocos días, el gobierno panameño, a través de su canciller, rechazó la propuesta mexicana, lo que fue un buscapiés de esos muy tronados en las fiestas decembrinas, en salva sea la parte de AMLO, quien, una vez más --de manera irreflexiva y hasta tonta-- acusó de inquisidores a los panameños, cambiando a Salmerón por...¡Vive Dios!, la mariguanita Jesusa Rodríguez, quien de diplomacia sabe lo que yo de la vida sexual de las paranoplocéfalas perfoliatas.

    En realidad a mí poco me importa la vida de Salmerón, si es culpable, que se le castigue. También me vale maracas, si a la Jesusa la gusta fumarse duro y macizo la cola de satanás y si se verá favorecida por cambiar "la dorada de Acapulco" por "la roja de Panamá". No, esas son nimiedades, lo que su servidor alega es que la manera como AMLO está otorgando puestos aquí y allá, son al más puro estilo de los neoliberales que tanto ataca o del viejo priismo: puestazos a los amigos, a los camaradas o a los que nos "favorecieron" en campañas pasadas. Es curioso observar como Andrés Manuel ofreció embajadas a la ex gobernadora de Sonora, al ex de Sinaloa y hasta al de Campeche, donde --sospechosamente-- ganaron los candidatos de Morena, siendo esos funcionarios de partidos ajenos al de la mal llamada 4T y, por supuesto, al más viejo estilo, pagar los favores de los amigos.

    No conozco a esa señora Jesusa, más que por decires a favor de la mota y ser incondicional del señor López Obrador; pero si estoy seguro que ella no tiene ni el perfil, ni la carrera que se debe tener para representar al país en otra nación. Vuelve AMLO a los tiempos del ayer, donde valía madre la preparación, los estudios y la experiencia, lo que vale es ser amigo o compadre del mero nalga. No me cabe duda, le ha quedado chica la cuarta transformación a su creador.


DE DULCE:

    Creo que ha sido muy buena intención del ayuntamiento de Acaponeta que preside el buen amigo Manuel Salcedo Osuna de implementar una ruta nocturna en la recolección de basura. Ahora, los camiones que recogen los desperdicios pasan por la noches también, levantando cientos de bolsas que antes, de manera totalmente inconsciente e ilegal, los sucios ciudadanos que nunca faltan, arrojaban en las esquinas a sabiendas de que el recolector no pasaría sino hasta la mañana siguiente.


    También sé, que el mayor de los males en este país, es la impunidad. A nadie se castiga y por eso vemos esos tremendos casos de corrupción desvergonzada, una inseguridad desatada, el crecimiento enorme del crimen organizado, así, de esos niveles vamos hasta los que arrojan sus desperdicios por las noches o en horas en los que ya pasó el camión.

    Resultado: ahora pasa el camión por las noches, y la trinche gente asquerosa e incivilizada, continúa sacando la basura, horas o minutos después de que circuló el antiguamente llamado "carretón de la basura", con el mal que eso acarrea: perros, gatos, ratas y cucarachas dejan terribles imágenes en las esquinas; la imagen de la ciudad es detestable y un cochinero espantoso. 

¡No, señores del ayuntamiento! Lo único que están haciendo es acuachar canijos y huevones que no sacan la basura en las mañanas por seguir durmiendo la mona; que ni agradecieron el cambio de horario, y además, ahora pagan más por el consumo extra de combustible para los camiones nocturnos, horas extras en salarios para los trabajadores o, no lo sé, puestos nuevos para esa labor, pero la imagen urbana no mejoró un ápice. La solución es comenzar a multar a los cochinos vecinos de siempre y con que sancionen a dos o tres, les aseguro que se acabó el problema. Ahí está el ejemplo con los motociclistas, igual, muchos de ellos, de irresponsables. Comenzaron a imponer multas y ahora ya casi todos traen casco.

DE MANTECA: 

 Para los que sentimos amor por la lectura, trátese de la que se trate, sentimos una necesidad de tomar el libro y arrebatarle diariamente su contenido a veces a traguitos cortos y a veces de un solo jalón. Sin el afán de parecer petulante, los lectores consuetudinarios en ocasiones, por falta de tiempo, por atender otras necesidades, nos vemos privados de nuestro “pasatiempo” favorito, y lo pongo así entre comillas porque es mucho más que un simple hobby (palabra mamona, si usted me permite el prosaico vocablo).

Pero valorando las cosas, nos damos cuenta que tenemos tiempo para ver el fútbol o las ridículas películas de Rambo, y despreciamos lo más por lo menos. Recuerdo, hace años, una campaña que la biblioteca municipal emprendió, para darle difusión al año mundial de la lectura, lo cual me pareció muy loable. Así que me fui con mis hijos, estaban de a tiro chiquillos, a sacar la credencial para ser usuario de la biblioteca y poder hacer uso a domicilio y hasta por quince días de algunos libros; y de paso fomentar la lectura en mis pipiolos, tan bombardeados por la violencia de “inocentes” caricaturas, lo absurdo y promiscuo de las teleculebras televiscas, el comercialismo exacerbado y el continuo avance de la narcocultura que ya pintaba para más en aquellos días.

Su servidor, y lo menciono de pasada, escogió un magnífico libro, fundamental para el acervo cultural del mexicano y un clásico de la literatura nacional, me refiero a “Al filo del agua” del jalisciense Agustín Yáñez, muy conocido en estas tierras náyaras. Se los recomiendo.



Por otro lado es necesario aclarar que el día de hoy ignoro si existen  programas educacionales en relación a este tema, pero sí alcanzo a observar, que muchos maestros no leen otra cosa que las revistas rosas, los TV Notas o los “comics”  tan socorridos por la cultura popular mexicana, pero tan pobres en contenidos.


En los tiempos en que su servidor era estudiante; al inicio en la primaria, el fomento la lectura según recuerdo era más bien escaso, por no decir nulo: “Corazón diario de un niño” de Amicis o “Platero y yo” de Juan Ramón Jiménez, son dos de los títulos que apenas recuerdo que nos hayan obligado a leer. Después de eso era ingresar a la secundaria donde a bocajarro nos endilgaban “El Mío Cid” o “La Celestina” de Fernando de Rojas o bien “La Ilíada” o la “Odisea”, que sin duda son lecturas obligadas pero que no correspondían al seguimiento que debería haberse logrado en la primaria. Es como si a un infante que apenas ha aprendido a patear un balón, lo meten a la final de un torneo para mayores de 20 años. No se puede exigir al estudiante que pase del cursilón burrito Platero, libro que por cierto a nadie enganchó para seguir leyendo; a la difícil y engorrosa lectura del “Cid” en español antiguo. Sencillamente aventamos los libros y a otra cosa mariposa; así que el fomento de la lectura de plano no se daba. Aunque debo decir que “Corazón diario de un niño” es lo que me hizo leer y hasta la fecha.

En la preparatoria era aún peor, dependía de la ideología del maestro el tipo de lectura obligatoria, y hoy me parece absurdo y completamente ilógico que nos hubieran ensartado como lectura obligada el famoso “Libro Rojo de Mao”. ¡Ufff, ufffff y recontraufffff!

    Pocas son las lecturas apropiadas que recuerde aquellos tiempos de escolapio del nivel medio superior, entre ellas: “Pedro Páramo” y “El Llano en Llamas” de Juan Rulfo, inolvidables y que debieran ser obligatorios de leer; “Los de abajo” de Mariano Azuela; “La muerte tiene permiso” de Edmundo Valadez o “El zoo humano” de Desmond Morris o ese libro también obligado “Canasta de Cuentos Mexicanos” de B. Traven. Lo demás no contribuía a interesar al muchacho en el delicioso mundo de la literatura.

Hoy desgraciadamente, también el valor de la lectura o de la literatura contemporáneos o los clásicos infantiles y juveniles, a ha ido menguando por el mercantilismo que ha llegado también a las editoriales y librerías. Autores que dan “recetitas de vida” o que se anuncian como los más grandes vendedores del mundo, tipo Og  Mandino o los de Cuauhtémoc Sánchez, han tendido una cortina de humo bloqueando a la buena lectura que también hoy se escribe o a la de siempre. Aunque por supuesto, será mejor ese tipo de lecturas que ninguna.

    La literatura mexicana es de las más ricas e interesantes del mundo y vale la pena descubrirla o para el lector no tan profano redescubrirla, por hoy las bibliotecas de su ciudad, en nuestro caso, la municipal de Acaponeta o la de la Casa de la Cultura “Alí Chumacero” que poca gente utiliza, son buenas opciones. 

    Ahora que en la prepa 3 de la UAN, tenemos edificio nuevo con una flamante biblioteca, han estado llegando libros y mobiliario especial, para conformar un círculo de lectores y pronto lo echaremos a andar. Sacar la credencial en la biblioteca municipal  “Benito Juárez” no costaba nada en aquellos tiempos, supongo que hoy tampoco y el personal es muy amable. Saquemos un rato a nuestros hijos del celular, apaguemos la tele y encendamos un buen libro.

miércoles, 2 de febrero de 2022

¡VÁMONOS A HUAJICORI!


 

EL PRESENTE, ES UN BELLO Y NOSTÁLGICO TEXTO ESCRITO POR UN GRAN HOMBRE AL CUAL TUVE EL ENORME GUSTO DE CONOCER Y TRATAR, SOBRE TODO CUANDO BUSCABA DATOS SOBRE EL ACAPONETA DEL AYER, ME REFIERO A DON EDUARDO VIDRIALES ROBLES, DE DULCE MEMORIA.

ESTOS SON SUS RECUERDOS SOBRE LA PEREGRINACIÓN QUE DESDE TIEMPO INMEMORIAL HACEN LOS ACAPONETENSE Y FIELES DE OTRAS LATITUDES, RECORRIENDO LA DISTANCIA DE 18 KILÓMETROS ENTRE EL MUNICIPIO DE ACAPONETA Y EL HUAJICORI. EL RELATO DEBEMOS DE UBICARLO EN UN FRÍO MES DE FEBRERO DE 1930.


Por: EDUARDO VIDRIALES ROBLES

 

PRIMERO DE LAS FINANZAS

Había que ahorrar, desde semanas antes, para contar el día de la función lo menos con diez relucientes pesos de aquellos cantarines hechos con platas del 0720.

Diez pesos en manos de un mozalbete de doce años, era capital suficiente hasta para fundar un banco. Si no se completaban diez pesos, la caminata se emprendía con menos; hasta sin nada... al fin que la virgen, en su día, podía hacer milagros.


LA SALIDA

Calle México, rumbo al norte; ¿A dónde va tanta gente? A visitar a la Virgen de Huajicori en su día. La forma preferida de muchos, será hacer el recorrido a pie. Los peregrinos descalzos, según el amplio anecdotario de mi tío Adolfo Robles, iban en grupo aparte.

Descalzos, pero en camión. La hora de partir a pie era al salir del cine, diez de la noche, si posible era contando con el aval de dos buenos tacos cenados en el puesto de Don Chon, afuera del cine Royal.

El punto de partida ya en grupos grandes, era el “tepocilama”, una roca que está cerca del arrancadero de las carreras de caballos de aquel entonces en Las Mojoneras. Había que adherirse al grupo de alguien que contara con lámpara de mano, de donde pudiera tocarnos algún “chisguete’’ de luz para no tropezar con las piedras del camino.

 

CAMINAMOS ¿CUANTO HEMOS AVANZADO?

Mariquitas, Corral de Piedra, Higuera Gacha (hoy Valle Morelos) se van quedando atrás. Después de pasar por la Estancia, Arroyo de los Laurales y el poblado de Pachecos, se oyen cantar los primeros gallos; pronto empezara a clarear la mañana. ¿Y el frío de febrero? Con el ejercicio de la caminata, se ha quedado en casa.

Al doblar la última curva del camino, después de los Llanos del Canjilón, queda a la vista el motivo de nuestro viaje: el Santuario de la Virgen de Huajicori coronado con cientos de veladoras encendidas.

A poco andar se empiezan a oír las campanas destempladas (las de entonces) llamando a misa primera. Mañanitas a la Virgen y las acostumbradas alabanzas  en su honor: “Buenos días paloma blanca...’’

Cuando termina la misa, se despide aquella feligresía entonando otras alabanzas “¿Quién es esa estrella que a los hombres guía?’’



Mientras esto sucede los danzaste han comenzado a tomar posesión del atrio, y la chira o chirimía lanza al hilo del viento sus melancólicos sonidos. Los danzantes han terminado de colocarse sus arreos que incluyen medias de algodón de color, pues no hay  danzante que baile con las piernas descubiertas, así es la tradición. El resto lo hace con energía, golpeando rítmicamente el piso, a huarache limpio, siempre al compás de su arco y flechas y al son de un destartalado violín. Plumas y listones multicolores engalanan el traje sin faltar su típico sombrero cubierto de pequeños espejos que rematan muy por arriba de la cabeza del danzante.



Y se escucha todavía el cantar de otros penitentes: “Adiós Reina del Cielo...”

 

EL ORO A TUS PIES MADRE MIA.

Mientras, otros peregrinos entran al templo: los gambusinos de la región minera del Tigre, El Limón, El Indio y Providencia, hacían llegar en forma simbólica, los hilos de oro hasta los pies de la Virgen; pequeña  milagrería de oro relacionada con la salud, o en el caso de los mineros, también con la fortuna. Los hilos de oro casi se palpan en la mente del minero.

Las vetas, la humedad de las minas y el olor a pólvora recién tronada, se quedaron allá en el cerro. El minero y su familia están aquí prestados, dando gracias a la que reparte desde arriba, salud y fortuna.

 

LA PLAZA



A estas horas de la mañana ha sido tomada ya por vendedores y paseantes, la plaza que esta frente al santuario; desde los que la buscan un puesto de comida para echarse un taco, hasta la batahola de vendedores que ofrecen desde una “medida” de a virgen, hecha con un pedazo de listón, hasta los vendedores de sarapes norteños, huaraches, zapatos y vestidos multicolores.



¿Y los juegos? No podían faltar ni la lotería, ni el carcamán, ni la ruleta. Conforme sube el sol, hasta el atrio llegan los gritos de la lotería; “El diablo son las mujeres...’’ o el ronco grito de la ruleta: ¡diez y siete colorado! ¡Veinte negro! ¡Casa grande!



Toda aquella abigarrada multitud permanece en la plaza, en tanto que algunos señorones y señoronas de falda almidonada, ven la función apoltronados en el portal de Don Nicanor Osuna, dueño del más próspero abarrote del lugar.

Cuando se acerca la hora del mediodía, la muchedumbre va deslizándose poco a poco hacia las grandes ramadas a un costado de la plaza, donde la cerveza ha sido puesta a helar a buena hora. La comida caliente para vender, espera contenida en grandes cazuelas de barro.

Después: ¡El baile! La banda, mariachis y cien cancioneros cada quien, por su lado, hacen las delicias de los parroquianos.

Y la gente sigue llegando, a pie, en camión o en remuda; el hilo es interminable. Y los penitentes que vienen a pagar “mandas’’ a la Virgen por un favor concedido. Quien cruza el atrio de rodillas, hasta el altar de la Virgen; quien viene de más lejos, también de rodillas; donde no faltan hombres con el torso desnudo con pencas de nopal sobre el pecho y la espalda y hasta con corona de espinas sobre la cabeza. En fin... milagros de la fe que así se agradecen a la Virgen de Huajicori.

¿Y el castillo? ¿Y los toros de fuego? Hay que ver a estos cómo arremeten, ya de noche, sobre la multitud que llena la plaza, sin que falte alguna enagua catrina que vuele por los aires cuando su dueña ha caído queriendo escapar de la furia del toro.

Se penetra en aquel pequeño mundo de la plaza con disposición a ser parte de todo. Jugar al carcamán alumbrado por ‘‘cachimbas’' o la lotería y ruleta donde el alumbrado es más moderno a base de lámparas de gasolina.

La quema del castillo, que dará fin a la función, concentra la atención de todos los que no están entrados en copas o entrados en baile. Don Hilario, el cuetero, sale siempre con aplausos cuando se apagan las últimas luces de su obra: aquel hermoso castillo que por espacio de una hora, nos ha mantenido a todos admirados con sus multicolores resplandores.

 

Y EL CUENTO SE VA ACABANDO.

Era en la ruleta, mientras esperábamos la quema del castillo donde nos hacían ‘’pelo y barba’’ hasta con el ultimo quinto o ‘'nikle’’ que nos quedara en el bolsillo.

El regreso se hacía en camión, por supuesto. Al estar de nuevo en los llanos de Las Mojoneras, la voz doblemente trasnochada de algún pasajero se ha puesto a cantar las avanzadas de Ramón Corona, que llegó a general y que decían:

Llegaron las avanzadas

de Acaponeta a Tepic

gritaba Ramón Corona

¡Cabrones ya estoy aquí!

Poco a poco las calles se volvían a llenar de gente. “Al otro día’’ cada quien su oficio y … hasta el año próximo.