Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE CHILE: Quizá, y lo digo a título personal, uno de los más grandes males que nos va a dejar Andrés Manuel López Obrador cuando deje su cargo, aunque ya desde ahora se siente, no es la grave inseguridad que sufrimos y que deja un promedio de más o menos 80 asesinatos dolosos por día; tampoco el inútil capricho del AIFA o la devastación ecológica por la obra del afamado Tren Maya, o un sistema de salud pública que más se parece al de Guinea Ecuatorial y muy lejos del de Dinamarca.
Lo más grave, es que AMLO, que aparecía al final de un régimen corrupto, perverso y descarado representado por el PRI a lo largo de siete u ocho décadas, con la terrible “docena trágica” y traicionera del PAN en medio, no logró nunca, ni por un momento consolidar una supuesta “cuarta transformación” que nos prometió; es decir, algo del mismo tamaño que la independencia de México de España; la restauración de la república en el siglo XIX y la revolución mexicana.
Aquel chorro potente y avasallador del candidato López Obrador con sus propuestas y planes de cambio total, quedó en un mísero chisguete del —al parecer— ahora jefe de campaña López Obrador. Tal vez lo único que le puedo agradecer a AMLO es que asenté finalmente en lo más profundo de mi ser, una desconfianza total hacia la clase política nacional sean del color que sean: rojos, azules, amarillos, verdes, naranjas o guindas, todos están cortados por la misma tijera y tienen como objetivo principal, satisfacer sus necesidades personales, haciendo un lado los intereses de la patria.
No hay candidato para el 2024 que me pueda convencer: por supuesto ninguna de las cuatro indignas corcholatas y los dos paleros que las acompañan. Tampoco la tan mentada Xóchitl Gálvez que parece subir como la espuma gracias a la publicidad gratuita del mandatario tabasqueño. Por supuesto ninguno de los aspirantes de esa ridícula y nada creíble alianza entre lo que queda del PRI y del PerDeRe y sus supuestos amigochos panistas, ya que muchos de ellos son los mismos tristes y repudiados políticos de un ayer que no deseamos que regresen: Beatriz Paredes, Santiago Creel, la niña Ruiz Massieu, el hijo de Miguel de la Madrid ex presidente, Silvano Aureoles, Miguel Ángel Mancera, Francisco García Cabeza de Vaca, Gabriel Quadri —hazme el recavor fabrón— y varios que ni conozco; y ni hablar de aprovechados y malandrines de marca como la patética Lily Téllez y otros de la misma calaña.
Era AMLO, la
última esperanza para acabar con un reino de perversión, engaños, mentiras y
saqueos despiadados. Se hacía llamar, el hoy presidente de la república, “el rayito de esperanza” y resultó una
bofetada a la ilusión de toda una nación harta de tanto sinvergüenza,
aprovechado y ladrón. Repite hasta la saciedad el tabasqueño que ellos, su
grupo o camarilla, “no son iguales” a los anteriores. Triste realidad, si no
son iguales, ya los superaron y nos dieron en la madre a los crédulos que
somos. Parafraseando a aquel otro bandido: “la
caballada está famélica”.
DE DULCE: Y a propósito de aquello de “no somos iguales”, aquí una perla de esas que odian escuchar López Obrador y el pueblo sabio y bueno. No quiero, créame el amable lector, seguir echando leña al fuego en contra de la 4T, pero ellos se empeñan y solo lo menciono “de pasadita”.
El presidente del senado, el poblano Alejandro Armenta Mier, de extracción morenista —partido que pregona a diario en boca de su líder, el presidente Andrés Manuel López Obrador, que su gobierno practica la “austeridad republicana”— tiene como asesor al joven Luis García Parra, mismo que ocupa el cargo de coordinador de asesores de la mesa directiva del senado. Este tarambana, tuvo la “feliz” ocurrencia de dejarse grabar por su esposa presumiendo un carrito deportivo marca Audi modelo R8, que en una primera instancia el portal de noticias que dio a conocer la historia, manejó el costo del vehículo en 2.5 millones de pesos.
¡Vaya! Dice uno despistado, gana bien el asesor del senado. Habiendo salido la publicación de la austeridad republicana del chabacano muchacho, se hizo viral el desaguisado y seguramente llegó a oídos de las “altas esferas” o los meros nalgas de la nación y muy seguramente pusieron al alegre chamaco como lazo de cochino.
Por supuesto, la prensa siempre ávida de estos mitotes entrevistó al senador Armenta, quien aventó el consabido rollo de que aquello era una estrategia de golpeteo, pero que él respeta —igual que decía Bora Milutinovic— ya que "alguien tiene que ser prudente", agregó, y no le falta razón, que él solo respondía por su persona y se aventó la manida monserga de la austeridad republicana y bla, bla, bla.
LUIS GARCÍA PARRA |
El tontorete de Güicho García, su despilfarrador asesor, con el rabo entre las patas y compungido del palmito, dizque se fue a la agencia de automóviles Audi, a regresar el costoso carro y hasta subió un video donde al igual que su jefazo se disculpa públicamente alegando que cometió un error, pues ese crédito que solicitó para adquirir el Audi R8 va en contra de los postulados de su partido Morena, y con cara de lo que es…un pobre pendejo hizo la supuesta entrega del coche color gris, modelo coupé.
RICARDO SALINAS PLIEGO |
Todo quedaría en una penosa anécdota, hasta que salió un multimillonario, él sí de a devis, llamado Ricardo Salinas Pliego, quien, en su cuenta de twitter, dice literalmente: “les están queriendo ver la cara de pendejos. Esos carros no los traen de Alemania si no están pagados. Este modelo R8, es una edición especial para conmemorar el fin de la producción del modelo. Hay que pagarlo totalmente y te lo facturan antes de llegar a México vía Veracruz, así que NO LO PUEDEN DEVOLVER (las mayúsculas son de Salinas) y el auto tiene un costo de 4.5 millones de pesos. ¿De dónde salieron?
A mí me brincan como sapitos las neuronas debido a varias cuestiones: primero: ¿gana tanto un asesor del senado? Respuesta, sí. El portal de transparencia de la cámara alta dice que Luisito recibe mensualmente neto 111,290 pesos, por lo que, haciendo la cuenta y solo para joder al joven, si pagara todo ese dinero sin desviarlo para otra cosa como comer, comprar calzones o pagar la luz, tardaría 40 meses para liquidar el auto que devolvió, pero no devolvió según Salinas.
Segundo, ese mismo portal dice que el asesor suertudote en su declaración patrimonial pagó 645 mil pesos de contado —ojo, al chas chas— para adquirir un inmueble y compró una camioneta Chevrolet Tahoe 2021 a través de un crédito bancario por un millón 518 mil pesos. ¡Achis piachis! ¿Ladronde?
Yo también me quiero sumar a la famosa austeridad republicana, aunque solo sea para terminar de pagar mi honrado Dodge Attitud. Cómo sea, al final el chaval tuvo que renunciar a su puesto. Lo bueno es que no son como los del tiempo de los neoliberales. ¡Viva la honrosa medianía juarista!
DON PORFIRIO DÍAZ MORI |
DE MANTECA: Los fraudes electorales y las violaciones a la ley electoral, muy en boga en estos días estos últimos, siempre han existido, siendo por supuesto los más recordados los de Don Porfirio Díaz Mori, quien se chupó 30 años gobernando esta nación. Sin embargo, en los tiempos modernos, fue el PRI, creado por Plutarco Elías Calles con el nombre de Partido Nacional Revolucionario, el que inauguró los grandes fraudes electorales, justamente en 1929 cuando eligió a Don Pascual Ortiz Rubio a quien el pueblo endilgó el remoquete de “El Nopalito”, quesque por baboso, siendo este, luego del fraude que lo llevó a sentarse en la silla del águila, al vencer al intelectual oaxaqueño José Vasconcelos Calderón, quien justamente en ese año arribó en campaña presidencial a nuestra querida ciudad de Acaponeta donde pernoctó y fue muy bien recibido por la gente que hasta formó un club del Partido Nacional Antirreeleccionista dando todo su apoyo al llamado “Maestro de la Juventud”.
Pascual Ortiz Rubio |
Ya lo vimos, que desde su nacimiento el Partido Revolucionario Institucional PRI, antiguo PNR y con Lázaro Cárdenas convertido en Partido de la Revolución Mexicana (PRM), se reveló como un partido totalmente fraudulento, violento y profundamente antidemocrático. Luego del fraude a José Vasconcelos, le seguirían otros tantos: el de 1940 en contra de Juan Andrew Almazán, “ganando” Manuel Ávila Camacho. El de 1952 implementado en contra del general Miguel Henríquez Guzmán, "obteniendo el triunfo" Adolfo Ruiz Cortines; el de 1958 en contra del candidato del PAN. El de 1988 en contra de Cuauhtémoc Cárdenas, proceso electoral donde se cayó el sistema gracias a la maniobras efectivas de Manuel Bartlett, otrora notorio integrante de la mafia del poder y hoy, sigue en la mafia del poder, pero del lado de Morena; y, más recientemente, el fraude electoral perpetrado por Acción Nacional en contra del candidato de la oposición Andrés Manuel López Obrador en 2006.
Hoy, con un partido que presume una transformación que nunca se dio y con tantas violaciones a la ley electoral y un presidente convertido en jefe de campaña, me da la impresión de que por un milagro de esos que luego se dan en política pudiera la oposición chafa que tenemos vencer a Morena, pero con todo el aparato del estado, el capricho y necedad de YSQ, difícilmente dejarán el poder por las buenas. Al tiempo. Nos leeremos hasta la próxima, mientras tanto amables lectores cuídense allá afuera.
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