Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE
CHILE: No cabe duda que un pueblo educado, instruido, culto y que
gusta de la lectura, se convierte en pueblo peligroso, porque adquiere una
capacidad de razonamiento y de crítica que en nada favorece a ningún gobierno,
por eso el nivel educativo nacional es desastroso, desde hace décadas, y las políticas educativas
oficiales resultan incomprensibles.
La idea aquella que viene desde el siglo XIX de que la iglesia fue el gran ente educativo de la nación, es un fenomenal mito. A la llegada de Agustín de Iturbide con el ejército Trigarante a la capital del país, el 98% de la población del naciente país independiente era analfabeta, y se entiende porque la iglesia desde siempre ha querido tener comiendo de su mano a un pueblo inculto y crédulo.
AGUSTÍN DE ITURBIDE Y EL EJÉRCITO TRIGARANTE ENTRANDO A LA CIUDAD DE MÉXICO |
Pero muchos
años después, 89 años para ser exactos, al inicio de la revolución mexicana el analfabetismo estaba, más
o menos, en esa misma línea por arriba del 90%, es decir, los gobiernos del
México independiente no lograron reducir significativamente esa mal terrible
que es no saber leer ni escribir o, dicho de otro modo, pensar. Aún hoy, a 202
años de la consumación de la independencia, existen en México lindo y querido
la horripilante cifra de, aproximadamente 4.5 millones de personas analfabetas.
¡Terrible! Es claro que, a los gobiernos en turno, no importa el color o las siglas, poco o
nada les importa la calidad educativa de la gente. Entre menos piense la
población, entre menos cuestione, se queje o señale errores u omisiones, mejor,
seguirán los mandamases en su zona de confort.
El presidente municipal
en turno, tiene la obligación de atender a estas personas y no necesariamente
está obligado a dar el “sí” a todos. Imposible, no se puede. Sin embargo, muchos
de los que llegan hasta la casona de la calle Morelos, alegan cercanía con el
mandatario municipal, desde ser un vecino de “hace muchos años”, o haberle cambiado los pañales cuando bebé; ser
compañero de banca o generación en la escuela o bien pariente lejano en tal o
cual grado, porque su tatarabuelita era prima segunda del cuñado del concuño de
un tío que ya murió, pero que mucho los quiso.
Ser presidente municipal, debe ser, sin duda alguna, "una pega", marca diablo, sobre todo en municipios como el nuestro, donde nunca hay dinero o recursos suficientes. Por ello, en muchas ocasiones los ediles para quitarse el compromiso de encima dicen sí a lo que debieran decir no, por eso hay tantos depósitos de cerveza, permisos de construcción en el centro histórico, puestos ambulantes en prácticamente todas las esquinas, etc.
Por supuesto los que salen con una respuesta positiva lo hacen hablando maravillas del gobernante, los que tienen la mala suerte de un “no”, se convierten en sus más acérrimos enemigos y de inmediato le buscan al primer ciudadano, amantes, “detallitos” sobre su preferencia sexual; cercanías con el narco, desavenencias con la propia familia, viejos errores, antiguas rencillas con fulano, venganzas y mil lindezas más que van desde el asesinato, hasta el abandono de hijos y el descuido de la familia.
DE MANTECA: Como sabemos, muy probablemente en el año 2024 tengamos ya en la presidencia de la república, por primera vez en México una mujer, una dama presidenta. Nunca jamás ha habido una persona del género femenino gobernando al país. Aunque hay que decir, que la historia de México sí registra a una mujer se hacía cargo de la administración de la patria. Esa mujer en cuestión fue María Carlota Amelia Augusta Victoria Clementina Leopoldina de Sajonia-Coburgo-Gotha, es decir la desgraciada Emperatriz Carlota de México, quien gobernaba y lo hacía, según las crónicas, muy bien, cuando su marido, el veleidoso Emperador Maximiliano de Habsburgo, se iba a recorrer el país entero, ya que esta nación le encantó al emperador.
Él estaba enamorado de México y se retiraba a recorrer el país y dejaba el gobierno encargado a su mujer, la infeliz Carlota. Hay que decir que esta fémina, nacida en Bélgica sí fue educada para gobernar y para administrar un territorio a diferencia de Don Max, cuya educación fue muy diferente a la de su hermano Francisco José, quien seguiría en el trono a la muerte de su padre el emperador de Austria.
El papá de Carlota, el rey Leopoldo I de Bélgica, efectivamente educó a su hija para gobernar un país o un reino. Carlota fue una mujer muy rica, de hecho, un Maximiliano totalmente arruinado se casó con ella, su objeto de su matrimonio fue por interés económico, ya que el austriaco estaba prácticamente en la quiebra. Carlota Amelia era tal vez la mujer más rica del mundo en ese momento y a Maximiliano, le cayó como anillo al dedo.
El emperador de México, lo que hacía aparte de ir a recorrer el país para conocer sus bellezas naturales, puesto que Don Max, más que político era artista y científico. Viajaba mucho a Cuernavaca, hoy capital del estado de Morelos, precisamente al famoso jardín Borda, donde iba a cazar mariposas y donde se dice, que también tenía un amor secreto en la persona de Concepción Sedano, hija o esposa del jardinero.
MAXIMILIANO Y SU NOVIA EN EL JARDÍN BORDA |
0 comentarios:
Publicar un comentario