Por:
José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
DE CHILE: Bien dicen que la política es el arte de comer caca y no hacer caras…lo cual se cumple cuando vemos las últimas expresiones de renombrados grillos de la nefasta clase política totonaca. El primero de ellos “el carnal incómodo” Marcelo Ebrard, que luego de tanto pataleo y gemidos, lloriqueos y sombrerazos, señalamientos y denuncias, como corderito dobló las manitas y se unió a la Sheinbaum, dejando con un palmo de narices a aquellos que creíamos que iba a renunciar a Morena y mandar a AMLO lejos, muy lejos; o a aquellos que juraban y perjuraban que el colmilludo Dante Delgado, se lo llevaba a Movimiento Ciudadano, la cosa es que ni unos ni otros, Ebrard, haciendo de tripas corazón y guardando la dignidad para mejor ocasión, se suma a la campaña de Claudia Sheinbaum con el sofisma de un “acuerdo de entendimiento” con la favorita del hueytlatoani de Tabasco —aunque eso de acuerdo de entendimiento, sea un vulgar pleonasmo—.
Mucho ruido y muy pocas nueces la del carnalito Marcelo…mis exalumnos de prepa lo dirían de un modo más prosaico, pero ahí lo dejo mejor. Alegó el ex jefe de gobierno que él representaba la segunda fuerza política de Morena, pero ya, la precandidata Sheinbaum, lo regañó, diciendo que no hay fuerzas en ese partido, solo unidad. ¡Ajá! Los mariachis callaron.
Luego vino la renuncia del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien alegando como “causa grave” la necesidad de seguir otro camino para su vida, resultó que la verdadera “causa grave” es seguir —otra vez— a la Sheinbaum, violando la Constitución que juró cuidar y hacer valer, y echando por la borda, una brillante carrera en el poder judicial para lanzarse de lleno a la pedestre grilla y colocándole otra manchita a su dignidad, ya muy percudida desde que decidió culiempinarse frente al Rey AMLO I de México.
No se diga del delfín de la señora Sheinbaum, que fue Omar García Harfush, quien en la encuesta que se hizo en la Ciudad de México para obtener un lugar para competir por la jefatura de gobierno de la CDMX, dándole un verdadero repaso a su contendiente Sara Brugada, a la que Morena —y por ese proceso de la paridad de género— le da el lugar que legítimamente consiguió el hijo de Javier García Paniagua, ex titular de aquella tristemente célebre Dirección Federal de Seguridad. Lo dicho, los tres “caballeros” comieron popocita y ni caras hicieron. ¿Y la dignidad Apá?
DE DULCE: En el
ya lejanísimo año de 1976, un sátrapa, por demás político sin escrúpulos,
sinvergüenza y cacique del estado de Guerrero, el siempre mal recordado Rubén
Figueroa Figueroa, gobernador de esa pobre entidad del país en tiempos del
presidente Luis Echeverría Álvarez, de quien por cierto tenía mucha cercanía,
expresó a pregunta de periodistas en vísperas de que ocurriera la gran
revelación de quién podría ser el candidato del Partido Revolucionario
Institucional -PRI- a la Presidencia de la República, expresó sin ningún rubor
y causando espanto entre los que se encontraban cerca: "Veo los nombres de los que aspiran y opino que esa
"caballada" está muy flaca...”
Los amables lectores que acostumbran leerme, creo que saben bien que es para su servidor una auténtica y dolorosa decepción la actuación del presidente Andrés Manuel López Obrador, como mandatario de esta pobre nación, candidato por el cual voté y fui engañado. Sé también, que no son pocos los que coinciden conmigo, y por supuesto los hay los que defienden a AMLO hasta saltar al ruedo armados con escudos y espadas, dispuestos a dar la vida por su caudillo.
No han sido pocos los insultos que me he llevado por hocicón. Buenos amigos y hasta algunos que no lo son tanto me han preguntado que por quién voy a votar el próximo 2 de junio de 2024 y la verdad no lo sé. En este momento hay tres opciones y, como el rapaz Rubén Figueroa, me parece que la caballada, no solo está flaca, es famélica.
La Sheinbaum, la favorita del “profesor”, no tiene opinión propia, su ideología y proyecto, es el que, a diario por las mañanas le dicta el mandatario federal; sin duda es en manos de este, una simple muñeca guiñol, que sabe qué, si quiere permanecer y “llegar a ser”, debe repetir como perico lo que su creador le mande, así sean soberanas burradas como las que ya nos tiene acostumbrado Andrés Manuel. Y como la 4T no ha sido más que una farsa llena de mentiras, engaños, corrupción y falta de ética, dudo que mi voto vaya para esta mujer.
Por su parte, Xóchitl Gálvez, fue flor de un día. Lanzada al ruedo por el propio AMLO, levantó ámpula las primeras dos semanas, luego se desinfló o la desinflaron los partidos que la apoyan en la alianza imposible, PAN-PRI-PRD (Titán de fresa, aceite y un litro de pulque en la misma olla). Pudiera ser buena opción si no fuera porque detrás de ella hay un cúmulo enorme de rémoras y vivales como Alito, Marko Cortés, más mamila que Palazuelos; ahí está también Santiago Creel; la Zavala, esposa del “Tomandante Borolas” y aprovechados priistas y panistas como el mariguano Fox, cada día más perdido en la mota. Votar por Xóchitl, es votar por el regreso de una rampante corrupción, como la que nos mostró el copetudo Peña Nieto, de infausta memoria.
Hablar de Samuel García, es perder el tiempo, otro
titerote engreído, payaso, manejado desde palacio nacional, con la misma imagen
de aquel “Bronco” que quería mocharle las manos a los rateros y hoy está
encerrado en el fresco bote, precisamente por caco. Lo dicho, la caballada está
famélica.
DE
MANTECA: Al día de hoy, todo parece indicar, según
muestran las encuestas y el apoyo con todo el aparato del estado, que Claudia
Sheinbaum, será la próxima presidenta de México, y con eso seguirá adelante la
cuarta transformación de la nación, sea lo que sea eso que en cinco años ya de
gobierno de AMLO, no se ve por ningún lado. Así pues, al parecer el siguiente
gobierno será no solo una copia de este tan nefasto, sino que el actual
presidente Andrés Manuel López Obrador, continuará mandando en este remedo de
país, reinaugurando “el Maximato” que
alguna vez detentó Plutarco Elías Calles, mangoneando a su gusto, sucesivamente
a Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez.
Para los que ha sido una decepción la administración federal del tabasqueño presidente, mala cosa es que la Sheinbaum le siga “el rollo” sentada en la embrujada silla del águila, y sin embargo, la historia nos da una leve esperanza de que se repita lo que varias veces ha sucedido. Vamos a comenzar diciendo que no solo López Obrador es el primer presidente que se ha querido perpetuar en el poder, casi todos lo intentaron, algunos lo han logrado, como Don Porfirio Díaz Mori, que se sentó por largos 30 años en la silla presidencial, o bien Antonio López de Santa Anna, quien fue, en distintos momentos once veces presidentes de la nación.
En la era moderna, y sobre todo en la era del PRI, el presidente en turno decidía quien sería su sucesor, en la teoría de que sin duda la cuidaría las espaldas y no lo metería al bote dados los muchos latrocinios que les conocemos o bien, seguir gobernando a través de él. Volviendo a Calles, hay que recordar que quiso mangonear también al Gral. Lázaro Cárdenas, le impuso muchos de sus incondicionales en el gabinete, pero Cárdenas los fue echando para fuera y harto ya de la intromisión de Don Plutarco, en 1936 guaruras al servicio de “Tata” Lázaro, le notificaron que se tenía que subir a un avión que lo llevaría a Brownsville, Texas, acabando de un plumazo con el pernicioso “callismo”.
Mencionar también que la relación de Luis Echeverría Álvarez, con su antecesor Gustavo Díaz Ordaz siempre fue mala y mutuamente se echaron la culpa de los trágicos sucesos de 1968 y la noche de Tlatelolco, de la que ahora sabemos, ambos fueron cómplices de tal matanza de estudiantes. Siguió en el poder, el dedazo de Luis Echeverría, José López Portillo y Pacheco, recordado sinvergüenza de la nación y que al final tuvo fuertes diferencias con LEA, y optó por alejarlo de México, nombrándolo embajador en Australia y las islas Fidji y no lo envío más lejos porque no había más lejos.
Después Jolopo,
también salió del país y se radicó en Europa lejos de su padre putativo Miguel
de la Madrid Hurtado. Fue clásico el pleitazo entre Zedillo y Carlos Salinas,
aventándose kilos y kilos de excremento por la terrible crisis económica de
1994. Salinas tuvo que exiliarse en Irlanda y hasta su hermano “incómodo” Raulito “el honesto”, pagó los platos rotos cuando Zedillo lo metió al
fresco bote. El asno con botas Vicentillo Fox y Felipe “Borolas” Calderón no se
pueden ver ni en pintura.
Ya sentados en la silla del
poder, los presidentes en turno se distancian de sus “creadores”, a ver si la Sheinbaum, no manda a la Chingada (así se
llama el rancho de AMLO) al hueytlatoani de Tabasco, dando seguimiento a los
sucesos de la historia y gobierne con su propias ideas y proyectos. Diosito me
oiga.
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