Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE CHILE: Recientemente escuché una entrevista con el Dr. Julio Frenk Mora, quien es una eminencia médica reconocida en todo el mundo. Frenk, fue Secretario de Salud con el burro con botas Vicente Fox y ha sido dos veces candidato a ocupar la Dirección General de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Actualmente es consejero de la Fundación Bill & Melinda Gates y fue designado por Carlos Slim como Director General del Instituto Carso de la Salud.
DR. JULIO FRENK MORA
Entre sus muchos logros es un académico de primera línea en materia de
salud y recientemente publicó un artículo —de corte muy académico— en la
prestigiada revista británica de ciencia y salud, llamada “Lancet”, junto con otros especialistas en el tema, con respecto al
desarrollo y atraso de países en sus respectivos sistemas de salud, incluyendo
a México. Los resultados de esta investigación son penosos para todos los
mexicas.
Dice el Dr. Frenk, que resultó inaudito que el gobierno federal desapareciera de un plumazo el Seguro Popular, exactamente el primero de enero de 2020, un día después de que apareciera el covid 19 en el mundo.
Comenta Frenk, con mucha razón, que ya para marzo, la OMS declaró al coronavirus como pandemia, y, el gobierno federal, ante esta grave circunstancia debió haber dado marcha atrás a esa reforma a la salud institucional y, dejar para mejor ocasión la creación del Instituto de Salud para el Bienestar, el cual, para colmo de lo anterior, no tenía reglas de operación, ni pies no cabeza, sin embargo, ya con el covid 19 invadiendo al país, se continuó con ese proyecto, el cual tres años después tronó como chinampina, demostrando, una vez más, que lo que nace mal termina peor. Resultado: más de 700 mil muertos por covid, por cierto, cifras oficiales; pero lo peor, explica Frenk, que estos cinco años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, han sido devastadores; además de la manera en que manejaron la pandemia y las decisiones e inseguridades del presidente y de su segundo de abordo durante esta contingencia mundial Hugo López Gatell, se registra un alarmante retroceso en la expectativa de vida de cuatro años; es decir, actualmente ese indicador es el mismo que había en México en 1991, o sea, se fueron para atrás 32 años, o para que suene de otro modo, los niños que hoy nacen tiene una expectativa de vida cuatro años menor. Este dato es el peor en un siglo y no se registraba algo igual desde el fin de la fase armada de la revolución mexicana en los años 20, del siglo pasado.
La desaparición del Seguro Popular, que si bien era cierto que debía ser rehabilitado totalmente por las muchas fallas que tenía, tuvo que haberse adaptado a las terribles circunstancias de la pandemia, porque, al dejar a millones de mexicanos en la orfandad de salud, ocasionó un terrible incremento en lo que se llama “gastos catastróficos”, es decir, aquellas erogaciones que se tienen que hacer al no tener acceso a los diversos sistemas de salud, ocasiona que se tengan que hacer consultas con médicos privados o, aún peor, hospitalizaciones que salen en un ojo de la cara o más. La cantidad de personas que padecieron esto llegó a 4.7 millones.
Además de la tragedia que representa una enfermedad en nosotros mismos o un querido familiar, hay que sumarle la tragedia de la bancarrota. Hoy, con la ridícula patraña de acceder a un sistema de salud como el de Dinamarca, la terrible realidad, esa que se niega a ver AMLO, es que el sistema sanitario nacional apesta. Para qué sirve recibir tantos apoyos económicos como los destinados a las personas de la tercera edad, o becas de todo tipo, si ese dinero se va a ir a pagar medicamentos y consultas médicas. ¡Vamos para atrás con las estrategias de una fallida “cuarta transformación”!
DON AGUSTÍN DE ITURBIDE
DE
DULCE: En la historia de México, esa que escriben y difunden “los ganadores”, es común enterarnos que
casi todos los caudillos han muerto asesinados. Desde Hidalgo, el que para
algunos es el mal llamado “padre de la
patria”, hasta los líderes de la revolución mexicana, que cien años
después, fueron vilmente asesinados de formas muy diferentes: los que pasaron
al paredón como el propio Hidalgo, Allende o los que consumaron la
independencia: Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, ambos fusilados. La
revolución fue una matanza de caudillos uno tras otro: Madero, Pino Suárez,
Obregón, Carranza, Villa, Zapata, Ángeles y otros muchos generales y cabecillas
revolucionarios.
Se acerca ya, una conmemoración más del “Grito de Dolores”, que marca el inicio de la guerra de independencia, este año será el 213. Como todos los años, desde el balcón principal de Palacio Nacional, o desde las sedes de las gubernaturas de los estados o los palacios de gobierno de los municipios de todo el país, se llevará a cabo la tradicional arenga, donde se hacen mención de los principales héroes de esa gesta heroica.
Por supuesto, en este grito donde se emula a lo que Miguel Hidalgo hizo la noche del 15 o madrugada del 16 de septiembre de 1810, ha habido verdaderas atrocidades que mucho nos hacen reír o enojar ante tanta barbaridad. Sin embargo, a lo que me quiero referir es que, en esa relación de héroes, nunca se hace mención de Agustín de Iturbide quien finalmente, junto con Vicente Guerrero —a este siempre lo mencionan— fue el que consumó la independencia de nuestra nación, once años después de su inicio. Iturbide, quien fue jefazo del ejército realista, ha sido satanizado por la historia oficial, pero bien merece el honor de ser incluido en esta distinción.
ABRAZO DE ACATEMPAN ENTRE AGUSTÍN DE ITURBIDE Y VICENTE GUERRERO
Este año
tampoco será, porque seguramente Don Agustín es considerado fifí por el actual
gobierno de la “transformación” y que construye la historia a modo del
mandatario nacional. Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu, como era su
nombre completo, fue un hombre con muchos defectos, como cualquiera de los que
sí son invocados la noche del grito. Fue corrupto porque lo acusaron de “birlarle” unos pesos de los británicos.
Fue feroz jefe de las fuerzas realistas, es decir, de los españoles y enemigo
implacable de los insurgentes. Años después se coronó emperador de México y
hasta quería colocar al frente del gobierno del nuevo México, a un noble
hispano. ¡Vive Dios! Iturbide como buen ser humano, regaba el tepache, pero sus
acciones y las repercusiones que tuvieron para nuestra patria, bien merece que
lo incluyan entre los personajes destacados de la historia de la independencia.
Pero creo que eso nunca lo veré.
DE MANTECA: En mi blog PUERTA NORTE ACAPONETA, que es un portal más o menos personal y que intenta ser lo más local que se pueda a través de artículos, reportajes o crónicas de nuestro amado Acaponeta y de Nayarit. En este sitio en internet, he venido publicando los monumentos históricos catalogados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Documento que se elaboró muy probablemente a finales de los años 80 o principios de los 90 del ya lejano siglo pasado y concluyó en 1994, siendo Director del Centro INAH-Nayarit, el estimado Antropólogo Raúl Andrés Méndez Lugo. Esa relación de inmuebles lleva por título "Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles". Ficha nacional de catálogo de bienes inmuebles con valor cultural.
Son en total 107 monumentos históricos, en los que se incluyen por supuesto, edificios como el Templo de Nuestra Señora de la Asunción, la presidencia municipal, la Casa de la Cultura o el kiosco y el parque a la bandera o a los niños héroes. Hay también varios monumentos funerarios en el panteón, y me queda claro, que ni son todos los que están, ni están todos los que son; pues en mi recorrido tomando fotos a estos bellos inmuebles, noto algunas importantes omisiones.
Lo triste de esta historia es que, se supone que estos monumentos están protegidos por una ley federal, a la cual nadie le hace caso, es simplemente letra muerta y por varias razones. Primero, la terrible y permanente falta de recursos del INAH, que impide que sus arquitectos o el personal jurídico vengan a la ciudad a vigilar que estos inmuebles y en general el centro histórico se mantengan de acuerdo a la arquitectura vernácula o típica —por cierto, muy hermosa— de nuestro terruño.
Segundo, la ignorancia sobre el tema que sufren la mayoría —aquí no podemos generalizar, porque si ha habido funcionarios preocupados y que conocen el tema— los directores de obras y servicios públicos municipales, que, en teoría, tendrían que trabajar de la mano con el INAH, cosa que casi nunca ha sucedido. Tercero, la apatía de una población que no alcanza a ver que un pueblo que ha mantenido sus orígenes, respetado sus tradiciones y, en este caso, su imagen urbana que es de una hermosura innegable, y que resulta en que todo se ha ido perdiendo.
Muchos de
esos 107 monumentos históricos ya han desaparecido pues los propietarios, a
sabiendas o no, de la condición legal de su propiedad, los han ido modificando,
en algunos totalmente, perdiéndose lo original o lo precioso de su estilo. Pero
el dueño del inmueble no tiene la culpa de lo anterior, porque muchas veces
ignora que su vivienda está catalogada por el instituto y cuando hace algún
tipo de reforma o intervención en su inmueble, no sabe que está violando la ley
y ante una autoridad municipal que duerme el sueño de los justos y un INAH que
no viene para acá, el monumento se destruye o se modifica significativamente.
En cualquier caso, Acaponeta va perdiendo su identidad, la cual difícilmente
recuperará. Hay algunas esperanzas, como la zona del tradicional y bello
“Barrio de la CH”, donde se ha respetado eso y se nota. Si aspiramos a ser
“Pueblo Mágico” algún bendito día, esto debe de cambiar. Me despido amigos, recomendándoles tengan mucho cuidado allá afuera, ya
que la violencia es la marca de estos tiempos.
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